29 marzo 2019

Saturación en la fábrica de miedos

  • Oiga, ¿es ahí la fábrica de miedos e intrigas? 
  • Para servirle. 
  • Buenas noches. Soy el conductor... productor... guionista... presentador... y supremo adalid de El Buque del Misterio.
  • Capitán Biter Kasméndez, que grato honor conocerle. ¿Qué desea? Ya sabe que me tiene a su entera disposición. Considéreme un miembro más de su tripulación.
  • Gracias... gracias, grumete. Pues bien... el objeto de mis dudas... el motivo de mi preocupación actual... el misterio sin resolver que me desconcierta y aturde... el asunto que me está poniendo de los nervios, a decir verdad..., es básicamente. ¿Cuándo, coño, nos van a enviar la remesa de miedo  y misterio que les solicitamos hace una semana? ¿Cuándo, leche? ¿Cuándo?
  • Caray, capitán, soy un gran seguidor suyo y nunca le había oído hablar con tan poco énfasis.
  • Para que vea..., hasta que punto... estoy cabreado... sí, señor... estoy cabreado.
  • Pues respecto a su envío va a tener que tener un poco de paciencia, estamos desbordados de trabajo. No podremos servirle el material hasta después de las elecciones generales.
  • ¿Cómo hasta después de las elecciones? Tengo... varios programas... antes de las putas elecciones generales. Se acerca la Semana Santa ¿Usted sabe, lo importante que es para nuestro programa... la Semana Santa?
  • Recurra a lo de siempre, ya sabe: los manuscritos del Mar Muerto para saber quién era Jesús; el liderazgo de María Magdalena o quizás su noviazgo con el aludido; la traición de Judas por sentirse un cualquiera entre tanto discípulo; la copa de la Ultima Cena entregada a José de Arimatea y convertida en el mítico Santo Grial. Yo que sé.
  • No... eso está muy visto. Necesito temas nuevos... Hay que acongojar a la peña... Mantenerlos tan atentos y expectantes... como para que no se vayan a la cama... y que de alguna manera... sigan viendo el programa... A pesar de los bloques de anuncios... cada 5 minutos de espacio... pero eso nos permite seguir en nuestra aventura...del conocimiento.
  • Todo un negocio, el misterio.
  • Y tiene que seguir siéndolo... Por eso necesito... Realmente, exijo..., las remesas actualizadas de miedo o intriga... Además las he pagado por anticipado, puñeta.
  • Lo siento, Capitan Bitter Jinetérez pero no damos abasto con tanto curro. ¿Usted sabe la que hay montada con la llegada de las nuevas hornadas de fachas, pseudofachas y filofachas? ¿Sabe cuantas peticiones tenemos por parte de sus adversarios políticos para que se activen todas las alarmas? Y los reaccionarios tampoco se quedan tranquilos. No, ni de coña, tenemos cientos de pedidos para meter miedo con  la matraca del izquierdismo, la inmigración, el separatismo o la dictadura de las minorías.
  • La mayoría de los  miedos políticos..., creo yo..., no han variado en décadas. Solo hay un cambio de postales... Unas veces se demoniza una cosa... en otras ocasiones, otra..., pero no hay auténtica variedad... Nosotros... En El Buque del Misterio... tocamos todos los palos... Recurra a las reservas de miedos e intrigas políticas que tienen en la fábrica... sin duda están a bien recaudo... Y si acaso... cambien los nombres a los productos para que no se note la cosa.
  • Siento defraudarle, Bitter, pero tendrá que esperar. Los políticos descubrirían la impostura porque se han vuelto muy tiquismiquis con la pasta y nos vigilan muy de cerca. La corrupción y todo eso ha hecho mucho daño al negocio del miedo. Menos mal que tenemos éxito con un producto tan barato como las fake news. Pero usted también podría hacer lo que nos recomienda: usar los viejos temas parapsicológicos. 
  • Están muy gastados... y la gente no los trata ya con la debida solemnidad... Nadie en sus cabales cree en ovnis, en extraterrestres y en abducciones... Nadie después de Expediente X y el puto E.T... Los fantasmas se han escondido... para no dar risa en un mundo donde todo es transparente, visible, luminoso... Nadie ve apariciones... porque todo el mundo está pendiente del móvil... Luego hay mucho estafador usando Photoshop. Aunque ni eso... ahora todo son selfies... enfocar el careto... y quitarse la pelusilla del propio ombligo... Demasiado ego como para fijarse en lo extraño... Lo extraño que hay en los otros.
  • Pruebe con las psicofonías, eso da mucho susto.  
  • La gente ya no está para ruidos raros... Si oye algo extraño,... cambia de canal o llama a la policía municipal... Nadie quiere escuchar nada que no haya escuchado antes... Y seguramente... confundirían los sonidos extraños... con un nuevo sonido de su celular. 
  • Da mucho miedo todo ¿no?
  • ¿Lo han fabricado ustedes?
  • ¿El qué?
  • El miedo que hay en todo.
  • No, no trabajamos esa línea de producción. Es demasiado corriente y está al alcance de cualquiera. Solo hay que mirar hacia afuera.

