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23 febrero 2023

El Paraíso perdido no queda por aquí


Tenían que visitarlo aquella mañana y estaban inquietos. Llevaban varios meses instalados en la aldea y  solo lo habían visto desde lejos. Oían sus gritos cuando llevaba a pastar a las vacas en las leiras junto al río. Oían sus gritos feroces, terribles, que estremecerían al animalista más enérgico y que no casualmente estaban dirigidos a animales de sexo femenino. Parecía un hombre rústico y agresivo, aunque no muy mayor. Su zamarra vintage, esa boina calada de visera, el pantalón de pana y las botas cochambrosas, no auguraban nada bueno. 

  • ¿Son los nuevos vecinos? Pasen, por favor.
Tras un breve estremecimiento ante la presencia amigable y poco escandalosa de aquel hombre, la pareja entró con sorpresa en una estancia cálida, luminosa y acogedora. En el centro, algunos muebles de madera enmarcaban una gran mesa para muchos comensales. Al fondo, una cocina moderna y funcional junto a una vieja cocina de leña y un enorme frigorífico de doble puerta. Más próximo, un sofá rinconero de piel rodeando una mesa baja de madera de teca. En el lateral, junto a una puerta que debería llevar a algún exterior, quizás un huerto, una sólida estantería de seis pisos repleta de libros. Lindaba con un viejo escritorio de caoba donde estaba encajada una pantalla de ordenador de  muchas pulgadas tras el consabido sillón mullido.

  • Siéntense en el sofá. ¿Quieren algo para beber? Dadas sus creencias quizás rechacen el alcohol o los bebidas estimulantes, pero el agua de mi pozo es exquisita. 
  • Está informado sobre nosotros, no lo esperábamos - contestó el hombre delgado.
  • Tampoco esperaban que yo fuera así. Reconózcanlo, pillines -el anfitrión dejó escapar una media sonrisa irónica
  • ¿Qué quiere decir con eso? - intervino la mujer enjuta.
Tras otra sonrisa intrigante, contestó el anfitrión.
  • ¿Al final van a beber algo? 
  •  No, gracias -repuso el hombre cortante.
  • A ver, ustedes esperaban a un patán de campo con ademanes groseros y gesto amenazante. No respondo al estereotipo. Con lo cómodo que resultan los prejuicios para actuar con impunidad y sin romperse la cabeza. Sobre todo cuando uno adopta actitudes, digamos, colonialistas.
  • ¿Colonialistas nosotros? Somos seres espirituales que tienen una experiencia humana y nuestra lucha es para conseguir un mundo en armonía- contestó el hombre, tieso como un junco.
  •  Lo que dice de nosotros es una falsedad  -confirmó la mujer, juntando los dedos de la mano formando una esfera. 
  • Venga. Vienen de fuera. Son guiris. Compran por cuatro perras una aldea abandonada para montar su rollete estupendo de casa rural con talleres holísticos, centro de meditación mindfulness y  retiro antiestrés para personas superadas por la vida actual pero con pasta para pagarse un finde caro. Todo va perfecto, pero se encuentran con un gañán con una granja de animales chillones, antiestéticos y malolientes en medio del paraíso. ¿Van a hacer algo para que me vaya o esperan a lo típico?
  • ¿Qué es lo típico?
  • Pues que me ponga flamenco, agarre una motosierra y les ataqué con nocturnidad y alevosía, porque seguro que un ermitaño guarro que vive tan lejos de todo, en el monte, debe ser un psicópata de cuidado.
  • Casi preferimos recurrir a medidas legales. Hemos comprado esta aldea. Aquí le traigo los papeles que lo demuestran. Tendrá que salir de aquí por las buenas o por las malas. Si no lo hace recurriremos a la justicia o a la Guardia Civil.
  • Mi familia ha vivido aquí siempre. 
  • Su familia abandonó estas tierras y nosotros las hemos comprado.
  • Es usted un okupa -soltó sentenciosa la mujer enjuta.
El hombre se levantó del asiento, los miró intensamente un segundo y dio media vuelta en dirección hacia la puerta del huerto.
  • ¿A dónde va?
  • Acomódense. Pueden quedarse un rato. Vendré pronto. Voy a por la motosierra

Para más información, tenéis este enlace

29 diciembre 2022

Un embobado granjero, un potro desbocado y la insumisión animal


Era mucha granja, la granja de Facundo Mahía. Y la hizo más chula cuando le tocó la lotería. 
Con el dinero cobrado, montó un enorme establo. Luego lo pensó mejor y compró cuatro potrillos, quería ser criador.
El más hermoso era Tiresias, un alazán de larga melena, altivo y vanidoso. El sueño de su comprador.  
Por soñar, soñaba Facundo, que con aquel caballo ganaría carreras por el ancho mundo. Tanto soñó con el corcel, que olvidó la granja por él. Descuidó la tierra y sus cuidados, descuidó la casa, los corrales y a los pobres animales.
Viendo la dejadez y todo inmundo, los bichos más concienciados suplicaron a Facundo
Ni caso que les hizo el soñador granjero, incapaz de  ver la mierda fuera del potrero.
Tras una animalesca asamblea y un fogoso debate, los bichos tomaron como tarea: arreglar cuadras, comederos, corrales y lo que usaban como váter. 
No todos pensaban igual. El ganado sumiso, se acomodó en el moderno establo, cerca del amo, calentito, comiendo fino y viendo crecer a los potritos. 
Los de fuera, ingenuos ellos, no cesaron de pedirles ayuda para erradicar el  desaliño. 
"Qué cojones" respondieron arrogantes y burlones. "Vuestro curro nos la suda. Aquí estamos a gusto. Comemos rico, estamos limpios y tenemos muda.  No hay nada más deprimente que currar por la cara sin que te aplauda la gente" 
Cerraron las puertas, echaron la cancela y abrieron una zanja entre las áreas de la parcela. 

