- La situación en nuestras granjas de inseminación es crítica, Divina Farona. Si la cosa sigue así, nuestras reservas de materia prima se agotarán a medio o incluso a corto plazo.
- ¿Qué les ocurre a nuestros sementales, Eficiente Gran Escriba Guardavarones?
- Majestad, los machos no producen semen porque no se siente motivados.
- ¿Motivados? ¿Acaso esos idiotas no saben que su supervivencia depende de que sigan produciendo el material necesario para garantizar la supervivencia de nuestra femenil civilización? ¿Para qué los necesitamos si no son productivos?
- Nosotros, los escribas, siendo varones, no somos productivos, Divina Faraona.
- Vosotros sois un sector minoritario seleccionado escrupulosamente por la calidad de vuestras neuronas y ofrecéis un gran servicio para el buen gobierno de nuestro estado, Honorable Gran Escriba Guardavarones. Además os hemos liberado de esa incordiante sexualidad masculina que animaliza a vuestros congéneres menos afortunados.
- Sin embargo, sentimos como propia su desgracia.
- Ellos se lo buscaron y merecen su suerte. No hace falta que te recuerde la época en que esos botarates primitivos os insultaban desde la puerta de los bares, mientras volvíais de vuestras clubs de lectura, seminarios y coloquios. Para ellos erais unos tirillas de mierda y merecíais todo su desprecio ya que os consideraban unos remilgados petulantes con estudios. No erais de su cuerda, no ibais de bravucones con los amigotes mientras corría el alcohol y no discutías a gritos por las esquinas.
- Perdone el atrevimiento, Divina Faraona, pero quizás está exagerando un poco.
- ¿Cómo que exagero? Mientras nosotras luchábamos con nuestros propios medios contra el abuso y la dominación; ellos, los muy capullos, seguían rebajándose en la escala animal hasta niveles inauditos. Nosotras cada vez éramos más cultas y ellos cada vez más lerdos. Nosotros cada vez éramos más fuertes, compaginando trabajo doméstico con vida laboral, y ellos cada vez más vagos. Mientras nosotros acaparábamos los mejores puestos en la enseñanza superior, ellos eran cada vez más zánganos. Mientras en nuestro escaso tiempo libre realizábamos cursos de yoga, meditación transcendental, literatura creativa, historia del cine, baile de vientre, cocina y macramé e íbamos a conferencias, exposiciones, sesiones de teatro y conciertos de música de cámara, ellos se quedaban en casa realizando las aficiones favoritas de todo varón zopenco: beber botellines de cerveza, quejarse de lo mal que va el mundo y ver vídeos porno por internet. Hemos tomado el poder, Gran Escriba Guardavarones, y ahora ellos en las granjas pueden hacer lo que más les guste, siempre que nos proporcionen lo único valioso que tienen a su disposición : su semen.
- Sí, pero nuestras existencias decrecen y no se les ve felices en los establos. La lectura de la obra de las grandes mártires de la revolución no les estimula a seguir produciendo. Y lo mismo ocurre con películas, vídeos y otros materiales propagandísticos que ponemos a su disposición.
- Tú y tus hombres, Gran Escriba Guardavarones, sois sus cuidadores; buscad soluciones adecuadas pero olvídate de internet y de revistas pornográficas, se volverían completamente ingobernables y derrocharían la producción.
- Entonces solo queda una solución posible: recurrir a las viejas técnicas de copulación.
- ¡Por Dios, Escriba, eso sería una ignominia, un retroceso, una vuelta a los tiempos oscuros! Además con animales domésticos, imposible.
- Podríamos cazar a los machos que se echaron al monte y probar con ellos. No están contaminados de civilización y seguramente su semen será de mejor calidad. Sería una experiencia estimulante para vuestras súbditas más jóvenes participar en un concurso de caza de varones, Divina Faraona.
- ¿Y luego de cazados habrá que yacer con ellos?
- Sí, algo así.
- Suena repugnante
- No se me ocurre otra cosa, Divina Faraona, la situación es realmente alarmante. Necesitamos volver a la normalidad y quizás la presencia de varones asilvestrados facilite la fecundidad de los domesticados. Ya sabe lo competitivos que son entre ellos.
- Lo sé, lo sé. Hágase entonces. Salud y pureza, Gran Escriba Guardavarones.
- Salud y pureza, Divina Faraona.