13 marzo 2019

Caza o cuadra para varones

  • La situación en nuestras granjas de inseminación es crítica, Divina Farona. Si la cosa sigue así, nuestras reservas de materia prima se agotarán a medio o incluso a corto plazo. 
  • ¿Qué les ocurre a nuestros sementales, Eficiente Gran Escriba Guardavarones
  • Majestad, los machos no producen semen porque no se siente motivados. 
  • ¿Motivados? ¿Acaso esos idiotas no saben que su supervivencia depende de que sigan produciendo el material necesario para garantizar la supervivencia de nuestra femenil civilización? ¿Para qué los necesitamos si no son productivos? 
  • Nosotros, los escribas, siendo varones, no somos productivos, Divina Faraona.
  • Vosotros sois un sector minoritario seleccionado escrupulosamente por la calidad de vuestras neuronas y ofrecéis un gran servicio para el buen gobierno de nuestro estado, Honorable Gran Escriba Guardavarones. Además os hemos liberado de esa incordiante sexualidad masculina que animaliza a vuestros congéneres menos afortunados.
  • Sin embargo, sentimos como propia su desgracia. 
  • Ellos se lo buscaron y merecen su suerte. No hace falta que te recuerde la época en que esos botarates primitivos os insultaban desde la puerta de los bares, mientras volvíais de vuestras clubs de lectura, seminarios y coloquios. Para ellos erais unos tirillas de mierda y merecíais todo su desprecio ya que os consideraban unos remilgados petulantes con estudios. No erais de su cuerda, no ibais de bravucones con los amigotes mientras corría el alcohol y no discutías a gritos por las esquinas.
  • Perdone el atrevimiento, Divina Faraona, pero quizás está exagerando un poco.
  • ¿Cómo que exagero? Mientras nosotras luchábamos con nuestros propios medios contra el abuso y la dominación; ellos, los muy capullos, seguían rebajándose en la escala animal hasta niveles inauditos. Nosotras cada vez éramos más cultas y ellos cada vez más lerdos. Nosotros cada vez éramos más fuertes, compaginando trabajo doméstico con vida laboral, y ellos cada vez más vagos.  Mientras nosotros acaparábamos los mejores puestos en la enseñanza superior, ellos eran cada vez más zánganos. Mientras en nuestro escaso tiempo libre realizábamos cursos de yoga, meditación transcendental, literatura creativa, historia del cine, baile de vientre, cocina y macramé e íbamos a conferencias, exposiciones, sesiones de teatro y conciertos de música de cámara, ellos se quedaban en casa realizando las aficiones favoritas de todo varón zopenco: beber botellines de cerveza, quejarse de lo mal que va el mundo y ver vídeos porno por internet. Hemos tomado el poder, Gran Escriba Guardavarones, y ahora ellos en las granjas pueden hacer lo que más les guste, siempre que nos proporcionen lo único valioso que tienen a su disposición : su semen. 
  • Sí, pero nuestras existencias decrecen y no se les ve felices en los establos. La lectura de la obra de las grandes mártires de la revolución no les estimula a seguir produciendo. Y lo mismo ocurre con películas, vídeos y otros materiales propagandísticos que ponemos a su disposición. 
  • Tú y tus hombres, Gran Escriba Guardavarones, sois sus cuidadores; buscad soluciones adecuadas pero olvídate de internet y de revistas pornográficas, se volverían completamente ingobernables y derrocharían la producción. 
  • Entonces solo queda una solución posible: recurrir a las viejas técnicas de copulación.
  • ¡Por Dios, Escriba, eso sería una ignominia, un retroceso, una vuelta a los tiempos oscuros! Además con animales domésticos, imposible. 
  • Podríamos cazar a los machos que se echaron al monte y probar con ellos. No están contaminados de civilización y seguramente su semen será de mejor calidad. Sería una experiencia estimulante para vuestras súbditas más jóvenes participar en un concurso de caza de varones, Divina Faraona.
  • ¿Y luego de cazados habrá que yacer con ellos?
  •  Sí, algo así. 
  • Suena repugnante
  • No se me ocurre otra cosa, Divina Faraona, la situación es realmente alarmante. Necesitamos volver a la normalidad y quizás la presencia de varones asilvestrados facilite la fecundidad de los domesticados. Ya sabe lo competitivos que son entre ellos.
  • Lo sé, lo sé. Hágase entonces. Salud y pureza, Gran Escriba Guardavarones.
  • Salud y pureza, Divina Faraona.

