Como informábamos en ediciones pasadas, los agentes encargados de realizar la expropiación forzosa de la vivienda, se encontraron con una joven menor de edad, sin datos identificativos, que tras ser llevada e interrogada en el cuartel de la Guardia Civil, dijo llamarse Blancanieves y haber huido de su casa o palacete porque su madrastra quería matarla con la ayuda de un cazador real que luego le salvó la vida. También indicó, que desde entonces residía allí dedicada a labores del hogar, en compañía de siete mineros. Preguntado por el nombre de los mineros y si había sido retenida contra su voluntad o sufrido violencia doméstica, comentó que solo los conocía por los apodos y que siempre le habían dado un trato exquisito, tal como si se tratase de una princesa.
Tras un registro de la vivienda, se encontraron pertenencias y utensilios de pequeño tamaño así como unos lechos impropios para personas adultas o suficientemente fornidas como para trabajar en el sector de la minería. Ante la ausencia de los sujetos, se volvió a interrogar a la menor sobre la verdadera naturaleza de sus compañeros de vivienda.
Blancanieves, como se hace llamar, descartó que se tratase de niños y que por tanto no eran trabajadores infantiles esclavizados. Dijo que eran hombres de barbas blancas, piel arrugada y narices redondas. También comentó que no había recibido ninguna clase de abusos, a no ser que se entendiera por tal que se pusieran a beber y cantar canciones hasta las tantas de la mañana a la luz de la lumbre. La fiscal de menores, que participaba en la investigación, le pre guntó a la adolescente si se trataba de personas con acondroplasia. La chica y parte de los presentes se miraron perplejos, hasta que en un gesto valiente y decidido, la interrogadora rehízo la cuestión al preguntarle si sus compañeros eran enanos. La chica afirmó que sí, pero que no eran humanos con problemas genéticos. Según ella, se trata de gnomos procedentes del inframundo que cuidan que nuestro mundo no se vaya a pique, usando sus habilidades mineras para colocar nuevos cimientos en su parte profunda, que según ellos, está muy deteriorada. Terminado el interrogatorio, la adolescente fue llevada a la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente del Hospital Clínico para someterla a evaluación, diagnosis y tratamiento. Con posterioridad, se le ha trasladado a un centro de acogida para menores donde se encuentra residiendo desde hace una semana.