Empalizadas
Hace 3 horas
No se puede hacer Justicia con injusticias, o por lo menos, eso creo yo. Últimamente se están atropellando derechos fundamentales de la sociedad como la presunción de inocencia y a nadie parece importarle. Pues que anden con cuidado, porque primero se pisan por un tema y cuando la gente ve normal que se pisen por ese tema, se pisan por otro, hasta acabar con el Derecho. Crear bandos en vez de proyectos comunes, tiene sus consecuencias y en este caso las tendrá...
ResponderEliminarUn saludo
Estoy muy de acuerdo contigo, si cedes en unas cosas acabas cediendo en otras y estamos asistiendo a un pérdida de derechos fundamentales. Además no soy partidario de las sobreprotecciones ya que se parte de la inferioridad del protegido par defenderse por si mismo.
EliminarSaludos
Estos tiempos serán recordados por el triunfo del maniqueísmo: ya no existen los matices; en los debates de ideas solo son posibles dos posturas antitéticas; si eres de un bando, has de comerte su ideario entero, sin posibilidad de cuestionar ni un pequeño matiz.
ResponderEliminarBuscando la perfección, queremos abandonar cualquier resto de pertenencia al reino animal, y no nos percatamos de que estamos muy lejos de ser entes superiores.
Vamos, que falta sentido común.
Saúde.
Realmente el maniqueísmo es un mal consustancial al género humano desde que decidió dividirse en tribus. Hay un caso ejemplar sobre ello, Erasmo de Rotterdam, un tipo que quería reformar la Iglesía Católica y al que Lutero veía como precursor. El se negó a tomar partido y los últimos años de su vida los pasó huyendo de católicos y protestantes.
EliminarEste espíritu tribal es prueba inequívoca de que la condición animal sigue ahí y que la individualidad, que no quiere decir la misantropía, es un bien precario.
Saúde
Pues un buen revolcón con varones asilvestrados quizás les quite la tontería a la faraona y sus mariachis. Dicho lo cual, reconozco que anda suelto mucho macho cafre, y otros tantos están desubicados pues ya no está muy claro en qué consiste la condición masculina.
ResponderEliminarCreo que ese revolcón podría ser muy terapéutico y respecto a los machos cafres quizás tenernos estabulados pueda ser una ayuda notable para los que no son de esa condición.
EliminarLa condición masculina, espero que la masculinidad no esté tan condicionada como hoy en día y sea tomada como algo no especialmente diabólico.
Gracioso relato y a la vez interesante. El absurdo sirve muchas veces para abrirnos los ojos.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias, Federico, la idea es esa el absurdo y el humor para abrir las miradas a hacia nuestra realidad.
EliminarSaludos
Me gusta lo que escribes me haces sonreir desde el alma
ResponderEliminarMe alegra que te produzca esa sensación placentera un relato mío. Muchas gracias, una vez más.
EliminarComo dice mister Congrio, esta una de las consecuencias de los tiempos binarios en los que vivimos: o todo o nada. Cada "bando" tiene su parte de razón, pero en las militancias es donde se pierde el espíritu crítico y se acaba siendo un devoto.
ResponderEliminarEn las militancias de carnet y en las que nos asignamos cada uno en el día a día. Sistemas binarios que reducen la realidad e impiden la policromía hermosa de las cosas.
EliminarUna ¿distopía? genial, doctor. En esta época de blancos y negros, de nosotros y los otros, de los buenos y los malos, de los iluminados y los fundidos, la única arma que nos queda es el humor. Y de eso tú sabes un rato. Un abrazo!
ResponderEliminarSí, creo que es una microdistopía en forma de concha de tortuga para poder esconderse de los disparos que llegan de las barricadas.
EliminarMuchas gracias por vincularme a lago tan grato como el humor, aunque a veces sea amargo.
Abrazos
Los hombres hacen falta enteros y verdaderos. No se admiten preguntas,.jaja. Bicos.
ResponderEliminarEntendido queda. No son necesarias las preguntas :)
EliminarBicos.
Te felicito por la entrada y, sobre todo, por el comentario que le haces a Luis Cóngrio. También aborrezco todo lo que suena a espíritu tribal...
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Luis Antonio.
EliminarSi te refieres a lo de Erasmo, es un personaje al que le tengo una especial simpatía por su desprecio al autoritarismo y el integrismo religioso.
Un abrazo
Interessante ! Gostei!
ResponderEliminarObrigado, Marina.
ResponderEliminarAlgunas veces es necesario fingir que se cambia para que todo continúe medianamente igual...
ResponderEliminarSaludos y, también, suerte.
J.
El príncipe de Salina en el Gatopardo lo dijo de fábula.
EliminarSaludos y suerte para ti.