28 febrero 2019

Al habla el Negociado de Revoluciones Pendientes

  • ¿Negociado de Revoluciones Pendientes? Dígame
  • Mire  es que soy tornero fresador en una fábrica de herramientas agrícolas y me han dicho que tienen ustedes un catálogo de actividades bastante cojonudo.
  • No emplee esa palabra, por favor, es impropia. A ver, tenemos un surtido amplio de acciones ludico revolucionarias. ¿Es usted animalista?
  • ¿Animalista? Tuve una gata que se me murió hace dos años. Pobrecilla, me hacía mucha compañía
  • Por favor, vayamos a lo concreto. ¿Cree que hay que abolir los zoologicos y acuarios? ¿Cree que ordeñar a las vacas es una forma de esclavismo o que la pirotecnia debe ser erradicada porque estresa a las mascotas?
  • Pues...
  • Déjelo, busquemos por otro lado. ¿Es usted vegano?
  • ¿Cuando dice vegano se refiera a vegetariano?
  • Los veganos nunca se alimentan con productos de origen animal, en cambio los vegetarianos  pueden hacerlo. Déjelo, no creo que le interese esta propuesta. La actividad consistiría en manifestarse indefinidamente delante de carnicerías y charcuterías contra el especismo que por si no lo sabe, es la discriminación contra los animales por considerarlos seres inferiores.
  • Reconozco que he matado algún mosquito y he cocido marisco en agua caliente. Con respecto a lo otro, lo siento, pero no tengo un tiempo indefinido,  en la fábrica solo me dan dos semanas de vacaciones.
  • Debe ser triste acabar en una fábrica cuando podría hacer otras cosas. ¿No ha encontrado una salida profesional a sus estudios?
  • Abandoné mis estudios muy pronto y además me gusta trabajar con la fresadora.
  • Vaya, un obrero de verdad, toda una novedad en este negociado. Debe ser agotador ser un currante de los antiguos. Con capataces negreros, hiperexplotación y todas esas cosas tenebrosas.
  • Bueno, ahora no es tan trágico como en la época de Dickens.
  • ¿Es usted fascista, acaso? Tenemos varias actividades interesantes si le va esa línea. Puede reivindicar que no saquen del hoyo a Franco  o pedir la expulsión de todos los inmigrantes o si quiere, tenemos un pack muy completo reclamando desde la prohibición del aborto, hasta acabar con las autonomías y los matrimonios homosexuales.
  • No van por ahí los tiros.
  • ¿Cazador?  Pronto habrá varias manifestaciones muy interesantes de la comunidad escopetera defendiendo el mundo rural y contra lo que ellos llaman insidias y calumnias de los animalistas y antitaurinos.
  • Eso no es lo mío.
  • Pero usted es un varón blanco europeo de mediana edad, probablemente heterosexual, eso limita mucho sus posibilidades revolucionarias. ¿ Qué piensa de los inmigrantes?
  • No me molestan, tengo un amigo, Ibrahim que vino de Marruecos y...
  • Con eso de que no me molestan lo ha dicho todo. Pasemos a otro tema, su caso se está poniendo difícil. ¿Es usted patriota? 
  • Tengo fobia a las patrias. A sus himnos y a sus banderas.
  • ¿Anarquista eh? Pues tenemos en nómina a un grupo okupa partidario de la acción directa que acaban de desalojar de una vieja mansión y que quiere hacer una gran demostración de fuerza.
  • Basta.  De una puñetera vez, ¿no me puede ofrecer alguna acción revolucionaria de clase? Un conflicto obrero tradicional. por ejemplo. Nada del otro mundo. Podría ser una de esas revueltas antiguas, con pancartas y banderolas rojas exigiendo mejoras salariales o reclamando que no cierren una empresa. Con una caja de resistencia, ocupación de fábricas y vigilándolo todo, una horripilante unidad de antidisturbios acariciando sus porras, colocándose los cascos o engrasando sus escopetas de pelotas de goma.
  • Lo siento, ese es un producto que hemos dejado de trabajar, no tiene mucha demanda en estos tiempos, salvo casos puntuales. Pero usted es obrero y sabe del tema, organice algo  por si mismo.
  • Yo no podría organizar nada, solo soy un tornero fresador, recuerde. En el mercado de las reivindicaciones. la acumulación de luchas diversas, por muy justas que sean, estropean las mejores intenciones. 

