A está en B y B está en C.
• A es una ciudad
• B un territorio con más o menos una historia propia
• C un Estado.
El ciudadano X quería ser presidente de B pero no lo consiguió. Despechado se presentó a alcalde de A y durante varios lustros ha gobernado la ciudad a su antojo.
Claves de su éxito:
• La política de los grandes gestos. Con muchas obras y muchos tinglados grandilocuentes que dejan extasiados a los habitantes de A -siempre amigos de las novedades- pero que no sirven para hacer que vivan mejor.
• El odio a B y a todo lo que representan su cultura y sus tradiciones. Al hacer ésto los pro B se convierten automáticamente en enemigos de su política- identificada falazmente como la única posible para el progreso de A- y consecuentemente en útil chivo expiatorio cuando la situación lo requiere.
• Si se odia a B hay que estar con C, de los que sólo se pueden obtener suculentas recompensas dadas las disputas entre los pro B y los pro C y el hecho de que estos últimos sean mucho más fuertes y poderosos que los primeros.
Consecuencias:
• Su patrimonio personal ha aumentado de forma espectacular ya que en su momento tuvo la "perspicacia" de emparentarse con una familia del gremio del ladrillo y ahora mismo, el ladrillo, es la única fuente de riquezas de la ciudad.
• X habiendo sido reelegido una y otra vez se ha endiosado y ahora va por la ciudad subido en una nube y vestido de señor antiguo.
- Ese que va por allí, en la nube, ¿no es el alcalde?
- Si, el mismo señora
- ¿Y no tendrá miedo de caerse o de tropezar con un letrero luminoso?
- Seguro que no. El alcalde lleva mucho tiempo encima de la nube y la sabe manejar a la perfección.