29 diciembre 2022

Un embobado granjero, un potro desbocado y la insumisión animal


Era mucha granja, la granja de Facundo Mahía. Y la hizo más chula cuando le tocó la lotería. 
Con el dinero cobrado, montó un enorme establo. Luego lo pensó mejor y compró cuatro potrillos, quería ser criador.
El más hermoso era Tiresias, un alazán de larga melena, altivo y vanidoso. El sueño de su comprador.  
Por soñar, soñaba Facundo, que con aquel caballo ganaría carreras por el ancho mundo. Tanto soñó con el corcel, que olvidó la granja por él. Descuidó la tierra y sus cuidados, descuidó la casa, los corrales y a los pobres animales.
Viendo la dejadez y todo inmundo, los bichos más concienciados suplicaron a Facundo
Ni caso que les hizo el soñador granjero, incapaz de  ver la mierda fuera del potrero.
Tras una animalesca asamblea y un fogoso debate, los bichos tomaron como tarea: arreglar cuadras, comederos, corrales y lo que usaban como váter. 
No todos pensaban igual. El ganado sumiso, se acomodó en el moderno establo, cerca del amo, calentito, comiendo fino y viendo crecer a los potritos. 
Los de fuera, ingenuos ellos, no cesaron de pedirles ayuda para erradicar el  desaliño. 
"Qué cojones" respondieron arrogantes y burlones. "Vuestro curro nos la suda. Aquí estamos a gusto. Comemos rico, estamos limpios y tenemos muda.  No hay nada más deprimente que currar por la cara sin que te aplauda la gente" 
Cerraron las puertas, echaron la cancela y abrieron una zanja entre las áreas de la parcela. 

La granja relucía cuando llegó la primavera y  aunque algún chismoso les preguntó si las tocó la lotería, ellos respondieron. "Todo fue por el duro trabajo. ¡Qué carajo!"
Aquello pedía una fiesta y una fiesta se celebró. Nadie invitó a Facundo ni a los del potrero, porque alejados en su mundo, del granjero y del ganado nadie se acordó.

Hasta la mañana siguiente, en que de repente, hubo golpes en el establo, se abrió la puerta y empezó a volar la fauna. Volaron cuatro ocas, tres patos, cuatro gallinas, lo que parecía un banco de sardinas y una cabra loca que hasta un árbol llegó. La sorpresa fue mayor cuando volaron los tres potros compañeros de Tiresias, y al poco rato voló  Facundo Mahía, que con buena puntería encima de un guindo quedó.
Cayó del guindo Facundo, con la ayuda de los animales y ya recuperado les dijo triste: "Tiresias nos ha fallado. Lo hemos adorado tanto, lo hemos hecho tan grande, que soberbio, nos ha echado por no estar a su nivel. Ahora tras el golpe de coz, el potro pretende ufano, que la granja de Facundo Mahía, mi granja, ponga en un cartel: Este es el establo Tiresias, donde reina el mejor corcel. El que no me adore como amo, a coces volará a Teruel".




14 diciembre 2022

Como Calimero debajo del huevo

Intentas ser digno, honesto, decente, medianamente solidario, pero al final siempre te pillan. 
No importa tanto tu clase social, tu género, tu raza, tu religión y todas esos asuntos por las que unos se atrinchera en su bunker ideológico para no ser contaminado por los que son diferentes. En la vida corriente, no te puedes esconder de ti mismo, ni usar esos argumentos que están hechos para lucirte en el escaparate donde pululan aquellos a los que quieres caer en gracia. 
No tiene puta gracia, contemplar con ojos críticos tu propia naturaleza y no poder echar la culpa a los demás, a las cicatrices de tu mala educación o de tu historia, a la civilización judeocristiana, a los privilegios de la cultura blanca occidental o a las patologías del régimen sexista en el que siempre has vivido. 
No, ya no vale la autocomplacencia cuando vas a hacer la compra y camino al súper se te acerca tímidamente una mujer entre treinta y pico y cuarenta años con pinta de profesora o administrativa. Antes de que te pida lo que ya imaginas, te adelantas a sus intenciones con excesiva contundencia.
  • Lo siento, no doy limosnas. Estoy suscrito a una ONG. 
  • No quiero limosnas, solo deseo que mis hijos y yo podamos comer algo esta noche.
Demasiada dignidad para esa hora de la tarde, en esa tranquila hora en que te gusta recrearte en las cosas maravillosas que quieres comprar en el abastecido establecimiento. Te avergüenzas y te vuelves vengativo.
  • El otro día te vi más abajo y  me dijiste lo mismo. Te compré una barra en la panadería. Cuando me marché y miré para atrás, ya le estabas pidiendo a otra persona.
  • Por favor, no me humilles.
¿Estoy perdiendo los papeles o estoy delante de una actriz que sabe lo que debe decir en cada momento y meter el dedo donde puede hacerte más daño? Mi respuesta agresiva, quiere darle la vuelta al asunto.
  • No quiero humillarte, pero tampoco me quiero sentir culpable.
  • ¿Culpable de qué? Déjalo. No entiendes nada.
La puerta se ha cerrado. Ha ganado.
  • Venga dime lo que quieres que te compre.
Se animan sus ojos.
  • Huevos, leche, lo normal. Te acompaño.
No puede entrar conmigo, es obvio. No estaría tranquilo y perdería el control. ¿No te han dicho que la cuestión está en no perder nunca el control?
  • No. Voy a estar un buen rato ahí dentro y prefiero comprarlo yo mismo.
  • Olvídalo.
Su displicencia indica que es ella la que tiene el control. Hay que aceptarlo. 
La vida le  ha ido mal, supongo. Sea verdad o teatro, tiene recursos. A mi me faltan en este caso, excepto si uso el más lastimero. Como Calimero debajo del huevo. 
  • No me parece justo. Me estoy ofreciendo a ayudarte.
Una exclamación inútil. Lastimosa. La noche se la ha tragado y yo cabizbajo camino al súper sin saber que comprar. 

24 noviembre 2022

Cuento de los 40 bribones y los 40 ratones


He llegado a saber que allá lejos, donde el paisaje se convierte en desierto, existe un reino pequeño y muy opulento, mimado por los poderosos del mundo, desde que descubrieron tesoros líquidos debajo de las arenas. Sus sátrapas, caprichosos y consentidos, no ignoraban que algún día la fuente de su riqueza se acabaría agotando y decidieron usar sus ganancias en mil empeños. Compraron bancos, empresas, terrenos, equipos, ejecutivos, compraron políticos, mundiales y también voluntades.
Pero claro, ellos no se iban a quitar el turbante, ni abandonar sus harenes, ni estropearse sus cuidadas manos de manicura para construir sus propios sueños manchándose en trabajos viles bajo el diabólico sol del verano. No, para eso estaban los de fuera. Los  inmigrantes oscuros llegados de cualquier parte, necesitados de algo por no ser poseedores de nada.

Kamal estaba exhausto ese noche, aunque no más que el resto de los días. 12 horas de trabajo interminables bajo el espantoso calor y ese dolor persistente en la espalda tras transportar sacos y más sacos de escombros. Esa agua sucia maloliente nunca le saciaba y menos la interminable sensación de impotencia ante la desalmada agresividad de los capataces. Lo único que le había compensado, era un objeto brillante encontrado entre las obras. Estaba lleno de mugre pero parecía muy valioso. Tuvo que esconderlo de la voracidad de los vigilantes, tan miserables como para robar a los más miserables. Era dorado y se puso a frotarlo para ver su inscripción. El mundo cambió por completo.

Una niebla blanca inundó el cuarto y Kamal del susto, se cayó del jergón. Un segundo más tarde, la niebla se había corporeizado en un hombre alto vestido con una túnica blanca que hería los ojos. Aquel personaje, o cosa, pronunció unas palabras en árabe que Kamal no entendió.

  • I don't know arabic, I speak hindi.
  • I am the genie of the lamp. 
  • मैं चिराग का जिन्न हूं. 
  • No domino tu idioma, pero sé la manera de que podamos entendernos. ¿Me entiendes ahora?
  • Lo entiendo, pero estoy asustado, espero que no quiera azotarme por algo que haya hecho mal. 
  • No soy uno de tus capataces. Soy el espíritu que habita en esa lámpara. Algunos me llaman genio, pero no quiere pecar de soberbio.  Soy un ejecutor de deseos. Pídeme tres y te dejaré tranquilo.
  • ¿Y a cambio me pedirás que te ponga en libertad?
  • No es necesario, volveré a la lámpara. Tu mundo es demasiado perverso para mi gusto. Volveré a mi lámpara de confort hasta que encuentre un futuro mejor. Decídete, tienes poco tiempo.
  • Humm..quiero una casa con campos de arroz para mi familia.
  • ¿El segundo?
  • Quiero salir de aquí y vivir con ellos, lejos de esta podredumbre.
  • Queda el tercero.
  • ¿En el cuento de Ali Babá eran 40 los ladrones, no?
  • Exacto
  • Aunque hay muchos, quiero que los 40 bribones más grandes de este país, se conviertan en 40 ratones durante 40 segundos.
  • Voilà, bro.
Fue una noche dura la que se vivió en los prodigiosos rascacielos de la moderna ciudad y en algunas fabulosas mansiones de su cercanía. 
Alguna cena, cita o recepción se vino abajo, tras ciertas asombrosas metamorfosis. Hubo desmayos, chillidos, blasfemias, correteos, escobazos y alguna ruptura sentimental. Un frenesí ridículo que no tengo tiempo de narrar, porque el protagonista es Kamal, feliz, a 3.000 kilómetros y de vuelta a su hogar.