La granja relucía cuando llegó la primavera y  aunque algún chismoso les preguntó si las tocó la lotería, ellos respondieron. "Todo fue por el duro trabajo. ¡Qué carajo!"
Aquello pedía una fiesta y una fiesta se celebró. Nadie invitó a Facundo ni a los del potrero, porque alejados en su mundo, del granjero y del ganado nadie se acordó.

Hasta la mañana siguiente, en que de repente, hubo golpes en el establo, se abrió la puerta y empezó a volar la fauna. Volaron cuatro ocas, tres patos, cuatro gallinas, lo que parecía un banco de sardinas y una cabra loca que hasta un árbol llegó. La sorpresa fue mayor cuando volaron los tres potros compañeros de Tiresias, y al poco rato voló  Facundo Mahía, que con buena puntería encima de un guindo quedó.
Cayó del guindo Facundo, con la ayuda de los animales y ya recuperado les dijo triste: "Tiresias nos ha fallado. Lo hemos adorado tanto, lo hemos hecho tan grande, que soberbio, nos ha echado por no estar a su nivel. Ahora tras el golpe de coz, el potro pretende ufano, que la granja de Facundo Mahía, mi granja, ponga en un cartel: Este es el establo Tiresias, donde reina el mejor corcel. El que no me adore como amo, a coces volará a Teruel".




10 mayo 2019

Dios es conejo y da consejo

En la soleada mañana de primavera las urracas, Pega y Pica, retozan alegremente entre las copas de una fila de cipreses. Abajo, en el viejo camino del cementerio, tres ovejas llegan al montículo donde el célebre conejo Paolo ha montado su consultorio.
  • Ese es el cortejo nombrado por el rebaño para pedir consejo a Paolo Conejo.
  • Entonces volemos hacia ellos y escuchemos tan grata conversación, Pega
  • --------
  • Veeeee..nimos a pedirte consejo, Paolo Conejo, porque estamos pasando por un momento aciago y complejo.
  • ¿Os molestan los depredadores?
  • No solo nos molestan, nos martirizan sin piedad. Hay una pandilla de perros asilvestrados que nos ataca y nos masacra cada noche. Al atardecer, nos juntamos todas nosotras, unidas en la lucha y balamos juntas, pero no causa el efecto deseado. Esos depravados aprovechan traidoramente cualquier descuido para llevarse por delante a alguna compañera
  • Es cierto lo que dice Agripina. Gritamos unidad, unidad, pero siempre hay alguna despistada que anda a su rollo y se separa del grupo.
  • Luego esos desalmados se la zampan en un periquete ante nuestros propios hocicos.
  • ¿Te acuerdas de la pobre, Josefina, con su voz cantarina? ¡Qué bien balaba, la condenada!
  • Pero no olvides que se volvió muy individualista y orgullosa. Creía que como cantaba bonito y tenía pellejo de oveja negra podría ir a su bola a salvo de esos canallas. 
  • Malditos asesinos y lo peor es que están compinchados con los perros pastores que en vez de defendernos, comparten su botín.
  •  Eso no lo puedes decir, Proserpina, no tenemos pruebas que lo acrediten.
  • ¿Entonces quién deja el aprisco abierto por la noche? Si al menos tuviéramos un burro. En el rebaño vecino, con un simple burro,  ahuyentaron a los depredadores. Aquí no hay voluntad de cambio.
  • Proserpina, con tus extravagantes ideas te haces indigna de nuestra posición gregaria y servil. De seguir así, serás carne de tragón.
  • Basta ya, he oído lo suficiente. Os voy a decir algo que cambiará vuestras vidas. Cada una de vosotras es un ser único y especial. Un ser definitivo sin el cual el universo no tendría sentido.  Cuando os debilitáis y perdéis vuestra esencia, llegan los depredadores. Cuando miráis para afuera en vez de mirar a vuestro interior, llegan los depredadores. Cuando escapáis de vuestro yo profundo y buscáis respuestas en la superficie del rebaño, llegan los depredadores. Los depredadores existen porque vosotros los llamáis a través de vuestras flaquezas. Los depredadores sin el instrumento para vuestro cambio. Si vencéis vuestras debilidades, los depredadores desaparecerán para siempre.
  • ¿Esta seguro de lo que dices, maestro Paolo? ¿Si cambiamos nuestra actitud los depredadores desaparecerán de un plumazo? ¿No necesitaremos burros ni perros pastores no traidores?
  • Sí, con el poder que emana de vosotras se puede vencer cualquier obstáculo. Cualquiera. Es palabra de Paolo Conejo. `
  • Beee...ndito seas, maestro. Nosotras somos accesorias pero tú eres inmanente. Tu palabra de ley porque nace de una fuerza interior que vence a las trampas de la razón y  ya sabes que las ovejas no somos nada razonables. Ahora estamos aleccionadas y bien dispuestas.
  • Pues nada, dejad vuestros obsequios a la vista, cerca de la entrada de la madriguera. Tengo muchas consultas en el día de hoy y hasta muy entrada la noche no podré ir a recogerlos. Seguid vuestro camino, chicas y que éste sea el de la felicidad recobrada.
  • --------
  • ¿Eso es todo, Pega?
  • Eso es todo, Pica. Dentro de poco llegará una delegación de abejas víctimas de las avispas asiáticas. Ayer, por ejemplo, vinieron hasta cinco especies diferentes de mariposas amenazadas.
  • ¿Así, todos los días?
  • Sí, Paolo Conejo es ya toda una eminencia entre los animales desvalidos.
  • ¿Pero también vienen los carnívoros y el resto de animales dañinos? ¿Lobos, zorros, perros salvajes, milanos etc..?
  • No, esos no necesitan ayuda; se bastan por si mismos, no hay quien les hostigue y están muy bien hay arriba en lo alto de la escala biológica.
  • Pues a mí ese Paolo Conejo no me gusta nada. Es orgulloso y narcisista. Les trata de forma arrogante como si no fueran nadie, aunque luego les diga que son importantes. Casi parece un dios para esos animalitos precarios.
  • Esa es la clave, comportarse como un dios distante. Parecer un maestro lejano. Un guía en la niebla. Un profeta con una linterna buscando la revelación. Un predicador de frases irrefutables. Un líder que parece más sabio porque aparenta vivir en un plano superior.
  • ¿Y vive en un plano superior?
  • Quizás se lo crea, quizás solo sea teatro. ¿Necesidad de distinguirse, necesidad de reconocimiento? Sentirse elegido debe ser reconfortante, no sentirse solo uno más de la manada.
  • Pero no ofrece soluciones concretas y reales. Paolo Conejo solo suelta vaguedades, consejos que valen para cualquiera en cualquier momento.  
  • Es un dios conejo y da consejo. ¿Qué más pueden pedir seres desvalidos que creyendo buscar una respuesta, solo están pidiendo consuelo?
      

