-Lo que no pue ser no pue ser, maestro.
-Con tanta cornás tiene más agujeros en el cuerpo que pelos tiene mi parienta en sus santas partes.
-Me debo a la afición, a los toros, a todo ese arte y señorío que brindo cada tarde en las plazas de España y del extranjero.
-Además la comparación con su mujer, a la par que ordinaria, es manifiestamente desafortunada ya que la interfecta debe ir muy sobrada de vello tal como puede observarse por los muchos que le salen en el bigote.
- (Susurrando)"Dios mío y pensar que cuando lo conocí era analfabeto. Qué pedante se ha vuelto el maestro con tanto intelectual tauromaníaco haciéndole las gracias".
-¿Decías?
-Qué na. Qué usted mismo. Que recuerde que desde su misma boca ha salío que por las mañanas después de ducharse tiene cierto parecío a la fuente de la Cibeles, ya que a falta de caños, usted echa agua por todas las llagas y eso que ha gastado sus buenos cuartos para que le remendaran las carnes.
-La culpa la tienen mis amantes ocasionales. Con su manía de sobame las cicatrices, se me abren y lo dejo todo perdío. ¿Recuerdas a Tomás? No mi colega, me refiero al otro, al apóstol. Pues las hijas de su madre si no meten las pezuñas hasta el fondo no se convencen de estar ante un auténtico matador.
-Tiene que tomar medidas, maestro, que le traten con más delicadeza. Recuerde lo mal que lo pasamos hace tres meses cuando lo quisieron condecorar en su pueblo y tardó un buen rato en encontrar chicha disponible en su cuerpo para que le pusieran el pin. Y hace un mes, cuando en Sevilla, a punto de salir al ruedo, hubo que recolocarle el hígado ya que le sobresalía del traje de luces.
-Quieto parao, apoderao. Soy torero y me debo a la fiesta. La fiesta lo es todo para mi. Las cicatrices son la razón de ser de mi mundo, de mi gracia. Me hacen más torero, más artista. Creo que incluso me santifican. ¿Qué importan las heridas cuando gracias a ellas puedo alcanzar la inmortalidad en mi arte?
-Alcanzar la inmortalidad matando, bonita idea; aunque algo dura de entender.
-Todos los grandes de la historia la han practicado sin escrúpulos sobre todo con otros seres humanos. ¿A quién le preocupa unos miles de toros más o menos? La fiesta exige sacrificios para ser más grande. ¡Todo por la fiesta, apoderao!
-Todo por la fiesta, maestro
FELICES NAVIDADES: GRABACIÓN PERSONAL
Hace 12 minutos
¡Qué bien reírse de los toreros que se juegan día a día su vida en las plazas!
ResponderEliminarEs muy fácil atacar desde el escepticismo, tan de moda, toda la inmensa nobleza del arte de Cuchares.
Queda muy bien, es muy ecologista y muy antitaurino pero desconocen todo la profundidad religiosa, mítica e historia que hay detrás. Es una parte sustancial de este país, el de la piel de toro,y si algún día llegara a desaparecer la tauromaquia abandonaríamos una seña de identidad fundamental. De esas que nos definen frente a los demás pueblos de la Tierra.
Muy bien, como quiera Mayoral de lunas, hermoso nombre sí señor, pero prefiero librarme de esas señas tan "nuestras" y seguir siendo un indocumentado antes que aceptar esa práctica sangrienta que envilece a quien la contempla tanto como al que la practica.
ResponderEliminarLos sofistas ya cobraban por debatir sobre cualquier cosa (¿o eso era en las tertulias a gritos de radio y TV...?).
ResponderEliminarOdio la matanza de toros. Bueno, también odio la matanza de toreros. Odio cualquier fiesta relacionada con toros: encierros, corridas (ups), embolados...
Hija de segoviano, me declaro antiespañola, como Larra: soy afrancesada, o inglesa, o saharaui, o marciana. Macaronésica sum.
La sangre y el dolor, como los hospitales, sólo tienen sentido cuando es para dar vida: no hay más alegría en las salas blancas que la del nacimiento, nunca la muerte.
(Me gusta Miguel Hernández y lo aborrezco).
Mis señas no son las señas del toreo. Mis señas las marcan sólo el tacto de los dedos que yo quiero (o puedo).
Por favor, agradecería que se explayase un poco más: Mayoral y nos explicase donde ve la nobleza en ese espectáculo aterrador. La síntesis es muy de agradecer, pero al final es la como la comida china, un aperitivo, y el sobrentendido que suponen los sintéticos no está al alcance de todos.