10 noviembre 2022

Bajo del mar, negras formas verás flotar


Veinte años han pasado y a 3500 metros de profundidad en el Atlántico Norte, los "regueros solidificados con aspecto de plastilina en estiramiento vertical" (ver vídeo) han montado una vigorosa familia alquitranosa dentro de los restos del petrolero que asoló con sus 70.000 toneladas de fuel, la costa gallega en noviembre del 2002.

Escondida allí dentro, hay una enorme matriz con aspecto de pulpo gigante del que se van desprendiendo pulpitos pequeños que quieren vivir sus propias aventuras lejos de casa. Como no quieren estar solos, a medida que van saliendo, se asocian con sus hermanos y todos juntos retozan alborozados buscando otros amigos con los que jugar en aquellas sombrías profundidades. 

El resto de criaturas submarinas son esquivas ante estos desconocidos, tan oscuros y juguetones. Sin embargo, siempre hay fisgones incautos que  se acercan demasiado, sin saber que de tan afectuosos, los pulpitos se dejarán tragar hasta intoxicarlos sin remedio o con sus abrazos pringosos los embalsamarán para que pierdan toda esperanza.

Ariel, escúchame. 
El mundo de los humanos es un desastre.  
La vida bajo el agua es mucho mejor de lo que ellos pueden soñar. 
Todo es una balsa de aceite en el fondo del mar.

 



27 octubre 2022

Así se forja un farsante


Entró como un ciclón en el anticuado despacho presidencial.
  • Lo conseguimos, presidente, lo conseguimos. 
El fiel consejero tenía los ojos iluminados y y un mínimo reguero de baba intentaba escaparse por la comisura de los labios. Estaba exultante, pero fue frenado en seco por el tipo gastado y autoritario que estaba al otro lado de la mesa.
  • No le permito que entre de esa manera. Salga y vuelva a entrar con la debida compostura.
El subordinado humillado, giró la cara y salió lentamente  hacia la puerta con la cabeza gacha. La cerró y tras diez segundos, la golpeó con mesura. Tres veces.
Dentro, el presidente siguió leyendo el informe que tenía entre manos durante varios minutos más, mientras su afamada mente reflexionaba sobre si le producía alguna lástima que su segundo  durante más de 30 años sufriera un bochorno semejante. "No, que se joda. Ser  mi segundo requiere sacrificios". En realidad le excitaba una situación como aquella, pero sabía que no era un buen pensamiento.
  • Adelante
La segunda entrada fue cautelosa y no empezó a hablar hasta que el presidente le hizo un gesto con la mano.
  • Presidente, creo que hemos encontrado a nuestro mirlo blanco.
  • Le ruego que hable con propiedad, consejero.
  • Vale. La mariscada que hemos organizado ha sido un éxito .He convencido a los muchachos que ganaron las oposiciones para que trabajen con nosotros. Tenemos futuros dirigentes del partido. Sobre todo el segundo, el gafotas como le llaman.
  • ¿El segundo en las oposiciones?  Pues mire usted, yo quiero siempre  a los primeros, no a los fracasados. A los ambiciosos que se desgastan ojos y codos en apuntes. A los que conocen las leyes y los códigos al dedillo. Quiero a los primeros en el concurso de las cotorras. Así llegué yo en tiempos del General De la Tranca y creo que no me ha ido mal, teniendo en frente a los de la secta mafiosa católica y a los azulones borrachos.
  • Pero Don M., el segundoresponde plenamente a sus deseos. Es trabajador y esforzado. Tímido, siempre estudiando, no sale de noche y su única aspiración es llegar a juez. 
  • ¿No será comunista? Hay comunistas por todas partes.
  • No es comunista, aunque ha votado al partido del gobierno actual, pero estamos a finales de los 80 y es lo que se lleva. Lo normal
  • ¿Cómo que lo normal? ¿Qué dice usted, caballero? Son nuestros adversarios políticos. En mis tiempos, en eso que ahora llaman dictadura tranquista -por el apellido del General y no porque nos devolvió la tranquilidad- los gobernantes actuales se hubieran ido derechitos a la cárcel después de cantar un rato.
  • Como quiera, presidente, aunque deseo pensar que este es aún pueden ser nuestro tiempo, si encontramos los mimbres adecuados que mantengan nuestro espíritu.
  • No sea insolente, JM, o lo mando a redactar manuscritos a un cuchitril de la diputación. El espíritu es cosa mía.
  • Presidente, este aspirante responde a lo que necesitamos. No es una persona de ideas, yo diría que ni las frecuenta y se adapta a lo que le echen.  No por ello deja de ser una persona orgullosa y hasta engreída. Tiene dotes de mando y le gusta el poder. Tiene cierta amistad con gente de negocios turbios pero creo que es un terreno fértil para plantar nuestras sólidas ideas y que terminen dando fruto cuando llegue el indeseado relevo de su excelencia.
  • Ya basta, me sobran sus elogios desmedidos a un desconocido. No diga una cosa más o le mando a freír espárragos. No voy a seguir perdiendo el tiempo, tengo mucho trabajo. Envíemelo y tráigame también al otro.
  • ¿Al otro?
  • Al que quedó primero en las oposiciones. No me voy a conformar con gangas.

14 octubre 2022

Yo era la rabia

  •  Chorbo, chorbo...
Aquel tipo me abordó por la espalda cuando volvía a casa. Venía corriendo, sudando y al alcanzarme, no tuvo mejor ocurrencia que pegar sus pringosas manos en mi cuello. Mi reacción fue inmediata. Un codazo en el estómago, un trompazo en la cara y adiós muy buenas. Cayó como un paquete.

  • No me llamo, chorbo. Soy Fiz Arou. -le solté airado desde mi verticalidad incólume.
  • Lo sé, tío, lo sé, pero también sé que a un kaskarilleiro como tú le gustan esas expresiones populares y  de barrio- estaba tirado, tocándose la mandíbula y su voz sonaba lastimera. Era feo. Tenía cejas finas y  arqueadas propias de un sádico, párpados caídos como un cínico, y bigote y barba aparentemente descuidadas. Debajo unas bolsas oscuras pendían de los ojos. Había visto antes aquel careto. Me sonaba. 
  • Solo soy campechano con mis amigos y tú no eres de los míos, por mucho que tu cara de capullo la tenga archivada en mi sesera.  
  • Claro, yo soy un tipo conocido como periodista. No es por presumir, pero tuve algo que ver en que Kaskarilleira cambiara de gobierno, aunque no de amo. - Soltó una risa de hiena con su propio chiste. Aquel gilipollas quería congraciarse conmigo usando los trucos más baratos. Ya estaba de pie y le pegué un mínimo empujón hacia el colchón abandonado más próximo.
  • Vaya, he caído en blandito. A ver, no te alteres, solo quiero que en tu calidad de detective me eches una mano.
  • ¿Tienes guita?
  • Tengo algo ahorrado de lo que me dieron cuando me largaron del periódico y lo que he sacado ahora en ese digital de mierda en el que me he metido.
  • Por partes. ¿Por qué te echaron del periódico?
  • Dijeron que no les gustaba mi estilo. Demasiado agresivo. demasiado sangriento. Después de liquidar a los anteriores, habia que calmar el panorama.
  • ¿Y no te dijeron que eras sensacionalista, fullero, mentiroso, manipulador, grosero y extremado?
  • No fue necesario, a ellos les vino bien cuando curré como sanguinario. Reconozco que me excedí un poco, para que negarlo. El hecho es que muerto el gato, se acabó la rabia. Yo era la rabia- volvió a su risa repelente.
  • ¿ Y qué quieres ahora de mí, sanguijuela?
  • Quiero que le des una lección al mandamás del periódico por darme la patada y que lo hagas en la ocasión más solemne, delante de todos los vips políticos, sociales, culturales y económicos. 
  • Eso suena muy ampuloso.
  • Sería en la entrega de los premios al fundador. En la cena. A mí me tienen fichado porque les amenacé y no me dejarían entrar. Tú podrías disfrazarte de camarero y disolver en su copa o en su té, esto que tengo en el bolsillo. -sacó del bolsillo de la americana un envoltorio blanco que puso delante de mis ojos.- Tranquilo, es un hongo en polvo para colocar en la bebida, pero es inofensivo. más allá de una ligera perturbación.
  • ¿Querrás decir alucinación? ¿No será un tripi de LSD
  • No, para nada, mucho más ligero y de acción corta. Le vendrá bien, quizás le hará recordar durante unos minutos su época de rebelde de familia bien, lástima que vaya a hacerlo en un momento tan protocolario y formal.
  • ¿Me lo enseñas?
  • ¿No te fías de mí?
  • Enséñamelo si quieres que te ayude.
  • Está bien- lo abrió en mi presencia y me dejó ver su contenido 
  • Unos polvos blancos que quizás antes fueron setas -el incauto inició una sonrisa abierta y se disponía a soltarme una de sus risas, cuando  arrebaté el envoltorio  de sus manos en un gesto atrevido y se lo lancé hacia la boca, como un polvorón de Navidad. Tuvo un mal tragar. Soltó un sonoro GLUP, seguido de una tos ahogada.
  • ¿Crees que soy tonto? ¿Cuánto tiempo tardarías en intentar congraciarte con tu exjefe poniéndole al corriente de quién fue el autor de la faena? ¿Cuánto tiempo tardarías en solicitarle hacer a mi costa una exclusiva sobre el tema?