27 junio 2016

La oveja distinguida no quiere ser rebaño

  • Ovejas, se acabó la fiesta, es hora de volver al redil. Y eso también va para usted, Lucera, no se haga la despistada.
  • Pastor, yo no soy como las otras. Cuando se habló de salirnos del aprisco, yo nunca apoyé la rebelión y me mantuve al margen. Como seguro sabrá, consideré que las ovejas rebeldes no eran mejores que los perros pastores. Dije que todos eran iguales, que todos eran lo mismo, que siempre habrá alguien que quiera manejar al rebaño. Creo que al menos me merezco cierta consideración por su parte. Con mi indiferencia he contribuido a que usted recuperara el control del ganado.
  • Y se lo agradezco, Lucera, por eso he venido personalmente  a avisarle sin tener  que echarle los perros y hostigarla para devolverla al corral.
  • No es justo. ¿Cómo podría mantener mi estatus en un lugar tan espantoso como el que me ofrece de residencia? Estoy acostumbrada a comer en buenos pastos, tengo una educación exquisita, un gusto refinado y abomino de lo que le gusta al rebaño.
  • Soy el pastor y manejo los perros, si le preocupa su seguridad y quiere mantenerse a salvo no tiene otra opción que  venirse al establo. 
  • No me convence su propuesta, no me gustan las cárceles sin celdas individuales.
  • ¿Quiere quedarse aquí a merced del lobo y de otros depredadores?
  • No, pero siendo mejor y única en mi especie, mi individualidad se vería comprometida si comparto mi vida junto al resto de ovejas en ese lugar malsano.
  • Pues quédese aquí a la intemperie, a ver como se las arregla cuando lleguen los peligros.
  • Me lo pone muy difícil.
  • Entérese bien, ovejita distinguida, solo tiene dos opciones. Puede hacerle frente a los depredadores y a las mil amenazas posibles que puede sufrir un bovino tan frágil cuando está solo o venirse con nosotros y garantizarse la  comida, la tranquilidad y un lugar para dormir. 
  • Es cierto que sería muy ventajoso no  tener que ir por el mundo con miedo pero por otro lado mi libertad no es una broma.
  •  ¿Y su bienestar? Convénzase, su felicidad solo la puede encontrar dentro
    del redil y con una buena manada de perros guardianes que le proteja. ¿Qué pierde a  cambio? Un poco de leche, la lana que le molesta esquilada una vez al año y sus tiernos corderitos que puede seguir pariendo de nuevo a su antojo cuando desee. Créame, solo la seguridad y el confort nos hace vivir mejor.

18 noviembre 2014

En la charca del sapo Pepe

  • ¿El tocahuevos nace o se hace?
    ¿Es beneficioso o dañino?
    ¿Qué fue antes, el huevo o el tocahuevos?
    En el programa de hoy el debate más esperado por toda nuestra audiencia animal.
    ¡Arriba sintonía!
  • Sí amigos, éste es un programa más de La Charca del Sapo Pepe Perreras y aunque estoy exhausto después de tanto salto también estoy infinitamente contento de que podamos encontrarnos de nuevo. 
  • He de decirlo cuanto antes, hoy nos acompañan  auténticos contertulios animales de postín. A mi derecha tengo a la Vaca Lola, presidente de la Asociación de Víctimas de Insectos Varios. (AVIVA) Aquí os dejo su himno para que la conozcáis mejor:


