No lo sabes, pero al alcance del brazo, en la mesa de cristal cuadrada, hay cuatro libros pendientes de tus actos. ¿A cual le tocará ser abierto hoy? El que lleva por título Los Cuentos de Canterbury no se hace ilusiones. Son más de tres meses cogiendo polvo debajo de la pila y sabe que solo un acontecimiento espectacular le permitirá abrirse paso ante las opciones más aparentes y actuales.
Con placer anticipado te decides por la novela policíaca y retornas a un capítulo donde el detective va a investigar a unos sospechosos que tienen un negocio turbio al final de un oscuro callejón. Se oyen ruidos de pasos entre los contenedores de basura y el sabueso introduce la mano derecha en el interior de la chaqueta para coger su arma.
Es entonces cuando suena un disparo:
Algo ha salido del libro, ha rozado tu sien y se ha debido de estrellar contra la bombilla de la lámpara ya que has oído ruido de cristales rotos a tus espaldas al tiempo que se apagaba la luz.
Miras el volumen y lo cierras bruscamente con pánico. Entre los restos de la bombilla, en el suelo de la habitación, no ves nada sospechoso. No hay restos metálicos.
¿Qué ha pasado? ¿Qué está pasando?
Mejor si te tranquilizas. Dejas el libro a un lado y para distraerte, coges otro de la pila. Resulta ser el de la novela pseudoporno de moda. Te parece una mierda pero te dices que quieres descubrir porque emociona tanto a tantas mujeres y a muchos hombres.
Es mentira, pero suena bien.
Al abrirla, como un resorte, te salta encima un enorme pecho femenino con un pezón oscuro, casi negro, que te roza las aletas de la nariz y te hace estornudar.
Mierda.
Tienes que apretar fuerte sobre las tapas de cartoné, para conseguir que eso, sea lo que sea, vuelva al sitio de donde ha salido.
Estás a punto de abandonar la lectura y llamar a tu psicólogo para una consulta urgente, pero un sentimiento morboso te hace intentarlo por tercera vez.
Quedan dos libros. Uno de ellos es Las Flores del Mal de Baudelaire en edición rústica. Es una obra grande, muy grande, pero si se escapa algo tenebroso, como algún pútrido cadáver o el famoso albatros, va a costar Dios y ayuda traerlos de nuevo a su sitio con tapas tan frágiles. Además se desprende un fuerte olor a absenta desde sus hojas y hoy no te apetece obsequiarte con bebidas tan fuertes.
Al final coges Los Cuentos de Canterbury y lo abres. Aquella gente sencilla te recibe de forma amable, festiva y picarona. Con buen ánimo, se disponen a que los leas y te sumes a la prodigiosa procesión de cuentistas:
"Señoras y caballeros -empezó el anfitrión-, háganse a sí mismos un favor y escuchen lo que voy a decir y no menosprecien mis palabras. En resumen, he ahí mi propuesta: cada uno de ustedes, para que el camino les parezca más corto, deberá contar dos cuentos durante el viaje. Quiero decir, dos en la ida y dos en la vuelta. Cuentos del estilo de «érase una vez...». El que relate su historia mejor -el relato más edificante y divertido- será obsequiado con un banquete a costa del resto del grupo, aquí en esta posada y bajo este mismo techo, al regresar de Canterbury. Y para hacerlo más divertido, tendré mucho gusto en cabalgar junto a ustedes a mis propias expensas y en ser su guía. El que no se someta a mi decisión deberá pagar todos nuestros gastos en el camino. Ahora, si ustedes están de acuerdo, háganmelo saber enseguida, sin más dilación, y efectuaré los preparativos pertinentes."
Miras el volumen y lo cierras bruscamente con pánico. Entre los restos de la bombilla, en el suelo de la habitación, no ves nada sospechoso. No hay restos metálicos.
¿Qué ha pasado? ¿Qué está pasando?
Mejor si te tranquilizas. Dejas el libro a un lado y para distraerte, coges otro de la pila. Resulta ser el de la novela pseudoporno de moda. Te parece una mierda pero te dices que quieres descubrir porque emociona tanto a tantas mujeres y a muchos hombres.
Es mentira, pero suena bien.
Al abrirla, como un resorte, te salta encima un enorme pecho femenino con un pezón oscuro, casi negro, que te roza las aletas de la nariz y te hace estornudar.
Mierda.
