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31 marzo 2023

Lo que Judson inventó, no siempre nos unió

Sí, a ti Whitcomb L. Judson. 
A ti te le digo.
Te sientes orgulloso, ¿eh? Seguro.
Claro, el gran inventor se siente satisfecho de su obra.
Primero lo intentaste con un tranvía moviéndose por aire comprimido a través de un sistema de pistones subterráneos. Conseguiste que te montaran una línea para probar tu cachivache y nada menos que en la capital. En Washington.
Durante dos semanas tuviste a la población en vilo:

  • Ohhh el Ferrocarril Neumático de Judson. Ohhh, el futuro esplendoroso ya está aquí. 
Fracaso estrepitoso. Los tranvías eléctricos resultaban más económicos y prácticos.
No te conformaste. No señor, seguiste erre que erre.
Sacabas patentes al mercado como un mago saca un conejo de la chistera.
Seguro que te decías:

  • Alguna caerá, digo yo
Y cayó. Vaya si cayó. 
En 1890 inventas un instrumento maligno.
Diabólico.
Asesino.
Es cierto que tú no le pusiste el nombre. Es cierto que solo pusiste a andar la máquina y que luego otros la hicieron más compleja, más sutil, más terrible. Algo semejante a ese Dios téista, mero creador del Universo, que admiraba Voltaire y que los antidarwinianos utilizan para recusar el evolucionismo.
¿Recuerdas cuando Mr. Anderson, examinador de patentes, frunció el entrecejo y rechazó tu invento en gesto benevolente hacia la humanidad futura? 
Poco duró la cosa. El buen hombre te pidió que lo mejorases, porque se parecía demasiado a otros artefactos que habían pasado por aquella pulcra oficina.
Te pusiste a trabajar -obsesionado por la idea que no te dejaba dormir- y presentaste tu mecanismo de nuevo en 1893.
Fue aprobado y las lágrimas rodaban hasta tu barba de orgulloso inventor.
No había duda, la Humanidad  te debía una.
¡Qué feliz eras en la Feria Mundial de Chicago y luego cuando pusiste los cimientos de tu empresa, la Universal Fastener Company!
Al principio la cosa no iba bien del todo ya que los fabricantes desconfiaban de aquel extraño producto que no siempre funcionaba como debía. Hasta que tu empresa contrató a aquel ingeniero sueco que mejoró de forma ostensible aquel  primitivo aparato.
Crecieron sus dientes, pero se siguió atorando.
Se siguen atorando hoy en día, aunque aparentemente hubierais conseguido "la unión perfecta entre machos y hembras" como decías.
No tan perfecta.
Si lo piensas bien, no puede haber una unión perfecta entre machos y hembras.  Y mejor así.
Lo sabes bien.
Lo tuviste que saber desde el momento en que te hiciste responsable de ese instrumento que atormenta nuestras vidas y que cuando somos cadáveres, nos las cierra al mundo, embutidos en esas tremendas bolsas oscuras en las que nos conducen a la funeraria.
Malditas cremalleras.

 
 (Publicada en este blog el 6 de noviembre del 2009)

16 marzo 2023

Disputados amores en el Congreso de Diputados

  • ¿Crees que un cuarto de la limpieza en el Congreso es el lugar más adecuado para el encuentro apasionado entre dos señores diputados, churri?
  • Una señora y un señoro, carca mío, que no se te olvide.
  • ¿Cómo se me va olvidar, chiqui,estando con quien estoy, una heroína de la lucha femenina?
  • De la lucha feminista, mi estimado cavernícola.
  • A mi me chiflan las heroínas, tan bravas y poderosas.
  • Por favor no me saques el listado de heroicas matronas que aceptan los de tu cuerda. Juana de Arco, Agustina de Aragón, María Pita y demás...
  • No, también soy consciente de lo dura que resulta tu doble vida. La oficial con tu pareja boll...
  • No lo digas o recibes un trompazo, eso solo lo podemos decir nosotras.
  • Vale ...y por otro lado la aventura secreta conmigo.
  • ¿Aventura secreta? No me hagas reir, eres solo un caprichito temporal en mi subida al estrellato. Entre mi gente nadie ha llegado nunca tan lejos. Ligarse a un facha como desafío al sistema opresor.
  • No me reduzcas a un cliché. Soy un hombre bragado y orgulloso. Un adalid de la vieja escuela. Un guerrero que lucha por reconquistar los valores morales perdidos por culpa del relativismo progre.
  • ¿Cuando hablas de reconquistar te refieres a la chorrada de poner una banderita en el Peñón, machirulo mío?
  • Sabes perfectamente a que me refiero. Por cierto, no te agites tanto que el cuarto es estrecho y tú ocupas lo suyo.
  • ¿Me estás llamando gorda, gorilón grandullón?
  • Puedes ser tan pesada que es dificil saber si estás gorda o delgada. Pero al menos tienes salero y hablas gracioso, siendo una brasas de cuidado. Irresistible para un tipo apasionado como yo. 
  • Será que tu rollo ultra se combina bien con el mío.
  • Eres como yo, no tienes límites. Has venido a comerte el mundo antes de que el mundo venga a comerte a ti.
  • Primero tendrán que aguantarme un rato.
  • Deja que sea yo el que lo haga. Aguantaré lo que haya que aguantar y comeré lo que haya que comer. 
  • Humm eres un pretencioso machote.
La puerta se abre...
  • Disculpen, señorías, pero tengo que coger las fregonas y la lejía.
  • ¿Sabía que estábamos aquí?
  • Claro y la prensa de ahí fuera. Hace tiempo que no había tanta expectación. Están con las cámaras, los micrófonos y todo el tinglado preparado. ¿Quieren que les traiga unos vasos de agua o prefieren una tila para dos?

24 noviembre 2022

Cuento de los 40 bribones y los 40 ratones


He llegado a saber que allá lejos, donde el paisaje se convierte en desierto, existe un reino pequeño y muy opulento, mimado por los poderosos del mundo, desde que descubrieron tesoros líquidos debajo de las arenas. Sus sátrapas, caprichosos y consentidos, no ignoraban que algún día la fuente de su riqueza se acabaría agotando y decidieron usar sus ganancias en mil empeños. Compraron bancos, empresas, terrenos, equipos, ejecutivos, compraron políticos, mundiales y también voluntades.
Pero claro, ellos no se iban a quitar el turbante, ni abandonar sus harenes, ni estropearse sus cuidadas manos de manicura para construir sus propios sueños manchándose en trabajos viles bajo el diabólico sol del verano. No, para eso estaban los de fuera. Los  inmigrantes oscuros llegados de cualquier parte, necesitados de algo por no ser poseedores de nada.

Kamal estaba exhausto ese noche, aunque no más que el resto de los días. 12 horas de trabajo interminables bajo el espantoso calor y ese dolor persistente en la espalda tras transportar sacos y más sacos de escombros. Esa agua sucia maloliente nunca le saciaba y menos la interminable sensación de impotencia ante la desalmada agresividad de los capataces. Lo único que le había compensado, era un objeto brillante encontrado entre las obras. Estaba lleno de mugre pero parecía muy valioso. Tuvo que esconderlo de la voracidad de los vigilantes, tan miserables como para robar a los más miserables. Era dorado y se puso a frotarlo para ver su inscripción. El mundo cambió por completo.

Una niebla blanca inundó el cuarto y Kamal del susto, se cayó del jergón. Un segundo más tarde, la niebla se había corporeizado en un hombre alto vestido con una túnica blanca que hería los ojos. Aquel personaje, o cosa, pronunció unas palabras en árabe que Kamal no entendió.