30 septiembre 2022

Un tigre desalmado se ha escapado al bosque


En aquella mañana de principios del otoño, las urracas Pega y Pica estaban entretenidas picoteando en la gran buffet de  plantas que cubrían aquella huerta lindante con el molino de agua abandonado. Entonces oyeron el chirrido de los frenos y el golpe posterior contra el muro de piedra. 

Inquietas y curiosas volaron urgentes hasta el lugar del suceso y se posaron en un árbol cercano. Un accidente humano más, nada importante. El conductor ya había salido del enorme vehículo, visiblemente atontado y había una jaula rota en el asfalto. Al verla, el camionero se quedó mudo y  perplejo y gritó algo así como:

  • ¡Se ha escapado el tigre!

Pega y Pica no sabían que era un tigre, pero obviamente percibieron la alarma del conductor y decidieron investigar porque el tipo estaba tan asustado. 

Fue un vuelo corto. Un enorme y extraño animal todo pintarrajeado, caminaba  sigiloso entre los matojos unos cientos de metros más adelante.

  • Es un gato muy grande, Pica, y tiene unos colmillos que dan miedo.
  • No corremos peligro, los gatos no tiene alas. Podríamos abordarlo y preguntarle hacia donde se dirige. Se le ve muy decidido.
  • Oye, gato grande ¿a dónde te diriges?
  • No soy un gato grrr...ande, soy un tigre y busco algo para comerrrr.-replicó enfurecido
  • Lo que te decía, busca algo para comer y va derecho a nuestro bosque. Deberemos convocar a la asamblea de animales para ver como nos defendemos de ese gato... 
  • Tigre.
  • Exacto, ese gato tigre desalmado.

15 septiembre 2022

Los viejos han perdido la onda

  • ¿Me llamas a tu despacho para felicitarme por el programa de anoche?
  • No, ese es un tema menor.
  • ¿Un tema menor? Seguro que nadie esperaba que el batería dijese semejantes cosas del que fue líder de su grupo durante tantos años. Tendrías que ver la cara de espanto del biógrafo que trajimos al programa, cuando el viejo contó que el genio era un hijo de mala madre, que los extorsionaba para ponerse un pico y luego les dejaba tirados en los conciertos, que no les pagaba sus derechos y que siendo un trabajo de todos, el  tipo se apropiaba de las aportaciones de sus propios músicos. 
  • Nada nuevo. Ahora sé hacen documentales y series para enseñarnos la cara malvada de los grandes ídolos populares, seguramente porque la masa necesita focalizar en ellos sus propias frustraciones. Sabiendo que eran imperfectos, en algún caso auténticos hijos de puta, los sienten más cercanos, no tan divinos de la muerte. Además el tuyo no deja de ser un programa de radio. 
  • Un programa de radio con más de 40 años de historia y de gran audiencia.
  • Lástima que se haya acabado.
  • ¿Qué? 
  • El de ayer fue tu último programa. Llegó tu hora, según el convenio colectivo te toca jubilarte. La semana que viene te sustituirá gente nueva. 
  • ¿Y me lo dices ahora de sopetón, sin avisarme?
  • Debías de preocuparte por esas cosas y no vivir como un topo, escondido entre tus discos.
  • ¿Me va a sustituir  alguno de tus jóvenes amiguetes con alguno de esos programas intercambiables e indistinguibles? ¿Uno de esos programas banales que tratan a los jóvenes como capullos descerebrados y aderezan todo con música de mierda?
  • No te excites, solo queremos atender las demandas de un gran sector de público joven, la mayor parte del cual pertenece a las generaciones Z y millenial, hiperconectados a las redes sociales y con un fuerte arraigo a las últimas tendencias. La música es un complemento más de su día a día y en ella encuentran un elemento identificador para expresar su personalidad, especialmente en el género urbano ya que no existe una barrera idiomática.
  • La música será un complemento, pero no escuchan la radio, es demasiado sofisticada para sus oídos machacados ¿Además, qué coño es el género urbano?
  • Esperaba otra cosa de ti. Es la música que recurre y mezcla sonidos, texturas y ritmos característicos de géneros tradicionales como son el r&b, soul y hip-hop, así como el reggaetón, dance hall, mombathón, bachata, latin dance, old school, dembow o el trap.
  • Un coctel vomitivo, vaya. Te estás cargando el espíritu de esta emisora. Un referente histórico cuando se trata de hablar de pop, rock, soul, jazz, folk, electrónica, músicas del mundo etc... 
  • Música para viejos. Música para gente instalada en el búnker de la memoria y los recuerdos. Queremos gente nueva en los dos lados de las ondas. No necesitamos oyentes ancianos. Nos sobran los viejos boomers que tocaban y tocan la guitarra con el palo de una escoba pensando que son Jimi Hendrix o Jeff Beck y que de vez en cuando pasan con nostalgia un trapo por los viejos vinilos de las estanterías.
  • Tú eres un boomer como nosotros y ahora actúas como el típico converso fanático por miedo a perder la onda de la actualidad. Aunque a lo mejor, lo haces por interés. Quizás te interesa eliminar a aquellos que brillan más que tú y pueden hacerte sombra.
  • Aquí tienes el convenio. Tengo la legalidad de mi parte y poder para decidir lo que quiero. 
  • Mientras tanto nos jodes a los demás y conviertes esta emisora en una de esas basuras cutres que aterrorizan el dial.
  • Es lo que hay. Cuando empezó el rock and roll, muchos de los locutores tradicionales dedicados a la copla o a la música melódica pusieron el grito en el cielo.
  • ¿Crees eso?  No es lo mismo. Ahora nos están vendiendo mierda adulterada. Gente que no canta y si lo hace, se vale de máquinas que falsifican la voz. Gente que recita de forma cansina y chulesca. Con letras cutres y en argot barriobajero para demostrar que están con los de abajo y que juegan a la provocación canalla. Usan golpes percusivos repetitivos y abusan del sampleado. No hay estructura musical, ni armonías, ni belleza en las formas. Ni siquiera hay una expresión emocional al que agarrarse. Todo es burdo, primitivo y simplón. Aquí te pillo, aquí te mato. Todo con falsos aires latinos. El punk era provocador y primitivo, pero era emocional y dinámico.
  • Vale y con todo eso, ellos vienen y tú te vas.
  • Montaré un podcast y veré como te estrellas cuando quedes sin oyentes, mamón.  Por cierto, siendo boomer ¿te acuerdas del comediscos?
  • Me suena.
  • Un tocata vintage, para fardar en la playa y en los guateques. 
  •  ¿Qué me quieres decir?
  • Voy a usarlo contigo. Empleando el disco que me regaló el viejo batería con grabaciones inéditas de su grupo. Haré que lo tragues. Simplificándola al maximo, modernizará esta tecnología y hasta diría que la humaniza poniéndolo al alcance de las nuevas generaciones. Podría ser otro elemento identificador para expresar su personalidad. 
  • Salvaje. No lo harás. Seguridad, saquen a este viejo loco de la emisora.
  • Tranquilo, me quedo con la otra copia.


31 agosto 2022

Brotan colchones entre las sombras de la noche


Hoy hablaremos de un fenómeno misterioso que  se produce en nuestras calles mientras la ciudad duerme. Es un fenómeno extraño, enigmático y llamativo que genera desazón y hasta diría yo, que acritud entre muchos de nuestros ciudadanos.  Me refiero a la gestación y florecimiento de viejos colchones entre los contenedores de basura. 