Tienes que apretar fuerte sobre las tapas de cartoné, para conseguir que eso, sea lo que sea, vuelva al sitio de donde ha salido.
Estás a punto de abandonar la lectura y llamar a tu psicólogo para una consulta urgente, pero un sentimiento morboso te hace intentarlo por tercera vez.
Quedan dos libros. Uno de ellos es Las Flores del Mal de Baudelaire en edición rústica. Es una obra grande, muy grande, pero si se escapa algo tenebroso, como algún pútrido cadáver o el famoso albatros, va a costar Dios y ayuda traerlos de nuevo a su sitio con tapas tan frágiles. Además se desprende un fuerte olor a absenta desde sus hojas y hoy no te apetece obsequiarte con bebidas tan fuertes.
Al final coges Los Cuentos de Canterbury y lo abres. Aquella gente sencilla te recibe de forma amable, festiva y picarona. Con buen ánimo, se disponen a que los leas y te sumes a la prodigiosa procesión de cuentistas:
"Señoras y caballeros -empezó el anfitrión-, háganse a sí mismos un favor y escuchen lo que voy a decir y no menosprecien mis palabras. En resumen, he ahí mi propuesta: cada uno de ustedes, para que el camino les parezca más corto, deberá contar dos cuentos durante el viaje. Quiero decir, dos en la ida y dos en la vuelta. Cuentos del estilo de «érase una vez...». El que relate su historia mejor -el relato más edificante y divertido- será obsequiado con un banquete a costa del resto del grupo, aquí en esta posada y bajo este mismo techo, al regresar de Canterbury. Y para hacerlo más divertido, tendré mucho gusto en cabalgar junto a ustedes a mis propias expensas y en ser su guía. El que no se someta a mi decisión deberá pagar todos nuestros gastos en el camino. Ahora, si ustedes están de acuerdo, háganmelo saber enseguida, sin más dilación, y efectuaré los preparativos pertinentes."
¡¡¡Esos sí que son libros interactivos y lo demás, tonterías¡¡¡¡
ResponderEliminarMenos mal que no te ha dado por leer uno de zombies, que es lo primero que se me ha venido a la cabeza cuando he visto la imagen de arriba.... Molaría el de "La vuelta al mundo en 80 días"... Viajar por todo el mundo sin moverte del sillón.... :D
Un beso muy fuerte, Krapps, y disfruta mucho de tu viaje.
Reconoce, Novicia, que un libro te puede dejar zumbado y no solo es algo que afectó a aquel sujeto de La Mancha, de pequeño a muchos de nosotros nos daba por ir a lanzar mandobles por las calles leyendo a Los Tres Mosqueteros.
EliminarNo falta mucho para que la realidad virtual se vuelva más abracadabrante y nos meta en algún apuro.
Besos y feliz fin de semana.
Retornando el blogueo lentamente, he venido a visitarte a ti primero, amigo Krapp. Creo que Los cuentos de Canterbury son sin duda la mejor elección. Son gente de lo más pintoresca -sobre todo el fraile-, que anda de viaje, como he andado yo ;)!
ResponderEliminarMuchos besos.
Fer
Gracias por el detalle, Fer. Ahora al que le toca retornar del viaje es a mí. Voy a contar la verdad toda la verdad y nada más que la verdad. En realidad aparte del libro tengo a Los Cuentos de Canterbury en el e-book y es la típica historia que va quedando más y más atrás en la relación de títulos. Es decir que cuando llevo la "pila de libros" en el aparato también va conmigo y algún día sé que me decidiré a proseguir leyendo allá donde lo encuentre, en la última página del aparato.
EliminarBesos
Permanezco impresionado ante los efectos del exceso de lectura.
ResponderEliminarAlgo se irá acomodando. Nuestro paso por la escritura implica éstas experiencias imaginadas al igual que las vivencias, y la lectura resulta un atajo hacia los sitios más insólitos. Buena reseña y excelente cortito acerca de los recaudadores. Muchas cosas jamás cambian incluyendo nuestra disponibilidad de aceptarlas.
CONTINUARÁ,como suelen decir.
Quizás los excesos de la lectura son los que han provocado que nosotros perdamos tiempo y energía en intentar remedar lo que la lectura nos da.
EliminarLa lectura nos lo da precocinado y por eso nos evita la dispersion aunque ahora estemos sometidos a los desafíos de medios más rápidos, más cómodos y más aparentes.