  • I don't know arabic, I speak hindi.
  • I am the genie of the lamp. 
  • मैं चिराग का जिन्न हूं. 
  • No domino tu idioma, pero sé la manera de que podamos entendernos. ¿Me entiendes ahora?
  • Lo entiendo, pero estoy asustado, espero que no quiera azotarme por algo que haya hecho mal. 
  • No soy uno de tus capataces. Soy el espíritu que habita en esa lámpara. Algunos me llaman genio, pero no quiere pecar de soberbio.  Soy un ejecutor de deseos. Pídeme tres y te dejaré tranquilo.
  • ¿Y a cambio me pedirás que te ponga en libertad?
  • No es necesario, volveré a la lámpara. Tu mundo es demasiado perverso para mi gusto. Volveré a mi lámpara de confort hasta que encuentre un futuro mejor. Decídete, tienes poco tiempo.
  • Humm..quiero una casa con campos de arroz para mi familia.
  • ¿El segundo?
  • Quiero salir de aquí y vivir con ellos, lejos de esta podredumbre.
  • Queda el tercero.
  • ¿En el cuento de Ali Babá eran 40 los ladrones, no?
  • Exacto
  • Aunque hay muchos, quiero que los 40 bribones más grandes de este país, se conviertan en 40 ratones durante 40 segundos.
  • Voilà, bro.
Fue una noche dura la que se vivió en los prodigiosos rascacielos de la moderna ciudad y en algunas fabulosas mansiones de su cercanía. 
Alguna cena, cita o recepción se vino abajo, tras ciertas asombrosas metamorfosis. Hubo desmayos, chillidos, blasfemias, correteos, escobazos y alguna ruptura sentimental. Un frenesí ridículo que no tengo tiempo de narrar, porque el protagonista es Kamal, feliz, a 3.000 kilómetros y de vuelta a su hogar.

14 octubre 2022

Yo era la rabia

  •  Chorbo, chorbo...
Aquel tipo me abordó por la espalda cuando volvía a casa. Venía corriendo, sudando y al alcanzarme, no tuvo mejor ocurrencia que pegar sus pringosas manos en mi cuello. Mi reacción fue inmediata. Un codazo en el estómago, un trompazo en la cara y adiós muy buenas. Cayó como un paquete.

  • No me llamo, chorbo. Soy Fiz Arou. -le solté airado desde mi verticalidad incólume.
  • Lo sé, tío, lo sé, pero también sé que a un kaskarilleiro como tú le gustan esas expresiones populares y  de barrio- estaba tirado, tocándose la mandíbula y su voz sonaba lastimera. Era feo. Tenía cejas finas y  arqueadas propias de un sádico, párpados caídos como un cínico, y bigote y barba aparentemente descuidadas. Debajo unas bolsas oscuras pendían de los ojos. Había visto antes aquel careto. Me sonaba. 
  • Solo soy campechano con mis amigos y tú no eres de los míos, por mucho que tu cara de capullo la tenga archivada en mi sesera.  
  • Claro, yo soy un tipo conocido como periodista. No es por presumir, pero tuve algo que ver en que Kaskarilleira cambiara de gobierno, aunque no de amo. - Soltó una risa de hiena con su propio chiste. Aquel gilipollas quería congraciarse conmigo usando los trucos más baratos. Ya estaba de pie y le pegué un mínimo empujón hacia el colchón abandonado más próximo.
  • Vaya, he caído en blandito. A ver, no te alteres, solo quiero que en tu calidad de detective me eches una mano.
  • ¿Tienes guita?
  • Tengo algo ahorrado de lo que me dieron cuando me largaron del periódico y lo que he sacado ahora en ese digital de mierda en el que me he metido.
  • Por partes. ¿Por qué te echaron del periódico?
  • Dijeron que no les gustaba mi estilo. Demasiado agresivo. demasiado sangriento. Después de liquidar a los anteriores, habia que calmar el panorama.
  • ¿Y no te dijeron que eras sensacionalista, fullero, mentiroso, manipulador, grosero y extremado?
  • No fue necesario, a ellos les vino bien cuando curré como sanguinario. Reconozco que me excedí un poco, para que negarlo. El hecho es que muerto el gato, se acabó la rabia. Yo era la rabia- volvió a su risa repelente.
  • ¿ Y qué quieres ahora de mí, sanguijuela?
  • Quiero que le des una lección al mandamás del periódico por darme la patada y que lo hagas en la ocasión más solemne, delante de todos los vips políticos, sociales, culturales y económicos. 
  • Eso suena muy ampuloso.
  • Sería en la entrega de los premios al fundador. En la cena. A mí me tienen fichado porque les amenacé y no me dejarían entrar. Tú podrías disfrazarte de camarero y disolver en su copa o en su té, esto que tengo en el bolsillo. -sacó del bolsillo de la americana un envoltorio blanco que puso delante de mis ojos.- Tranquilo, es un hongo en polvo para colocar en la bebida, pero es inofensivo. más allá de una ligera perturbación.
  • ¿Querrás decir alucinación? ¿No será un tripi de LSD
  • No, para nada, mucho más ligero y de acción corta. Le vendrá bien, quizás le hará recordar durante unos minutos su época de rebelde de familia bien, lástima que vaya a hacerlo en un momento tan protocolario y formal.
  • ¿Me lo enseñas?
  • ¿No te fías de mí?
  • Enséñamelo si quieres que te ayude.
  • Está bien- lo abrió en mi presencia y me dejó ver su contenido 
  • Unos polvos blancos que quizás antes fueron setas -el incauto inició una sonrisa abierta y se disponía a soltarme una de sus risas, cuando  arrebaté el envoltorio  de sus manos en un gesto atrevido y se lo lancé hacia la boca, como un polvorón de Navidad. Tuvo un mal tragar. Soltó un sonoro GLUP, seguido de una tos ahogada.
  • ¿Crees que soy tonto? ¿Cuánto tiempo tardarías en intentar congraciarte con tu exjefe poniéndole al corriente de quién fue el autor de la faena? ¿Cuánto tiempo tardarías en solicitarle hacer a mi costa una exclusiva sobre el tema?