12 febrero 2019

Rebelión amena en la colmena

  • Hola, amigos. Soy el sapo Pepe Perreras . Bienvenidos al programa preferido por todos los animalistos: Al bicho vivo. Hoy con un tema de rabiosa actualidad: ¿Qué está pasando en nuestras colmenas? ¿Por qué están tan alteradas nuestras laboriosas y gentiles abejas? Y para hablar de todo ello, damos paso a nuestro corresponsal en el micromundo entomológico, Petunio Zalamero, el escarabajo pelotero. ¿Cómo va la asamblea, Petunio
  • Zumbona y volátil. De tal animal, tal condición. Pero antes de nada quisiera hablar una vez más de nuestro agraciado conductor. En el sapo Perreras se aúna la inteligencia poderosa con una fuerza de voluntad digna de un dios antiguo. A mayores su capacidad comunicativa... 
  • ¡Basta! Te ruego que te centres en la asamblea de abejas obreras y dejes los piropos para otra ocasión.
  • No se diga más, amado monstruo, pero quiero que sepas que eres mi modelo de virtudes a seguir. Pues aquí las cosas están que arden como decía. El Sindicato de Abejas Obreras está pasando por unos momentos realmente difíciles. Lejanos quedaron los tiempos en que las bravas sindicalistas se jugaban las alas en defensa de las curritas. Aquellas luchas para hacer las celdas más espaciosas y aireadas. Para aumentar el tiempo del bocadillo de néctar de media mañana. Para denunciar la actitud perezosa y displicente de los zánganos, esos machos inútiles y aprovechados. Para visibilizar la necesidad de hacer una selección más rigurosa, democrática y asamblearia del enjambre que acompañe a la vieja abeja reina en la búsqueda de nuevas colmenas ... etcétera.
  • ¿Qué ha pasado entonces?
  • Lo que pasa siempre, amado maestro. Poder y apoltronamiento van unidos como la carne y el hueso. ¿Quién le pone objeciones a una abeja con pretensiones? Yo, por supuesto, no. Fundamentalmente por el posible picotazo. En resumen: las abejas jóvenes están hasta las mismísimas corbículas de las maniobras del sindicato y las cosas han estallado en plena asamblea con consecuencias imprevisibles. 
  • Detalles, Petunio. Queremos detalles.
  • Pues bien, el colectivo de abejas no pecoreadoras, es decir las jóvenes que no pueden salir de la colmena, manifiestan que mientras ellas se matan trabajando; las viejas, con la complicidad del sindicato, están de jarana fuera de la colmena, sin pegar palo al agua y el nectar y polen no lo recolectan ellas, si no que lo consiguen trapìcheando con las apidae de las otras colmenas.
  • Eso es grave, Petunio. Muy grave. 
  • Es grave, pero no es todo, Perreras. También se dice que los del sindicato tienen una larva escondida a la que suministran ilegalmente jalea real, para convertirla en reina y utilizarla luego como posible alternativa a la heredera, a la que acusan de no apoyarles lo suficiente y dedicarse al puro desenfreno con la compañía de un montón de zánganos desocupados. Por último... 
  • ¿Todavía hay más? 
  • Sí, Perreras. Se comenta que los del sindicato han repartido entre los suyos los puestos del enjambre que saldrá con la vieja abeja reina cuando tenga que abandonar la colmena y crear una nueva comunidad. Así la organización se difundirá de forma irreversible por el resto del colmenar. 
  • Habrá una buena bronca. 
  • Los aguijones están preparados. Será una bonita batalla. Pero los del sindicato son muy listos y se las saben todas. Seguramente, los alborotadores juveniles quedarán neutralizados por las buenas, ofreciéndoles algún puesto o regalándoles alguna prebenda, o por las malas, es decir, arrancándoles directamente el pellejo con la ayuda de potencias extranjeras. 
  • ¿Con ayuda de potencias extranjeras? ¿Qué me cuentas, Petunio?
  • Te cuento lo que se cuenta, solo es un rumor, adorado Perreras. Por lo bajo se dice que los del sindicato han contactado con las terribles avispas asiaticas, las espantosas velutinas, para el caso de que las cosas se pusieran muy crudas. 
  • Alta traición, eso es terrible Petunio. Muchas gracias por tu increíble exclusiva.
  • Y que conste, Pepe, que no me has dejado hablar de tu estilo colosal y de tus virtudes desmedidas. Eres el monarca absoluto de la comunicación bicheril.
  • Déjalo ya, te lo ruego.
  • Un puto amo genial. ¿Cuando hablamos de lo mío?
  • En otra ocasión, Petunio, no es momento. Lo dejamos por hoy.
  • Como quieras, divino Perreras.
  • Hasta la vista, amigos. Este ha sido nuestro programa para todo el orbe animal. Periodismo en profundidad. Periodismo de calidad. Periodismo en vivo. Periodismo Al Bicho Vivo.

23 enero 2019

El triunfador no se merece nada mejor

Tal como me habían soplado, el exitoso gurú de las nuevas tecnologías estaba ahí delante, en la entrada del aeropuerto de Kaskarilleira, como recién duchado y más largo que la infancia de un pobre. Esperaba estirado su Vehículo de Transporte con Conductor o si lo preferís simplemente V.T.C. Desconocía en su fenomenal ego bloguero y de conferenciante de éxito; en su ego de hombre atildado y pulcro; en su ego de hombre ocupado, curtido y comedido; desconocía, digo, que me había apropiado del automóvil en el que pensaba subirse y que ahora su propietario, permanecía, algo incómodo a decir verdad, en el maletero de su propio coche.

Hubo el reconocimiento de rigor, me indicó destino y tras dejar la maleta en el portaequipajes, se sentó majestuoso y soberbio en el asiento trasero acompañado de su maletín de piel Louis Vuitton, su iPad de última generación, un portadocumentos de piel de becerro de Dior, una Moleskine tamaño familiar, dos móviles con el símbolo de la manzanita mordida bien visible y una pluma estilográfica Pelikan que debería costar lo que un sueldo de funcionario medio y que extrajo de su impecable americana de sastrería para escribir algo en el blog de notas.

"Le veo muy bien equipado" solté sin estridencias mientras arrancaba.
"Ah"-dijo tras constatar mi existencia física como ser tangible dentro de su espacio vital inmediato. "Es solo lo necesario para mi trabajo".
"Valiente gilipollas" pensé sin recato.
Perdidos mis pudores, me lancé  al asalto "¿Usted es de aquí, verdad?"
"Oh sí, de Kaskarilleira mismo. Mi infancia y primera adolescencia fue arrullada por los lamentos de la mar oceánica y acariciada por la húmeda arena de nuestras  hermosas playas. ¿Acaso me conoce?"
Me chirriaron los dientes con asco pero aún pude decir: "Sí, lo he visto en Internet".
"Vaya, se puede decir que tengo una relativa fama en el medio. No soy un youtuber famoso como los que están en boga pero sí, como influencer tengo algún caché entre los profesionales de prestigio. Ahora mismo estoy organizando un conjunto de charlas que voy a impartir en el M.I.T. acompañado de grandes eminencias internacionales... " Siguió contándome sus planes de futuro dos minutos más y luego se río de forma extrañamente ridícula para hombre tan relamido.