Gracias, Carlos. Lo bueno de los grandes cuentos de la historia de la literatura es que se renuevan una y otra vez sin perder un ápice de su elocuencia por muchos siglos que pasen.
Continuará, claro.
Sí, la verdad es que ante el peligro de que los libros se vuelvan "interactivos" y sus realidades nos engullan, la opción más agradable antre esas cuatro son los cuentos. De todos modos, hay que explorar esa posibilidad: recordemos cuáles de los libros que hemos leído nos gustaron más, o nos hicieron "levitar" a mayores alturas, y volvamos a zambullirnos en ellos.
ResponderEliminarPor si acaso, creo que elegiré uno humorístico.
Cuidado, Rick, los cuentos por ser más cortos no tienen porque ser menos puñeteros y venenosos. A veces, cuando me pongo un jersey, o pullover en Argentina, me acuerdo de de esta obra maestra y realmente lo paso mal.
EliminarLo malo de volver a los viejos libros es que siempre tienes el miedo de perderte historias que aún no conoces. Es como los que tenemos la manía de volver siempre de viaje a las mismas ciudades buscando matices nuevos no experimentados.
Ten cuidado con el humor, no te vayan estrellar una tarta de merengue en la cara :)
Uno como yo que gane en Gaugamela, que cruce los Alpes con elefantes, conquiste Alexia, defendi Numancia, luche magnis itineribus con las legiones contra los barbaros, fui de la China a Europa con caballo y arco, hice jurar a un rey en Santa Gadea que no habia matado a mi amigo e hice prisionero al Conde de Barcelona, expulse a espadazos "al moro", construi catedrales y defendi castillos, estuve en las cruzadas, he compartido mesa con Ṣalāḥ al-Dīn Yūsuf ibn Ayyūb, viaje con Marco Polo, conquiste America y capture a un rey frances en Pavia, fui mercenario sin sueldo en los Tercios, derrote a Napoleon en Bailen y deje manco a Nelson en Tenerife, me he ilustrado en conversaciones con Descartes y este me enseño su infalible Metodo, he cazado Perdiz Roja con don Miguel Delibes, compartido duelos con Alatriste, desfacido entuertos con un caballero andante manchego, navegado y dado caza en un barco de madera y tela a Moby Dick , participe en la Primera Guerra Mundial en un puesto de ametralladoras en una trinchera, he volado con Richthofen, estuve en la Guerra Civil de España en Madrid y en Aragon, en la Segunda Guerra Mundial pilote un Stuka y un Spifire Supermarine en la batalla de Inglaterra, visite Stalingrado en 1942 , en 1944 estuve en Normandia, he visto Un Mundo Feliz, estuve en el Mundo de 1984 y , en mi última aventura, la semana pasada he conocido Macondo un lugar especial, donde los habitantes y los viajeros componen un escenario humano magico, la gente vive más de un siglo y un guerrero se jubila haciendo peces de oro, una y otra vez. Comprenderas que no me asuste, es más, que vea infantil que alguien se asuste si sale un disparo que falla de un libro o una teta se asoma a la luz, incluso entenderas que sienta cierta simpatia por el diablo, aunque no crea en él...
ResponderEliminarCuidate, que he oido en Radio Blog que vas de viaje... pregunta que preguntando se llega lejos...
Un saludo.
Estoy altamente impresionado, Mio Cid, ¿qué hace usted en el exilio con tal brillante perfil? Yo diría que sería un buen candidato a las elecciones europea. Se tiene merecido un buen descanso bien pagado y no se me ocurre mejor momio como dicen los castizos. Usted con ese curriculum y el señor Arias Cañete aspirando a descanso tan singular solamente porque sabe distinguir si un jamón es pata negra o no.
EliminarLo de las tetas que salen o no a la luz revela que no visita lo que debiera las costas peninsulares a pesar de haber conquistado la ciudad de Valencia en estado de fiambre.
Ya he vuelto, a Radio Blog no se le escapa nada al parecer.
Un saludo
Ya me voy corrigiendo en cuanto a tener varios frentes abiertos para leer.-En estos momentos y con dolor de codo todo hay que decirlo :por que es, un libro que tiene un formato rígido y cuando tienes que seguir con la siguiente hoja se cierra de golpe de lo prietas que están...
ResponderEliminar.-El libro de marras es;"La Gran Desmemoria"(lo que Suárez olvidó y el Rey prefiere no recordar) de Pilar Urbano.Vamos a ver, cuando, como, y donde lo termino de leer porque es un tocho en toda la extensión de la palabra.-Me lo han regalado para el día de la madre y es de bien nacido ser agradecido.