Se han dado muchas explicaciones sobre el tema. Explicaciones que achacan las causas a uno u otro motivo: negligencia ciudadana, actitud belicosa de los miembros del servicio de basuras para mejorar sus condiciones y salarios, desechos de bandas organizadas dedicadas al robo de alcobas de hoteles buscando lujosas pertenencias escondidas, etc...

Ninguna de esas respuestas nos convence. Debe haber algo más. Debe haber algo que nos ocultan las sombras de la noche.

¿Cuál es el misterio que se esconde  detrás de estos colchones renacidos entre nuestros desperdicios? Un tema realmente sugestivo, enigmático y por lo tanto digno de ser tratado con toda la profundidad posible en nuestro Buque del Misterio. (Sintonía)

Para hablar del tema, hoy traemos a nuestros estudios a uno de nuestros sabios de cabecera. Un polifacético hombre del Renacimiento en este siglo simplón y descreído. Tenemos en nuestro programa  una vez más, a nuestro admiradísimo y entrañable Doctor Krapp.

  • Doctor, sé que entre tus múltiples ocupaciones, has destinado un tiempo a estudiar este curioso fenómeno. ¿Podemos rechazar las interpretaciones convencionales que han corrido hasta ahora?
  • Casi con toda seguridad, Bitter. Es absurdo pensar que haya gente que se deshaga de sus colchones con nocturnidad y alevosía teniendo la posibilidad de llamar a un número de teléfono municipal para que los recojan.
  • ¿Pero podría tratarse de algún caso de maldad humana, de desobediencia o de alguna psicopatía no tratada? 
  • No podemos descartarlo, Bitter, pero me resisto a pensar que, dada la extensión de este fenómeno que infesta nuestras calles, podamos suponer que convivimos entre psicópatas, tercos o villanos desalmados. Sería aterrador pensar que estamos a merced de una legión de  desquiciados tiracolchones. ¿Y si es el primer paso para luego arrojarnos a nosotros?
  • ¿Y la otra opción? ¿Qué se tratase de una medida de presión por parte de los empleados de limpieza? 
  • Solo puedo hablar de lo que ocurre en mi ciudad, Kaskarilleira y te garantizo que nuestro servicio de limpieza es de una pulcritud exquisita …cuando se ponen a ello.
  • Pero se ha hablado de que tienen un sindicato, en fin, …peleón. Incluso se ha dicho de ellos cosas mucho mayores, propias ejem ...de una vieja película de cine negro.
  • Perdona, Bitter, pero preferiría no seguir hablando del tema, tengo familia y propiedades.
  • Está bien. Hablemos pues de tu teoría sobre el origen de esta extraña epidemia. 
  • No tenemos una respuesta definitiva, pero después de nuestras observaciones nocturnas nos inclinamos a pensar en que los colchones tienen un origen no humano.
  • Sorprendente. Por el "nos" que has usado, imagino que cuentas con colaboradores.
  • Sí con el detective Fiz  Arou, testigo  del testimonio más creíble. Fue en una noche de principios del verano.
  • Fiz Arou, menudo elemento, recuerdo un malentendido que tuve con él y que pudo acabar muy mal.  Pero ahora da igual. Estoy en ascuas, cuenta, cuenta...
  • Fue en su barrio. Paseando entre los contenedores buscando anormalidades. Le pago para eso. Oyó unos pasos y corrió a esconderse en una esquina. Entonces vio como se abrió uno de esos depósitos soterrados, grandes y redondos con tapa verde. Luego ellos se asomaron y bajaron a tierra como si fueran lemmings.
  • ¿Quiénes eran ellos?
  • Una interminable hilera de enanos. Como unos cincuenta o más. Iban vestidos como los enanos de los cuentos, a lo David el Gnomo.  Pronto formaron un rectángulo grande delante del contenedor y se pusieron a cantar un tema en estilo gregoriano.
  • ¿Cual?
  • Este
  • No lo puedo creer.
  • Segundos más tarde, se fue corporizando uno de esos colchones viejos y  al hacerse sólido y tangible, corrieron los enanos a retozar  y bailar encima, mientras un grupo que quedó en el exterior se esmeraba, con rara habilidad, a tocar temas usando los silbidos más famosos de la historia del cine. Alguno llevaban una flauta travesera que sacaron de debajo del gorro.
  • ¿Usted lo vio Doctor Krapp?
  • No, no lo he visto, soy una persona muy ocupada. Me fío del detective, le pago bien para que me ofrezca resultados.
  • ¿Qué pasó luego?
  • Acabó la música y el baile. Salieron del colchón.  Subieron por el contenedor en estricta fila india. Abrieron la tapa. Se metieron dentro y antes de cerrarse el que parecía algo así, como el Papá Enano, gritó a la noche un "sayonara baby". Todo terminó después.
  • Pero eso que me cuenta es una historia poco creible, Doctor Krapp y se me permite la expresión algo chorras. Su detective le ha tomado el pelo.
  • ¿Duda de mi credibilidad?😊
  • Esto es programa de misterio muy serio, no se ría. ¿Acaso están compinchados los dos para desacreditar mi programa?
  • 😁😁😁
  • ¡Le he dicho que no se ría! Corten la grabación. Córtenla ya y larguen a este pícaro sinvergüenza ... Ah que es en directo. Disculpen 😰😭😬. Buenas noches.😞

16 agosto 2022

María Pita y otras tipas montando batalla

(Imagen del comic de Cesar Herce et al.- María Pita. ISBN: 8409216035)


Aquellos malotes entraron destrangis hacia las 8 de la mañana. Era una flota del copón, casi 140 barcos, y los trece mil hombres a bordo ni por asomo se parecían a esos guiris de crucero, pinpines a pensión completa. Siendo unos kíes borrachuzas de mala muerte, buscaban bulla y darnos el palo. Teníamos atorados en el puerto algunos barcos de la Invencible, esa armada ful de Estambul, y les pillábamos de pinga porque iban para Lisboa a colocar de rey al pagafantas candidato llamado Prior de Crato

Capitaneaba a los ghichos, el kiocho de Francis Drake  pero debía ser un Juan Batallas, ya que no se movió de su kel en el puesto de mando mientras enviaba al julai de John Norris como comandante de las fuerzas de desembarco.

Nuestra defensa la llevaba el marquesito de Cerralbo, que ha quedado muy bien en los papeles, pero que dejó a su suerte a los vecinos de la Pescadería, los currelas del puerto y la pesca, mientras se atrincheró tras las murallas donde vivía la hidalguía y los milicos. Así la purrela dejaba atrás todo lo que tenía y ayudaba a mantener la defensa arriba, carretando piedras y llevando manduca a la peña noble. A cambio, lo perdieron todo, mallaron en ellos y les choraron hasta la camisa. 
Es el caso de Inés de Ben que tenía un chiringo abajo y cholló de lo lindo llevando jalufa y cerellando en las murallas. La chorva se jugó el pellejo  dando caña a los chuzas británicos, pero  después  de recibir dos tiros que le furaron el gepeto y una penca, se quedó sin nada, nel del panel. Pasada la película, a la Corte de Felipe-dos y Felipe-tres lo suyo se la sudó mucho y ella, sin ayuda ni guita, acabó pidiendo por las calles. 

Otro caso es en la que estáis pensado, canallas. La heroína María que no se llamaba María o al menos hay dudas al respecto. Las fuentes hablan de que María era Mayor pero no porque fuera milico, así le pusieron en la pila: Mayor Fernández Da Cámara Pita. Otra tipa de armas tomar, pero con mejor grelo que la pobre Inés. Mujer rica, mujer pobre. 
Por lo que sabemos, María era una tipa brava a la que le molaban los carniceros aunque estos  le duraron menos que el costillar de una vaca en la tienda. Por aquella, estando viuda de uno se casó con otro, el tal Gregorio de Racamonde, un pavo  duro de pelar que luchó hasta dejar el último bafo cuando los hijos de la Gran Patraña hicieron una brecha en las murallas y le dieron un mollao por donde lo pierdes todo. Lo de la brecha fue duro, pero lo de su chaveo le llegó al alma y María se pilló un rebote de mil demonios cogió la lanza del inglés, el hijo con rango de algún capitoste, y se la clavó de través. 
¡Mima, la que se armó! Soltó aquello de "Quén teña honra que me siga" y la peña se puso muy kíe y les montaron una buena marimba a los ingleses que salieron por patas hasta la próxima embestida. 

Viendo la cosa liada, los tommys se conformarón con hacer el hooligan en los barrios bajos, ponerse como suelen preas de alcohol y llevarse todo lo llevable, más por honrilla que por otra cosa. Al final se piraron, dejando mil y pico muertos además de unos cuatro o cinco barcos hundidos en la bahía. En venganza, Drake que era un tipo muy chungo y resentido, saqueó las tierras gallegas del sur, llegó a Lisboa donde volvieron a zumbarle porque andaba un pelín rilao y no quiso arriesgarse, para acabar su aventura desastrosa en las Azores.  Isa, la Reina Virgen aunque hay sospechas, se la pió por jiñarla tanto y degradó al pirata/almirante sin dejarle salir de rachí hasta 6 años después, donde jumeando con los españoles perdió su aclamada vida de canfurneiro.  

