31 diciembre 2017

La canción de los viejos tiempos

La historia de la más celebrada canción de Fin de Año. Una entrada escrita a fines de diciembre del 2008 y vuelta a renacer 9 años después.

Deberían olvidarse las viejas amistades y nunca recordarse?   
¿Deberían olvidarse las viejas amistades y los viejos tiempos?
CORO: Por los viejos tiempos, amigo mío, 

por los viejos tiempos
tomaremos una copa de cordialidad por los viejos tiempos. 
 Los dos hemos correteado por las laderas y recogido las hermosas margaritas, pero hemos errado mucho con los pies doloridos desde los viejos tiempos. 
CORO: Por los viejos tiempos, amigo mío...
Los dos hemos vadeado la corriente desde el mediodía hasta la cena, pero anchos mares han rugido entre nosotros desde los viejos tiempos. 
CORO: Por los viejos tiempos, amigo mío...
Y he aquí una mano, mi fiel amigo, y danos una de tus manos, y ¡echemos un cordial trago de cerveza por los viejos tiempos!.  
CORO: Por los viejos tiempos, amigo mío...

Auld Lang Syne, es un viejo poema del escritor nacional de Escocia, Robert Burns, publicado en 1788 y luego difundido por todo el mundo tras transformarse en canción, siendo parte insustituible en eventos de todo tipo: conmemoraciones, congresos, desfiles, funerales, marchas etc...

Gracias a
la orquesta de Guy Lombardo, se popularizó en el mundo anglosajón como banda sonora de obligado paso cuando llega el año nuevo.

Acompañaba cadenciosamente el baile de Robert Taylor y Vivian Leigh en  El Puente de Waterloo (1940) de Mervyn LeRoy.

La toca, más o menos, a la tuba, Gary Cooper a punto de coger un tren en
El Secreto De Vivir (1936) de Frank Capra. El mismo director la usa en dos ocasiones memorables: acompaña las peripecias del senador James Stewart en Washington en Caballero sin espada (1939)y es la guinda del pastel, algo empalagoso pero sin duda entrañable, de ¡Qué bello es vivir!(1946)

También es parte de una declaración de amor casi imposible en la excelente comedia romántica: Cuando Harry encontró a Sally (1989) de Nora Ephron.

Admite un toque punkie gamberro.

Pero su belleza siempre es estremecedora.

15 diciembre 2017

El detective aguerrido y el egonio llorón

Aquella no era una furtiva lágrima. No, no era tampoco la lágrima de Peret que cayó en la arena, ni una de las lágrimas que bajaban por los recuerdos del replicante mortecino mientras repicaba la lluvia postmoderna sobre las ruinas de la civilización.
Aquella era una lágrima de un egonio llorón a 50 centímetros de mí y a 1200 millones de kilómetros de mi piltra en Kaskarilleira, donde debería estar tumbado en aquel momento si la vida no fuera una simple entrada de blog.
Soy Fiz Arou, detective privado y me he venido en mi contenedor de basura transtemporal a la Manolo´s Tavern, un bareto situado en un asteroide cercano a Saturno, buscando las huellas del pueblo que decidió desconectarse del universo pringoso y largarse a una luna sin uso en las proximidades del planeta de los anillos.
La huella  que tengo delante es un gordo humano moqueante que se ha apurado una mierda de tortilla saturniana y me mira con gesto compungido.
  • Ya vale - le digo - . Deja de lamer el plato que no queda nada. Límpiate la cara y dale otro uso a la lengua.
  • Deberías saber que llorar una vez al día con lágrimas verdaderas es costumbre obligada entre los egonios, tal como nos predicaba nuestro glorioso líder antes del Exodo Saturniano y tal como hemos mantenido luego desde nuestra llegada a Egonia 2.0. Con ellas expresamos nuestra infinita bondad y la tristeza que  nos produce saber que el universo está poblado por muchos seres inferiores y mezquinos que nos envidian.
  • Lo que sois es una pandilla de chalados. Decidisteis desconectaros del universo, aislaros unilateralmente en vuestra propio mundo, y aún pensáis en que os pueden joder los de fuera.
  • Me impresiona tu tono rotundo y aguerrido, detective. Suena muy radical para mis oídos. En Egonia 2.0 lo decimos todo a media voz y cuidando los detalles para que no se sienten ofendidos ninguno de nuestros interlocutores sea cual sea su raza, sexo, planeta o condición animal. La corrección es obligada para mantener la pureza y armonía. 
  • ¿Entonces tenéis contacto con otras gentes? Debe ser muy desagradable convivir con los imperfectos.
  • Todavía estamos solos en nuestra luna pero las cosas cambiarán muy pronto. Tras años  de debate teórico hemos decidido abrir la puerta a la compasión. Es una lástima que haya tantos seres alienados por no haber tenido la suerte de nacer egonios.
  • Ah por eso estás aquí recordando con nostalgia  los tiempos opresivos, tarareando rumbas y  comiendo una mierda de tortilla de  patatas grises con huevos de yema verde.
  • No quiero perder mis referentes terrícolas, detective. Los restos de la civilización cutre y chusquera nos hace recordar las ventajas de nuestra acrisolada superioridad moral. Ser de la creme de la creme está bien pero a veces se echa de menos un poco de merengue plebeyo como contraste.
  • Y ahora el merengue plebeyo vuelve a vosotros, necesitáis a los garbanceros para sentiros mejores. Al final sois dependientes de sus carencias.
  • Lo que pasa, detective, es que un mundo entre iguales es sumamente aburrido sin los debidos contrastes. Queremos remediarlo. Como sabrás hay mucha gente entusiasta de nuestra causa egonia en todo el Sistema Solar y por tanto hemos decidido montar una serie de campamentos espaciales para que nuestros partidarios nos ayuden mientras disfrutan de nuestra grata compañía. Traduciremos su entusiasmo en tareas útiles para nuestra comunidad.
  • ¿Los traéis para que curren por vosotros por la cara?
  • Lo dices de forma muy cruda, pero lo cierto es que hay trabajos que los egonios no podemos realizar sin desdoro de nuestra condición superior. Es lógico que nuestros seguidores extranjeros los realicen  para que nuestra civilización egonia no se descomponga, mistifique y decaiga.
  • Eso, que no decaiga, mientras haya morro. 
  • E ilusión, detective, no te olvides de la ilusión. 
  • Cierto, la ilusión de los otros siempre da mucho juego a los elegidos.

    (Capítulo 40 de Kaskarilleira Existencial. Aquí están sus otras historias)