Mi idea inicial era pedirle asesoramiento para trasladar mi negocio detectivesco a las redes sociales. Últimamente no me comía un colín y quizás la solución fuera crear algo así como una oficina de investigación por el Facebook, Twitter o lo que se terciase. El tipo pretendía ser un hacha adivinando el radiante futuro tecnológico que nos espera con toda clase de tecnológicos cachivaches y cuando encontraba resistencias, desacuerdos o simplemente sus previsiones no se cumplían, achacaba la culpa a la brecha digital, al peso del conformismo ciego y a las consabidas inercias estructurales de un sistema que se niega a evolucionar.
Da igual, mi gozo en un pozo. Soy un buen lector de almas y la de aquel tío me auguraba lo peor. No merecía la pena intentarlo con aquel baboso. No, no merecía la pena. Se reiría de mis proyectos y hasta era capaz de darme una palmadita condescendiente en el hombro para consolarme. Di un brusco volantazo y en vez de ir al centro me desvié por un camino lateral mientras se oían las primeras protestas de mi pasajero. Luego paré.
"¿Qué hace? ¿Por qué se está desviado? ¿Se ha vuelto loco? ¿Cómo me hace eso a mí sabiendo quien soy yo ? Abrí la tapa del salpicadero y saqué la VP4, un pistola anestésica de veterinario ...

Hasta cuatro días más tarde no apareció la noticia en los medios. El célebre adalid del mundo digital, el gran guía teórico de la tecnología de la información y de la nueva economía colaborativa, el profeta  de la innovación y del prometedor futuro, había aparecido en extrañas circunstancias aunque completamente ileso en una aldea remota y medio abandonada a un centenar de kilometros de Kaskarilleira
No había mucho más, pero en las redes el rumor creció como una ola hasta convertirse en tsunami: el tipo había aparecido encima de un almiar y su estado era plenamente satisfactorio y feliz después de haberles contado a urracas, cuervos y mirlos, las gratas noticias que el futuro les reserva.

(Capítulo 47 de Kaskarilleira Existencial. Aquí están sus otras historias)

29 diciembre 2018

Guerra total contra los abismos del tiempo

Debes de enfrentarte a tu peor enemigo. Respira hondo antes de hacerle frente.
Cierra los ojos si es necesario. Pero ábrelos cuando lo agarres por las solapas-calendario.
Míralo con desdén, pero manteniendo siempre las distancias.
Ni se te ocurra abismarte en su iris. Su mirada mortal podría succionarte sin remedio a un pozo profundo y sin salida.
Dile lo que piensas. Lo que siempre has creído de él.
Háblale de sus  desmanes y de sus miserias. De como deteriora todo lo que toca con sus leprosas manos. 
De como es capaz de atraparte en su burda rueda mortal y hacerte sentir un despojo.
Cuando le hayas dicho todo.  Cuando te hayas despacho a gusto. Cuando no te impresione ni te asuste.
Sal de ahí corriendo. Huye afuera, sin esperar respuesta.
Pero sobre todo, arroja tu reloj de pulsera, desactiva el tiempo en tu móvil y ni se te ocurra celebrar el Año Nuevo.