15 septiembre 2022

Los viejos han perdido la onda

  • ¿Me llamas a tu despacho para felicitarme por el programa de anoche?
  • No, ese es un tema menor.
  • ¿Un tema menor? Seguro que nadie esperaba que el batería dijese semejantes cosas del que fue líder de su grupo durante tantos años. Tendrías que ver la cara de espanto del biógrafo que trajimos al programa, cuando el viejo contó que el genio era un hijo de mala madre, que los extorsionaba para ponerse un pico y luego les dejaba tirados en los conciertos, que no les pagaba sus derechos y que siendo un trabajo de todos, el  tipo se apropiaba de las aportaciones de sus propios músicos. 
  • Nada nuevo. Ahora sé hacen documentales y series para enseñarnos la cara malvada de los grandes ídolos populares, seguramente porque la masa necesita focalizar en ellos sus propias frustraciones. Sabiendo que eran imperfectos, en algún caso auténticos hijos de puta, los sienten más cercanos, no tan divinos de la muerte. Además el tuyo no deja de ser un programa de radio. 
  • Un programa de radio con más de 40 años de historia y de gran audiencia.
  • Lástima que se haya acabado.
  • ¿Qué? 
  • El de ayer fue tu último programa. Llegó tu hora, según el convenio colectivo te toca jubilarte. La semana que viene te sustituirá gente nueva. 
  • ¿Y me lo dices ahora de sopetón, sin avisarme?
  • Debías de preocuparte por esas cosas y no vivir como un topo, escondido entre tus discos.
  • ¿Me va a sustituir  alguno de tus jóvenes amiguetes con alguno de esos programas intercambiables e indistinguibles? ¿Uno de esos programas banales que tratan a los jóvenes como capullos descerebrados y aderezan todo con música de mierda?
  • No te excites, solo queremos atender las demandas de un gran sector de público joven, la mayor parte del cual pertenece a las generaciones Z y millenial, hiperconectados a las redes sociales y con un fuerte arraigo a las últimas tendencias. La música es un complemento más de su día a día y en ella encuentran un elemento identificador para expresar su personalidad, especialmente en el género urbano ya que no existe una barrera idiomática.
  • La música será un complemento, pero no escuchan la radio, es demasiado sofisticada para sus oídos machacados ¿Además, qué coño es el género urbano?
  • Esperaba otra cosa de ti. Es la música que recurre y mezcla sonidos, texturas y ritmos característicos de géneros tradicionales como son el r&b, soul y hip-hop, así como el reggaetón, dance hall, mombathón, bachata, latin dance, old school, dembow o el trap.
  • Un coctel vomitivo, vaya. Te estás cargando el espíritu de esta emisora. Un referente histórico cuando se trata de hablar de pop, rock, soul, jazz, folk, electrónica, músicas del mundo etc... 
  • Música para viejos. Música para gente instalada en el búnker de la memoria y los recuerdos. Queremos gente nueva en los dos lados de las ondas. No necesitamos oyentes ancianos. Nos sobran los viejos boomers que tocaban y tocan la guitarra con el palo de una escoba pensando que son Jimi Hendrix o Jeff Beck y que de vez en cuando pasan con nostalgia un trapo por los viejos vinilos de las estanterías.
  • Tú eres un boomer como nosotros y ahora actúas como el típico converso fanático por miedo a perder la onda de la actualidad. Aunque a lo mejor, lo haces por interés. Quizás te interesa eliminar a aquellos que brillan más que tú y pueden hacerte sombra.
  • Aquí tienes el convenio. Tengo la legalidad de mi parte y poder para decidir lo que quiero. 
  • Mientras tanto nos jodes a los demás y conviertes esta emisora en una de esas basuras cutres que aterrorizan el dial.
  • Es lo que hay. Cuando empezó el rock and roll, muchos de los locutores tradicionales dedicados a la copla o a la música melódica pusieron el grito en el cielo.
  • ¿Crees eso?  No es lo mismo. Ahora nos están vendiendo mierda adulterada. Gente que no canta y si lo hace, se vale de máquinas que falsifican la voz. Gente que recita de forma cansina y chulesca. Con letras cutres y en argot barriobajero para demostrar que están con los de abajo y que juegan a la provocación canalla. Usan golpes percusivos repetitivos y abusan del sampleado. No hay estructura musical, ni armonías, ni belleza en las formas. Ni siquiera hay una expresión emocional al que agarrarse. Todo es burdo, primitivo y simplón. Aquí te pillo, aquí te mato. Todo con falsos aires latinos. El punk era provocador y primitivo, pero era emocional y dinámico.
  • Vale y con todo eso, ellos vienen y tú te vas.
  • Montaré un podcast y veré como te estrellas cuando quedes sin oyentes, mamón.  Por cierto, siendo boomer ¿te acuerdas del comediscos?
  • Me suena.
  • Un tocata vintage, para fardar en la playa y en los guateques. 
  •  ¿Qué me quieres decir?
  • Voy a usarlo contigo. Empleando el disco que me regaló el viejo batería con grabaciones inéditas de su grupo. Haré que lo tragues. Simplificándola al maximo, modernizará esta tecnología y hasta diría que la humaniza poniéndolo al alcance de las nuevas generaciones. Podría ser otro elemento identificador para expresar su personalidad. 
  • Salvaje. No lo harás. Seguridad, saquen a este viejo loco de la emisora.
  • Tranquilo, me quedo con la otra copia.


16 agosto 2022

María Pita y otras tipas montando batalla

(Imagen del comic de Cesar Herce et al.- María Pita. ISBN: 8409216035)


Aquellos malotes entraron destrangis hacia las 8 de la mañana. Era una flota del copón, casi 140 barcos, y los trece mil hombres a bordo ni por asomo se parecían a esos guiris de crucero, pinpines a pensión completa. Siendo unos kíes borrachuzas de mala muerte, buscaban bulla y darnos el palo. Teníamos atorados en el puerto algunos barcos de la Invencible, esa armada ful de Estambul, y les pillábamos de pinga porque iban para Lisboa a colocar de rey al pagafantas candidato llamado Prior de Crato

Capitaneaba a los ghichos, el kiocho de Francis Drake  pero debía ser un Juan Batallas, ya que no se movió de su kel en el puesto de mando mientras enviaba al julai de John Norris como comandante de las fuerzas de desembarco.

Nuestra defensa la llevaba el marquesito de Cerralbo, que ha quedado muy bien en los papeles, pero que dejó a su suerte a los vecinos de la Pescadería, los currelas del puerto y la pesca, mientras se atrincheró tras las murallas donde vivía la hidalguía y los milicos. Así la purrela dejaba atrás todo lo que tenía y ayudaba a mantener la defensa arriba, carretando piedras y llevando manduca a la peña noble. A cambio, lo perdieron todo, mallaron en ellos y les choraron hasta la camisa. 
Es el caso de Inés de Ben que tenía un chiringo abajo y cholló de lo lindo llevando jalufa y cerellando en las murallas. La chorva se jugó el pellejo  dando caña a los chuzas británicos, pero  después  de recibir dos tiros que le furaron el gepeto y una penca, se quedó sin nada, nel del panel. Pasada la película, a la Corte de Felipe-dos y Felipe-tres lo suyo se la sudó mucho y ella, sin ayuda ni guita, acabó pidiendo por las calles. 

Otro caso es en la que estáis pensado, canallas. La heroína María que no se llamaba María o al menos hay dudas al respecto. Las fuentes hablan de que María era Mayor pero no porque fuera milico, así le pusieron en la pila: Mayor Fernández Da Cámara Pita. Otra tipa de armas tomar, pero con mejor grelo que la pobre Inés. Mujer rica, mujer pobre. 
Por lo que sabemos, María era una tipa brava a la que le molaban los carniceros aunque estos  le duraron menos que el costillar de una vaca en la tienda. Por aquella, estando viuda de uno se casó con otro, el tal Gregorio de Racamonde, un pavo  duro de pelar que luchó hasta dejar el último bafo cuando los hijos de la Gran Patraña hicieron una brecha en las murallas y le dieron un mollao por donde lo pierdes todo. Lo de la brecha fue duro, pero lo de su chaveo le llegó al alma y María se pilló un rebote de mil demonios cogió la lanza del inglés, el hijo con rango de algún capitoste, y se la clavó de través. 
¡Mima, la que se armó! Soltó aquello de "Quén teña honra que me siga" y la peña se puso muy kíe y les montaron una buena marimba a los ingleses que salieron por patas hasta la próxima embestida. 

Viendo la cosa liada, los tommys se conformarón con hacer el hooligan en los barrios bajos, ponerse como suelen preas de alcohol y llevarse todo lo llevable, más por honrilla que por otra cosa. Al final se piraron, dejando mil y pico muertos además de unos cuatro o cinco barcos hundidos en la bahía. En venganza, Drake que era un tipo muy chungo y resentido, saqueó las tierras gallegas del sur, llegó a Lisboa donde volvieron a zumbarle porque andaba un pelín rilao y no quiso arriesgarse, para acabar su aventura desastrosa en las Azores.  Isa, la Reina Virgen aunque hay sospechas, se la pió por jiñarla tanto y degradó al pirata/almirante sin dejarle salir de rachí hasta 6 años después, donde jumeando con los españoles perdió su aclamada vida de canfurneiro.  

María no achantaba. No achantaba ni con la carne que vendía, ni con los guiris invasores, ni con las julandradas burocráticas de la Corte de los Madriles. Por eso siguió pleiteando, consiguió rango y pensión de alférez y un negocio de exportación de mulas desde Portugal. Tuvo dos maromos más, el cuarto le duró un rato y oficialmente murió en 1543, pero desde hace unos años ha decidido subirse a un estatua y quedarse de piedra.