ResponderEliminarLos toreros se juegan la vida por ellos mismos. ¡Por ellos! Por su pan, por su gloria, por su vocación, por sus posesiones…
Exactamente igual que un trabajador en una obra, que también arriesga el pellejo todos los días, pero sin tener que torturar salvajemente a un bello animal para ello.
Me fastidia y repugna la fina barrera entre “curro” y arte. Y me fastidia aún más que nos intenten hacer tragar que los currantes trabajan para ellos y los artistas (si lo son, que es siempre muy subjetivo)para los demás. Para deleitarnos con su arte.
He leído la atrocidad paso a paso que sufre el toro. Es tan repelente que ni siquiera su lectura es soportable. No se trata de escepticismo ni de moda.
Hay cosas que obligatoriamente un mínimo de decencia las coloca por encima de la cualquier posición.
A mí las identidades me importan poco, pero si me importasen una milésima desde luego no quisiera ni remotamente reivindicar esa diferencia basada en una matanza injustificable.
Alma Cándida yo no la veo tan Macaronésica como dice y más bien la veo muy torera con sus palabras. Torera en sentido figurado, torero como persona que desafía las verdades al uso y abuso y utiliza como única arma la fuerza de la razón y no la razón de la fuerza.
ResponderEliminarNada que alegrar, Por favor estoy de acuerdo con usted. Lo del arte parece una eximente de mucho uso entre taurófilos para justificar la ética fiesta. Aunque la tauromaquia fuera arte nunca se podría justificar estéticamente una atrocidad ética.
Me confieso de haber asistido una vez a los encierros de Pamplona, a la Vaquilla de Teruel, a algunas fiestas populares que giran en torno al toro y de haber visto alguna que otra corrida por TV. Incluso sufrí una cogida de un toro embolado que me dejó dolorido durante varios meses. Actualmente, nuca es tarde para rectificar, y desde hace algunos años, veo todo lo que gira en torno al toro con actitud crítica. A veces aún siento cierta atracción por algún lance de José Tomás, pero lo que pueda tener de artístico me cuesta separarlo de toda la crueldad y violencia que gira en torno a esta mal llamada "fiesta nacional". Sin embargo, estoy lejor del odio a lo taurino, pero en modo alguno presumiré de mi pasado. Ruego comprensión y una penitencia asumible.
ResponderEliminarP.D. En mi descargo sólo añadiré que desde la infancia viví en un entorno muy próximo a todo lo que gira en torno al toro bravo...
Su caso preocupante Luis Antonio y solo su propósito firme de enmienda puede ayudarle después de reconocer tanto desaguisado.
ResponderEliminar¿Qué le parece si se hace una foto como la de Alaska?
Aquí la puede ver si no la ha visto:
http://farm4.static.flickr.com/3041/2553842862_c1ab473118.jpg?v=0
Ya que hay arte taurino ¿por qué no unas gotitas de arte antitaurino?
LA FOTO DE ALASKA HA DESPEJADO MIS ÚLTIMAS DUDAS. RUEGO RECONSIDERE LA PENITENCIA PORQUE LO DEL PROPÓSITO DE ENMIENDA VA PERO QUE MUY EN SERIO...
ResponderEliminarYo reconozco que siendo usted hombre de montaña, acostumbrado al frío y demás, le resulte muy chocante y frivolamente mediterránea la foto que tuvo a bien hacerse nuestra querida cantante apoyando a P.E.T.A., una asociación con nombre de extraño lirismo. Pero sin embargo reconocerá usted, que esos contactos con tanto bovino de afilados cuernos exige al menos un sacrificio de igual proporción.
ResponderEliminarPero seamos bondadosos, ya que su arrepentimiento es firme, elija usted la penitencia y cerremos el asunto a gusto de todos.
Lo fácil y cómodo sería una penitencia al estilo clásico, pero yo prefiero compromenterme a no volver a asistir nunca más a un espectáculo de esa especie y en el futuro, cuando me vea más capaz, hacer "apostolado" en contra de la mal llamada "fiesta nacional", "arte noble de Cuchares" y otras lindezas...
ResponderEliminarEsperaba de usted algo más sacrificado y no por dudar de su compromiso, faltaría más, pero así tan siquiera pasará por la perceptiva cuarentena a pan y agua en el desierto -en su caso Los Monegros, claro está- tan del gusto de penitentes en tiempos antiguos o sea, en la quijotesca Edad de Oro.
ResponderEliminarPor Dulcinea, que no por Aldonza, emularía a Don Quijote, no lo dude Vd., pero no es el caso....