11 diciembre 2018

Tratamiento nihilista para vivir sin ilusiones

  • Nada, Doctor Krapp, he seguido todos los tratamientos que usted me ha indicado, pero sigo sin pillarle el truco a ese nihilismo que me recomienda como terapia.
  • ¿Leyó a Cioran como le indiqué?
  • Sí, doctor, y me resultan terriblemente enternecedores sus aforismos. ¿Se acuerda cuando dice aquello de: "La gente me produce asco, tengo asco hasta de mí mismo. Deseo una destrucción completa de todo lo humano, incluidos ellos e incluido yo, ya que no soy especial ni mejor que ellos"? pues mire, nada más leerlo quería salir a la calle para abrazar a mis semejantes. Estoy preocupado ¿y si acabo convirtiéndome en un hippie?
  • No hay peligro. El hippismo, siendo una dolencia de mucha gravedad, en la actualidad solo se da en casos raros y afecta solo a hijos de gente adinerada. Usted es un pobre diablo, no tiene familia que le ampare, solo vive con un perro pedante y por tanto, no está en peligro inmediato. Por cierto, ¿Celine que tal?
  • Celine, bien, gracias. El viaje al fin de la noche, me resulta una lectura placentera.
  • ¿Solo placentera? 
  • Sí, fíjese que cuando leí la cita esa de "El amor es el infinito puesto a la altura de los caniches" Decidí comprarme uno.
  • ¿Un qué? 
  • Un caniche, claro
  • ¿Snoopy se habrá celado?
  • No vea como se puso, Doctor Krapp.  Lo dejó fuera, de patatitas en la calle y hasta me amenazó a mí con una vieja carabina para que no lo dejase entrar de nuevo.
  • También le recomendé la lectura de Schopenhauer y de Kierkegaard.
  • Mire, a mi El mundo como voluntad y representación me resulta una lectura muy poco ligera. El autor es demasiado alemán y demasiado fúnebre, usted ya me entiende. Si le soy sincero solo pasé del primer capítulo. Respecto al danés tiene una angustia demasiado angustiosa para mi gusto. Se ve que era clérigo y también que estaba muy resentido por culpa de aquella mujer, Regine Olsen, que se resistió a sus encantos existencialistas.
  • ¿Será inútil entonces que le hable de Heidegger o Sartre?
  • Más bien. El primero era un nazi recalcitrante y se comportó como un cerdo con Hannah Arendt. El segundo... ¿qué ideología política tenía el segundo? Decía que era comunista maoista y no se cuanta cosas más, pero para mi que su máxima felicidad era lo encantado que estaba por haberse conocido, y eso que era de los tipos más feos que parió el siglo XX.
  • Amigo, lo suyo tampoco tiene buena cara. Además sé que ha seguido mis recomendaciones cinematográficas y ha visto La Naranja Mecánica, Senderos de Gloria, Johnny cogió su fusil, Espartaco, La Jauría Humana, Funny Games, La Jungla de Asfalto, Grupo Salvaje, Perros de paja, La Invasión de los Ladrones de Cuerpos, etc... sin que su situación haya cambiado. Por lo tanto, si no queremos recurrir a la cirugía radical, solo queda un remedio posible.
  • Dígame usted, doctor. La seguiré, por muy traumático y doloroso que sea.
  • Bien, a partir de ahora seguirá sin pestañear una dieta exclusivamente televisiva.
  • Estoy temblando, Doctor Krapp.
  • Empezará con las tertulias políticas de la mañana. Una buena dosis sobre el Procés catalán combinado con las tonterías de los partidos en el Parlamento y todo lo que vaya surgiendo sobre el resurgir de la extrema derecha le dará fuerza y sentido a sus instintos más negativos. Por la tarde, le vendrá mejor algo de ciencia. Un poquito de cambio climático, ese que va a acabar el planeta, combinado con algo más verde, la deforestación de los bosques y el avance de los desiertos, por ejemplo. También algo azul. ¿Qué le parece recrearse con el océano de plástico y mierda que se está cargando la fauna marina?
  • ¡Doctor Krapp, por favor, no me torture de esa manera! Deme algún consuelo para la noche.
  • Para la noche había pensado en un recopilatorio de las noticias más horripilantes del día; pero mejor, una tertulia de fútbol, es decir de disputas entre merengues y culés que es de lo único que se habla en esos chiringuitos. Una de esas broncas donde se chilla, se insulta y se escupe por culpa de las ojeras de Messi porque Luis Suárez ha ido al dentista a ponerse brackets, o porque Benzema o Bale siendo tan inútiles siguen en la plantilla del Real Madrid. Cosas coloquiales, humanas, cercanas.
  •  Cosas terribles, Doctor Krapp. Cosas espantosas que me quitarán la ilusión de vivir y acabarán con mis esperanzas, pero mi cuerpo tiene un límite ¡No sé si podré soportarlo!

12 noviembre 2018

El abuelo dice no

  • ¿Qué tal ahí abajo, Luke, te has hecho daño? 
  • No, llegué bien y ahora me largo, no quiero tener un conflicto edípico contigo. Además me intimida tu físico pulido y tu voz cavernosa, papi. ¿Puedo llamarte  papi?
  • Llámame como quieras, aunque no sé si es lo más apropiado cuando hace un segundo estábamos a punto de aniquilarnos el uno al otro.
  • Ya sabes, el eterno conflicto entre padres e hijos.
  • Podemos solucionarlo, únete a mí como te propuse y hagámonos los amos del tinglado.
  • Papá, me atrae mucho el lado tenebroso de la fuerza ya que tiene una moral menos exigente y dogmática que la nuestra, pero quiero tener una familia. Los dos solos nos aburríamos mucho.
  • Monta una familia si se te sientes necesitado de ella, no habrá inconveniente.
  • ¿Pero estás dispuesto a ser un buen abuelo? ¿Un abuelo de verdad, en toda la real extensión de la palabra?
  • ¿En que consiste ser un abuelo de verdad?
  • Pues lo habitual en estos tiempos: dejar de vivir para ti mismo y vivir la vida que les convenga a tus hijos y nietos. 
  • No me suena nada divertido, concrétame los conceptos.
  • Te enumero. Deberás llevar todos los días a tus nietos  a la guardería interestelar. Luego, entre semana, te quedarás con ellos cuando yo y tu nuera estemos ocupados con algún asunto urgente. Olvídate de los sábados,  me gusta ir  por las noches de cena y baile a algún planeta de moda. Luego puede que tengamos que asistir durante varios días a la Convención Anual de Jedis Renegados, a la Liga Espacial de Guerreros Malsanos o a la Asociación Maléfica de Malotes Planetarios
  • ¿Algo más? 
  • Hombre, ahora que lo dices, podrías tener a los críos a tu cargo mientras esté despachando los asuntos corrientes del imperio. 
  • Te equivocas, mi propuesta es compartir el mando contigo no que me suplantes. Además no hay perspectiva de que tengas herederos. En los mentideros de la corte imperial se dice que el joven Skywalker podría ser gay. 
  • No soy gay y si lo fuese podría adoptar algún hijo, mi obligación es mantener la hegemonía familiar durante los próximos siglos. Sin embargo es un hecho que tú te harás mayor y que el reverso tenebroso no te protegerá de la inevitable decrepitud. Serás anciano y como tal, deberás cuidar de tus nietos como un abuelo moderno. Estoy seguro de que el cuidado de tus nietos te redimirá de tus muchas fechorías, Papá Anakin
  •  ¿Pretendes que me convierte en uno de esos viejos blandos y frágiles esclavizados a un montón de niñatos malcriados por la increíble condescendencia de sus padres? ¿Acaso quieres convertir al espeluznante Darth Vader en el babero de tus hijos? 
  •  Seguro que encontrarás múltiples emociones limpiándoles las caquitas, contándoles alguna de tus historias tremebundas o dejando que jueguen, criaturas, con tu oscuro y tenebroso yelmo. 
  •  Mi yelmo me da la vida y pretendes que la pierda a manos de unos chiquillos mocosos y consentidos mientras aún puedo dar guerra. Claro, de esa manera, en el momento en que empiece a chochear, no te costará nada expedirme como chatarra espacial a algún lejano planeta basurero 
  •  Lamento que no aceptes tus obligaciones. 
  • ¿Mi obligación? Tus hijos son tuyos, no míos. ¡Qué los cuide algún robot nodriza! A vosotros los jóvenes os confunde la ambición y pretendéis libraros de todo lo que pueda perturbarla. Sois unos insensatos abandonando a vuestros hijos en manos de vuestros ancianos padres que lo único que aspiran a un poco de paz después de una vida de ajetreo. 
  • Tú también me abandonaste y te mereces tu castigo. 
  • ¿Optas entonces por la solución edípica? Como quieras, joven Skywalker, voy a por ti. Recuerda que aunque la fuerza está contigo todavía no eres un jedi. Estás derrotado. Resistir es inútil...

