¿Cuales son las fronteras de la indignidad cuando se manifiesta en nombre de supuestos ejercicios de protección ética?
¿Hasta cuando deberemos seguir sumidos en esta ruin hipocresía del Estado protector para consumo de idiotas complacientes?
¿Se puede llegar más lejos en este mercado de las mentiras en el que ellos se arrogan el derecho divino de condenarnos antes de haber pecado?
¿Cómo se puede jugar con nuestro ancestral sentido de la culpabilidad remedando el pecado original y hacerlo, además, de una manera tan burda?
¿Qué medidas va a adoptar el gobierno español para acabar de una vez por todas con los últimos reductos de nuestra sensibilidad humana?
Sigo todavía con los eternos grandes finales. NO me molesten, por favor, ni menos esa dirección general traficante
ResponderEliminarPues a mi me parece bastante fuerte. Pero sí, parece que recurrir a la culpa para modificar hábitos es eficaz. También habría que pensarse por qué la información sólo no basta para cambiar hábitos.
ResponderEliminarBuenas noches, leyendo tu entrada de hoy, recuerdo un experimento que hicimos hace poco en un curso para directivos en el que participé el mes pasado. Es increible la forma y los métodos mediante los cuales estamos manipulados, y lo peor es que, lo hacen de forma tan sutil que ni siquiera nos damos cuenta.
ResponderEliminarO como muy bien dices tú, nos dejamos de forma complacientemente idiota.
Saludos. Me pasaré por aquíde vez en cuando, que de momento, creo que tendré una etapa "activa" virtualmente hablando. :-)
Yo me congratulo de la disminución de los accidentes mortales de tráfico y no tengo claro a quién hay que darle las gracias...pero las formas, pedagogía y estilo del Sr. Pere Navarro Olivella, Director General de Tráfico, no me gustan nada. Y aquí en Barcelona lo concocemos bastante bien...
ResponderEliminarPues yo pienso que aparte de las múltiples campañas de todo tipo (agresivas, fortísimas, impactantes, haciendo un llamamiento a nuestro sentido común, intentando hacernos razonar) que joer, ahí se ve un interés en intentar paliar esta lacra... pues están esas carreteras a veces imposibles, pero sobre todo, y de verdad que lo siento así, está lo burros que somos los conductores... Esos que van avasallando, que se creen los dueños de la carretera, que pasan por encima de los demás "torpes" porque ellos son los que saben conducir más y mejor.... Y además están convencidos de que a ellos nunca les va a pasar nada...
ResponderEliminarYo culpo sobre todo a esta gente de los accidentes mortales que ocurren en nuestras carreteras todos los días...
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ResponderEliminarSí,Doctor Vitamorte, mejor un gran final que una pequeña insidia para que el Estado se cure en salud.
ResponderEliminarCreo que el sentimiento de culpa solo genera seres amedrantados y sumisos, Soportándome; pero a lo mejor al Estado le conviene que las cosas sean así.
Bienvenida de nuevo Luna. Por desgracia creo que en estas campañas del "todo vale" la sutileza es un adjetivo desconocido.
Luis Antonio sinceramente no creo que las campañas publicitarias tengan que ver con la bajada de accidentes y sí en cambio el nuevo sistema de puntos y el agravamiento de las multas.
Novicia nadie niega el interés del gobierno para resolver el problema pero dudo que generar miedo en la sociedad mediante la mezcla de problemas diferentes sea la mejor manera. Cualquier día nos van a decir que los que sufren o causan accidentes son iguales que los de Al Qaeda. El tema en este caso no es el problema de la impunidad de los conductores, que deben ser debidamente sanacionados si lo merecen, si no la forma como el gobierno pretende solucionar esta lacra acongojando a la sociedad.
Ah, si además está el último anuncio... ese que compara el maltrato infantil con el no ponerle el cinturón al niño.... ¡¡¡y además, es culpa del padre¡¡¡, aquí le doy la razón a los que dicen que por qué cojones tiene que ser culpable el padre (siempre es el padre para lo chungo: el que bebe, el que conduce, el que maltrata) cuando las estadísticas dicen que son precisamente las madres las que más conducen con los niños en el coche (ida y vuelta del cole, compras, etc, etc)... Me parece fatal ese anuncio, lo primero por mezclar churras con merinas, y lo segundo por centralizar el tema en el padre... Vamos patrás... Pero lo que más me jode es todavía ver padres y madres con los críos sueltos, sin cinturón... Esa gente donde tiene la cabeza??? Yo flipo.
ResponderEliminarEl enfoque que yo quería darle a la entrada era ese. Por un lado, comparar el maltrato con la tremenda desgracia de que quede un hijo herido por culpa de un accidente, aunque sea por una imprudencia; y en segundo lugar, que el culpable sea el padre. ¿No es politicamente correcto que una madre, es decir una mujer, sea responsable de un accidente? Aviados estamos como siga "in crescendo" este repugnante reparto de papeles donde los hombres siempre somos los culpables de todas las miserias. Curiosamente son otros hombres -las mujeres son lo suficientemente inteligentes para realizar semejante estupidez- los que hacen esta clase de campañas seguramente porque piensan que la automortificación provocará, en los lamentables varones, alguna clase de redención futura. (Lo último con ironía)
ResponderEliminarSeguro que lembra vostede á siña Filomena; esa que tan escornado traía a Pedriño.
ResponderEliminarEu penso que a DGT é unha siña Filomena máis.
Nunha sociedade na que todo vale soio se pode acadar o disparate.
Entón viva o disparate, Corsario. Non hai outra.
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