24 febrero 2022

Antes de que empezase la bronca


... Tenía esta historia preparada para hoy:

 Las puertas abatibles del saloon se removieron asustadas al ser empujadas por los poderosos brazos de Vlady El Terrible. Los parroquianos apoyados en la barra, tras mirar alarmados al recién llegado forastero, optaron por precipitarse debajo de la mesa de billar. La polvorienta cantina, también cogida por sorpresa, decidió apocarse ante aquella mirada de tundra que asustaba a los valientes. Una mirada que durante un segundo se iluminó con un brillo de quasar al ver en la mesa del fondo al grupo de jugadores de Risk

Vlady El Terrible tableteó con sus poderosos dedos  sobre el mostrador y soltó un desafío cortante: 

  • Los cowboys de Occidente no se enteran, lo que su absurda intromisión provoca. Quizás por tener en sus oídos mucha cera o por tener halitosis en la boca.

Al jerarca inglés casi se le atragantó su cuarto scotch whisky y con el susto intentó levantarse de su silla para luego caer de plano haciendo saltar las fichas. Con voz pastosa, se dirigió a sus compañeros de mesa y les soltó un: 

  • Shit, shit. ¿Habéis oído a ese cabrón?
  • Ni caso, premier - le tranquilizó Joe El Temblón  con voz espasmódica y acento arrastrado - Sabemos por la CIA, la NSA, la NRO, la NGIA, y la DEA que antes de sus discursos importantes hace que le pongan viejas películas de James Bond acariciando un gato persa.
  • ¿What? -se atrevió a contestar el inglés, que aunque había estudiado Filología clásica, su nivel de alcohol en sangre le impedía entender las sutilezas del lenguaje que se gastaban en la vieja colonia británica del Nuevo Mundo. 
  • ¿Se creerá líder de Spectra?- soltó el alemán. Nadie le hizo caso, era nuevo y tenía que ganarse la confianza de sus compañeros de Risk

Vlady se había apoltronado con gesto chulesco en la barra, poco después de que se le hubiera servido un líquido blanco en copa pequeña. Tras un trago feroz, que requirió una rápida reposición, sonrió con cara de fauno satisfecho y lanzó un brindis a la escasa concurrencia. 

  • Vashe zdorovie!

Por fin, el atildado francés levantó la mirada de sus piezas sobre el mapa, lanzó una mirada relajada a sus compañeros y empezó a levantarse. 

  • Veuillez m’excusez

Se sacudió las solapas con brío y se dirigió a la barra. Al llegar, se aclaró la garganta y empezó a hablar con voz cantarina  

  • Pardon, Monsieur, pero esto no puede seguir así. Sus reses amenazan las tierras de Madame Ucrania y ya se han apoderado de un buen pedazo. No podemos permitirle avanzar, ella nos ha pedido ayuda. 
  • Madame Ucrania es mi hermanastra ilegítima. Tiene el patrimonio que erróneamente mis antecesores le entregaron y ha demostrado que no sabe administrarlo. Además, franchute, yo sé lo que queréis tú y tus socios.
 Hizo una pausa, echó al gaznate la segunda copa y prosiguió:
  • Queréis mancillar nuestra sacrosanta patria y que no recuperemos lo que en justicia siempre fue nuestro.
  • Mon Dieu ¿No lee la prensa internacional? ¿No ve películas y series de televisión? Ya hemos ganado la batalla del relato, ustedes son los malos.
  • Seremos los malos, pero tenemos la llave del gas, los cereales y a los chinos.  ¡Entra, Chipín!
Y Chipín entró de un salto por las puertas abatibles y se colocó delante del mostrador en postura de wushu. Llevaba un uniforme rojo de Kung Fu extrañamente estrellado y parecía una potencia imponente.  Vlady siguió hablando con la boca torcida en gesto de desprecio.
  • Estoy harto de vuestras patrañas y solo sé que voy a empezar mi reconquista.

El puñetazo sobre la barra con que terminó su réplica, hizo estremecer las mesas y levantó del asiento a los jugadores de Risk que amenazadores se acercaron a El Terrible. El premier blandió su vaso tulipán, el americano sacó su vieja petaca de boy scout para reponer fuerzas bebiendo un trago de bourbon y el alemán le echó una última mirada a su foto del gaseoducto Nord Stream 2 sin poder contener una lágrima.

Tuve que intervenir yo. Salí de detrás de la barra, me puse el mugriento paño limpiavasos en el hombro y rompí la tensión del momento con una fuerte palmada.

  • Ya está bien, no quiero broncas en el local.  Si quieren jaleo, váyanse fuera. Estoy harto de verlos discutir. Mucho fanfarronear para ver quien es más grande ¿Pero luego qué? ¿Qué pague la gente sus platos rotos? Déjennos vivir nuestra corta vida al margen de sus componendas. No nos usen. No nos manipulen. No nos merecemos ser su rebaño.

Alguien, entre el grupo de litigantes, me soltó casi entero aquel discursito del personaje de Arthur Jensen en Network.

  • Vuelvan al lodo. Yo lo quiero todo bien limpio aquí dentro.

Y salieron. Las puertas abatibles del saloon por fin reposaron tranquilas. A salvo de maleantes.

Hoy empezó la bronca.

 

26 enero 2022

El nuevo Noé no piensa en usted


 "Entonces dijo: «Voy a borrar de la tierra al ser humano que he creado. Y haré lo mismo con los animales, los reptiles y las aves del cielo. ¡Me arrepiento de haberlos creado!»" (Génesis C 6. v. 7)
  •  Quieto parado, Jehová. Eso ya es muy antiguo y las amenazas no causan el efecto deseado en un mundo descreído. Yo tengo una solución mejor.
  • ¿Qué contestó Dios?
  • No hubo tiempo de que dijese nada. Cuando iba a proseguir  comentándole mi fórmula, me desperté.
  • Es una pena, darías juego como nuevo Noé.
  • Seré el nuevo Noé. El mundo se va al garete y habrá que construir un arca para salvarlo de su extinción.
  • Tienes mucho que salvar.
  • Salvaremos la imagen digital de la Tierra con todo lo que contiene, quizás haya cosas aprovechables en el futuro cuando la situación se normalice. ¿Por qué crees que las grandes compañías tecnológicas nos estamos dejando hasta las cejas con lo del metaverso? 
  • Ya lo entiendo, cada una está intentando fabricar su propia arca de Noé
  • Exacto, aunque nosotros estamos más adelantados y haremos lo posible para que los demás no lleguen a tiempo de construir las suyas. Hay que llegar primero, cargarse a la competencia y montar un monopolio. Es de primero de capitalismo.
  • ¿Y quiénes serán los tripulantes de la tuya?
  • Meteremos a toda la humanidad y a la bichería animal y vegetal. Virtualmente, claro. En el metaverso hay espacio para cualquier cosa.
  • ¿Pero cuántos tripulantes reales van a ir en tu arca tecnológica?
  • Los suficientes. Los que  estamos currando el asunto obviamente y también nuestros cercanos. Hay que empezar una nueva civilización en un lejano planeta extrasolar y unos iremos crionizados y otros serán ideas digitales en la maleta.
  • Yo soy tu colaborador más estrecho, no me dejarás aquí en medio del Armagedón.
  • Bueno, necesitaremos un corresponsal en el apocalipsis final.
  • No jodas.
  • Estoy de broma, bobo. Tú eres un colaborador estrecho y pones la pasta.
  • Gracias por el detalle. Entonces llegaremos a los 144.000 salvados de los que hablan los Testigos de Jehová.
  • ¿Dicen eso los Testigos de Jehová?
  • Sí, algo así.
  • Son demasiados, no necesitamos a tantos.
  • Pero eso será un tanto discriminatorio, no sé como se lo tomará la gente que pierda su cuerpo en el viaje.
  • Es un proyecto ultrasecreto y si saliese diríamos que es una fake news. La gente no presta atención a nada y en seguida se les distrae con el último conflicto internacional, el último cachivache, la última serie o el último cotilleo. Sabremos entretenerlos.
  • Los poderosos se pueden enteran de todo con sus sistemas de vigilancia.
  • Nosotros vigilamos los sistemas de vigilancia de los poderosos.
  •  Te veo tan seguro, quizás lo de ser un nuevo Noé te quede pequeño. ¿Has pensado en...?
  • No me tientes, no me tientes.