10 octubre 2018

En las entrañas del castillo de las mentiras

Allá donde Kaskarilleira pierde su gloriosa nombre para convertirse en refugio de potentados, en las entrañas del castillo de las mentiras, ruge el mandamás de la prensa exigiendo al director de su diario, ese cretino descerebrado, que se largue ipso facto a cumplir sus órdenes depredadoras.
Cuando el subordinado escapa servil, el magnate se pone a pasear una y otra vez por su despacho de 200 metros cuadrados sin darle la más mínima tregua a su ancianidad venerable que sucumbe ante los estertores de su furia juvenil.
 De repente, suena un silbido característico y conocido. No procede de las victimas de sus fechorías, que en negros titulares y a cinco columnas pueblan las paredes de su gabinete. El sonido viene, sin duda, del retrato que está encima del mayestático sillón donde el abuelo fundador ha decidido volver a la vida abandonando su pose decimonónica y polvorienta. Ahora se ha puesto de frente en plano americano, con los anillados dedos en los lados de su boca que es como un oasis sonrosado en la larga barba amazónica que cubre el anticuado levitón. Arriba, los dos globos oculares luminosos como farolas iluminan el fondo de la profunda sima que los rodea. Está cabreado, solo cuando está cabreado es capaz de cambiar inmovilidad fotográfica por una movilidad efímera, familiar y reñidora.

  • Joder, nieto, no das ni una.
  • Ya vale, abuelo, no te metas en mis asuntos que me acojonas.
  • Tus asuntos son mis asuntos. Los asuntos de mi linaje. La memoria de mi obra. La herencia actual de aquel diario progresista que fundé en el siglo XIX.
  • No presumas de progresista, te recuerdo que luego te pasaste a los monárquicos y te dieron buenos cargos.
  • Nunca dejé de ser una persona demócrata de corazón avanzado. Yo fui el que levantó el entramado que te ha permitido a ti vivir como un opíparo señorón y ser parte de esa  grimosa élite entre la que tanto te pavoneas.  
  • Los tiempos son otros. Sin esa élite no tendríamos futuro.
  • No me mientas que soy tu abuelo, tú lo que quieres son las pesetas que ellos poseen, te importan una mierda sus personas. ¡Vampiro!
  • Sin cash no hay tu tía. Ah y no hay pesetas, abuelo, ahora todo va en euros. En millones de euros.
  • No entiendo tu lenguaje obsceno y mercantil, pareces un judío.
  • Tampoco se puede decir eso, abuelo. Desde el Holocausto eso es terriblemente incorrecto.
  •  La cuestión es que el periódico está hecho una mierda y más parece el portavoz de alguna organización mafiosa. ¿Cómo se te ha ocurrido contratar a esa pandilla de cafres? ¿Y esas campañas funestas y golpistas contra todo lo que huela a progreso? ¿Cómo puedes lanzar tantas mentiras, tantos infundios, tanta difamaciones? ¡No somos unos jodidos carlistas trogloditas, coño!
  • Las deudas abuelo, las deudas te hacen ser cualquier cosa. Hay que pagar aventuras pasadas que no salieron bien y los reaccionarios que están en el poder disponen de la pasta de las gentes. La pasta nos permite sobrevivir y a cambio...
  • A cambio hay que vender el alma del periódico y sus principios.
  • Ya no tenemos principios, abuelo.  En realidad nos contentamos con no tener un triste final. 
  • ¿Cómo puedes decir eso?
  • A decir verdad, tampoco nunca los respetamos en exceso. Sobrevivimos a los acontecimientos de cada época y ahora las cosas se han puesto difíciles para la gente como nosotros.
  • Entonces no hay futuro y si no hay futuro ...habrá que tomar medidas.
Fue un golpe seco. El cuadro se escapó de la pared, ascendió unos metros en súbita levitación, dio unas inusitadas vueltas en el aire y cayó justamente encima del gran magnate de la prensa, ese hombre poderoso y casi inexpugnable en su despacho de 200 metros cuadrados situado en las entrañas del castillo de las mentiras. Allí donde Kaskarilleira pierde su glorioso nombre para convertirse en refugio de potentados.