-Los Cuentos de Canterbury para una ilustraciones tuve que leérmelo te pasas un buen rato pero se nota que no esta escrito hasta el final por el mismo autor.
Animo y a dosis te vas deleitando un día con los cuentos, otro con las intrigas y en cuanto a la exaltada pues ya nos contaras cuanto tiempo le puedes dedicar:)
Un abrazo feliz fin de semana Krapp.
No quiero presumir de las virtudes de las nuevas tecnologías porque ya es un camino muy trillado pero la verdad cuando me leí la tercera parte de Canción de Hielo y Fuego, la de la serie Juego de Tronos, en el ebook se abrió para mi un mundo de posibilidades y no soy de los que rechace la belleza de un libro en formato códice, las ilustraciones y demás. Siguen ocupando su sitio.
EliminarLa Gran Desmemoria es el libro de moda de la temporada y hay que ver lo bien que lo sabe vender su autora.
No sé si todos los cuentos son de Chaucer o no, también es posible que siendo un recolector de historias antiguas y tradicionales cada una refleje sus orígenes distintos.
Hay que ir sopesando posibilidades, por supuesto.
Un abrazo
Feliz fin de semana, una semana después.
Me he reído bien a gusto imaginando la salida del pezón oscuro y tentador hacia ti. Pero ya veo que eres más exigente y no te basta con una tentación instantánea.
ResponderEliminarVoy a cometer la falta grave de decir, como acostumbro, la verdad: no he leído Los cuentos de Canterbury, sin embargo ese fragmento me ha provocado placer y me tienta más que si me saltara un fragmento de prepucio.
Besos!!!
Es que se trataba de una situación inédita y el personaje, yo prefiero como narrador quedarme en el tendido de sombra, no tenía un protocolo establecido ante una emergencia tan chocante y particular.
EliminarYo lo tengo a medio leer y tampoco me apura demasiado, estos cuentos hay que saborearlos a poquitos, entre textos prosaicamente mayores.
¿Un fragmento de prepucio saltando? Dios santo, es una imagen inquietante.
Besos
que padre que fuere así... meternos en las historias, vivirlas en carne propia.
ResponderEliminarActualmente me leo una novela de Carlos Ruiz Zafón (Marina) y he recorrido las calles de Barcelona como lo he soñado toda la vida.
Esto de leer mucho tiene su magia
saludos
carlos
Yo personalmente prefiero viajar y luego leer o ver cine para reconocer lo ya visto. Eso mismo estoy haciendo hoy. En el fondo nos sentimos amparados en nuestro propio medio y no sé si nos gustaría ser protagonistas de las ficciones, además ya está ese maravilloso cine.
EliminarSaludos
Me he quedado sin saber que decirte Dr., como LAURA no he leído los Cuentos de Canterbury pero al contrario que a ella este pedacito de la peli de Pasolini, no me anima, la vi y sinceramente me costo Dios y ayudas terminarla, recuerdo verla subtitulada y no sé si fue escucharles hablar con ese acento a lo ¡porca misera! chillón y desabrido, las risotadas que tanto le gusta hacer soltar a sus personajes este director que me pareció una sucesión de cabras chifladas pensando como entrar o salir de camas tan aburridas y poco inspiradoras que si el sexo se redujera a lo que muestras esta peli, la castidad no me parecería tan mala cosa.. para remate, si luego imagino esa masa ingente de carne terminada en pezón oscuro que te asaltó desde el libro que estabas leyendo esto parece un antídoto contra todo tipo de tentaciones literarias y carnales ¿ es eso? ¿nos estás exorcizando? apología de la abstinencia, recogimiento y oración... jajaja o que ante el peligro que encierran los libros, salgamos a tomar aire... creo que si es esto último voy a hacerte caso, hace un día tan bonito que ya sabes, yo enseguida me apunto a mi hierba y a mirar pasar nubes, lo más que puede pasarme es que me caiga un meteorito despistado:))
ResponderEliminarUn 10 con matrícula en imaginación, al mía es tan calenturienta que ni libros necesito para que se me dispare, aun así ¡qué haríamos sin ellos!