María no achantaba. No achantaba ni con la carne que vendía, ni con los guiris invasores, ni con las julandradas burocráticas de la Corte de los Madriles. Por eso siguió pleiteando, consiguió rango y pensión de alférez y un negocio de exportación de mulas desde Portugal. Tuvo dos maromos más, el cuarto le duró un rato y oficialmente murió en 1543, pero desde hace unos años ha decidido subirse a un estatua y quedarse de piedra.

28 julio 2022

Vuela el sapo a la sexta rama

 Primero fue el sonidoLuego llegó el golpe contra la sexta rama. A Pega y Pica les pilló de improviso cuando estaban a punto de lanzarse como kamikazes sobre aquella preciosa cosecha tras haber atisbado que se había ido el último humano con la llegada de la noche veraniega. El aterrizaje cambió sus planes. Vieron sobre el cielo como se esfumaba el halcón peregrino y como el paquete que había lanzado con singular puntería, empezaba a moverse de forma peligrosa. No era un recién nacido, no,  las cigüeñas son muy corporativistas y no permiten pirateos en su sector mercantil.

El ente estaba agitado, sudoroso, palpitante e irritado tras haber tenido que pagar una pingue recompensa alimenticia para ser lanzado sobre aquellas alturas. El ente era un sapo y Pega y Pica lo conocían  de antes, lo revela esta historia, que podéis leer o no, según vuestro criterio.

Ahí estaba. Colorado y preocupado por cual sería su suerte en la lejanía de la charca. 

  • ¿Otra vez Perreras? ¿Qué haces aquí de nuevo?
  • Chicas, sé que a vuestro cinismo de urraca, les será difícil  comprender mi caso, pero es una situación desesperada, incluso para un periodista curtido y de raza como yo.
  • Conocemos tu caso, no nos largues uno de tus locuciones para idiotas. Sabemos que Carlota Laraña te la tiene jurada porque se ha ido a pique vuestro negociete.
  • Tal cual, Pega. Nuestro amigo sapo tenía un acuerdo con la susodicha. Así al acabar sus programas de rabiosa actualidad,  ella podía disponer de los contertulios que quedaron enredados en las telas que  había dispuesto de forma elegante dentro de los estudios de grabación.
  • A cambio, y antes de devorar a sus presas, Carlota les sacaba toda la información posible que entregaba al afamado sapo presentador, convertido en el rey de la charca por sus exclusivas. Pero, un volátil logró escapar y el tinglado se vino abajo.
  • Eso son infundios de mis enemigos, yo siempre he estado en favor de los volátiles.
  • Digamos, Pica,  que siendo el rey de la charca donde está enfangado, no es el dueño del pantano.
  • Lo cierto es que ha huido a este árbol escapando de todo el mundo, Pega.
  • A ver, amigas urracas, pongamos las cosas en claro: el  buen periodismo tiene muchos enemigos. Jamás he traicionado a mis criaturas.
  • Pues no es lo que piensan los de Picamos y su amo y señor, el gran abejorro. Te buscan con saña desatada. Incluso están a punto de llegar a un acuerdo con las abejas melíferas para darte alcance.
  • Eso es imposible, se llevan fatal entre ellas. Unas están especializados en polen y otras en néctar
  • Es posible, pero un enemigo en común incentiva a los adversarios de siempre.
El sapo movió sus pupilas hacia abajo, con la misma delicadeza y lentitud con que se preparaba para la caza.
  • La brutalidad y el sadismo de mis enemigos da realce a la importancia de mi labor periodística. 
  • Déjate de croadas y dinos qué vas a hacer para salir de ésta.
El sapo hinchó su buche de forma exagerada y sacó su lengua comemoscas. 
  • Recurriré a los avispones, a las velutinas. Son sanguinarias y asesinas. Un poco de sangre pondrá a esos necios en su sitio. Lo mismo a esa araña ridícula que me considera su cómplice. Las larvas de algunas especies de avispas se pirran por unas ricas patitas de araña. 
  • Mucho trabajo para un sapo solo.
  • Desde esta atalaya y con mis reporteros trabajando abajo, puedo conseguir lo que quiera. Además cuento con el apoyo de mis jefes de arriba -miró al cielo todavía vacío de vampiros y de aves rapaces.
  • Creo que ya todo lo tiene decidido, Pega
  • Nosotros no contamos nada en sus planes, Pica. Somos personal de reparto. Puros pajarracos.
  • Debe ser culpa de la insalubridad de las charcas que le ha hecho insensible a la disidencia. 
  • Tenemos entonces que volver a aquello. 
  • ¿Pata o pico? 
  • Sí y pico es lo mas ajustado dado lo que larga este sapo. 
  • Pues démosle con el pico y mandémosle de nuevo a su reino húmedo e infecto.
  • Adiós rey de la charca, peligroso intrigante y gran conspirador.
  • Adiós indómito sapo, saco de veneno, enemigo letal. 
  • Este final me suena de antes, Pica.
  • Pero es que aquella vez nos quedo bonito y podemos repetirlo. Quizás no se darán cuenta, Pega.

    07 julio 2022

    Si tiene pesadillas aún me quedan pastillas

    Solo toca escapar cuando estás ensordecido por el ruido de tus contemporáneos y no te queda otra, si no quieres convertirte en paja inflamable con vocación de ceniza. Entonces te das a la fuga. Dejas atrás catequesis, sermones, prohibiciones y la cohorte insufrible de pelmas, predicadores, parlanchines, petulantes y puritanos que emponzoñan los días de cualquier ser humano que reniegue de ser rebaño. 

    En aquella madrugada, había recorrido mucho más de la mitad de mi trayecto  y me dirigía hacia las calles desiertas y casi secretas del Barrio Antiguo aprovechando que se asomaba un tímido amanecer. Como no sabía como distraerme, decidí dar rienda suelta a mi mirada dejando que pastase libre por las callejas antaño señoriales de mi alrededor. Ahora las viejas cocheras eran bajos deprimentes y destartalados y funestas entradas a un montón de edificios de vieja solera  escondida, tras las muchas capas de mugre y abandono. A la espera de una futura gentrificación, eran refugio provisional para ancianos precarios, yonquis persistentes y algún falso bohemio con carnet.  Sabía que no era el lugar adecuado, pero no había motivo para no encontrar entre aquella hecatombe depauperada, un posible Club Diógenes tal como lo describía el señor Conan Doyle a través de su inmortal detective:

     
    Seguí andando, riéndome de mi mismo y de las chorradas pedantes que se me ocurrían a hora tan temprana. Una hora impropia para un detective noctámbulo, populista y desengañado. 

    De repente, allí delante, un rótulo rutilante, valga la rutilancia,  me guiñó su ojo y me fui tras él. 

    No era la zona para ese mitificado bar del puerto abierto a todos los naufragios de la noche. Quizás se tratase de un puticlub o de una  churrería tempranera en el fondo de un callejón insano en esa hora insana en que la crudeza de las sombras da rasgos insanos a todo lo que le rodea.
    Una farmacia.
    Entré, sonó la campanilla y me encontré en  una vieja botica. Un largo mostrador de mármol y viejas estanterías de madera llenas de esos bellos recipientes que llaman albarelos que si en su día fueron contenedores de extraños preparados, hoy solo son mera decoración para dar lustre y prestancia al negocio.
    Entonces apareció delante de mí. Surgido de repente. Con su fea cara familiar. Esos ojos de búho debajo de un pelo alborotado. Esa boca nauseabunda con un permanente rictus de superioridad. Hizo un gesto de invitación y me soltó:
    • Me alegro de verle, detective Arou. ¿O prefiere que le llame Fiz?
    Un mínimo pasmo, pero me repuse al momento y le contesté intrépido:
    • ¿Me esperaba?
    • Es mi especialidad, por eso la vendo.
    • No le entiendo.
    • Vendo esperanza en hermosos frascos. Ah y no pido receta.
    • ¿Esto no es una farmacia?
    • No, estrictamente. Es un negocio que vende píldoras ilusionantes para los que han perdido la ilusión. 
    • Querrá decir, productos ilusorios para ilusos, ya me conozco la canción. Con la homeopatía hemos topado.
    • ¿Tiene usted algo mejor que ofrecer? Es fácil censurar lo que la farmacopea tradicional no sabe manejar.
    • No me venga con historias. No creo en  placebos para seguir tirando del carro. Luego pasa lo que pasa.
    • ¿Qué pasa?
    • Pasa, que nos afrontamos la realidad tal cual es hasta que nos da en las narices. Yo huyo de todo eso.
    •  Claro, es mejor ese nihilismo que le hace sentirse superior a los demás. Mirar al resto, como ratones de laboratorio que no encuentran la salida del laberinto, y disfrutar con ello.
    • Yo no engaño a nadie a sabiendas de que solo vendo mentiras. 
    • Entonces no debe preocuparse, se me están acabado las subsistencias y puede que se corte la red de suministros.
    • ¿La guerra de Ucrania? ¿El Covid? ¿La pavorosa inflación? Esas son nimiedades para el portentoso talento del Doctor Krapp. Seguro que se le ocurrirá algo.
    • Me conoce, me admira y aún espera mucho de mi talento. Gracias, detective.
    • No sea sarcástico. Solo lo sufro, doctor. Como sufro a todos los farsantes que nos engañan y contaminan con sus mentiras tranquilizantes. Con sus argucias, debilitan nuestra vida y envenenan nuestros sueños.
    • Si tiene pesadillas aún me quedan pastillas.
    La campanilla de la puerta retozó un rato, alegre y cantarina tras el portazo. 