30 diciembre 2021

Caza y captura de un tipo orondo y de los perniciosos trillizos


Mi amigo el inspector Fiasco me pasó el soplo y allí estaba yo, a las 7 de mañana, bien pasada la Navidad, en aquel descampado de las afueras de Kaskarilleira, mientras veía desplegar a mi alrededor los efectivos de las llamadas fuerzas de orden público.

La casa tenía los días contados, como todo lo que no se ajuste a la atrocidad depredadora de los promotores urbanísticos, esos gusanos voraces que han agujereado mi ciudad hasta el puro tuétano sin importar quien gobierne en cada momento. Con la casa desaparecería el corral con sus seis gallinas; la pequeña huerta con sus lechugas, repollos y patatas; pero también la vieja Marisa, superviviente de mil batallas, y ahora agotando sus días en una vivienda de una sobrina, mientras esperaba su condena con plaza en residencia de ancianos o húmedo piso miserable de 40 metros en la más cutre urbanización del entorno.  

Allí pues montaron su escondrijo, los cuatro malvados de esta historia a la espera de que llegara su hora criminal. Poco duró su descanso. A la mañana siguiente la policía rodeó la casa. Un chivatazo, sin duda.

  • Salgan con las manos en alto. Tenemos rodeado todo el perímetro y no tienen escapatoria posible - gritó Fiasco con el megáfono. 

Desde la casa le contestó una voz irónica y pastosa:

  • Ya tenía ganas de conocerle, Fiasco
  •  Inspector, es el gordo. Un tipo manipulador y traicionero - le grité entre los coches a mi amigo policía. 
  • Esta es buena, el inspector Fiasco y el detective Arou juntos y en comandita. ¿Tan escaso estáis de efectivos como para recurrir al reptil que te pone los cuernos con tu mujer?
Fiasco se puso tenso como la cuerda de un arco, pero aguantó el tipo. Era una dura prueba para él.
  • Pero no pienses que la culpa es de ella, eh. Para nada. A ella le va la marcha y tú no se la das. No tiene la culpa de tus gatillazos, ni del estrés que te produce la necesidad de ascender en tu curro de madero con galones. Él es más joven y lo hace mejor. Tienes que entenderla, amigo. 

Se oyeron unas risas agudas en la casa.

  • Esos son los perniciosos trillizos. Ni caso, te están provocando para que pierdas el control. 
  • ¿Qué sabe de mí? ¿Por qué nombra a mi mujer? Tú, tú no conoces a mi mujer ...¿o sí? - mientras me hablaba, ponía la cara que ponen los perros cuando quieren tu comida.
  • Tranquilo, es gentuza y usan las mentiras para dividirnos y que nos enfrentemos entre nosotros.

El inspector Fiasco se levantó como un resorte tras el coche.

  • Agáchate -le grité
El redondo seguía lanzando sapos:
  • Estás gracioso con esa pistola ahí erguido, Fiasco. Hasta pareces tener autoridad. Aunque te tiembla un poco la mano. ¿Estás nervioso? ¿No tendrás...? Bah, tampoco te vas a enterar. Eres un cagado y te saltas las revisiones médicas porque tienes miedo que te descubran que estás enfermo. Deberías de mirarlo porque ya tienes tus años. Debe ser jodido llegar a viejo y ser un simple inspector a pie de calle, desahuciando viejas en vez de estar apoltronado en un despacho. Si no fueras tan cretino, podrías ser el puto amo en alguna comisaria importante, en una empresa de seguridad privada o quizás de prejubilado con pasta, viviendo a todo trapo y viajando al Caribe gracias al fantástico plan pensiones que pudiste hacerte en tu día.
Volvieron las risas histriónicas de sus compañeros trillizos.

El inspector hizo un gesto inequívoco de apuntar hacia la casa, pero yo, tras un empujón oportuno, lo tiré al suelo. Llamé a dos policías cercanos y les pedí que lo alejasen de allí. En la casa seguía el tipo orondo con su cháchara ofensiva.  

  • ¿Por qué dice eso? -oí su voz desesperada, dirigiéndose a mí, mientras lo escoltaban a su coche. No pude resistirme a echar un vistazo a la foto que presidía la pantalla de mi móvil. Sonreí.
  • ¿No tienes plan de pensiones, Fiasco? No me jodas. Te pone los cuernos tu mujer, puede que estés jodidamente enfermo sin saberlo y ni siquiera tienes un plan de pensiones decente que te libre de pasarlas canutas si ti quedas solito en el mundo. Menos mal que no tuvisteis hijos por tu aireada impotencia. No sé como vas a pagar el piso, el chalecito que te compraste en la playa, el coche nuevo y lo que le debes a esos prestamistas por deudas de juego. Porque a ti te gusta el juego mogollón ¿Verdad, inspector? El juego es lo único que te distrae de tu vida de mierda. Tendría su coña, que al final otro inspector pringado te desahucie por tus deudas para dejarte en la puta calle. Donde mereces estar...

El golpe fue oportuno. Reventamos la ventana, entramos en el habitáculo y para evitar problemas judiciales, dejé que Entrerríos, el compañero de Fiasco, junto al resto de maderos tomasen la iniciativa de prender a aquellos pajarracos.  Me fui a la cocina que servía de laboratorio. Allí estaban, en  media docena de soportes, una colección completa de tubos de ensayo repletos de nuevas variantes del covid dispuestos a ser propagados por aquellos desalmados.

Volví a la habitación principal. El nuevo jefe del operativo había colocado en fila a los delincuentes. Al rollizo lo habían amordazado para que callase un rato y los otros tres eran casi indistinguibles tan flacos y parecidos.

  •  Empecemos por el reconocimiento. Usted es el hermano mayor:
     
    Luego está el gordo parlanchín. Quítele la máscara, agente, quiero verle el careto a este bellaco. Si dice alguna chorrada, no usará más la lengua.
     
    Ahora pasemos al segundo hermano.
    Vale, ahora al último.
    Están estupendos ¿Quiere sacarles una foto para tener un recuerdo, detective Arou?
     
  • Venga, vamos a ello, pero mejor todos juntos. Así muy bien. Le mandaré una copia al inspector Fiasco para que se recupere del susto y pueda utilizarla para felicitar a sus amistades.  Incluida a su esposa.
    (Capítulo 61 de Kaskarilleira Existencial. Aquí están sus otras historias)

    16 diciembre 2021

    Hay que parar a esos alborotadores


    • Ha llamado el sargento. Tenemos que parar un alboroto allá arriba.
    • ¿Allá arriba, en el tramo más chic del barrio?
    • Me ha dicho que se escucha música atronadora en la calle y los vecinos están que trinan. 
    • Esos pijos del Mayfair se asustan por cualquier cosa.
    • Pues le ha llamado la señora Amies -la mujer del sastre de la reina- indignadísima, ya que con el susto se hizo añicos la tacita Spode Stafford que sostenía en su mano cuando tomaba el té de las cinco.
    • ¡Pero si no son ni las cuatro!  
    • La gente elegante toma el té de las cinco a las tres. Por si fuera poco, los chupatintas han salido en masa de sus oficinas para saber de qué va la cosa.
    • Bah, esos están tan asfixiados y aburridos en sus tugurios malolientes que necesitan cualquier desahogo para escapar de la rutina.
    • Lo nuestro es saber lo que pasa y  acallar ese ruido, Ray. ¿Qué tal si tarareas el tema de esa pareja de hippies yanquis con el que me das siempre la lata? ¿Cómo se titulaba?
    • No te burles, lo sabes de sobra, Sound of Silence de Simon y Garfunkel. Y no son hippies, son gente decente que vive en Nueva York.
    •  Tremendo, Ray, vamos a salir en la peli de los Beatles. ¿Nos darán un ascenso o alguna clase de premio por ponernos tan serios y pomposos a la hora de hacer cumplir la ley?
    • ¡Qué va! El único premio será pasar a la historia como los policías pringados que intentaron parar el concierto de los Beatles.
    • La verdad es que no nos dieron ni un puñetero autógrafo, tocayo.
    • Apenas nos hablaron, Ray.
    • Claro, éramos los malos de la película.
    • Paul se disculpó y Ringo soltó la gracieta de que le pusiéramos las esposas. Estaba todo muy preparado. Sabían que íbamos a ir y tenían las cámaras escondidas.
    • Estos chicos se han echado a perder.
    • La verdad es que antes me gustaban, cuando iban trajeados y pulcros. Entonces no se drogaban, no iban con rollos místicos, ni llevaban esas pintas. 
    • Hablas como el clásico madero carca, pero tienes razón. El dinero y las  malas influencias acaban con las buenas intenciones 
    • Y con las buenas canciones.
    • Por ejemplo esa china me da mala espina.
    • Bobo, no es china, es japonesa.
    • Da igual lo que sea, dará que hablar.
    • Seguro. Es artista, está con Lennon y hace cosas raras para dar el cante aunque en realidad  hasta cuando chilla lo hace fatal.
    • El arte actual es una mierda, se quedó sin temas y solamente busca provocar.
    • Cierto, sin embargo los Beatles tienen lindas canciones y les ha ayudado en esta ocasión. Si fueran unos que yo me sé ...
    • ¿Qué pasaría?
    • Pasaría que si llegan a ser los Rolling Stones ...¡me los llevo por delante a porrazos!
    • ¡Serás cafre, tocayo!

