Un resplandor, un relámpago de luz, un fulgor inmenso se adueña de la habitación y se corporiza en una figura humana vestida con un viejo camisón a rayas y un gorro de dormir.
- Señor, es el momento de buscar un cuerpo adecuado para el día de hoy.
- Aaugggh, Hortensio - se despereza el aparecido- espero que hayas pensado en algo que me alivie del entumecimiento de ahí dentro. No sé que me pasa últimamente, debo haber ganado peso o quizás que me estoy haciendo viejo.
- Yo creo que el señor debería hacer algo de ejercicio y no comer en exceso cuando se pone el cuerpo de marqués y le invitan a esos banquetes de alto copete. Por eso he pensado en la conveniencia de probar otras posibilidades menos petulantes.
- ¡Qué miedo! Conociéndote me puedo esperar cualquier cosa loca y extravagante.
- Señor, nunca haría nada que fuera en menoscabo de su linajuda condición pero creo que le vendría bien probar otros aires quizás más plebeyos pero muy reconstituyentes.
- Hortensio, te temo.
- No me tema, señor, le he traído para que lo pruebe un precioso cuerpo de dinámico activista.
- Por favor, Hortensio, ¿acaso pretendes que me transforme en un espantoso comunista barbudo, con ushanka en la cabeza, cara demacrada, mirada cejijunta, mal afeitado y con perversas intenciones homicidas?
- Señor, lamento decirle que está usted un poco desfasado y demasiado influido por las mentiras de la vieja prensa reaccionaria. Si aquello existió alguna vez ya ha desaparecido. Los activistas de hoy en día son de otra manera y están en otras causas.
- ¿Entonces ya no se predica y promueve la revuelta social contra la explotación de los poderosos?
- No tanto, ahora lo que importa es la reivindicación de la identidad de cada uno. Tu país, tu género, tu raza, tu sexualidad, tu forma de alimentarte, tu amor a los animales etc...
- En mi condición actual, tengo muy poca identidad disponible, cualquiera me vale.
- Tampoco correría peligro, señor. No correría peligro de ser fusilado por mucho que le consideren un escuchimizado oligarca descendiente de un afamado linaje de orondos oligarcas depredadores. Las revoluciones han cambiado mucho y tampoco la clase obrera se siente representada por la burguesía ilustrada que antes le apoyaba. La de ahora esté demasiado ensimismada con sus discursos teóricos, su culturalismo y la pluralidad de sus luchas.
- ¿Pero quién representa a los de abajo?
- El populismo fascista pretende llevarlos a su redil. No es que sea una ideología muy racional y humanitaria pero tiene claros sus objetivos: hacer pensar a los penúltimos que los últimos son culpables de todo. Sobre todo si son pobres, extranjeros y de otras religiones y razas.
- Como en los años 30.
- Sí, como en los años 30.
- Me consuela saber que los de mi clase no corremos peligro, se me quita un peso de encima y eso que no tengo peso desde que soy una pura esencia embutida en una lámpara.
- Al menos algo quedó de usted después de aquel terrible incendio provocado por usted mismo.
- Aquel seguro de la casa era una oportunidad para resarcirme de mis fracasos. En fin, se me fue la mano y fracasé de nuevo. Ahora mismo haría de tripas corazón si aún tuviera tripas y corazón.
- Señor, ahora tendrá mucha actividad en su nuevo cuerpo de activista. Asambleas, manifestaciones, desahucios, sentadas, conferencias, reuniones informativas, tweets y mensajes en facebook, reparto de propaganda... Va a tener que acostumbrarse a un ritmo frenético, Señor Habe Krem.
- No seas alarmista, Hortensio ¿o acaso crees que no se llevar con estilo el pañuelo palestino?