Al igual que sonríe el guardabosques cuando los campesinos que le han invitado a merendar le preguntan si no temerá adentrarse en la espesura cuando caiga la noche, no dejo de sonreírme con cierta transigente tristeza cuando oigo hablar de Proust a gente que nunca ha tenido un libro suyo entre las manos.
Varias veces he ido por el camino de Swann, algunas menos he paseado a la sombra de las muchachas en flor, también he conocido el mundo de Guermantes, tuve noticias de la Prisionera o de la Fugitiva, visité Sodoma y Gomorra y finalmente he regresado por la senda estrecha del Tiempo Recobrado. En ninguna de esas peripecias me he encontrado con ese tipo estrafalario, obsesivo y cursi que han fabricado los rutinarios manuales de literatura.
Habiendo tenido el privilegio de penetrar en el bosque de Proust que absurda me parece la leyenda del vampiro elegante y amable que salía de casa a altas horas de la noche, quizás en busca de sangre joven, mientras permanecía el resto del día postrado en un dormitorio acolchado donde escribía febrilmente temiendo que el tiempo, su adorado tiempo, se le escurriese entre los desconocidos laberintos de la memoria.
Habiendo tenido el privilegio de encontrar arroyos majestuosos donde uno puede ver reflejado su rostro con rara luminosidad. Habiendo podido recrearme con el canto exótico de pájaros comunes. Habiendo sido acogido benevolamente por una vegetación fecunda y subyugadora. Habiendo experimentado con Proust tantas cosas bellas, me siento dichoso de tener la mochila llena con los frutos de aquel prodigioso lugar que me sirven para sobrellevar mejor la larga y a veces penosa caminata de la existencia.
Agua del río que pasa
Hace 4 horas
Bellas palabras las que dedica a Marcel Proust, Dr. Krapp. Me motivan para leerlo algún día porque éste, como tantos otros escritores, sigue siendo una asignatura pendiente. Yo también tengo miedo de que el tiempo se me escurra entre las manos sin haber desgustado tan siquiera una miguita de estas dulces "magdalenas"...
ResponderEliminarPerdón, quería decir "degustado"...
ResponderEliminarMe alegra y me reconforta que alguien más lo aprecie, por Dios, que casi da vergüenza decir que estás leyendo algo así en estos tiempos... esas caras que pone la gente cuando les explicas que en esos libros no pasa nada, que no hay acción, que no hay misterio, pero que sin embargo te gustan y pasas horas y horas deleitándote con... nada, con la descripción de una sensación que dura trece páginas, joder, gracias, me has emocionado. Lo estoy releyendo.
ResponderEliminarLuis Antonio, le envidio su condición de novicio en el mundo de Proust. Como en tantas otras cosas, la primera visión es la que crea más huella. Sólo una recomendación, si se pone a leerlo, hágalo con mucha calma, morosamente, tomándose su tiempo, lo disfrutará mejor y sacará un buen partido a todas esas "veleidades" que él está dispuesto a ofrecerle.
ResponderEliminarLa tonta tontería de que la vida es una sucesión de cosas que suceden, Neander, y no que simplemente es un simple transcurrir en el que las cosas aparecen y desaparecen pero no son el propio camino.
ResponderEliminarLa vida, la novela, el arte como un telefilm soporífero de la sobremesa. Triunfitos por aquí Tafonitos por allá.
Mierda en celofán plastificado acompañado de un DVD. Como uno de esos regalitos del McDonald. Vomitivo.
Eso iba a decir yo, que la gente que pone esas caras no las pone si les dice que ha visto salsa rosa o curry agridulce, aunque no con ello quiera yo decir que haya que limitarse en la vida a la literatura, pero sí que el mundo en que vivimos se ha vuelto frívolo, consumista, comercial y nada tiene ya valor más que la satisfacción inmediata de los deseos más fatuos (de tantos cumplidos); y que Proust y la lectura rápida son incompatibles.
ResponderEliminarMe uno a la opinión general: esa mochila lleva un buen contenido.
(¿Llevas a Proust de paseo?)
Sí, lo tengo aquí mismo en la mochila Fauvey no veas como pesa el condenado. Es duro llevar tanta belleza a cuestas.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Proust, digno y grandilocuente cadáver de mi biblioteca. Espero algún día creer en su parusía.
ResponderEliminarNo se preocupe en el momento en que pase al territorio de los vivos comprenderá que es grande y exquisitamente elocuente con los que entran en su territorio.
ResponderEliminarDe blog en blog he aparecido en éste. No he leído nada de Proust, pero después de leerle a usted, lo pongo en la cola de mis libros. A veces es la curiosidad y las cosas contadas de otro modo lo que nos impulsa a coger un libro "gastado" por las críticas literarias.
ResponderEliminarGracias.
Tienes razón Rocío, la crítica desgasta muchas veces la inocencia con la que nos debemos enfrentar a cosas que no conocemos y más cuando se trata de obras del canón literario o artístico.