  • En el centro tenemos a la profesora Mariluz Avestruz, investigadora avícola con amplio curriculum profesional en el estudio y tocamiento de huevos.
  • A nuestra izquierda, un personaje de moda, Zumbón, portavoz de Picamos, el nuevo movimiento que pretende agrupar y defender los intereses de los polémicos dípteros yal resto de bichos insignificantes. También él nos ha traído su canción.
  • Repito mi pregunta: ¿el tocahuevos nace o se hace? Profesora Avestruz, es su turno. 
  • Pues yo que tengo la suerte de haber tocado e incluso incubado huevos de toda clase y condición, creo que se trata de un debate abierto, donde las posturas aparentemente encontradas puede que al final efectivamente terminen encontrándose, siendo aventurado, puramente especulativo y totalmente acientífico decir el momento y el lugar. 
  • Es su turno, Lola
  • Mmmmuuuuchas veces me he preguntado porque nosotras, las vacas, seres privilegiados y productivos del mundo animal, tenemos que sufrir esa lacra en forma de mosquitos, moscas, avispas y toda esa morralla zumbona que amarga nuestros días, nuestras noches y sin darnos un respiro se reúnen en tropel alrededor de nuestras entrañables bostas. Realmente es una atrocidad, un acto miserable, una verdadera vergüenza ...Y YO LE ACUSO A USTED Y A SU ASOCIACIÓN DE MALHECHORES, señor Zumbón, DEL INSOPORTABLE SUFRIMIENTO DE MIS SEMEJANTES, seres pacíficos y tranquilos donde los haya.
  • Lávense, señoras vacas,  que van hechas unas guarras y ya verán como visitamos sitios más apetecibles y propicios. Además ¿por qué se ponen así? Los humanos se alimentan de su leche y de su carne y no por ello se dedican a calumniarlos. En definitiva, son ustedes unas caprichosas incapaces de hacer nada por si mismas. Las limpian, les dan de comer, las meten en establos, hasta se dejan sacar la leche por un tubo. ¿Productivas? ...ustedes son unas INÚTILES.
  • Mmmmmoderador no estoy dispuesta a oír esa clase de insultos. Solicito que ese miserable díptero retire sus palabras. ¡¡¡POPULISTA, QUE TE ALIMENTAS DE MI MIERDA Y LUEGO TE QUEJAS!!!
  • -¡¡¡VACA BURRA!!! 
  • ¡¡¡BOVINA DE LA CASTA!!! 
  • Por favor, señor Zumbón nunca lo había visto perder los papeles. Lola, por favor, esas no son palabras. Mis queridos bichos ...¡¡¡están discutiendo como humanos!!! Si siguen así tendré que  cortar el programa. 
  • BOLIVARIANO JODEVACAS .
  • LAMECULOS DE LOS HOMBRES.
  • Hable usted, Mariluz, por favor. Mariluz, ¿no me oye? ¿Qué hace con la cabeza bajo tierra? 
  • (Casi ininteligible) Yo no quiero saber nada, allá ustedes se la compongan. Vine a hablar de mis amados huevos y no de otras lacras que no me afectan como investigadora. Lo siento, pero no participaré en problemas de índole social que no son objeto de mis estudios. Pueden estar seguros que por nada del mundo pondré en peligro mis prestigiosas plumas y mis huevos 
  • Dice el refrán: oigo mi gallo cantar pero no se en que corral. Amigos y amigas. Animalitos todos. Visto lo visto y oído lo oído, creo que es mejor poner punto final a nuestra tertulia de hoy.  Este lugar no es un corral, es un charca, pero hasta a la más inmunda charca llega el reposo tras el frenesí de la acción y la vida.
    Volveremos la semana que viene. Espérenme.  Hasta entonces el sapo Pepe Perreras les envía su mas cálido y  lindo...

18 septiembre 2014

Cuando se rebela el Toro de la Vega


Algo no había funcionado bien en su última reencarnación. ¿O quizás era la primera y por eso le extrañaba tanto? Sea como sea, mantenía los recuerdos de su anterior vida humana aunque ahora fuera un hermoso toro bravo corriendo libre por la dehesa. 
Dicen que los elegidos recuerdan todas sus vidas pasadas, pero él había degenerado de humano a bóvido y ese descenso del karma no debía ser habitual entre los predestinados al nirvana. 
Más bien el suyo era un karma cabrón que se choteaba de su antigua condición de taurófilo militante convirtiéndolo en un hermoso retinto, semicareto, bragado y astifino, comedor insaciable de pasto y paseante chulesco entre la manada que lo tenía por líder; por mandón, como dicen los mayorales. Había costado lo suyo llegar allí tras superar tan insoportables pruebas y si lo había conseguido era atribuible tanto a su propia fortaleza como a aquella malicia humana que todavía conservaba en su mente. 
A los seis meses destete, afortunadamente por las buenas, no hubo que echar alquitrán a los pezones de su madre para conseguirlo. Un momento triste que se convertía en agónico cuando llegaba el salvaje herraje sobre la piel y el corte transversal en las orejas, marca de la casa. Luego la separación de las hembras. La falsa independencia. El buscarse la vida luchando día a día, hora a hora por la supremacía con otros añojos y erales 
A los dos años la tienta, donde para probar su bravura fue acorralado, humillado, maltratado y finalmente torturado por un seboso picador. Aguantó siete pullazos brutales y demostró ser un animal noble, o sea bobo, apto para el engaño y digno de ser toreado en una plaza importante. La cacareada vida feliz del toro de lidia es un horroroso camino por la supervivencia entre hermanos a los que debes doblegar y someter si no quieres a su vez ser doblegado y sometido. Los débiles, los que se rinden, los que ya no pueden más, son violados y arrinconados por el resto de la manada. Sangre, dolor y muerte sin espectáculo que lo ennoblezca.
Dos días atrás fue apartado del resto y pensó que al fin sus males tendrían curación. Quince minutos de trance en el ruedo y a otra cosa mariposa. Seguro que hay vidas menos gloriosas pero más vivibles. Al menos en su caso todo sería rápido y breve.  Casi estaba alegre y calmado hasta que esta mañana se enteró del alcance de su tragedia: lo han destinado a ser el nuevo Toro de La Vega. Se lo oyó a los mayorales  mientras lo miraban desde sus caballos con cara compungida. 
No, no puede ser. Tiene que evitarlo. Por eso se dirige trotando a ese cuatreño zaino que tanto envidia su puesto y siempre lo mira con cara de odio. Sabe que el aspirante se siente orgulloso de sus astas afiladas, mejor dejarle que hagan su trabajo. Ya es tiempo de morir.   