    (Las opiniones de los personajes no tienen nada que ver con las opiniones del que los ha creado. Si están basados en personas reales busco la verosimilitud y en este caso más que nunca, ya que mi adoración hacia estos chicos de Liverpool fue, es y siempre será desmedida)

    28 octubre 2021

    Cuento del malvado espejo dando real consejo

    • Vaya, al fin te encontré, espejito mágico.
    • Perdone, señor, pero no es casualidad, lleva mucho tiempo buscándome. Lamentablemente, estoy al servicio exclusivo de la reina y usted solo es el monarca.
    • ¿Solo soy el monarca? No me puedes hablar así ¿Acaso quieres que te rompa en mil pedazos, puto vidrio mohoso?
    • Si me rompe, no tendrá con quien aliviar su desconsuelo, porque sé que ha venido a escondidas para que le ofrezca mis consejos. No se fía de la pandilla de imbéciles que le rodea.
    • Vaya, eres adivino, el Servicio Secreto me había informado de tus cualidades, pero no que llegaras a tanto.
    • Estoy en la cúspide de mi condición cristalera y me jode un poco que la reina me haya colocado en este desván roñoso del palacio. 
    • Si quieres te envío a  la sala de espejos de nuestro palacio de primavera para que puedas presumir de tu superioridad junto a los otros, aunque siendo los de allá tan ampulosos quedarás muy cutre. Lamentablemente, no tengo autoridad sobre el de Versalles y lo de darte un marquesado o una condecoración quedaría como muy psicópata, muy a lo Calígula.
    • La ironía no evitará que sigan tomándolo como la marioneta elegida para suceder al que quería ser eterno ni tampoco impedirá su ansiedad por buscar respuestas para dejar de serlo.
    • Yo no soy un muñeco, idiota quebradizo. El pueblo no me aprecia como debiera porque desconoce mis cualidades innatas.
    • ¿Se refiere que desconocen que le gustan las regatas, el vino, el papeo, los deportes, los toros, que le regalen cosas valiosas o follar como un descosido con unas o con otras? 
    • Debes disculparme, a pesar de mi exquisita educación cortesana, no conozco el protocolo para pedir consejo a un puto pedazo de cristal tan irreverente, soez y descarado.
    • Pues hasta que no lo aprenda me mantendré callado. Usted decide, majestad. 
    • Habla ya. Dime lo que debo hacer para qué la plebe tenga mejor imagen de mí y quizás te  convierta en consultor permanente de mis cuitas.
    •  Sinceramente, búsquese primero a un especialista en oratoria, ahora lo hace fatal y resulta un auténtico peñazo oír sus discursitos.
    • No te pases, soy campechano pero hasta cierto punto.
    • ¿Quiere o no quiere oír la verdad? 
    • Sigue.
    • En segundo lugar, creo que debería organizar un pollo. Una bronca de primera apoyándose en la carcunda. Esa que como está de guardia sobre los luceros no sabe lo que pasa aquí abajo. Excelsos marciales de bigotito, pero muy vulnerables. Solo se sienten seguros si usan la pistola, los galones y los lingotazos de aguardiente para defenderse. Eso sí, que el rival esté encadenado. Se lanzarán a la piscina y entonces, llegará la hora de ponerlos a remojo. Reblandecidos y amansados con la degradación y unos añitos de trullo desaparecerán de la escena; pero, ojo, si las cosas se ponen feas mejor tenerlos a mano. Su sacrificio, majestad, le convertirá a usted en el héroe de las masas, el salvador modernizador moderno, valga la redundancia.
    • ¿Has acabado, cornucopia parlanchina?
    • ¿No está satisfecho con mis consejos? 
    • Has llegado demasiado lejos y aún no te he hecho la pregunta que me ha traído hasta aquí. 
    • Atrévase, monarca,
    • Usaré la fórmula de rigor: Espejo, dime una cosa, ¿Quién es en este reino la más hermosa? 
    • Se lo diré, pero le aviso, no seré su espejo alcahuete.

    17 junio 2021

    Si riges no rujas porque no te adoran

    La pequeña reina quiere ser  grande y consulta a Shondeo, su consejero de pesquisas, chismes y patrañas.

    •  Estoy preocupada, pero cuento con tu demostrada lealtad. ¿Sigo sin tener el amor de mis súbditos? 
    • Amadísima reina, no soy quien para engañaros. Os lo debo todo desde que me rescatasteis de aquel tugurio donde redactaba  infames pasquines en favor de los intereses de mi amo.
    • Aprendí la lección al convertiros en uno de mis más cercanos consejeros sabiéndote artífice de aquellos libelos. A vuestro viejo amo le gusta manejar el reino como si fuésemos sus desmadejadas marionetas. Mi antecesor, al negarse a seguir sus directrices, tuvo que soportar toda clase de bellaquerías y patrañas. No perduró su gobierno, pero yo en vez de enfrentarme a tu poderoso patrón, le he ofrecido innumerables regalías.
    • Pase lo que pase, contáis siempre con mi lealtad, majestad.
    • Una lealtad limitada al poder que pueda ofrecerte. Contestad a mi pregunta ¿por qué a pesar de lo que hacemos no cuento con la simpatía de mi pueblo?
    • Tal como acordamos vuestro retrato está colocado en las calles y avenidas principales a pie de cada obra y los dioses bien saben que la ciudad está tan agujereada como un queso comido por los ratones.
    • El consejero dice que está muy orgulloso con ellas y que pronto nuestra capital  no tendrá parangón por su belleza y modernidad con las de los reinos vecinos.
    • Vuestro consejero de obras gusta de deciros lo que os apetecería oír. Sus argumentos son los del viejo rey, aquel que supuestamente engrandeció el reino con sus construcciones faraónicas, pero que en realidad lo entregó al saqueo de los suyos. Aún pagamos sus derroches.
    • ¿Debo temer que se me rebele?
    • No corréis peligro, es un perfecto desconocido, no tiene carisma como el viejo monarca. Además al populacho ya no le satisfacen tanta obra y tanto cambio.
    • ¿Por qué? No logro entenderlo. Antes cada novedad era un regalo que los súbditos aceptaban alborozados.
    • Quizás se han hartado de novedades que solo satisfacen en los papeles y luego al levantarlas se convierten en algo molesto y ruidoso que hay que soportar estoicamente. Al final no ofrecen lo que prometían y solo dan completa satisfacción a los que se lucran con ellas.  
    • ¿Qué tengo que hacer pues para que me conozcan y aprecien? La abadesa del Convento de la Santa Cancelación, gran amiga y consejera,  me ha dicho que quizás me faltan visibilidad y empoderamiento. ¿Quiere decir que debo ser más agresiva?
    • Vuestra amiga la abadesa suelta muchos latinajos de moda, aunque empoderarse no es malo. Si os empoderáis, puede que no  se apoderen de vuestra voluntad.
    • Sé qué pensáis en el consejero mayor. No es persona de vuestro agrado
    • El consejero mayor es más peligroso que vuestros adversarios. Siendo ruin y taimado, ni siquiera le mueve la codicia, solo el poder que pueda rebañar. La clase de poder que veía reflejado en mi antiguo amo. Son de la misma ralea.
    • No me estáis ofreciendo soluciones, consejero de pesquisas, chismes y patrañas.
    • Imponeos, majestad. Haced que la gente os veo como alguien que brilla entre los que le rodean. Siendo mujer lo tenéis más complicado.
    • Los tiempos han cambiado.
    • Eso es pura apariencia, aún se cree que los de vuestro sexo necesitan que les allanen el camino. Muchos de los que os apoyan, lo hacen porque os minusvaloran. 
    • Exageráis, consejero.
    •  Créame, majestad, si queréis tener éxito entre vuestros súbditos, debéis de ser soberbia, alejada, distante. Si además proyectáis fuerza y seguridad os convertiréis en leyenda.
    • ¿Solo me das una solución caudillista?
    • La reina anciana de la pérfida Albión no es caudillista.
    • Ya, pero lo que me ofreces no va con mi naturaleza. ¿No conoces otra solución?
    • No sé si os gustará mi segunda propuesta. Podéis haceros la ignorante, la idiota, la cabra loca que se hace famosa por sus estupideces y sinsentidos de los que muchos se reirán, pero a otros les hará pensar que su majestad es adorable y cercana. Si encima colocáis unas hermosas luces navideñas, seréis irresistible para el rebaño. Ser baboso, acerca a muchos devotos.
    G
    M
    T
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    03 junio 2021

