(Los capítulos anteriores, aunque no imprescindibles, ya que cada uno es mayor de edad, los podéis leer pinchando aquí)
La noche estaba fría, pero me resultaba insoportable seguir en casa adormecido por la pantalla de soltar mentiras. Bajé al portal saltando las escalera de tres en tres e imaginando que de repente me quitaba veinte años de encima, pobre infeliz.Ya abajo, en el zaguán de la entrada, fui recibido cordialmente por una animosa capa de polvo. Me sentía feliz en compañía de aquella cochambre.
¿Feliz? Aquella obsequiosa masa no tenía la forma acostumbrada.
A la luz de la mortecina bombilla, más bien parecía que escondía algo.
No, definitivamente, aquello no era normal.
Instintivamente busqué la pistola en el bolsillo de mi cazadora.
- ¡Mierda, quedó en la mesilla de noche!
Las tipas se pusieron a cuchichear entre ellas. La más alta estaba en medio. Era una mujer elegante pero sobria y tenía una mirada gélida y cortante como una espada de hielo. Estaba escoltada a su derecha por una rubia, quizás de tinte, entrada en carnes y con una enorme dentadura sonriente que destacaba en la penumbra. Al otro lado estaba la más joven, de cara redondita como una tortilla francesa hecha en sartén pequeña. También era rubia y ostentaba una nariz respingona que le daba el clásico aire de sabionda, la eterna sabionda de su clase.
Las había visto en alguna parte pero aquel no parecía ser el momento más adecuado para consultar el archivo cerebral de imágenes.
Aunque hice un esfuerzo sobrehumano para salir por patas, me había quedado clavado con la mano metida en el bolsillo superior de mi cazadora.
Las arpías me debían de haber inmovilizado con algún extraño efluvio invisible entre la porquería del portal. Mañana, ni Dios me libraría de una agujetas. Seguro.
De repente, una voz repipi resonó en aquel antro inmundo:
- Empieza tú, Elena, por algo eres la Vicepresidenta.
La tal Elena tenía una hermosa y muy bien templada voz, pero apenas pude extasiarme con ella tras oír el espantoso contenido de sus palabras.
- No hay problema, Trini. Empiezo yo.
Oye pichón-me señaló con el dedo- la suerte está echada. Está noche vas a hacer un gesto solidario de primera magnitud. Gracias a él te convertirás en un ejemplo a seguir por el resto de nuestros compatriotas. Es cierto que pasarás por momentos complicados pero a cambio conseguirás el agradecimiento eterno de nuestro pueblo.
¡Sacad las armas, niñas!
Grrrr. Era de esas cosas que luego te persiguen en todas tus pesadillas.
- Trini, te sacará algunos litros de sangre, ya sabes que ella llevando el asunto sanitario siempre anda escasa de ese material.
- Yo por mi parte como responsable económico he traído ésto.
- Es un aparato de alta tecnología a pesar de su aparente sencillez. Un producto de nuestro denostado I+D. ¡Para que luego digan que no inventamos nada! Este chisme aspira la piel de las personas y les extrae todo su sudor o el que se considere necesario. Luego por medio de un proceso químico ese sudor se transforma en pepitas de euro, he dicho bien de euro, mientras el líquido no aprovechado sale por la criba. Lo malo es que solo funciona con currantes por eso no nos lo podemos aplicar nosotras mismas. ¡Pura piedra filosofal!
- Elena, por fa, que yo también tengo un arma.
- Tranquila, Leire, que ya vamos con lo tuyo.
Fíjese en ella, lleva un tubo largo y metálico formando una espiral perfecta y la embocadura es del tamaño de una uña de meñique.Con esa especie de pajilla le vamos a extraer parte de su esencia vital, es decir, aquello que le hace hombre. Necesitamos mucha esencia vital para engrasar las instituciones del Estado y poder soportar esta crisis.
- No se confunda, no necesitamos eso esa casa de efluvios. Preferimos sus lágrimas, material de lujo y muy escaso en un varón que se precie.
No hay más que decir, pongámonos a trabajar.
Una repentina explosión interrumpió mi agonía. Delante de mí apareció una figura suntuosa aunque maltrajeada.
¿Coño, si era él! No tenía dudas sobre el aparecido. Aquellas legendarias cejas...
- ¡Atras! Este no es nuestro hombre, chicas.
- Pero, Presi ... -dijo Elena.
- Por Dios, ¿cómo habéis elegido a alguien tan lamentable? ¿Este ni de coña es la representación del Juan Nadie que buscamos.
- Creíamos que cualquier ciudadano valdría para la experiencia.
- ¿Qué dices, Elena? De este hombre no ibais a sacar ni una pepita de oro. En su vida ha pegado un palo al agua. No es un currante, Elena. No cotiza. Además ni lloró cuando murió su hamster favorito. No tiene lágrimas, Leire. Trini,su sangre es pura horchata, más fría que la de una iguana.
- Usted sabe mucho de mi vida,caballero, espero que no me haya espiado con sus conocidas tretas.