29 agosto 2014

El País de las Juergas Sin Fin


19 julio 2013

Agujeros de torero

 
(Regeneración de la entrada del 2008)
  • Ayúdame con el traje de luces, Fermín
  • Maestro es mucha responsabilidá. 
  • Debes hacerlo, la gloria no espera. 
  • Como usted quiera ¿pero como le tapo los agujeros antes de ponerle el traje? 
  • Tienes el Superglue y el algodón encima de la cómoda, entre las dos vírgenes. Coge buenos pedazos, no seas rácano como otras veces. El hueco del muslo como es más grande requerirá algo más duro y pesado. 
  • Podemos utilizar el tapón de la botella de champagne que se tomó anoche.
  • Pero lávala a fondo y luego échale alcohol para desinfectarlo,  que te conozco. 
  • Ay maestro, tanto sacrificio pa tan poco premio. Tie más cornás en el cuerpo que pelos mi parienta en sus santas partes. 
  • Por favor, no vuelvas a comparar mis gloriosos huecos con los pelos de tu mujer. Es una comparación extravagante, tu esposa va muy sobrada de vello tal como puede observarse por los muchos que le salen en el bigote.
  • Además bien sabes que me debo a ésto. A todo este arte y señorío que brindo cada tarde en las plazas de España y de medio mundo.
  • Maestro, si me permite la sinceridad, a usted no le hacen bien sus nuevas amistades. Esos señorones, escritores o artistas, le palmean las espalda, dicen que le admiran, que es usted la salvación del toreo, pero venderían su alma al diablo si después de verle dejar las tripas en la plaza pudieran convertir su tragedia en arte. 
  • Cállate, deja de decir insensateces y sigue vistiéndome, pero ten más cuidado que se me abren las carnes. 
  • Maestro, tengo todo el cuidado posible, pero da penita ver esas llagas. Usted mismo dice que cuando se ducha parece la fuente de la Cibeles echando agua por todos los caños. 
  • También es culpa de mis amantes ocasionales. Tienen la manía de sobarme las cicatrices, se me abren y lo dejan todo perdío. 
  • Tome medidas maestro, el sexo no debe requerir tanto derrame. No olvide lo que costó colocarle el pin cuando le quisieron condecorar en su pueblo. 
  • Fue gracioso, sí. ¿Te acuerdas cuando se me salió el hígado en el segundo toro de la primera corrida de la Feria de Abril? Hay que ver lo bien que reaccionó el público pidiéndome que saludara con él en vez de usar la montera. Luego, aunque fue una faena mediocre, me premiaron con una oreja. 
  • En realidad, maestro, los pañuelos de la gente eran para que sacará de nuevo el hígado, pero el presidente, que es un buenazo, prefirió concederle la oreja. 
  • ¿Ves? la fiesta requiere sacrificio para alcanzar la gloria, pero cuando llega, ay cuando llega, bien merecen la pena unos agujeros  ¡Todo por la fiesta, Fermín!
  • Todo por la fiesta, maestro. 

10 julio 2013

La fiesta sigue: ¡¡¡Biba San Fermín!!!