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLo que pasa es que Dulcinea no tiene tan buen prensa como la otra. A lo mejor no se pensaba que un caballero chalado merecía tener como ideal a alguien de más rinrorango. Pero tan bien es cierto que la imagen rústica de de Dulcinea no aparecía en la obra original, excepto en las palabras interesadas de Sancho que por celos buscaba el rechazo del amo a su adorada quimera.
ResponderEliminarSi desapareciera esa llamada fiesta, tanto mejor para todos. No ha dado ningún arte nunca, ni de refilón.
ResponderEliminarY pensar que todavía hay gente que clama por el hecho de que haya plazas de esas en las capitales que dejaron de tenerlas.
Hola Omaha, encantado de verle de nuevo.
ResponderEliminarEl dinero que se gastan en promocionar las corridas es muy superior al rendimiento como espectáculo. Son raras las corridas en que se pasa de media plaza cosa que solo se produce cuando vienen los más grandes.
Lo que es preocupante es el aumento de encierros y la publicidad que se les da. Me parece un espectáculo tan bochornoso como el propio pseudoarte de Cuchares.
Como una detractora más del espectáculo taurino, me uno a quienes consideráis que nada puede justificar su existencia. El Arte, la Belleza, son incompatibles con tamaña crueldad.
ResponderEliminardr.Krapp, no me gustan las corridas de toros, y no comparto el gusto y la defensa que hacen de este espectáculo que encuentro un tanto destemporalizado en la realidad actual del mundo. Molestar, poner banderillas y agotar al animal para que después el torero lo mate, me parece que como espectáculo es deprimente. Por la información que tengo de parientes y amigos españoles, cada vez asisten menos personas a las plazas de toros.
ResponderEliminarSaludos
Gracias Hector por pasarte por aquí.
ResponderEliminarEn España según las estadísticas solo un 35% de la población está a favor de los toros. Sin embargo los medios le dan un despligue inaudito y no sólo en la prensa generalista ya que la prensa rosa nos atosiga todos los días con la vida privada de de estos señores. Es un espectáculo bochornoso y ridículo de maltrato animal que se extiende a encierros y otras llamadas fiestas populares. Un espanto de crueldad y miseria moral.
Que conste que en Canarias el Parlamento autonómico las prohibió (junto con peleas de perros y demás) casi desde que nació la autonomía; aquí las plazas de toros (hay una en Tenerife, en pleno centro de la ciudad, en Gran Canaria sólo hay ruinas de una cosa redonda en las afueras) se usan para conciertos y/o actos carnavaleros. Nunca hubo afición. Sin embargo, debo tragarme en la 2 de Televisión Española las corridas (??) cuando las ponen, ya podría el centro de TVE en Canarias programar otra cosilla en ese horario (es ilegal en Canarias, repito).
ResponderEliminarLa medida le salió barata y rentable al ejecutivo regional: la gente pasaba de los toros, cuando no estaba abiertamente en contra, y al turismo (europeos nórdicos en su mayoría) los canarios les parecimos de lo más civilizados.
P.D. Sin embargo, el boxeo sí que tiene gran raigambre en la cultura popular de Canarias... Y las peleas de gallos (tb prohibidas, eh): de hecho, había terreros de lucha canaria (nada cruento, este deporte autóctono: se agarran y se tiran al suelo, en un terrero de arena fina; pierde quien roza antes el suelo) y "galleras"...
Un periódico nacional como El País no publica nada de boxeo por su particular ética, pero sí de toros... qué cosas.
Los canarios son más inteligentes que los godos. Ahí tienes el caso catalán con ese revuelo que se montó por querer hacer lo mismo.
ResponderEliminarRespecto a la lucha canaria no me cabe duda que es más pacífica. Uno cree posible que después de tanto revolcón y abrazo entre esos armarios roperos cualquier cosa sería posible entre ello ;-)
El País nos tiene acostumbrados a esa clase de hipocresías, querida Alma ¿Pero como iba a olvidarse por un momento de ese kamikaze ensangrentado y masoquista llamado José Tomás?
Sí, los catalanes montaron revuelo, pero es q aquí se hizo cuando aún no se hablaba de na-e-cionalismos, sino que creo q estaba el "centro" en el poder (??).
ResponderEliminar¿José qué..? ;-) (Jua, jua)
Para que luego digan que los canarios son lentos a la hora de tomar decisiones ;-)
ResponderEliminarBueno, eso... no te creas que no deja de ser cierto. (Somos un poco gallegos, con lo de preterición ;-))
ResponderEliminarTengo pendiente escribir un post, pero jo, qué liada estoy.
Besitos.
Alma reconozco que he tenido que ir al diccionario para ver el significado de la palabra preterición y la verdad me parece que es como muy atinada respecto a lo que hablábamos.
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