    16 junio 2022

    No le podéis hacer eso a Blancanieves

    Un grupo de operarios que participan en la ampliación del tramo de la autopista que comunicará el centro urbano de Snobia con el nuevo parque temático Tizneyguou,  comenzó ayer los trabajos para derribar la casa del Bosque Real que fue noticia en días pasados  por la presencia de una extraña adolescente que sostenía convivir allí con unos extravagantes individuos de los que a día de hoy no tenemos noticias, aunque son varias las personas que dicen haberlos visto y oído cantar.

    Como informábamos en ediciones pasadas, los agentes encargados de realizar la expropiación forzosa de la vivienda, se encontraron con una joven menor de edad, sin datos identificativos,  que tras ser llevada e interrogada en el cuartel de la Guardia Civil,  dijo llamarse Blancanieves y haber huido de su casa o palacete porque su madrastra quería matarla con la ayuda de un cazador real que luego le salvó la vida. También indicó, que desde entonces residía allí dedicada a labores del hogar, en compañía de siete mineros. Preguntado por el nombre de los mineros y si había sido retenida contra su voluntad o sufrido violencia doméstica, comentó que solo los conocía por los apodos y que siempre le habían dado un trato exquisito, tal como si se tratase de una princesa.

    Tras un registro de la vivienda, se encontraron pertenencias y utensilios de pequeño tamaño así como unos lechos impropios para personas adultas o suficientemente fornidas como para trabajar en el sector de la minería. Ante la ausencia de los sujetos, se volvió a interrogar a la menor sobre la verdadera naturaleza de sus compañeros de vivienda. 

    Blancanieves, como se hace llamar, descartó que se tratase de niños y que por tanto no eran trabajadores infantiles esclavizados. Dijo que eran hombres de barbas blancas, piel arrugada y narices redondas. También comentó que no había recibido ninguna clase de abusos, a no ser  que se entendiera por tal que se pusieran a  beber y cantar canciones hasta las tantas de la mañana a la luz de la lumbre. La fiscal de menores, que participaba en la investigación, le pre guntó a la adolescente si se trataba de personas con acondroplasia. La chica y parte de los presentes se miraron perplejos, hasta que en un gesto valiente y decidido,  la interrogadora rehízo la cuestión al preguntarle si sus compañeros eran enanos. La chica afirmó que sí, pero que no eran humanos con problemas genéticos. Según ella, se trata de gnomos procedentes del inframundo que cuidan que nuestro mundo no se vaya a pique, usando sus habilidades mineras para colocar nuevos cimientos en su parte profunda, que según ellos, está muy deteriorada.  Terminado el interrogatorio, la adolescente fue llevada a la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente del Hospital Clínico para someterla a evaluación, diagnosis y  tratamiento. Con posterioridad, se le ha trasladado a un centro de acogida para menores donde se encuentra residiendo desde hace una semana.

    Aunque oficialmente se ha cerrado provisionalmente la investigación, sabemos que hay varias unidades de la Guardia Civil vigilando la cueva donde se supone que los sujetos se internaron. Esta misma mañana, uno de nuestro reporteros sorprendió la conversación de un miembro de la Benemérita diciéndole al compañero que le relevaba, que esa noche escucharon desde el interior una sonora canción.
    Puestos en guardia, se prepararon todos para lo que pudiera ocurrir, pero al final nadie apareció.

    02 junio 2022

    Tentaciones en el mar y tentáculos de más

    No me llaméis Ismael, no me confundáis con él. No fui el que me embarqué en el Pequod, junto a un arponero caníbal de los mares del Sur, para someterme a las órdenes de un visionario capitán Ahab buscador enloquecido de una monstruosa ballena, símbolo del mal. 
    Me llamo Fiz Arou, soy detective en Kaskarilleira y si me eché a la mar, no lo hice por melancolía o por arreglar la circulación de mi sangre como el otro. Mis motivos son menos épicos, aunque también tienen su historia. La cuestión es que quería experimentar la vida en un barco pesquero desde que el capitán Nemo Venres, Capitán Pulpo o Capitán Nemo para los íntimos, me salvó la vida antes de convertirse en cefalópodo. Aquí os dejo aquella extraña historia.

    Llevaba trece días de navegación en el Nueva Esperanza y era una mañana despejada y de aguas tranquilas bajo el sol de la primavera boreal. En la cabina dialogaban el patrón de pesca y el patrón de altura, conteniendo a duras penas su perceptible rivalidad tras fracasar las capturas de los últimos días en el nuevo caladero.
    • Insististe en ir allí y ya viste lo que ha pasado. Nuestras redes no estaban preparadas para peces tan grandes.
    • Había que buscar algo novedoso en otra parte.
    • Llevo muchos años de patrón de pesca y creo saber lo que nos conviene.
    • No discuto tus conocimientos, Ramírez, pero es que no sé si realmente nos interesa seguir en nuestro banco de siempre.
    • Nuestros padres y abuelos ya pescaban ahí. No estamos preparados para novedades.
    • Somos esclavos de la tradición y no nos atrevemos a empoderarnos para poder progresar. Nos hemos apoltronado y nos da miedo lo diferente. Debemos ser inclusivos, transversales, buscando y visibilizando otro tipo de pesca que garantice la biodiversidad de las capturas y nos aparte del especismo cruel. No debemos conformarnos con peces pequeños, vulgares, poco agradecidos y que exigen mucho trabajo con las redes de arrastre. Además, es una pesca poco sostenible porque estamos agotando los caladeros.
    • No estoy de acuerdo. Lo que propones es una pesca para chefs  faranduleros que pretenden deslumbrar con sus extravagantes platos a cuatro pijos sibaritas que van a sus restaurantes de mil estrellas Michelín. Pagan mucho, pero solo porque es novedad, enseguida se cansarán y buscarán otra cosa o volverán a la pesca de toda la vida. No deberíamos despreciar nuestra fuente tradicional de ingresos, es segura y nunca nos ha fallado.
    • El pez grande se come al chico y si es raro es más rentable. Si traemos redes adecuadas podremos sacar provecho. Ya verás.
    • Muy optimista te veo, pero te va a durar poco. Estamos llegando a nuestro viejo caladero y tenemos visita. Hay un barco pescando como a tres millas a babor.
    • Habrá que echarlos de allí. 
    • Juan, tú eres el patrón de altura, dile al timonel lo que mejor te parezca, pero recuerda que no tenemos derechos exclusivos sobre ese banco.
    • Me haré cargo. Yo mismo si es necesario. Avante toda a babor.
    Al poco rato, Juan Lastres apartó al piloto con brusquedad, se colocó al timón y pidió al operador de radio que le pusiera en contacto con la nave intrusa.  Ya podían ver su nombre en la popa "El Alcázar".
    • ¿Me escuchan? Soy Juan Lastres, patrón del Nueva Esperanza, quiero hablar con su patrón.
    •  Soy yo. ¿Qué quieren?
    • Son ustedes responsables de quitarnos el sustento pescando en nuestro caladero. Le doy una hora de plazo para que lo dejen y se larguen. De no hacerlo, de fijo conseguiremos sacarlos de aquí.
    • Puede ahorrarse el plazo que me ha dado y fusilar a mi hijo, el Alcázar no se rendirá jamás.
    • ¿De que hijo habla?
    • Juan, creo que está sordo o quizás se confundió de Alcázar o de guerra. Tendrá vocación de héroe le mola el victimismo -le susurró el patrón Ramírez a su compañero.
    • ¿No se rinden entonces, capitán?
    • Ni de coña. ¡Pesca o muerte!
    • Como vean. No tendremos la culpa, ni les disculpo. Ahora por tercos, les va caer la del pulpo.
    Después de los aplausos tras el ripio del patrón, me llamaron al puente y acudí presto.
    • Grumete Arou, hoy te vas a ganar bien la soldada. Llama a tu amigo, el Capitán Pulpo y que nos eche una mano en esta jornada
    • ¿No será mejor que nos eche un tentáculo, patrón?
    • Estas atinado grumete, haz que venga en un periquete. 
    • Patrón, si trae su compañía de pulpos gigantes el éxito estará asegurado, no quedará rastro de esos desgraciados. 
    • ¿Podremos comernos luego a nuestros benéficos invitados o sería poco cortés y educado?
    • Por las barbas de Neptuno, patrón, ¿quiere que el Capitán Pulpo nos eche su maldición? Como toque a sus pulpos estaremos aviados.
    • Vale, vale, pero dígale que él venga como humano, no me gustaría confundirlo e involuntariamente echarle mano.
      (Capítulo 66 de Kaskarilleira Existencial. Aquí están sus otras historias)