Había visto esta foto hace unos días pero aunque me llamó la atención, no la ubiqué con el famoso chupinazo que abre los Sanfermines
Mi amiga Laura Uve en la última entrada de su más que recomendable blog, U-topía, citaba el tema de las violaciones a mujeres en la Plaza Tahir de El Cairo y y las causas que lo pueden motivar. En mi comentario le decía que: "no voy a usar extrapolaciones generalistas sobre lo allí ocurrido y (menos) cuando se trata de una realidad ajena a la nuestra me parece frívolo y falso". Cinco minutos más tarde me he encontrado con esta fotografía de nuevo y he sentido   como  recibía una merecida bofetada en la boca. 
Creo que sobran comentarios y al menos los que podría hacer no serían mejores que lo que podéis hacer cualquiera de vosotros ante esta imagen sobrecogedora, al menos para mí. 
Lo cierto es que desde hace tiempo tengo una profunda repulsión hacia las fiestas de los Sanfermines y todo lo que significa. En el año 2010 ya puse una entrada al respecto, solo con imágenes del Youtube, a la que titulé ¡¡¡Biba San Fermín!!! La podeis ver aquí en su injustificada crudeza: viejos borrachos humillados por pandillas de jóvenes, las provocaciones a las chicas extranjeras para que enseñen los pechos, el tipo dormido en la calle al que despiertan y arrastran los barrenderos o el corredor muerto en los encierros.
 Al parecer, todo consiste en sentirse un poco más vivos y más jóvenes gracias a esa tonta libertad que te proporciona echarse entre pecho y espalda unos cuantos litros de alcohol. Dejar que el bichito salga a la superficie y tome el mando de la nave sin que los escrúpulos, esos estúpidos meapilas, te la jueguen en los mejores momentos. Todo bendecido por la tradición, el rito, la ley, el business y el caché literario y truculento del escritor insatisfecho que incapaz de liberarse de sus demonios prefirió ensordecerlos a base de cualquier cosa que le permitiera liberar adrenalina. Como si se tratase de un globo aerostático y tuviera que echar lastre.   
Ayer mismo, y es solo un ejemplo más, vi como un pobre buey, un cabestro, moría en la propia la plaza entre la indiferencia y el jolgorio generalizado.   
Todo muy divertido, muy aventurero para los bravos corredores y para los mirones que puedan sacar estupendas imágenes con la cámara digital o el móvil. 
"Oye tío, ¿has visto las superfotos que me han salido del animal muerto en la entrada de la plaza? Y yo estaba allí, colega, yo estaba allí."
 O sea que al final tampoco es tan extraño lo de la imagen de arriba. Además algunos dirán que la chica sabía lo que hacía y nunca podría pensar que su streaptease -espontaneo o forzado he ahí el dilema- podría generar tan babosas emociones entre la jauría de machos sedientos. Quizás la culpa sea mía por imaginar lo peor y no saber mirar una simple foto.
Quizás aclare conceptos saber que "cuentan sobre el chupinazo que a una chica literalmente la subieron entre cinco, la desnudaron, arrancándole las ropas, y la tocaron, con poca opción de decidir nada"
 Este artículo, Tetas y toros,  ha suscitado la entrada. 
Lo dicho: ¡¡¡Biba San Fermín!!!

02 octubre 2011

La vaca que guiña (Kaskarilleira Existencial 14)

Lejos de Kaskarilleira el universo se vislumbra extraño y hostil. Por eso sus aborígenes preferimos quedarnos a cubierto, dentro de nuestro cálido mundo familiar y salir a la intemperie solo cuando se hace estrictamente necesario. 
En aquella mañana del naciente otoño me había arriesgado a cruzar los límites fronterizos de Kaskarilleira y asomarme a ese abismo de  degradación que la circunda más allá del cinturón de autovías. Polígonos industriales, almacenes chinos, puticlubs, chimeneas, vertederos incontrolados y un sin fin de naturalezas muertas. Allí, en medio de un barrizal salpimentado de hierba, pacía inalterable una vaca escuálida, singular resto suburbano de la imponente raza rubia que dominaba el país antes de que el vil metal nos trajese a esos hinchados bóvidos holandeses productores de leche.
La vaca pacía y yo la miraba. 

Yo la miraba mientras ella pacía. 
Finalmente, levantó la cabeza en mi dirección y de forma sorpresiva, me guiñó un ojo.  
Soy consciente de mi natural atractivo, reconocido tanto por tirias como por troyanas, pero me sorprendió el gesto del animal habida cuenta de que mis relaciones con esos cornúpetas nunca han traspasado los límites de la pura cortesía. 
Como además de guapo, soy un aguerrido detective privado, me adentré intrigado en el cochambroso pastizal en pos de la dama. No estaba ni a un metro de la interfecta, cuando la muy furcia giro sobre si misma y se largó parsimoniosamente. En ese momento, di un paso tras ella, perdí el equilibrio y caí hacia abajo. 
Aquella era una trampa miserable. Debajo de la hierba había un enorme agujero que me tragó en un segundo. 
Bajé lo indecible por aquel abismo funesto mientras mi dignidad revoloteaba conmigo, cual vestido de Alicia en similar situación.
Caí de culo sobre un terreno pastoso. Más pringoso que pastoso a decir verdad.
Lo toque y un mejunje blanco me manchó los dedos. 
Parecía merengue. 
Era, sin duda, merengue. 
Estaba sentado sobre una enorme tarta de merengue de varios pisos mientras alrededor unos extraños hombrecillos de color verde levantaban sus escuetos brazos hacia mí. Vestían esmoquin carmesí,  lucían unas inmensas orejas de conejo pero parecían felices.
  • Una vil emboscada-farfullé mientras intentaba deslizar mi mano manchada dentro de la chaqueta para encontrar la cartuchera de mi adorada Magnum.
  • No se precipite en tomar conclusiones, detective Arou. No tiene nada que temer de nosotros. Esta es nuestra forma de darle la bienvenida a Ananía. -el que hablaba era un tipo aparentemente semejante a los otros pero con la peculiaridad de poseer una extraña mata de pelo violeta donde los otros ostentaban el cráneo desnudo. Prosiguió su perorata:
  • Soy Gfunderkaltstesick aunque ustedes los de arriba me suelen llamar Xan das Covas. Así lo hacía el hombre en quien confiamos antes de usted llegase. (Ver Confesións dun superheroe) Pobre muchacho, al final como superhéroe no dio la talla esperada. Era un obseso del trabajo fijo. Prefirió devolvernos la capa, el traje de gaitero y ponerse a estudiar para conseguir un  puesto administrativo en nosequé universidad. ¿De que están hechos los hombres de su generación? ¿Cómo pueden renunciar a la gloria por una miserable seguridad profesional? ¿Es que cuando mueran alguien va a colocar en sus lápidas  "Subjefe del negociado 3º de la Sección de Nóminas. Grupo A"? ¿No tienen sangre en las entrañas? Usted al menos parece tener agallas. 
  • No tengo nada que perder. Todo me parece una mierda.
  • Ahora si que parece una mierda.  Salga de ahí y quítese esa ropa manchada. Pero antes...-calló subitamente, callaron los demás y un silencio ominoso recorrió aquella galería subterránea. Me decidí a romper el silencio:
  • ¿Antes?
  • Sí, antes quiero hacerle una pregunta trascendente y que nos mantiene en la zozobra a todos los habitantes de la Ananía: ¿es cierto que hemos bajado a Segunda? 
  • ¿Se refiere usted al Dep...?
  •  ¿A quién me voy a referir si no?-dijo el enano alterado.
  • Pues sí, estamos en Segunda y aún así, no somos los primeros.
  • ¡Mierda! ¿Qué coño han hecho con el elixir que les metimos en el licorcafé?

