24 marzo 2022

Otro follón en tiempos de Napoleón

  • Hemos atrapado a un grupo sospechoso a la entrada del pueblo, mon colonel.
  • ¿Patriotas? Fusílelos junto a la tapia del cementerio. Como al resto.
  • Señor, llevan banderas tricolores y gritan Vive La France
  • ¿Colaboracionistas? Traiga a mi presencia a esos traidores, capitaine.
  • A la orden, señor.

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  • ¿Alguno de ustedes sabe hablar en mi idioma?
  • Todos lo hablamos, mariscal, Como caballeros ilustrados, nada francés nos es ajeno. Por eso el populacho ignorante nos llama afrancesados.
  • Soy colonel, no maréchal. No lo olviden, si quieren conservar la peau.
  • Nosotros también queremos la paix, colonel
  • Peau no paix. La que por ahora rodea su cuerpo y puede perder si no me gustan sus respuestas. ¿Monsieur...?
  • Soy marquis. El Marqués de Carabás.
  • ¿Marqués de Carabás, el de Le Maître Chat? ¿Se está riendo de mí? ¿Dónde está el gato? Sin duda sabrá que en Francia a los marqueses les cortamos la cabeza.
  • Mon colonel, vayamos por partes. El señor Perrault usó nuestro marquesado de una forma artera y desvergonzada, pero como hace más de cien años que nos dijo au revoir no merece la pena insistir en el tema.
  • ¿Cómo un Marquis de Merde se atreve a ofender a unos de nuestros  más gloriosos escritores? Si vous continuez sur ce chemin, vous verrez bientôt votre fin.
  • Vale, vale, es usted hombre de poca paciencia por lo que veo y no me ha dejado seguir hablando. Debe saber, que todos los aquí presentes deseamos los mejor para la Grande Armée y para su glorioso emperador, pero nos entristece que estén ahora en guerra con nuestros toscos compatriotas. Por desgracia, ellos no han leído la Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers y la obra de Voltaire, Montesquieu o Rousseau.  De haber podido hacerlo, como pudimos nosotros, dejarían de levantar partidas sediciosas y los recibirían con los honores que merecen.
  • Me está aburriendo con su cháchara erudita. No soporto a los ilustrados y a su petulancia libresca. Ellos nunca vienen al frente, prefieren los salones literarios y como arma usar la pluma.
  • Mon colonel, que conste,  que también simpatizamos con la gloriosa revolución de 1789 de los sans-culottes. Llevamos en nuestros corazones grabados a fuego los nombres de Mirabeau, La Fayette, Robespierre, Desmoulins, Danton, Marat, Fouché...
  • Basta, eso es historia, y ya han pasado veinte años. Muchos de sus admirados perdieron la cabeza en sus inútiles disputas para llegar al poder. Ustedes pueden perder la suya si no me convencen de que dejarlos con vida merece la pena
  • Queremos la paz. Deseamos librarnos del régimen que mantiene a nuestro país en el atraso más atroz y  repugnante. Necesitamos nuevas leyes que nos traigan la dignidad humana, la libertad y el progreso. Para ello, estamos dispuestos a perder nuestra independencia y someternos a la autoridad de vuestro emperador y de su hermano, el rey Pep... José.
  • ¿O sea que quieren cargos con el nuevo rey? Ese no es mi trabajo, yo soy un simple soldado y mis galones fueron conseguidos en el frente de batalla, no trepando en intrigas palaciegas. No son lo mío los enjuagues cortesanos o las proclamas al vacío. Solo sé que estamos conquistando este país y que se me ha ordenado eliminar a los enemigos peligrosos. Reales o potenciales.
  • Nosotros somos amigos de Francia.
  • Por ahora. Son ambiciosos y no podemos estar seguros de que cambien de bando si cambian las circunstancias. Capitaine, organisez l'escouade de fusiliers...
  • Espere, tenemos un último argumento.
  • Alló?
  • En la sierra, cerca de aquí, tenemos un secadero de jamones. 
  • ¿Jambons?
  • Beaucoup de jambons. Muchos, hay para todos.
  • Mon dieu.Cet argument est très succulent
  • Bon appetit, mon maréchal. ¿Nos podemos marchar ya?

32 comments:

  1. Vaya Dr. Krapp, al final la comida lo resuelve todo, ¿quién puede resistirse a unos jamones? Me encantó. Saludos.

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    1. Muchas gracias, Ana, desde aquel hermano de Jacob, Esaú, sabemos que la comida es un argumento muy poderoso, incluso en las situaciones más inesperadas.