    Traer en jaque al jeque

    Bien mirado ser un emir del Golfo  no es tan estupendo como muchos se creen. Es cierto que puedes comprarlo todo y el jeque Ali Alá Alibombah lo sabía bien cuando inició las obras en Carai, ya que siendo un fervoroso amante de Las Mil y Una Noches quería convertir la capital en una nueva Bagdad,  digna del califa Harún-Al- Rashid, pero en el siglo XXI. Aquello supuso una inversión monetaria considerable, tanto en infraestructuras como en traer talento occidental del máximo nivel, pero al menos cuenta con una población de amedrentados trabajadores asiáticos -indios, pakistaníes, filipinos etc.- y con el petróleo y gas natural que siguen fluyendo en el árido desierto. Ni siquiera el cambio climático y la obligatoriedad de sustitución de los combustibles fósiles le causan demasiados disgustos. No tiene nada que temer, ha diversificado las inversiones y muchas de ellas están ahora enfocadas hacia las energías emergentes, las industrias tecnológicas o los bienes inmuebles.  Al final los viejos beduinos serán vengados de la colonización occidental sin necesidad de alfanjes. La reconquista será limpia, con petrodólares o petroeuros,  sin guerras santas, ni violencia desmedida. ¿Y sin embargo?

     Mientras tanto, el príncipe heredero no le ha ido a la zaga. Está comprando equipos de fútbol europeos de primer nivel  con testaferros dando la cara por él y se divierte viendo como las aficiones enfrentadas se pelean en las calles, en las redes sociales o en la prensa a cuenta de una final de Liga, de Copa o incluso de la Champions League, sin saber que ambos equipos tienen el mismo dueño. Sí,  al príncipe heredero le van mucho esos juegos divertidos, pero a Ali Alá Alibombah, su padre, el emir actual de Carai, le falta su entusiasmo.

    Luego están los caprichos de Zaina, la favorita de sus siete mujeres, con su empeño en competir en las casas internacionales de subastas comprando cuadros de los artistas más reconocidos.  A ella, hija del desierto, le da igual un grabado de Durero que un Hockney, un Filippo Lippi que un Basquiat, un Van Eyck que un Gerhard Richter. Le gusta pujar y le chiflan los precios altos. Viviendo en un país que algunos consideran autocrático y medieval, tiene un gusto muy democrático o quizás es que no tiene ninguno, pero quiere parecerse a la baronesa Thyssen. Aun así, Ali Alá Alibombah, tampoco disfruta con las adquisiciones artísticas de Zaina

    Bien mirado ser un emir del Golfo no es tan estupendo como muchos se creen. Ni su ciudad soñada digna de las Mil y Una Noches, ni los juegos monopolísticos/futbolísticos de su hijo, ni los afanes pictóricos de su favorita, son capaces de colmar los sueños de Ali Alá Alibombah que abandonaría todo y estaría contento, con una alfombra voladora y una lámpara con genio dentro.

    08 abril 2021

    Los cazainsociables de Villa Rabia

    Condujimos los dos Chevrolet Suburban por aquel deteriorado paisaje del Este de Misisipi. El Cinturón Negro está constituido por una interminable sucesión de praderas desoladas, punteadas aquí y allá por alguna cabaña sórdida o algún lejano rancho de pretencioso estilo colonial. Tierras pobres en el estado más pobre. Cinco millas atrás nos habíamos desviado por un camino angosto y pedregoso donde los vehículos levantaba a su paso una nube de polvo inextinguible. Era el camino recto hacia un camino cruel.

    Tras subir una pequeña cuesta, todo terminó. Cesó el camino terroso, desaparecieron las torturantes piedras y hasta la nube de polvo dejó de atenazarnos la garganta. Teníamos delante una explanada de hierba y la hoz formada por los troncos de dos árboles chamuscados. A través de ella vislumbramos a lo lejos una solitaria casa de madera de tejado verde con unos mugrientos cuernos de bisonte coronando la entrada.
    Apagamos los motores y salimos sigilosamente de los vehículos. Yo avancé unos pasos con el megáfono en la izquierda, la pistola en la derecha y escoltado por los fusiles de mis tres compañeros. De repente, abrió la puerta el viejo. Se puso a liar un cigarrillo sentado sobre un viejo tronco a pocos metros de nosotros. Nos lanzó una mirada fulgurante, como una centella y percibí el fugaz magnetismo del hombre entregado a sí mismo. Después de una calada y un soberbio escupitajo, se decidió a romper el silencio:

    • Caminan como lobos hambrientos, amigos. Deben de haber oteado una buena pieza. -había chulería en su voz.
    • Una pieza legendaria, señor...¿señor? -respondí mientras tiraba al suelo el inútil megáfono. 
    • Ahorrémonos presentaciones, ustedes ya conocerán mi seudónimo. En realidad lo conocen muchos. Lleva mucho tiempo en demasiadas bocas. El misántropo desconectado ¡Qué pesadez de mote! 
    • No debe ser fácil ser un mito viviente. 
    • Hasta hace un momento era un mito solitario y feliz, pero ustedes me han atrapado. Esto les va a hacer famosos en sus redes sociales. No todos los días se atrapa a un hombre que no usa smartphone, ni tiene ni cuenta ni correo en Internet. -sonaba sarcástico.
    • Puede seguir con su vida y su misantropía si le place, pero tenemos que tenerlo localizado y debe aceptar entrar en el sistema. Aunque sea de forma pasiva. 
    • ¿Pasiva? No me haga reír, todos son pasivos en el sistema. Menos los que enriquecen con él. --era ya contundente.
    • No vamos a discutirlo, piense lo que quiera, pero es necesario que acepte estar comunicado con sus semejantes. 
    • No tengo semejantes. Estoy fuera del rebaño. Soy un tipo libre y autosuficiente -soltó orgulloso.
    • Venga, sabe de sobra que eso ya no está permitido. Acepte este smartphone, cree una cuenta y lo dejaremos tranquilo. No nos obligue a usar la fuerza o llevarlo a un lugar donde no va a estar nada cómodo. 
    • ¿A dónde me llevarían? 
    • A Villa Rabia, por supuesto. Si estuviera conectado sabría que nos llaman, los cazainsociables de Villa Rabia. Lamentablemente, usted no es el único misántropo que no quiere estar conectado. 
    • ¿Hay otros? -dijo con cierta alarma.
    • Cientos como usted y tenemos que atraparlos uno a uno, como hacen los laceros con los perros vagabundos. 
    • ¿Y en esa villa están todos juntos?- se le notaba preocupado.
    • Todos juntos, uniformados de gris y viviendo en sana comunidad como en un convento, un  cuartel o un internado. Cada uno con su número bien visible en la pechera, porque al raparles el pelo son difíciles de identificar. Si queremos reeducarlos adecuadamente para ser útiles a la sociedad hay que saber quien es cada cual. 
    • No me acaba de convencer ese sitio -repuso en tono muy nervioso 
    • Coja este smartphone, abra una cuenta de correo y lo dejaremos en paz. 
    • Está bien. ¿Al menos tendrá WhatsApp y Wikipedia para estar informado? 
    • Por supuesto, no le quepa duda. 