    19 mayo 2022

    Taparos los oídos y corred hacia el castillo

    La interminable hilera de escapados llenaba los tortuosos senderos que subían a la fortaleza de los destemplados. Era su último refugio, su postrero abrigo si querían huir de las mortíferas andanadas de fuegos fatuos que lanzaban los helicópteros de combate de la aviación roñosa. Era la fiesta de la vergüenza y los altavoces exteriores de los aparatos ponían la banda sonora, devastadora como el napalm, usando las horrendas canciones del Festival de Eurovisión que amenazaban toda forma de vida inteligente en valles y montañas.

    El equipo de rescatadores de la Orden del Destemple intentaba calmar a la multitud recorriendo el convoy con sus vehículos, pero la excitación, el miedo y la impaciencia por llegar al castillo crecía de forma imparable.

    • No lo conseguiremos. Los roñosos usan armas muy poderosas y tienen al sistema de su lado. Después de lanzar paquetes de comida rápida para engatusar a nuestros hijos creando conflictos familiares, ahora pretenden amilanarnos con esa espantosa música cutre. 
    • Podía ser peor, al menos no pueden proyectarnos desde los helicópteros esas infectas series de adolescentes y universitarios con amores desgraciados.
    • No lo descarte son muy peligrosos. 
    • ¡Dios santo! nunca pensé que se atrevieran a tanto, escuche lo que viene ahora.
    • Rápido. Ordene a nuestros hombres que exijan a los huidos que se pongan sus tapones de cera. En caso de novedad, les avisaremos haciendo señas. 
    • ¿Y si se niegan?
    • No hay tiempo para complacencias ni descansos. Si quieren estar a salvo, deben taparse los oídos y correr hacia el castillo.
    • Quizás haya alguna persona que se infecte y acabe tarareando esa música o perreando con el trasero.
    • Ya sabe lo que hay que hacer con ellos. Métanlos en las jaulas de las carretas y déjeles comida. Abandone a su suerte a los recalcitrantes sin remedio. No se merecen nuestro esfuerzo, ya vendrán a por ellos las hordas cutres.
    • Nunca pensé que cayéramos tan bajo. Ya no tenemos filtro entre lo bueno y lo penoso.
    • Se veía venir, son muchos años apoltronados en lo cómodo. Vaya a avisar a la gente, que se protejan de inmediato
    Tras una dura jornada, el enorme grupo humano llega  a su destino, formando multitud en el patio de armas. Distribuidos los espacios, el encargado de logística informa el comandante destemplado en la estancia alta de la torre de homenaje.  
    • Todo en orden. Hemos tenido alguna baja, pero el Doctor Krapp  dispone de un antídoto que está usando con los infectados. Parece eficaz.
    • ¿Algo eficaz que proceda de Krapp? No me haga reír, es un tipo pernicioso para la especie humana. ¿Qué locura se le ha ocurrido está vez? 
    • Les está inyectando dosis revitalizantes de buena música por medio de cascos. Parece que hacen efecto. Tenían los oídos asilvestrados, echados a perder y ahora se sienten mejor.  
    • ¿No será techno, hardcore o trance? Terminaría desquiciándolos. Poco nos serviría que dejen de escuchar a Maruma, a Bugs Bunny, a la chica de la colonia, al temible Palangana o a la famosa Ordalía si a cambio quedan convertidos en estatuas de sal o zombis beligerantes. 
    • No, ha decidido empezar por el principio y ponerles la música de siempre. 
    • ¿Imagino que se refiere a la que cantaban y tocaban personas en discos que grababan personas?
    • Exacto, no hechas por máquinas y algoritmos varios, pero no sé si podremos con ellos. La facilidad es su territorio y la gente lo quiero todo cercano y accesible. Sin complicaciones.
    • Pues las van a tener. La mierda no prevalecerá mientras quede un destemplado en pie para hacer frente a los fogosos roñosos. 

    05 mayo 2022

    Fama fugaz del frenético doctor y su frustración posterior

    Al Doctor K le sentó fatal que ya no le llamasen como tertuliano para hablar del covid por televisión. Le había costado coger el gustillo a la cosa, pero ahora preparaba sus intervenciones, como un mago el conejo de su chistera, decidido a asombrar con sus ocurrencias, no siempre atinadas, a los habitualmente mediocres  interlocutores que le acompañaban en la mesa; a los idiotas que lo estaban viendo por la pantalla y a los memos que hacían memes a su costa, tras alabarlo o insultarlo, en las redes sociales. Con la última bomba informativa todo había pasado. Estaba a la intemperie y su fama se había esfumado porque la actualidad se había ido a velocidad de misil, y sin fecha de vuelta, hacia la guerra de Ucrania. 

    Era orgulloso y soberbio. Se reconocía arrogante y prepotente. Llegado a un punto tan alto, no se iba a rebajar fácilmente a ser de nuevo un divulgador científico de medio pelo que ni siquiera era profesor titular de la universidad en la que enseñaba. Tenía que haber una posibilidad para seguir en la cresta de la ola y no recaer en la purria de los seres anónimos.

    Barajaba un abanico de posibilidades. Podría entrar en un laboratorio de bioseguridad y llevarse prestada alguna cepa patógena para luego esparcirla alegremente en el lugar adecuado. No, no era tan iluso o malvado como para creer que podría acceder a las cepas letales que se conservaban en laboratorios hipervigilados de nivel 4 (RG4) que poseían las grandes potencias en parajes secretos. Por otro lado, recurrir a las cepas comunes de la gripe humana, de la gripe aviar o de la porcina no iba a atraer sobre él la atención que buscaba. Les faltaba el morbo que se requiere para asustar y magnetizar a la chusma. 

    Descartado lo de las cepas, había que pensar en otras opciones para garantizarse el famoseo. No se veía haciendo el teleidiota en una isla desierta junto a gañanes descerebrados de aire macarra y  chonis horteras a tiempo completo. No, tampoco era lo suyo mezclar mejunjes varios para que un tribunal de estirados cocinillas le diera el visto bueno para poder pasar a la siguiente fase. Menos se veía como un monologuista graciosete, de aire espabilado y displicencia adolescente,  autoparódico llegado el caso, pero muy orgulloso de ser cínico y agudo. Lo de ser streamer, youtuber, influencer y todas esas cositas modernas terminadas en "er", le aburría muchísimo, ya que no quería esclavizar su tiempo y su vida a una pantalla, haciendo cabriolas para disfrute de un montón de paniaguados vampiros del talento ajeno. Era tarde para el fútbol y no siendo jugador, árbitro o entrenador de campanillas, no lo llamarían para comentar partidos, aunque sin duda lo haría mejor que esos tartamudeantes tuercebotas.

    La cosa se había puesto complicada y decidió llamar a su amigo Fiz Arou, el afamado y ocurrente detective de la siempre deslumbrante Kaskarilleira.