07 septiembre 2018

Descubriendo la entrada al Paraíso

Descubrí la entrada al Paraíso Terrenal una tarde de septiembre, mientras recogía moras y eliminaba plantas invasoras en una finca abandonada y condenada a la piqueta en las afueras de Kaskarilleira.
Me había adentrado por el hueco de un muro medio derrumbado y  esquivando las inmensas zarzas logré penetrar por aquel terreno resbaladizo. Había un miserable chamizo con la puerta cerrada donde en tiempos laboriosos sus antiguos habitantes debían guardar los aperos. Ahora seguramente estaba abandonado o sería nido de jeringuillas y demás aperos de la modernidad caballuna. Un detective privado no puede dejar de liberar cualquier estancia privada de luz y allí me fui.
Jodida trampa, literalmente me vine abajo envuelto en una nube de tierra y hojarasca. Un metro, no más. Resultado: un susto, cierto sentimiento de ser un capullo y el afán de limpiar el polvo que se me había incrustado en la camiseta y en el viejo pantalón que usaba como avezado cazador de moras.
Comprobé que estaba en un túnel oscuro con cierta luminosidad al fondo a la derecha. Anduve diez o doce metros a lo sumo y llegué a una gran cripta mortuoria, aunque sin fiambres a la vista.
En su lugar encontré un tipo de más de dos metros cuarenta de altura, larga melena blanca de esas que quedan tan chulas cuando hay viento, vestido con una túnica adlib años 70 y con pinta de guiri. Parecía custodiar una enorme puerta de dos hojas muy brillante, quizás de mármol o de cualquier otro material inmensamente noble. Llevaba un cinto dorado y una especie de vaina en el lado izquierdo. A su lado descansaba un bulto de plumas
Pensé: "Ésto es Ibiza, solo en Ibiza se puede ver algo así. Seguro que es una de esas discotecas que te exprimen hasta él último euro y luego te aburres como una ostra junto a cuatro pelagatos paganinis como tú; mientras los VIPS, que han entrado de gorra, se lo pasan a lo grande en la zona reservada."
  • ¿Cuanto cuesta la entrada? 
No me respondió
  • ¿Entiende lo que le digo?
  • Aquí nadie entra, solo sale.
Nunca había oído nada semejante. Su voz era poderosa e hiriente, retumbante. Me tuve que agarrar al muro para no caerme allí mismo. Viéndome en un aprieto, el bigardo me susurró.
  • Usted perdone, no estoy acostumbrado a recibir visitas.  
  • ¿Entonces el negocio va mal?
  • Esto no es un negocio, es el Paraíso Terrenal, el del Génesis.
  • No le creo. ¿Cómo va estar el Jardín del Edén en una finca abandonada en las afueras de Kaskarilleira y al lado mismo de los hospitales?
  • Está es una de sus múltiples entradas, hay cientos de ellas por todo el mundo. 
  • Si eso fuera cierto, usted sería... 
  • Un ángel, concretamente un querubín.
El tipo seguía sin alzar la voz, pero al decir aquello me aparté un poco.
  • Debe comprender que no puedo creerle. Su paraíso perdido me resulta ajeno. Veo más próximo el Reino de Dios, el Nirvana, los Campos Elisios o el Valhalla y sin embargo, están allá arriba en el cielo y no en la Tierra. El Jardín del Edén y sus vicisitudes derrotistas me resulta muy descorazonador para la especie humana. Es mogollón de chungo. No hay esperanza en ese paisaje de la Biblia, solo fracaso y desolación. Si me hablase usted del paraíso socialista o de la Yanna islámica sería aceptable pero...
Era una charla insensata e incontrolable, pura palabrería pedante para dominar el miedo y otorgarme cierta seguridad frente a aquel bicharraco angélico. Los efectos no fueron los deseados. El querubín se estaba cabreando de verdad y se iba pareciendo más al ángel exterminador del Apocalipsis que al segurata cumplidor del Génesis. Pude comprobar que se le estaba erizando la melena de forma extravagante, la mirada se le iba afilando desde el centro de los ojos  como si fuera a lanzarme un rayo láser y sus manazas, convertidas en garras siniestras, se iban acercando al cinto dorado. Ciertamente no había leído el "Tratado sobre la Tolerancia" de Voltaire.
  • ¿Si quiere le enseño la espada flamígera? 
Lo dijo otra vez con voz tonante y sacando de la vaina una enorme espada de fuego, la exhibió sin vergüenza delante de mis ojos.
  • Buah neno, una ful;  es más impresionante la de Darth Vader.
Quedó paralizado en un momento de confusión y yo aproveché para lanzarme sobre el bulto de plumas que como habréis pensado ya, que sois muy listos, eran sus alas de quita y pon. Luego me las coloqué en la espalda y salí como un cohete a través del túnel. Minutos más tarde choqué contra una pared rocosa, caí al suelo, hice recuento de daños sin observar síntomas preocupantes y subí por una rampa de tierra hasta la superficie. Hice saltar la tapa de la alcantarilla y el ruidoso tráfico de mi amada Kaskarilleira me abrazó entre sus recovecos.