(Recupero un viejo texto que podría ser de hoy)
Me desperté en la madrugada y comprobé alarmado que todavía no habían puesto el día en circulación.
¿A qué obedecía aquel retraso?
Mi hoja de ruta era muy clara al respecto: despertarse tras el sueño nocturno supone el inicio del día y la preparación para la jornada siguiente, sea activa o festiva.
Extraña anormalidad. Si no se iniciaba el día tampoco podía ponerme en funcionamiento y cumplir el programa que me hubieran asignado.
Revisé mis biopuertos craneales y comprobé que funcionaban a la perfección. Luego consulté mis FAQ’s mentales y tampoco hallé respuesta a mis preguntas acuciantes.
Incomprensible.
¿Debía levantarme?
¿Debía quedarme en la cama hasta que la Unión Europea me mandase un europensamiento y decidiera lo que era más conveniente para mí?
No podía aceptar que tan alta institución tuteladora hubiera cometido un mayúsculo error. Seguramente debía de tratarse de algún programa nuevo demasiado complejo y sofisticado para la parte autárquica de mi mente, la única no conectada a la red global. Pronto recibiría una respuesta y hasta entonces debía permanecer en la cama.
Pero ¿qué pensar? Y lo peor ¿hasta dónde estaba autorizado a hacerlo sin romper el frágil equilibrio mental entre el conjunto de los ciudadanos de la Unión?
Nuestros gestores lo habían dicho muy claro: la sostenibilidad de nuestro Estado del Bienestar dependía de la pureza de nuestros pensamientos. Sin embargo creyeron innecesario darnos parámetros al respecto.
Un ciudadano como debe ser, debe saber siempre como pensar.
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Han pasado muchas horas. No sé cuantas, nadie me ha autorizado a calcularlas. Tampoco nadie me ha autorizado a beber, a comer o a hacer cualquier otra cosa.
Me siento solo, abandonado y perdido pero no me puedo desesperar. No sé el tipo de consecuencias que podría generar mi angustia. Quizás mi pequeño efecto mariposa pueda provoque una bancarrota en Estonia o una crisis financiera en Malta.
Me voy a desmayar y será lo mejor para todos.
Desmayado no causaré ningún trastorno.
Incluso puedo morir y acabar con todos mis problemas.
A lo mejor quieren que muera y no me lo quieren decir.
Debo deducirlo yo.
Ya se sabe un ciudadano como debe ser, debe saber como pensar.