      Saludos

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  2. El Marquis de Merde,como diplomático tenía futuro ,que bien le cambió el argumento al grad marechal y es que después de tanto desgaste una buena comida concilia al mas guerrero.
    Pues viendo lo que está cayendo,no nos irá mal tomar medidas con las reservas que tenemos ,sea de jambons o de pepitas de girasol.El hambre mata y mucho
    Uff hay que llevarse bien con los vecinos y tener amigos hasta en el infierno sino las fronteras se cierran
    Un câlin Doctor

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    1. Una buena comida es, al menos, un buen empezar. Una buena comida que no es igual que hincharse a comer o no comer nada. Los grandes malvados de la historia o se hinchaban a comer o no comían bien.
      Câlins.

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  4. Una gozada tu historia, porque me fascina particularmente esa ambientación, incluyendo el uso de Perrault (que no fue el primero en llevar al papel El gato con botas, ya que antes apareció en los cuentos de Basile, aunque duela al chovinismo francés) y la inteligencia para salir airoso de los aprietos. Tu marqués de Carabás es una buena mezcla de personaje de cuento y arquetipo real entre muchos afrancesados españoles durante la guerra de Independencia, aunque fuesen patriotas.

    Tu sátira es aplicable a muchos casos: las ideas vistas como ideología, que se convierten en mera excusa, justificación, cuando lo real son las motivaciones materiales, ya sean geopolíticas o económicas, dominación o enriquecimiento. Un marxista lo reduciría todo, en última instancia, a esto último. El contexto de guerra, en especial, propicia que la ideología se convierta en un instrumento más, una simple propaganda: lo que importa es el control de los medios de producción... y el jamón.

    A pesar de los indiscutibles aportes de esta visión de la 'sospecha', que siguen siendo útiles hoy día, la historiografía marxista ortodoxa pecaba de reduccionismo, entre otras tantas cosas. El viejo idealismo desde luego está muerto, pero las ideas también influyen en la historia como una variable más, junto al plano social, económico... Además de su importancia para legitimar o no las acciones. La Historia total, de la que hablabas en tu anterior entrada, era un esquema más rico. Pero desde luego, para la gente como el 'colonel', lo rico son los jamones y el saqueo. Y muchos en las altas esferas, como Fouché, son buenos ejemplos de cómo la ideología puede tomarse a chifla si se sabe sobrevivir a cada tendencia. En la guerra, todo agujero es trinchera, y sobran las palabras.

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    1. Sé que te gusta esa época como han demostrado con gran talento en tu blog. Las postrimerías del siglo XVIII y la primra mitad del siglo XIX son de una fecundidad cultural extraordinaria, siendo un período tan conflicto desde la Independencia de Estados Unidos.

      Marx tenía razón, ya que la ideología es usada con frecuencia para esconder intereses materiales. En la presente guerra de Ucrania, por ejemplo, las pretensiones geopolíticas de Putin esconden hacerse con el granero de cereales de Ucrania, controlar el acceso al mar Negro y ganra influencia gracias al gas natural. No es que haya pretensiones ideológicas, pero también son las otras. En el otro bando USA utyiliza la guerra para controlar el mercado de los combustibles fósiles a través del llamado gas licuado para recuperar la hegemonía perdida. Hay más cosas pero simplificando un poco.
      No sé si el mecanicismo marxista es la inevitable consecuencia de su hegelianismo, pero participa de cierto positivismo que triunfó en su momento. Las ideologías interactúan con otras motivaciones y es complejo saber quien destaca en esa dualidad o al menos no siempre se superpone una sobre la otra.

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    2. Totalmente de acuerdo, en eso Marx tenía razón y siempre conviene recordarlo, porque ese enmascaramiento de las auténticas motivaciones, sobre todo en el caso de los Estados, lleva a que el conjunto de ideologías y banderas tapen los ojos de la población. Hemos superado la época de los relatos sencillos y en teoría el ciudadano de a pie cuenta con más información que nunca, pero ese avance tiene un doble filo, porque también hay más medios para la desinformación, propaganda o, en el peor de los casos, la mentira. Y aunque no solo funcione en tiempo de guerra, es en ese contexto en particular donde estas herramientas se fuerzan al máximo, como dices con el caso ucraniano. Creo que la más alejada ambientación de tu relato ha sido un acierto, para contarlo.

      Por lo demás, me salí un poco del tema, disculpa. No viene a cuento aquí cuestionar el marxismo como teoría o ver el todo en lugar de la parte. Tampoco hace falta ser marxista para valorar sus contribuciones. Decía que en la historiografía fue en su momento un soplo de aire fresco porque, como sabes mejor que yo, antes dominaba la historia política - la más tradicional, que no cuestionaba demasiado los intereses políticos que llevaban a escribir las crónicas - y solo después se incorporó la económica y se cuestionaron los viejos relatos. Como el trabajo que hizo Marx con los cercamientos ingleses, por ejemplo. Luego, los trabajos puramente marxistas (no hablo de historiadores que de algún modo beben del marxismo, como Wickham, sino de los doctrinarios) hoy pecan de esquematismo cerrado: infraestructura, modos de producción, dialéctica de clases... La teoría se come a los datos. Por eso creo que, tenga el historiador el sesgo que tenga, el pluralismo metodológico y la riqueza de enfoques siempre serán algo bueno. Mil perdones por la chapa, y de nuevo enhorabuena por tu magnífica historia, más sugestiva y aún con más lecturas que el tema del que aquí hablamos.