25 marzo 2010

Emblema ibérico

No resulta nada fácil descubrir a un victimista en su territorio de caza. Nuestras sofisticadas cámaras de televisión y nuestros delicadísimos aparatos de audio, deben permanecer ocultos y bien resguardados de la intemperie durante días e incluso semanas, antes de poder sorprender a esta ave lejos de su guarida y preparándose para su vorágine depredadora. Cuando al final conseguimos contemplar en nuestros visores, cómo este voraz animal despliega sus tácticas y sus trampas a la caza de incautos, una sonrisa de satisfacción ilumina nuestros rostros y un fuego -nada fatuo- enardece nuestros corazones.
Sí amigos, nuestro protagonista de hoy es el pájaro victimista, gloria de nuestras calles, orgullo de nuestros hogares y privilegio de nuestros campos.



 


Espero que hayan disfrutado de este programa. Si es así, habrán merecido la pena  nuestros arduos esfuerzos. 
Sabemos que son imágenes conmovedoras y dramáticas. 
Sabemos que reflejan el mundo secreto de este animal inteligente, soberbio y esquivo que siendo tan habitual en nuestras vidas, sabe ocultarse como nadie y aprovechar como pocos las ventajas que la naturaleza le ha otorgado.
Un ave que podría ser un perfecto emblema de nuestra identidad plurinacional, sin distinción de culturas, lenguas o acentos. Y es que verdaderamente no hay catalán, vasco, gallego, castellano, murciano, andaluz o canario -así hasta 17- que si no lo es él mismo, no conozca, disfrute, sufra o experimente la presencia cercana de tan acrisolada especie.
Ahora que alguno de nuestros servidores públicos han iniciado una batalla más -estéril como todas las suyas- en pos de convertir el asesinato impúdico de cornúpetas en Bien de Interés Cultural, sería bueno que también reparasen en la importancia de proteger a este ser tan familiar, 

tan nuestro, 
tan ibérico.
Buenas noches, amigos.

31 octubre 2008

Leña al mono que se deja



"Leña al mono que se deja", el popular programa de cotilleos del fin de semana, vivió una jornada sorprendente en su última emisión. Después de quince minutos picoteando sin entusiasmo sobre las mollejas e higadillos de la actualidad, se procedió al degüello del primer invitado -en este caso invitada- de la noche.

Se trataba de Miss Andrews, la severa institutriz que cuidó en su ya muy lejana juventud a nuestra inefable Nancy Superstar. Como se sabe, los padres de Nancy eran personas adineradas y sabían que su hija, con tanto lujo a su disposición, tenía todos los boletos para ser una perfecta niña pija con la cabeza a pájaros. La decisión fue muy meditada: decidieron contratar una nanny inglesa para que alimentase de realidad a las pobres aves enjauladas y probar de paso si era posible colocar algo no volátil en la sesera de su idolatrada criatura.

Cincuenta y tres años después, Miss Andrews parece algo desmejorada y quizás ya no tenga fuerzas para ponerse el traje de Mary Poppins y volar por encima de las mansiones de la urbanización. Cualquiera lo hace con esa patrulla de vigilantes de seguridad, sin fantasía y con cierta tendencia a apretar el gatillo si aparece algún bicho viviente de color oscuro. La única ilusión actual de la venerable anciana es poder largarse de la Residencia de ancianos Madrecita de los Pobres Desamparados o al menos, si las monjitas se quedan con el dinero -cosa habitual cuando se trata de los ingresos extras de los viejecitos- mejorar la calidad de los postres en la residencia ya que cree recordar que en el mundo exterior no toda la fruta tiene aquellas costras tan negras y amargas al paladar.

La entrevista fue un éxito. La anciana salió sedada y en camilla en dirección al hospital entre los aplausos del público y las felicitaciones de los contertulios a la rematadora de la faena, la iracunda Facunda.

El conductor del programa presentó con sonrisa socarrona el segundo acto de la velada. Llegaba el momento del humor. Tenía su gracia ver a una vieja señora derrumbada en una camilla, pero resultaba algo patético al lado del divertimento que supone meterse una vez más con el hijo de la folclórica y el torero muerto. En realidad el muchacho es un tipo de lo más normal, pero siendo el hijo gordo y feo de una famosa, a su vez conocida por su altivez y soberbia. se le considera rica carne de cañón para los insaciables comentaristas.