Muuchos besos y feliz finde... mar, sol y brisa al atardecer te curarán:-)
Lo que pasa con Pasolini es que quería llevar las historias clásicas a un ambiente popular con actores aficionados o no profesionales para conseguir cierto hiperrealismo en las escenas y en las actitudes. A veces le salió bien y otras no tanto. El Evangelio según San Mateo me parece una obra maestra y otras no consigue sus objetivos. Era una forma de desmitificación y en eso va incluido el sexo.
Eliminar¿Exorcismo, incitación a la vida no libresca? Hoy una semana y pico después, hace mucho calor ahí fuera y casi como contradicción merece la pena el recogimiento, sobre todo si el astro rey te ha quemado con sus rayos.
Acepto eso 10 agradecido a pesar de su evidente injusticia.
Muchos besos y feliz fin de semana consiguiente.
Yo estoy leyendo un libro recién publicado titulado Los quince viajes de Franco a Cataluña de Javier Pérez Andújar. Y de pronto me veo en aquellas manifestaciones de júbilo por la presencia del Caudillo en Barcelona rodeado de la plana mayor de la burguesía catalana que estaba haciendo los mejores negocios de la historia y que apoyaba totalmente la paz social que reinaba sin sindicatos ni protestas obreras. La Vanguardia era entonces La Vanguardia Española propiedad del conde de Godó. Hoy los hijos de aquellos colaboradores entusiastas del Caudillo son independentistas, los falangistas catalanes que conformaron la realidad de Cataluña en los años cuarenta y cincuenta no han existido nunca. Al menos nadie nos habla de ellos en el Museo de Historia de Cataluña que nos muestra solamente la resistencia heroica del catalanismo frente a la dictadura española de Franco. Ya se sabe: la tesis oficial ahora es que fue una guerra de España contra Cataluña.
ResponderEliminarUtilizando tu misma técnica de que los libros cobren vida con disparos y tetas volantes, en mi lectura me vienen aquellos brazos levantados con entusiasmo por los catalanes que celebraron con júbilo el final de la República, el régimen más estúpido jamás creado.
Un abrazo.
Ese libro puede ser interesante y siendo de carácter histórico podría reflejar como anteriormente esa alta burguesía catalana montó sindicatos de pistoleros para aterrorizar a la clase obrera o como en la misma república se apoyó en los estalinistas para "purificar" el movimiento revolucionario de excrecencias anarquistas y trotskistas y volver al orden. Es decir, la cuestión es seguir ahí en el machito al amparo de las contingencias aunque abajo el mar siga rugiendo. La historia para el poder solo es un vehículo de propaganda y me da igual la bandera desde la que petenda esconder sus vergüenzas.
EliminarAbrazos
Todo esta en los libros.
ResponderEliminarEntre clásicos menos clásicos y bets selers todo tienen su publico y su momento, lo que hoy podría desechar como Las sombra de Grey…mañana quien sabe?
Mención especial a los cuentos de Canterbury y al Passolini que a mi me cautivo en su momento, uno de los neorrealistas italianos mas comprometidos.
La vigencia del cuento del fraile llevada a estos días, es de lo mas realista
Un abrazo
Últimamente estoy con la picaresca
Todo está en los libros como decían las de Vainica Doble y cada libro tiene su ocasión. Lo malo es que hay demasiados pretendientes para robarnos el tiempo y uno al final tiende a escoger al que menos nos pide a cambio.
EliminarLos Cuentos de Canterbury está repleto de picaresca humana incluso cuando se pone más solemne.
Un abrazo
Tú lo que estabas era amodorrado en el sofá, en una de esas siestas con babeo y un libro que resbalaba de tu mano!
ResponderEliminarBenditos libros!
Aunque estoy pensando en irme de vacaciones sin ningún contenido multimedia, ningún libro...
Un abrazo, Dr
Josela
Siestas con babeo, ese es puro hiperrealismo, Josela y deja a los sueños en paños menores, casi desnudos.
EliminarNo dejes de llevar un libro en vocaciones. Incluso en las mejores es bueno desconectar de la realidad.
Abrazos
Gran vindicación de los clásicos, aunque muchos se abonarían a la porno novela si viene con semejantes efectos especiales.
ResponderEliminarLos Cuentos de Canterbury también están llenos de picardias que es como el porno pero más excitante. Lo sexy está en lo que se tapa no en lo que se.muestra.
EliminarGracias
En mi adolescencia recurría a las lecturas como fuente motivadora de sueños. Confieso que uno de los libros que más fantasías me provocó fue La Regenta. La de palos que le dí al Magistral...Vaya personaje más abyecto...