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    3. Muchas gracias por tus palabras Rodión.

      Yo creo que la historia tras el obligado paso por la crónica política, es decir por lo que llamaríamos la historia cortesana de los hechos políticos, porque era la documentación más fácil de obtener y subrayar, se pasó a finales del XIX a otro momento caracterizado por la búsqueda de una teoría general que explicase todos los fenómenos, una filosofía de la historia, como existía la intención de encontrar una teoría que unificarse todos los fenómenos físicos. Fue entonces cuando después del pensamiento positivista aparecieron gente como Spengler, Gobineau con su racismo o Toynbee.
      Frente a ellos la aparición de los Annales supuso un nuevo acercamiento a las fuentes intentando ir más allá de las crónicas de las figuras estelares, tan del gusto de Carlyle y otros escritores, para bucear en archivos notariales, documentos literarios y en fuentes hasta entonces desdeñadas.

      Los grandes historiadores marxistas hicieron lo mismo aunque sometidos a un molde ideológico nacido del materialismo histórico. Las investigaciones deberían confirmar la idea de Marx sobre el tipo de sociedades por etapas: la tribal, la asiática, la esclavista, la feudal y la capitalista.
      Dentro de ese espectro historiográfico hay autores muy ideologíados pero también memorables sobre todo los británicos y yo destacaría a Eric Hobsbawm con el que en este momento estoy disfrutando con su estupendos tratados sobre historia contemporánea: La Era de la Revolución, La Era del Capital, La Era del Imperio y La Era del Extremismo. Altamente recomendables por su contenido y por su enorme calidad literaria.

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  5. Allá a lo lejos (o no tan lejos) creo divisar entre las sombras de este texto a una que se corresponde con la de Putin. Puede que sean imaginaciones mías, no lo niego. Pero que conste que algún paralelismo sí que hay.

    Por desgracia, en la vida real este tipo de asuntos no suele arreglarse tan ricamente (y nunca mejor dicho): se les confisca el secadero de jamones y listo. Pero en fin, se agradece un poso de levedad en la oscura ruina que estamos viviendo estos días, entre unas cosas y otras.

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    1. No vas mal encaminado. Putin es mi musa para este relato y la ya centenaria Revolución Rusa un referente.
      Podríamos decir, simplificando un poco, que así como los afrancesados tenían como referente a la Ilustración y la Revolución de 1789, en la actualidad a algunos sectores todavía les cuesta distinguir a Putin de Lenin con todo lo bueno y lo malo de Lenin. Hay mala conciencia en la izquierda ortodoxia y les cuesta entender que el revolucionario ruso no es Putin, así como Napoleón no era Dantón.
      Es una trampa ideológica para unos lo que es una simple conquista física y gastronómica para otros.

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  6. Mucha historia, mucha filosofía, pero sucumbieron a un jambon.
    jajaja
    Será que hay cosas que no cambian?
    Un abrazo

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    1. Pues sí, hay cosas que nunca cambian aunque se escondan bajo pomposos argumentos.

      Un abrazo

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  7. Así que el arma secreta de los afrancesados era el jamón. En fin, ha sido un sector muy vilipendiado, cuando en realidad eran la única opción de futuro en aquel momento. Pero claro, mejor seguir a curas cerriles y demás

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    1. Los afrancesados usaban lo que tenían en su mano para defenderse y el jamón es muy balsámico como arma de negociación.
      En el tema de los afrancesados ocurre como en el tema de los prorusos ucranianos hay un antes y un después. Cuando te invaden prevalece la defensa propia sobre la ideología.
      No olvidemos que los afrancesados patriotas montaron las Cortes de Cádiz frente a los franceses o el caso de El Empecinado el más famoso guerrillero liberal.

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  8. Se hable o no se hable el mismo idioma, si hay comida de por medio siempre es posible llegar a un acuerdo.

    Saludos,
    J.

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    1. Lo que escribía: el jamón es una buena arma de negociación. Personalmente me parece más interesante que aquello del ping pong entre Estados Unidos y China en tiempos de Nixon.

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    2. Eso del ping pong era más espectacular que el compartir un jamón, es cierto. Pero un jamón es un jamón...

      Saludos,
      J.

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    3. ¿Crees que el ping pong es más espectacular que una buena pata de jamón de Jabugo de esos que se curan allá arriba en la sierra de Huelva?
      No sé, no sé.

