Es un bebé con conciencia.
Mientras sus chantajistas congéneres creen que con lágrimas, babas, eructos y demás parafernalia reivindicativa alcanzarán el más alto grado de refinamiento en la cotidiana tarea de atormentar a sus tutores; él se entrega, extrañamente lúcido, a su último hallazgo: la poética del silencio.
El silencio que mata con la mirada.
El silencio doloroso y atormentado.
El silencio más allá de la súplica y el desconsuelo.
Con el culo guarnecido por las heces delatoras y amparado por su atroz silencio, se siente dueño de si mismo y de su destino.
Bobos bebés babosos. No sólo ofenden a sus oídos y a su olfato, siempre atentos, sino a su poderoso y acrisolado sentido de la responsabilidad. Si no han sabido contener sus esfínteres, deben asumir dignamente su parte de culpa. Ya no son aquellos seres privilegiados entregados al mero placer de existir mientras se van constituyendo en el vientre de sus madres.
Bobos bebés babosos. No sólo ofenden a sus oídos y a su olfato, siempre atentos, sino a su poderoso y acrisolado sentido de la responsabilidad. Si no han sabido contener sus esfínteres, deben asumir dignamente su parte de culpa. Ya no son aquellos seres privilegiados entregados al mero placer de existir mientras se van constituyendo en el vientre de sus madres.
Han nacido.
Están terminados, embalados y debidamente etiquetados. Tienen propietarios que los miman y protegen. Deben aceptar su seguro desgaste. Asumir su progresivo e inevitable deterioro. Admitir la vida tal cual es: un hecho puntual y efímero con triste final. Deben callar.
¡Qué se callen de una vez, coño!
"Están terminados, embalados y debidamente etiquetados". Ciertamente, y, poniéndonos metafísicos, traen también la fecha de caducidad.
ResponderEliminarCiertamente, Neander.
ResponderEliminarBuenas, Dr. Krapp.
ResponderEliminarMe da un poco de yuyu este post.
Siento no ser más profunda ni metafísica. Se ve que no está de Zeus...
Saludos.
A mí me hace gracia, dentro de su dureza.
ResponderEliminarY para seguir con la ironía: si siempre se quedasen sus babas así de pequeñitas y no crecieran...
(Pensamiento de una madrugada que va dejando de ser viernes ruidoso, baboso y demás "-osos" para aventurarse en un sábado ajeno a gritos pueriles)
No se podría imaginar algo más espantoso que un bebé silencioso. Ni siquiera en una película gótica. Ya la foto que ha elegido es perturbadora.
ResponderEliminarUn bebé responsable sería una pésima copia de un bebé.
Deben llorar, deben llorar. No siempre sus propietarios los miman y protegen. La actualidad, lamentablemente, nos lo confirma todos los días.
Los progenitores no merecen tanta responsabilidad. Máxime cuando aceptan que ese “producto” que han engendrado libremente vivirá: “un hecho puntual, efímero y con triste final”
Como provocación está bien. No estamos capacitados para imaginar la penalidad de una mentalidad, en unas criaturas tan indefensas y tan encantadoras.
... No estamos capacitados para imaginar la penalidad de una mentalidad de adultos en unas...
ResponderEliminarGracias por sus palabras Alma Cándida
ResponderEliminarCrecen las babas a la para que las criaturitas,Rocío. Dichosos aquellos que pueden disfrutar de un sábado ajeno a esos depredadores de celulosa llamados bebés.
Incubadoras sin fronteras Hermoso nombre que refleja bien la condición humana. Todos somos incubadores/as de algo, aunque nunca llevemos a saberlo con la debida precisión.
No sé si un bebé responsable y serio sería un buen o un mal bebé pero también ellos seguramente tienen derecho a ser distintos a lo que son. Tampoco sabemos si los bebés tienen una mentalidad o no, quizás simplemente sustituyan su lado intelectual por un lado sensorial más pleno. No, decididamente un bebé no es un hombre todavía no realizado y por lo tanto incompleto, simplemente es otra cosa ...o así lo piensa este doctorcito.
La única parte que creo no concuerda con la realidad es esa de "Tienen propietarios que los miman y protegen". No tienen propietarios. Y no lo digo por el lado más sentimental de que nadie tenga dueño y demás.
ResponderEliminarLo que digo es que son los padres más propiedad de los hijos que a la inversa.
Tenemos que admitir que los adultos somos los juguetes más sofisticados que se han creado para los niños...
Quizás ellos tengan la propiedad real sobre los adultos y nosotros nos veamos obligados a practicar una suerte de autoengaño.
ResponderEliminarSu última frase me suscita una cuestión ¿hemos sido creados los adultos por los niños, por el Gran Niño quizás?
Encantado de verlo por aquí, Orquesta Pelota, como sabrá soy un gran admirador de su blog.
¿Qué rostro le hubiesen puesto ustedes a HAL 9000 si la ciencia le hubiese permitido iniciar su vida como bebé?
ResponderEliminarEl rostro del bebé último de la película de Kubrick que refleja como la vida es un extraño bucle donde el principio y el final se juntan y no como nuestra limitada razón humana nos dice.
ResponderEliminar�Y aparte del Universo de Kubrick?
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarA mí sí me gustó la película "Inteligencia artificial" de Spielberg... a pesar de que el niño actor me daba un poco de grima (trinca o aprieta demasiado los dientes, como en El sexto sentido; aparte de que alardeaba en la promoción de la peli de que había procurado no pestañear para dar más realismo a su personaje).
ResponderEliminarSpielberg es un poco infantil, como buen americano (en el mejor sentido de las palabras, lo de infantil y lo de buen americano), pero no deja de tener su encanto, como bien dices.
Y el actor cuyo nombre ahora no recuerdo, a pesar de amarlo con desaforada y secreta pasión, ein, que hace de androide-gigoló, es una gloria para la vista (maldita memoria mía).
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl actor del que habla Alma Cándida debe ser Jude Law, fantástico siempre. Debería acercarse más a sus amores y conocer tan siquiera sus nombres para rebajar un grado su loable platonismo.
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