ResponderEliminarAcabo de echar una visual rápida a tu blog tan "divino" y me parece muy sugerente. Esta semana que empieza lo miraré con más detenimiento. No es un cumplido.
Mientras me llegue el momento de comprender que Proust es grande (que en nada dudo que haya quienes lo consideren así), permítame divertirme con otras obras literarias quizá menos encumbradas por la crítica, pero que a mí me apasionan más.
ResponderEliminar¿Qué opina de Joyce?
Un saludo.
El mérito del blog "divino" lo tienen mis alumnos, pero muchas gracias. Me alegra muchísimo.
ResponderEliminarEstimado Fermín Gámez, usted estará conmigo en la idea de que Joyce también es un encumbrado por la crítica.
ResponderEliminarUn escritor excelente contemporaneo a Proust y que junto a éste y Kafka modificó decisivamente la narrativa mundial.
Lo que más me apasiona de Joyce es esos cambios de registro de capítulo en capítulo en su obra más clásica el Ulises. También son excelentes Dublineses y Diario de un artista adolescente aunque reconozco mi incapacidad para saborear las bellezas de Finnegans Wake.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAcabo de leer el otro blog, el más suyo, Rocío, y estoy fascinado por esa maravilla llamada Odio hoy a la palabra.
ResponderEliminarFelicidades también a sus alumnos por el "encaje" que hay que tener para compartir un blog entre varios con lo que ya cuesta escribirlo uno solo.
Totalmente de acuerdo, Dr. La crítica encumbró también a Joyce. Menos mal que los que no somos adictos ni adeptos a la crítica literaria nos permitimos a veces el lujo de juzgar -o prejuzgar también, entiéndase como se quiera- de otra manera a los encumbrados.
ResponderEliminarA mí Joyce me aburre soberanamente.
Siempre que no corramos un riesgo en ese territorio: rechazar lo obvio. Hay cosas tan obviamente consagradas que el espíritu rebelde que llevamos todos en nuestro interior tiende a rechazarlas. Hay gente que rechaza a Cervantes o a los Beatles, en otro territorio, porque les parecen demasiado solemnes, demasiado estandarizados. Sólo hay que quitarse las anteojeras ypararse a leer una página de Cervantes o a escuchar cualquier tema de cualquier disco de los de Liverpool para darnos cuenta de tan evidentes errores.
ResponderEliminarTanto que discutimos a veces y tanto que coincidimos otras... ya ves!
ResponderEliminar:))
Así es la vida, hija.
ResponderEliminarUn excelente canto a la obra de Proust. He esperado demasiado para leerla y, quizás, no tenga el efecto que a los veinte, pero ahora estoy enganchada a su lectura, sólo al primer volumen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Recuerdo que me hablaste de ella hace un tiempo pero no debía ser el momento, quedó en mi reserva de memoria que nunca desestimo. Ahora si puedo dedicarle tiempo y calma.
Gracias, Laura, y no te preocupes lo maravilloso de esta obra sublimes es que renace nueva en cada lectura. Por eso la he vuelto a leer, siempre me sorprende y descubro nuevas perspectivas. Es una mezcla de calidoscopio y salvavidas.
ResponderEliminarSolo un consejo: mucha paciencia. Deja que te lleve la obra, no intentes controlarla.
Besos
Pero Dr. si es de hace 7 años la entrada ¿ has redescubierto a Proust este verano o nos invitas a que lo redescubramos nosotros? .. siempre es una buena apuesta .. tan costosa como valiosa ... en mi memoria de lo que recuerdo de ella sobre todo la idea de que todo es finito, que el universo y la perpetuidad están solo y exclusivamente en los detalles ... por eso solo nuestras ilusiones y sueños tienen vocación de eternidad.... a lo mejor en agosto lo busco ... bajo una sombra ;) ¿todo bien en el dique seco donde fondea tu blog? espero que estés de maravilla en tu descanso, pero por favor, vuelve a veces ... no te vayas del todo.. yo casi casi que estoy yéndome sin irme jaja en el fondo sé que del todo nunca me iré .. nadie se va de donde nunca se ha ido;)
ResponderEliminarUn beso graaaande Q .. me ha alegrado mucho verte, solo que pesé que esta entrada era a estrenar... sigue disfrutando todo lo que puedas y hasta la vuelta de la vuelta...si volvemos ;))
Cierto, María, pero es que ayer era el cumpleaños de Marcel y se merecía un recuerdo. 144 castañas y sigue vivo, hay que joderse.
EliminarYo redescubro a Proust a cada rato por eso lo tengo cerca, como el vaquero su lazo, y nunca lo pierdo de vista porque siempre te salva de un apuro.
Todo bien en el dique seco aunque desde aquínme gusta oír el sonido de la marea cuando rompe en la playa. Volveré aunque me tienten mucho los murmullos y voces de las musas apáticas, tan plácidas como engañosas.
Besos grandes, María.