La iracunda Facunda tensó las venas de su cuello hasta parecer una ballesta a punto de lanzar sus flechas mortíferas; los dos paparazzi buscaron el mejor plano tras el parapeto de sus papeles; la periodista amiga -de los Vips se entiende- ensayó la mirada arrogante de las exclusivas de postín; por último, el veterano Marrullas gastó uno de sus acostumbrados gestos amanerados que precedían casi siempre al ahuecamiento cínico de su mirada de sapo.

  • Facunda, comienza tú - dijo el presentador.

Facunda lanzo la flecha:

  • Una vez más el hijo de la folclórica se ha puesto en evidencia. Nuestro amigo, Paquuuuu...
Aquello parecía un mugido y sin duda había salido de la poderosa boca de la periodista.

Intentó volver a hablar:


  • Muuuuuu...
Sin duda, un mugido en toda regla. Un mugido de ley. Como el de la vaca rubia de mi tía Esperanza. Con la cara gacha,y colorada como un tomate de huerta ecológica, la señorita iracunda prefirió abandonar el plató.

Murmullos.

Voz solicitando silencio por parte del presentador y finalmente toma la palabra el ladino Marrullas:


  • Ignoro lo que la habrá pasado a mi compañera, Facunda, pero ya se sabe con las mujeres... y ésta tenía toda la pinta de estar con la regla - La risa esperada no fue secundada por el resto de la audiencia aún aturdida por la sorpresa.

  • Respecto al niño ese, sólo puedo decir que Paquuuuu... -Aquel nuevo mugido, algo más varonil, fue acompañado por el hiperveloz brote de unos objetos en las canosas sienes de Marrullas.

  • ¿Qué coño le pasa? - gritó un regidor mientras el veterano periodista se desplomaba en la moqueta.

  • Le están saliendo cuernos - respondió impasible la peripuesta amiga de los Vips.

Fue el acabose. En pocos segundos y tras el marasmo consiguiente, quedó el plató vacío y se cortó la emisión.

Esta mañana, los comentaristas del programa han celebrado una rueda de prensa. Marrullas, que escondía sus muñones con un gorro de lana con pompón, manifestó que había pasado una noche horrible con los cirujanos. Los especialistas -después de hacer diferentes pruebas con toda clase de instrumentos afilados y cortantes- habían decidido usar el método expeditivo de la broca común de taladro. Siguió diciendo que su indignación era tan grande, que sin respetar su convalecencia, había decidido con sus compañeros presentar una demanda de daños contra el hijo de la matador y la folclórica al que acusa, sin ningún género de dudas, de utilizar artes malignas para provocar su humillación pública. Algo nunca visto en la televisión. El puñetero Paquuuuuu..

14 agosto 2008

Agujeros de torero

-Lo que no pue ser no pue ser, maestro. 
-Con tanta cornás tiene más agujeros en el cuerpo que pelos tiene mi parienta en sus santas partes. 
-Me debo a la afición, a los toros, a todo ese arte y señorío que brindo cada tarde en las plazas de España y del extranjero. 
-Además la comparación con su mujer, a la par que ordinaria, es manifiestamente desafortunada ya que la interfecta debe ir muy sobrada de vello tal como puede observarse por los muchos que le salen en el bigote. 
- (Susurrando)"Dios mío y pensar que cuando lo conocí era analfabeto. Qué pedante se ha vuelto el maestro con tanto intelectual tauromaníaco haciéndole las gracias". 
 -¿Decías? 
-Qué na. Qué usted mismo. Que recuerde que desde su misma boca ha salío que por las mañanas después de ducharse tiene cierto parecío a la fuente de la Cibeles, ya que a falta de caños, usted echa agua por todas las llagas y eso que ha gastado sus buenos cuartos para que le remendaran las carnes. 
-La culpa la tienen mis amantes ocasionales. Con su manía de sobame las cicatrices, se me abren y lo dejo todo perdío. ¿Recuerdas a Tomás? No mi colega, me refiero al otro, al apóstol. Pues las hijas de su madre si no meten las pezuñas hasta el fondo no se convencen de estar ante un auténtico matador. 
-Tiene que tomar medidas, maestro, que le traten con más delicadeza. Recuerde lo mal que lo pasamos hace tres meses cuando lo quisieron condecorar en su pueblo y tardó un buen rato en encontrar chicha disponible en su cuerpo para que le pusieran el pin. Y hace un mes, cuando en Sevilla, a punto de salir al ruedo, hubo que recolocarle el hígado ya que le sobresalía del traje de luces. 
-Quieto parao, apoderao. Soy torero y me debo a la fiesta. La fiesta lo es todo para mi. Las cicatrices son la razón de ser de mi mundo, de mi gracia. Me hacen más torero, más artista. Creo que incluso me santifican. ¿Qué importan las heridas cuando gracias a ellas puedo alcanzar la inmortalidad en mi arte? 
-Alcanzar la inmortalidad matando, bonita idea; aunque algo dura de entender. 
-Todos los grandes de la historia la han practicado sin escrúpulos sobre todo con otros seres humanos. ¿A quién le preocupa unos miles de toros más o menos? La fiesta exige sacrificios para ser más grande. ¡Todo por la fiesta, apoderao! 
-Todo por la fiesta, maestro