La plaga llega a las ciudades
MADRIZ.- La plaga masiva de listillos que estamos padeciendo ha desatado una fuerte polémica. Mientras muchos afectados piden el uso masivo de venenos para su exterminio, destacados científicos y ecologistas desaconsejan el uso masivo de listicidas por los efectos adversos que podría tener sobre la salud humana y la fauna silvestre.
Ésta fue la causa por la que el Ministerio de Agricultura decidió dejar de aplicar veneno. «Estamos ante un pico muy importante de explosión demográfica de los listillos. Pero todas las poblaciones cíclicas terminan bajando. Con ésta pasará lo mismo», afirma el que probablemente sea el mejor conocedor de este homúnculo, el neuropsiquiatra y libertino Max Von Krapp.
Este investigador, que desarrolla su actividad en el Departamento de Neuropsiquiatría Evolutiva de Homúnculos, Humanoides y Humanos de la Universidad de Labidah, asegura que no estamos ante la única explosión poblacional del Ratus Doctus, un homúnculo común, que hasta hace cuatro décadas mantenía su hábitat en paisajes de los países desarrollados caracterizados por poseer cocientes de inteligencia alto y medio alto . «Desde finales de los 60 su avance es arrollador en la Península Ibérica», afirma.
««No sabemos con total precisión el porqué, pero casi podemos asegurar que el traslado masivo de población humana del campo a las ciudades , ha facilitado tal expansión». El avance económico y de los medios de comunicación, las mejoras en el nivel de vida, unido al continuo avance del comportamiento neopaleolítico entre la juventud, «pueden estar detrás del pico poblacional actual».
No obstante, Von Krapp se muestra sorprendido por la duración de la plaga desde su primera aparición. «Aquellas primeras poblaciones ya están remitiendo, como anunciamos. Pero han surgido núcleos nuevos asincrónicos, que se reproducen en ondas viajantes como ocurre en el resto de Europa» ». declara.
Sea como sea, la plaga de listillos está causando alarma entre la población ya que en algunos sitios se han producido densidades de hasta 1.800 individuos por hectárea. En condiciones óptimas, como las actuales, las hembras pueden parir cada mes seis crías. A los 20 días ya son fértiles. Y así hasta miles de ejemplares cada temporada.
Ante la plaga, las asociaciones de docentes e intelectuales en peligro reclaman el uso masivo de veneno, como se hizo en primavera en varias ciudades universitarias. Unas 20.000 hectáreas fueron tratadas con atonticona, un anticoagulante producido por la fermentación de materia gris bombardeada con rayos catódicos, que lamentablemente tuvo efectos devastadores sobre otros animales: roedores silvestres, oropéndolas, seguidores del Hare Krishna, palomas, visitadores médicos, sapos y señoras de cierta edad.
Un informe de la Universidad de Labidah del 31 de abril (sic) alertó del peligro para la salud si se consumían esos animales infectados. Esto, unido a la denuncia de siete asociaciones ecologistas, llevó a las autoridades a tomar la decisión de dejar de esparcir veneno. «Los análisis demostraron que las palomas y visitadores médicso-aparte de quedarse ya tontos del todo- tenían el buche lleno de veneno, y sin embargo, los listillos, que pillos, no presentaban hemorragias», señaló ayer el libertino veterinario jefe del Instituto de Recursos Animalísticos de la Universidad de Labidah, Max Von Krapp. «Dudamos de la eficacia de la atonticona tal como se ha aplicado», añadió.
Mientras, el Ministerio está aplicando medidas como el cierre de librerías y bibliotecas y un uso distinto del listicida, que al estar metido en un tubo impide que sea ingerido por otras especies. Ante la crisis, el portavoz del Gobierno, ha ofrecido la ayuda «rápida y contundente -aunque eso sí- prudente, del Presidente».
Siempre es lo mismo: se ponen de moda especies exóticas y se cargan lo autóctono. ¡Así va el país! Menos mal que está todo en manos del doctor Krapp, al leer su nombre me he quedado mucho más tranquila.
ResponderEliminarGracias,Fauve y que usted lo vea, aunque debo de reconocer que me preocupa esta execrable plaga y sus consecuencias a corto y medio plazo. No tengo que reprochar nada al artículo del Chamán, excepto reprocharle su manía de llamarme libertino en repetidas ocasiones. Lamentable ese tratamiento a un doctorcito que quema su escasa materia gris en la búsqueda de la salud y el bienestar de sus semejantes.
ResponderEliminar¡Ay, esos listillos, cuánto daño pueden producir y qué lejos están de comprender el alcance de ese daño, precisamente por la ignorancia de la que presumen carecer!
ResponderEliminar¿Qué tal ese listicida? ¿Funciona bien, doctorcito?
Brillante este comentario, como todo lo que salpica este blog y sus habitantes. Muy bueno, sí señor.
B.
No se que decirle, Guinda, la epidemia es realmente peligrosa y el bicho en cuestión exige un tratamiento de rara intensidad que puede generar daños colaterales a otras especies que conviven con el Ratus Doctus. Estamos en ello, el listicida Atonticona parece el remedio más eficaz pero necesitamos cierta perspectiva temporal para garantizar su eficacia.
ResponderEliminarPues a ver si funciona bien porque realmente hay muchos rincones que desinfectar, créame, Doctor...
ResponderEliminarLos listillos entran en sus rincones, husmeando, y luego se disparan a otros llenos de letras e ilusiones para infectarlos con sus burdas mentiras, patrañas y calumnias, que tanto daño pueden llegar a hacer.
Así que ¡viva el listicida Atonticona!
Hágame caso, use el listicida pero también utilice el hermoso arte de la indiferencia. Ningún listillo malévolo puede hacer nada contra la sana y dulce indiferencia.
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