      Saludos

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  9. Pobres afrancesados (no todos los ilustrados lo fueron), han pasado a la historia con una fama más bien regular por no prender en ellos la llama del patriotismo (tan socorrido en momentos graves).
    Los franceses no debieron fiarse de ellos, pero claro... los jamones son palabras mayores hasta para un militar francés.

    Un abrazo.

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    1. A los afrancesados les perdió su colaboracionismo con los invasores y muchos optaron por largarse a Cádiz y montar una constitución. Su equidistancia era bastante culpable porque su visión a lo Jovellanos o Floridablanca ya estaba desfasada frente a propuestas más avanzadas.
      Los franceses eran soldados que vinieron al pillaje y la conquista y se llevaron lo que pudieron como sabemos por la historia.

      Abrazos

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  10. Alguien pudiera ver semejanzas en esta conversación con el cambio de posición para agradar al "líder" mundial de cierto personaje político español, respecto a una antigua provincia española.
    A España llego la Enciclopedia pero había muchos imbéciles, demasiados cortesanos, demasiados curas con mando en plaza para que su semilla fructificara.
    la Constitucion de 1.812 que siembra los principios del liberalismo democrático tales como la soberanía nacional y la separación de poderes se vio posteriormente arrollada por estos siniestros personajes.
    Ahora mismo también vemos como elementos como la separación de poderes son pisoteados a diario en nombre de no se bien que "bien común democrático" y esas estupideces que oímos hablar a diario. Vemos como elementos que debieran ser claramente independientes como la Fiscalía se utilizan para artimañas políticas a plena luz del sol, sin disimulo alguno, con el aplauso indecente de algunos.
    Un saludo.

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    1. Todo podría ser, mis textos pretenden no ser unívocos y ahora que lo escribes tiene una visión posible desde ese punto de vista, quizás cambiando jamón por algo más oleoso y que llega en tubos.
      En España lo que había era mucha Santa Inquisición. Dos de los más célebres ilustrados, el padre Feijóo y Sarmiento, paisanos míos, eran frailes y se la jugaron con el Santo Oficio por creer en la racionalidad y la experimentación frente a las verdades consagradas por la tradición, la escolástica y toda la mandanga habitual.
      El poder crea adicción y los que lo ostentan quieren más y más, convirtiendo los derechos en un territorio de conquista. <"https://www.lavozdegalicia.es/noticia/coruna/coruna/2022/03/30/sancionan-padre-hijos-4-2-anos-correteaban-comisaria-coruna/00031648638344635764265.htm" Te voy a poner en este clic una noticia de abuso de poder que fue noticia por aquí ayer mismo…
      Saludos

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  11. Te sobra imaginación y talento para escribir una buena novela aliñada con buen humor y otros alicientes. ¿No te lo has planteado nunca?

    Un abrazo

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    1. Creo que sobrevaloramos demasiado las novelas sobre los relatos cortos. Parece que escribir pequeñas historias, cuentos, un sustantivo que a veces se usa de modo peyorativo, por ejemplo, cuando se habla de "cuentistas", fuese como el primer paso antes de escribir la gran novela o novelas.
      Discrepo. Algunos de mis autores favoritos eran "cuentistas" por encima de todo: Borges, Cortázar, Cunqueiro, Chejov, Monterroso, Conan Doyle y algunos hacía novelas episódicas en que cada capítulo funcionaba como un cuento que se podía leer de forma independniente como el mismo Cervantes, Rabelais, Dickens con su Club Pickwick, Wodehouse etc...
      Sin embargo, no desdeño escribir otra novela, ya que tengo que hice ya mucho tiempo.

      Un abrazo

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  12. ¡Hola, Doctor! Alguna vez comenté que jamás en la Historia un gobernante ha tomado medidas aludiendo al mal común, todas, incluidas las aberraciones, se hacen por altos ideales en pro del bien común del pueblo. Y eso es lo que siempre me ha resultado sospechoso en cualquier ideología con aspiraciones políticas. En esta guerra con Ucrania, suelo leer además de la prensa occidental lo que publica la prensa rusa. Cambia Rusia por Occidente, y el contenido y enfoque de la información es exáctamente el mismo. Nosotros los buenos, ellos los malos. Así que lo mejor, sin duda, ir a por esos jamones. Un abrazo!

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    1. Yo leía y veía algo la prensa rusa por lo mismo que tú, para contrastar. Ahora es imposible desde que una ridícula censura nos impide ver la versión de ellos a no ser que acudas a terceros. Supongo que nuestros dirigentes, los que están del lado bueno de la historia también lo harán por nuestro bien, por el bien común y si no lo aceptas es que eres sospechoso.
      Que haya jamón ya que no hay conciencia.

      Un abrazo, David.

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