ResponderEliminarLlevé a cabo la lectura de los Cuentos de Canterbury en su día con escaso entusiasmo. Creo que no estaba preparado ni motivado para esta empresa. El Decamerón sí consiguió motivarme...
Recuerdo la anécdota de "El cuento del fraile" porque me lo hicieron copiar 5 veces. Omito el porqué...Trata de una fábula archiconocida: que las maldiciones suelen cumplirse. Un emisario del tribunal eclesiástico encuentra al diablo vestido de oficial judicial, el cual le confía qué métodos o tretas debe usar con los hombres. El emisario intenta aprovecharse de una viuda, que lo manda al diablo y el diablo se lo lleva, de acuerdo con la creencia popular.
Chaucer, el autor, nos ha trazado una magnífica descripción del fraile mendicante, que en realidad es el narrador del cuento. Es un hombre apuesto y buen conservador, es uno de los más conocidos de su orden. Pide siempre donativos, es muy galante con las mujeres y conoce las tabernas y posadas como pocos. Piensa que sólo de los ricos puede venir algo bueno y se muestra servicial cuando puede sacar provecho.
Otro cuento que es una réplica al anterior es el del Alguacil. Se trata de una leyenda un tanto ordinaria que explica las tretas de un fraile ambicioso que se halla velando a un enfermo esperando sacar provecho. Afortunadamente, cosa que no suele ocurrir en la realidad, este malvado fraile será burlado...
Saludos
¿La Regenta? ¿Te pone la señora Ana Ozores con su pasión contenida y sus remilgos provincianos? Muy interesante.
EliminarEs más motivador El Decamerón porque hay una pizca más de descaro latino y menos necesidad de mantener el buen tono pèro las dos son igualmente subversivas contra los formalismos del poder y la hipocresía.
Si se escribieran en estos tiempos, adaptados a nuestro hoy cotidiano, algún ministro del Interior de esos que hay por aquí reconvertidos al catolicismo furioso -tras su conversión en Las Vegas- tendría que tomar medidas y poner a Chaucer y a Bocaccio a buen recaudo.
Has retratado muy bien dos historias admirables de esta colección de historias realmente singulares y espléndidas.
Saludos cordiales.
Interesante lo que puede salir de los libros. Lo que cuentan a veces está tan vivo que acabamos metiéndonos en la propia historia, sintiéndolo y viviéndolo nosotros mismos. Yo ahora ando un poco errante, pero así está bien.
ResponderEliminarBesos.
La cuestión a debatir sería ¿salen los personajes, las situaciones y las historias de los libros para acompañarnos en nuestro devenir o somos nosotros los que nos integramos en las suyas? Puede parecer una cuestión fácil de responder pero tiene su intríngulis, hay que recordar lo de Mahoma y la montaña. Espero que tú encuentres la tuya, me refiero a la montaña.
EliminarBesos
Aquí estoy de nuevo. Recién retornado de un intenso viaje y casi tan cansado como el soldado vuelto de la guerra. Afortunadamente no me acompañan los escalofríos del corazón cuando ronda la muerte cerca. Todo viaje, de esos que llaman de placer, es una batalla contra el tiempo en la que solo disponemos de una endeble red para atrapar cosas y meterlas en el peto de la memoria antes de que Cronos, el gran farsante, nos aleje de allí. Espero, al menos, que tanto esfuerzo sirva para algo.
ResponderEliminarDadme unos días para ponerme al día.
Repito esta misma nota en el otro blog.
Gracias por estar ahí.
Pues desde luego, que de toda esa pila... Los Cuentos de Canterbury son la mejor opción sin duda alguna. A mí, al revés que a Luis A. me gustaron más que el Decamerón, y tanto como el Libro del buen amor, de nuestro ilustre arcipreste. Siempre me sorprendió saber que cuando G.Chaucer los publicó en inglés, lo hizo en lo que entonces se consideraba lengua vernácula... mira tú por donde!
ResponderEliminarCosas veredes!
La pila era de un ebook ya es tiempo que lo confiese, pero como este todavía no ha alcanzado esos ardores románticas había que usar el modo clásico.
EliminarYo no sé que es una lengua vernácula, supongo que todas proceden de algún lugar aunque supongo que por entonces no era una lengua culta. Lo de Chaucer es muy importante y solo unos cuantos años más tarde vino Shakespeare a corroborarlo.