    Al retirarnos a los coches, les rogué a mis compañeros que bajasen sus fusiles de juguete ya que no eran necesarios. Tampoco pude esconderles mis dudas. 

    • Tengo la impresión de que esta campaña de venta es un poco violenta.

    11 marzo 2021

    Salvemos al mundo de tanta tontería

    Nunca había tenido una conversación seria con un contenedor de papeles y cartones. Aquella fue la primera, aunque en realidad solo quería desafiar al toque de queda dando un voltio de madrugada hasta la playa del Ozán.

    No llegué hasta allí. Al pasar por delante de la esquina donde se alinean en formación una colorida gama de contenedores, alguien pronunció mi nombre. Miré de soslayo y no vi nada sospechoso. Hice un somero recuento de mis últimas adicciones y descarté cualquier contacto reciente con líquidos alcohólicos de alta graduación o sustancias psicotrópicas. Encendí la linterna del móvil y me fui a por el contenedor de papel con impetuosa ansiedad militante. Por desgracia, en el gesto apresurado y por la poca luz, no me fijé que rebosaba tanto por dentro como por fuera. Lo lamenté cuando me cayeron encima dos o tres cartones y un señor.

    • Joder, señor- le escupí cuando me lo sacudí de mi espalda.
    • Fiz Arou, ¿no me reconoces?- El individuo estaba tirado en el suelo envuelto en una costra de sucio papel viscoso perfectamente sellado y tenía cierta semejanza con un pescado al papillote. Solo se le veían el final de la nariz y la punta de las orejas.
    • No lo sé. Deme una pista.
    • Soy Bitter Kasméndez, y capitaneo el buque del misterio desde hace más de 20 años- Mientras hablaba se levantó con aire pomposo, sacudiéndose la mierda de la cara y del pelo.
    • ¿El de la tele?
    • Bueno, el de la tele, el de la radio, el que tiene un programa en Youtube y ha escrito libros y artículos en revistas.
    • Vaya, todo un portento y sin embargo, se ha caído desde una pila de cartones en la zona más cochambrosa y oscura de mi calle. 
    • Digamos que estaba buscando algo que tú tienes y que me resulta imprescindible en estos momentos.
    • ¿Sentido común?
    • No abuses de tu cinismo, sabes perfectamente a que me refiero.
    • Ya, busca mi contenedor de basura transtemporal y por eso estaba hurgando entre los que hay en mi calle. ¿Cómo se enteró de su existencia?
    • Está en el Círculo de los Suicidas Perezosos desde que Krapp lo puso en una entrada del 2014, luego ha aparecido varias veces. Te paso el enlace.
    • No hace falta, ya sé que ese miserable ha publicado asuntos de mi vida que robó de mi diario. Maldito sea. 
    • Por una exclusiva, la gente traiciona hasta a los más cercanos.
    • Respecto a mi contenedor, debería imaginar que nunca lo pondría en plena calle por mucho que en las historias truculentas se diga que la mejor forma de esconder algo es ponerlo  delante de los ojos. Eso sería típico de un farsante como Krapp, pero yo soy serio y lo he guardado en un  sitio bien seguro a salvo de sorpresas.
    • ¿Y si le digo que necesito a usted y a su aparato para una expedición al pasado y poder ver con nuestros propios ojos como la tontería ha infectado a la humanidad? 
    • Me da igual, la humanidad lleva la tontería en su propia naturaleza. Está atrapada en la feria de las vanidades mientras el mundo arde a su alrededor. Aunque en realidad, la Tierra no corre peligro, se librará de nosotros como el perro se sacude las pulgas y empezará de nuevo. 
    • A lo que íbamos, cierto es que la humanidad ha convivido siempre con la tontería, pero el incremento de la misma en las últimas décadas es más que notorio. En el Buque del Misterio hemos averiguado la causa. Todo comenzó con el recrudecimiento de la Guerra Fría en los 80. En Occidente se buscaban armas nuevas y sofisticadas. La caída del Muro de Berlín y de los regímenes tras el Telón de Acero parecía que las iban a hacer innecesarias. Sin embargo,  a principios de los 90 tuvo lugar una reunión ultrasecreta  de los Amos del Cotarro en alguna mansión alpina cercana a la frontera italiana.  Allí se tomó una decisión semejante a la de la Conferencia de Wannsse, ya sabe, donde se decretó la solución final del la cuestión judía.
    • ¿Tan terminante?
    • Bastante terminante. Fue en ella cuando se estableció que la nueva arma a punto de ser probada, apuntase en todas las direcciones en vez de a los países del Este.
    • ¿Qué arma es esa?
    • El VICSENTRI. Un arma de radiación electromagnética para manipular las ondas cerebrales de sus víctimas y hacerlas manejables por parte de los Amos del Cotarro.
    • Conozco a algún Vicente pero a ningún Vicsentri.
    • No se lo tome a coña, es un tema serio. El arma tiene tres componentes básicos, de ahí su nombre: victimismo, sentimentalismo y tribalismo. Concebida originalmente para dividir a los países del Este, se decidió aplicarla de forma universal para que los Amos del Cotarro se sintieran más seguros frente a sus adversarios. 
    • ¿Me está diciendo que lo de ser muy moñas y muy amante de tu tribu y de tu naturaleza ha estado inducido por los de arriba?
    • Vaya, lo has pillado a la primera, Fiz.  Todo el mundo ama lo suyo sobre lo ajeno, pero ahora la cosa se ha desmadrado. Hemos vuelto a la escena de los monos de la Odisea de Kubrick o quizás nunca salimos de allí y el VISENTRI lo acentúa. Divide y vencerás.
    • Eso explicaría por qué  ahora hay tantos conflictos identitarios: patria, sexo, familia, raza, etnia etc... Como si la identidad fuera lo único importante o no tuviera una base económica, social o política detrás. Se privilegia la importancia del ser sobre el estar aunque solo cambiando el estar se mejoran las condiciones del ser.  La esencia sobre la existencia. Somos unos títeres desdichados manejados por oscuros titiriteros.
    • Por eso tenemos que ir a esa reunión ultrasecreta y dar testimonio de lo visto a nuestros contemporáneos.
    • Dar testimonio y actuar, hay que echar abajo sus repugnantes planes.
    • No podemos intervenir, solo podemos ser testigos de lo que idearon.
    • No me vale, si no cambiamos las cosas a sabiendas de que están mal, merecemos el cataclismo que nos aguarda a todos.
    • Pero Fiz no podemos cambiar la historia sin saber lo que eso puede provocar.
    • Para eso no cuente conmigo. Adiós. Feliz conspiración, amigo.

    Me fui muy tranquilo. Cuando llegué a mi piso, hice una llamada al 092 para que recogieran a un individuo que me había abordado agresivamente en la calle en plena pandemia y se hacía pasar por un famoso de la tele.

     

     (Capítulo 56 de Kaskarilleira Existencial. Aquí están sus otras historias)