- Es usted un sicario de la prensa canallesca ¡Cállese y hable cuando pague sus impuestos, que es usted un defraudador compulsivo!
¡Maldita fabada!
(Inspirado libremente en el tercer capítulo de la maravillosa Drácula de Bram Stoker)
Vaya pesadilla.
ResponderEliminar¿Le pilló dormido sobre el lado izquierdo?
Y podría haber sido mucho peor. Cuando he empezado a leer situaba la acción en una reunión de propietarias de una Comunidad de Vecinos.
:)
¡Hay Dios! ¿Donde me escondo? que yo sí soy un currante.
ResponderEliminarAunque el chorizo debía estar malo, la culpa fue de él por querer aprovechar los restos de la comida del mediodía en la cena, Tesa. Aprovecharé tu idea de la Comunidad de Vecinos.
ResponderEliminarCorsario, eres un presumido, ya sabes que currar en estos tiempos empieza a ser un privilegio para pocos.
me he reído mucho con estas historias truculentas... y perdonen pero qué es currar? graciasssssssssssssss... : ) : ) : )
ResponderEliminar"Currar" es como se dice en España en el habla coloquial al verbo "trabajar". "Currante" es un trabajador o una persona que le gusta trabajar, sí también hay de esas, y los "currantes" es sinónimo de clase trabajadora.
ResponderEliminarGracias ti.
Jajaja la fabada repone de una buena anemia, yo creo que no ibas tan desencaminado ¿eh? Muy bueno!!
ResponderEliminarEres tan sutil, Krapps. Es lo que más me gusta de ti.
ResponderEliminarYo soy curranta con clase. Por lo menos así me siento, independientemente del trabajo que desempeñe :-)
Un beso y buen domingo
No he comenzado a sospechar hasta que no he leído Leire, jejeje. Me alegra,que aparte el susto, se fuera de rositas... aunque mucho me temo, que de rositas, de ésta, no se va a ir nadie...
ResponderEliminarY volviendo al 68, ¡la imaginación al poder! diga vd. que sí, aunque sea con la inestimable ayuda del maestro Stoker.
Un saludo pichón! y perdone vd. las confianzas Sr. Doctor.
Jojojojo, ¡maldita fabada!
ResponderEliminarLe admiro, Doctor, por esa capacidad de inventiva y por ese caústico sentido del humor, que me encanta. ¡Qué bueno! :-)
Me quito el sombrero, muy bueno!!!!
ResponderEliminarLa sutileza y el humor negro del relato son arrebatadores, además, el video que lo acompaña es la frutilla que corona el pastel.
Un saludo
Quizás me vaya por las ramas, pero leyendo este relato, lleno de ocultas intenciones, me he imaginado ante las tres vampiresas y por un momento he sentido un ciero placer al imaginar morir a dentellada simple sin accesorios ni subterfugios. Eso sí que sería una muerte heroica...(Los vampiros no me provocan el mismo morbo. Más bien me aterrorizan.)
ResponderEliminarSe me ocurren muchas cosas perversas, sobretodo con los nombres. Sigue ud. mejorando.
ResponderEliminarBesos con azúcar glasé
Al revés de como usamos en argenina "currar" ; el que curra es el que vive sin trabajar, el que roba, el que tiene un trabajo en el que cobra por hacer nada... : )
ResponderEliminarNo había pensado en esa posibilidad que comentas Efter, incluso en un primer momento contemplé la opción de los callos pero más que nada por su pesadez nocturna.
ResponderEliminarLos virgos somos demasiado sutiles, mal que nos pese,Novicia. Tras mi larga ausencia virtual, debo decirte: Feliz Jueves y casi Feliz Finde.
No hay problema, Cristal00k, hay confianza. Además en principio no me tienes mucha pinta de vampiresa aunque no te puedes fiar quien iba a pensar tal cosa viendo a la buena de Leire.
Venga, Guinda, sabes de sobra que soy un blandengue de tomo y lomo, lo que pasa que hay cosas...grrrrr...hay cosas....mejor me callo.
Miles de gracias por tus elogiosas palabras, Anacleta. Otro saludo para ti.
¿A dentellada simple sin accesorios ni subterfugios?, Luis Antonio? Yo la verdad prefiero una simple vampiresa como las de toda la vida que te chupa sin mayores estropicios, a que me mastiquen como una pata de cordero alguna mujer lobo de espantosos caninos. Pero bueno quizás sea un tema demasiado lúbrico como para analizarlo aquí y ahora.
ResponderEliminarMajestad Maritoñi, intento mejorar en función de mis limitadas y plebeyas fuerzas. Gracias.
Aquí también tiene la misma acepción que tenía allá la palabra "descamisados" de tanto éxito en aquellos tiempos del paleoperonismo, Myriam.
paleoperonismo está muy bien, muy bien...
ResponderEliminarLamentablemente creo que no ha avanzado mucho desde entonces pero está enquistado en la sociedad argentina según lo veo yo desde fuera, Myriam.
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