    •  Neno, se me ha acabado el chollo de tertuliano. ¿Se te ocurre algo que palíe mi desventura?
    • Ah, con que al final te iba la movida y mira que te resistías al principio.
    • Va, pero dime algo que se te ocurra para seguir marcando territorio. Ahórrate las chorradas que ahora molan, ninguna me convence.
    • Hay una cosa que aunque esté en la onda...
    • Ya te he dicho que no quiero nada de eso.
    • ¿Y montar un partido populista, doc? 
    • ¿Qué me dices, chorvo?
    • Claro, crear un partido populista te haría estar de moda y petarías un montón. Podrías llamarlo Partido Patriótico Despótico, porque el rollo patrio engancha a las masas, o quizás podrías llamarlo PA.P.AYA. (Partido Populista AntiYanqui), sonaría ecologista y le podías pedir a Putin que lo financiase. No le parecería mal tener algún apoyo en Occidente ahora que está tan demonizado y nos machacan con documentales diciéndonos que es muy malote.
    • Como si no lo supiéramos desde hace más de 20 años. Ahora dime, ¿crees que hay caladero de votos con ese partido?
    • Con el PAPAYA, seguro. Es cuestión de encontrar un lema adecuado tipo "todo lo imperialista y malsano es culpa de los americanos". Nada une tanto como un enemigo fácil y distinguible al que echarle la culpa para dejar de sentirte que eres un capullo, sobre todo si eres de los que en las películas de vaqueros siempre vas con los indios. Los plastas sectarios de uno y otro lado se apuntarían encantados, necesitan una figura de autoridad que los amamante y ampare.
    • Un padre castrante que se dice.
    • O una madre amamantadora, doc, como la Luperca de Rómulo y Remo. Eso es lo que les va a esos julais. ¿Te atreves con el asunto?
    • No, no me veo como amamantador o castrador.
    • No, tú lo que tienes que hacer es montar el tinglado y ya encontrarán ellos a su pastor, a su duce,  a su caudillo, a su fuhrer, a su conducător, a su gran líder, a su estimado líder,  a su brillante camarada...
    • Mira que eres chapas, esa es una liada del quince y suena muy religioso. Pensaré en otra cosa. Abur, Fiz
    • Cuídate, boquerón.  La próxima vez te cobraré la sesión, que no me gusta pencar gratis.
     (Capítulo 65 de Kaskarilleira Existencial. Aquí están sus otras historias)

    21 abril 2022

    Malos días de arrabal

     El hospital va a crecer. Será un hospital enorme, envidia de los hospitales enormes.  Un macrohospital para nacer y morir sin necesidad de salir del edificio. Un hospital para admirar en las fotos y ganar votos.

    Un edificio majestuoso y bien comunicado. Buenos accesos en todas direcciones. Una red de anillos de circulación concéntricos rematados con glorietas y rotondas. Tendrá alrededor de unas doce plantas en varios bloques geométricos de un gris despiadado. Habrá una inmensa entrada parecida a esas macroestaciones modernas que sirven como intercambiador de transportes y centro comercial. En el aparcamiento gigante cabrán cientos de vehículos. Por dentro, todo estará muy señalizado para que la gente no se desperdigue en el laberinto de pasillos interminables o en la batería de ascensores y montacargas silentes. Contará con todo lo que tienen los hospitales enormes, incluyendo tanatorio, centro de investigación, escuela de enfermeras y helipuerto. Los muertos saldrán por abajo y los órganos para la vida entrarán por arriba.

    La sanidad en un  solo punto. Un agujero negro sobre toda lo que le rodea. Un desagüe donde confluirán enfermos y dolientes en aséptico turno de entrada. No será como aquel viejo sanatorio de abajo. Esa antigualla encima de la playa, rodeada de jardines, que más parece un lugar de veraneo o un viejo balneario centroeuropeo. Además, ya casi se lo han cargado con esos infames edificios de hormigón que afean lo que tocan. Ahora es territorio para locos, estudiantes y moribundos. Ah, también para profesores de universidad.  

    Al crecer el hospital, habrá que expropiar viejas casas unifamiliares con huerto, porche y corral de gallinas. Eliminar aquellos tortuosos senderos entre árboles que los niños recorrían soñando aventuras. Ya no volverán a jugar al fútbol debajo de aquel pinar. Ya no habrá pinar ahora que no hay niños que jueguen. Desaparecerán vegetación y maleza para que, desde la megalópolis sanitaria, se pueda curar los males que la vegetación y la maleza alejaban. 

    Algunos vecinos se quejarán de las expropiaciones y de que se les roba terreno a su esparcimiento en este extrarradio esquilmado. Pero ya se sabe lo que son los vecinos. Egoístas. Piensan en si mismos. Quieren un ambulatorio cercano y equipado donde no sé les trate como números. Quieren tenerlo todo muy cerca. No tener que ir como todo quisque a las urgencias del gran hospital y esperar muchas horas porque se han cortado un dedo con el cuchillo del jamón. 

    ¿Y qué decir de los viejos? Hay epidemia de viejos en estos barrios periféricos. Obreros jubilados de la construcción. Desertores del arado que en su día vinieron a la ciudad y que cuentan con un territorio de tertulia debajo de un emparrado precario fuera de la ominosa sombra del polígono de casas.  Quizás sueñan con volver a ser los de antes sin ser despreciados por nueras y yernos prepotentes. Los propios hijos son otra cosa, los hijos pueden abroncarles porque tienen derecho a la venganza. En realidad a los viejos no les gusta el parque del barrio porque siendo compacto y limitado, les hace sentirse atrapados en el suburbio. Quizás quieren volver a respirar el aire de la niñez lejana y el parque solo es una prolongación de una interminable tarde de televisión, con noticias y concursos, en el salón familiar. Demasiados niños, demasiados perros sucedáneos de niños y algún progenitor envidioso de las cualidades de los viejos como cuidadores de nietos, cuando la obligación les esclaviza a niños y parque. En realidad,  a los padres y madres les fastidia ver en los mayores lo que terminarán siendo ellos. Si no se mueren antes y acaban en el sótano del nuevo hospital que están haciendo. Un hospital enorme, envidia de los hospitales enormes. Un macrohospital para nacer y morir casi sin salir del edificio. Un hospital donde los muertos salen por abajo y los órganos para la vida entran por arriba. Un hospital para admirar en las fotos y ganar votos.

    07 abril 2022

    Gato truhán echado en un diván

    •  Échese en el diván y no se quite las botas, sé que es una parte fundamental de su personalidad.
    • Gracias, Doctor Krapp, veo que está al tanto de que me llaman "El Botas". "El Botas ha dicho" "El Botas ha hecho". Si me quito las botas parecería un gato más.
    • Y usted cree que es un gato especial, imagino.
    • Sin duda. He llegado a pensar que era el elegido para empoderar a los de mi especie. No esperaba que los de arriba fueran tan peligrosos como para conseguir que mi pupilo me diera la patada.
    • ¿Entiendo que cuando habla de su pupilo se refiere al príncipe heredero, el Marqués de Carabás?
    • Por supuesto. Su actitud es de una cobardía sin límites, he sido su hacedor y él se ha dejado extorsionar por la prensa en su campaña en mi contra.
    • La prensa lo que ha expuesto es que usted engañó a todos, ya que siendo su protegido hijo de un molinero, se valió de un montón de patrañas para convertirlo en marqués y ganarse el aprecio del rey y la Corte. Incluso se dice que usted, se transformó en ratón para eliminar de forma despiadada al antiguo poseedor del marquesado.
    • ¿De forma despiadada? Era un ogro, descendiente de otros ogros que ganaron el título actuando como mercenarios sangrientos al servicio de la actual dinastía. El viejo marqués oprimía a sus siervos, mientras que sus antepasados masacraron a los siervos y familias de las tierras conquistadas. Hacían el trabajo sucio y caníbal propio de su condición y yo tuve que rebajarme a ser un inmundo ratón para ganarle la partida. ¿Usted sabe lo que puede llegar a sentir un gato metamorfoseado en ratón?
    • Los medios no hablan de esas cosas.
    • Claro, porque son los esbirros de la vieja casta gobernante y han emprendido una campaña contra todo lo que huela a gatuno. En su desvergüenza, quieren demostrar su falta de zoofobia, glorificando a los perros ¡¡¡y a esos malditos roedores!!! 
    • Cuando hablan de usted, en cambio, no cesan de repetir que es arrogante, autoritario y  vanidoso. Poco amante del diálogo y que no soporta que le contradigan.
    • Ya ve, no dicen eso del príncipe al que elevé usando únicamente mi labia de minino. Era un gañán desheredado y se lo planté como heredero delante de sus señoriales narices. Por eso no me soportan. Soy fuerte, no una mascota ni un gato rastrero de la calle. No soy uno de esos gordos y viejos gatos neuróticos de los que usted escribió una vez en su blog.
      Pero Doctor Krapp, ¿por qué le preocupa tanto mi imagen pública? He venido a terapia, no a que me cuente lo que ya todos saben. 
    • Para mí, además de gato es usted como una cebolla. No se ofenda, lo de la cebolla se lo digo porque tengo que quitarle todas las capas que le protegen para llegar al centro.
    • ¿Está diciendo que no soy auténtico? ¿Qué ve en ese centro?
    • Atisbo allá abajo, a un gatito asustado enfermo de megalomanía.
    • Por favor, ¿este electroshock con que me obsequia ahora lo pago aparte o me entra como gasto en la sesión? 
    • La ironía no le protegerá de la verdad.
    • Al parecer me ha pillado, debo ser otro gato neurótico como los de su entrada. Adiós, Doctor Krapp, ya no lo necesito, ha llegado al centro de la cebolla.
    • No sea bobo, puedo ayudarle. Cortar la cebolla hace llorar, pero luego se queda uno más a gusto consigo mismo.  
    • ¿Y luego me dará el plato de leche por ser buena mascota? Jódase, doctorcito fraudiano.