En un lugar de la charca, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un pato hidalgo de los de lengua de avispero, solera antigua, perfil enteco y por lo demás, poco laborioso. Aunque debiera esforzarse en comer como sus congéneres salvajes - plantas, vegetales, insectos o semillas - se había aficionado a zampar de gorra y sin esfuerzo las migas de pan o las palomitas que los transeúntes humanos le tiraban a sus dominios en el estanque.
Quizás fuese la pobreza de su dieta que había debilitado sus alas y le impedía volar. Quizás fuese la cochina envidia al ver que su hermano pequeño, el escuálido, se había convertido en un enorme cisne elegante con pretensiones de grandeza. Quizás fuese una cosa u otra o que las dos conjuntas le afectaran a la cabeza convirtiéndole en un caso clínico de pato patológico, lo cierto es que cogió una enorme manía a la charca y a todos sus habitantes.
Transformado en rebelde con causa, se pasaba el día bramando denuestos a diestro y siniestro, aunque respetando las pausas necesarias cuando advertía la llegada de algún visitante provisto de vituallas. Cuando éstos le daban la espalda volvía y revolvía en su manía difamatoria.
"Los humanos, esos miserables carceleros que me tienen enclaustrado en esta poza inmunda sin dejarme volar a otros mundos mejores".
"Los patos, esos mindundis domesticados, acobardados y sin cerebro incapaces de soltar un huac más alto que el del vecino, por miedo a que algún renacuajo se lo tome a mal".
Con todo, sus mayores y más suculentas injurias iban dirigidas al hermano traidor.
"Tú, pedazo de cisne miserable, que hace dos días estaban conmigo chupando mierda en esta jodida charca y que eras más feo que un sapo echando un esputo. Tú, rastrero infeliz, haciendo cogollo con tus amigos pajarracos, exhibiendo tus blancas plumas de pijo y mirándome altivo, desde arriba de ese cuello tan largo como un mes sin migas de pan. ¿Acaso te crees mejor que yo, figurín? Ya te vale. Ándate con cuidado, anátida, que si algún día me cansas, te hago un nudo marinero en ese pescuezo de culebra con acromegalia y adiós". "Eres un puto pato vendido"
Aquel día se quedó muy relajado tras soltar su habitual andanada. Luego miró a la izquierda, miró a la derecha, miró adelante y miro atrás. Quería asegurarse de que nadie hubiera oído o descifrado sus graznidos y quedó tranquilo. Entonces le llegó un chorro de luz. Miró al cielo y tuvo tiempo de observar como la luna llena se escondía pudorosa detrás de una nube.
"Maldita cotilla presumida ¿También tú te crees importante por que estás ahí arriba y luces mucho?" "Pues a mí no me impresionan tus estúpidas galas de escaparate"
Giro en redondo con gesto orgulloso y se fue a resguardar tras los cañaverales.
Toda esa luz
Hace 6 minutos
Esto es un morro de pato en toda regla. El mal humor es por la alimentación. Demasiado pan con palomitas..
ResponderEliminarDemasiado pan con palomitas sin duda, Angie. Gracias por volver por aquí y dejar tus impresiones.
EliminarBesos
Nuestro patoso héroe es multifacético. Por un lado se comporta como un pato supremacista; por otro es el típico que culpa a los demás de todo lo malo que le pasa; además, persigue –y consigue- beneficios por encima de lo que le corresponde. Sin embargo, todo lo anterior no es suficiente como para que sea medianamente feliz: es un jodido amargado tocapelotas. Vamos, lo que te encuentras habitualmente encarnado en un funcionario del Catastro. Patético.
ResponderEliminarSaúde.
Tiene una naturaleza ciertamente pervertida pero que quieres que te diga, sinceramente su actitud no me resulta demasiado extravagante y creo que se corresponde a una alta gama de funcionarios y hasta de circulantes a pie, automóvil y en bicicleta de los que pululan por las calles sin serlo.
EliminarSaúde
Triste vida la de quien solo en la queja encuentra consuelo. A veces perdemos de vista que son las emociones y las frustraciones personales las que conforman nuestras ideas o ideologías. Y que basta con convertirse en cisne para que lo que antes nos parecía horrible e injusto, ahora nos parezca maravilloso. Un relato del que se pueden sacar muchas conclusiones. Un fuerte abrazo, doctor!!
ResponderEliminarLas quejas son grandes aliviadoras de las culpas y hasta diría que terapias frente al fracaso.
EliminarLo peor del mundo actual, lo he pensado en muchas ocasiones, es que nos educan para triunfar y no sabemos nada de la pedagogía del fracaso. Por favor, señores legisladores, enseñan a las jóvenes generaciones a gestionar el fracaso y a lo mejor no es necesario dar tanto curso sobre ética, religión o ciudadanía.
Un fuerte abrazo, David.
DR le cuento no hay fracaso las quejas son estados mentales que vienen y se van
Eliminarbesos
hola guapo volvi a leerte
Eliminargood night
Hola, Doctor Krapp. Te he nominado a los Blogger Recognition 2018. Puedes verlo en:
ResponderEliminarhttps://isladelosvientos.wordpress.com/2018/07/18/me-han-nominado-para-el-blogger-recognition-2018-award/
Saludos,
Muchas gracias, Mirna Gennaro.
EliminarUn caluroso abrazo.
La queja como forma de terapía es arma de doble filo, pues engancha y no consigues salir de ella. La queja como reactivo ante situaciones injustas te carga de razones para cambiar. Pero el pato tiene algo patologico, como bien dices, y no va a salir de ahí.
ResponderEliminarDebe ser un fenómeno común a las terapias, que cuando son muy eficaces se convierten en vicio y porque además tienen la peculiaridad de que sirven para justificar la propia postración.
EliminarVeo en estos patos muchas similitudes con determinados especímenes del género Homo. Resulta más fácil echarle la culpa "al empedrao" que hacer autocrítica y además esta de moda. Ahora resulta que es más fácil triunfar en la charca de las víctimas y conseguir un puesto y reconocimiento en la sociedad que trabajar y sacar las cosas adelante, que solo te llegara directo a la ciénaga de la critica envidiosa, donde los patos productivos son transformados en paté que alimenta a incompetentes y zánganos.
ResponderEliminarLas verdaderas víctimas, las que realmente necesitan ayuda de verdad, mientras tanto, son olvidadas y absorbidas por este maremagnum de pícaros, pedigüeños y "atrapalimosnas"...
Que solo te llevará directo, quise decir y las verdaderas victimas son gente que vive con pensiones de 600 euros después de una vida de trabajo duro, por ejemplo...
ResponderEliminarA ver, estoy leyendo la historia de los Papas y te puedo asegurar que todos esos personajes usaban tácticas victimistas semejantes desde los romanos y más allá hacia atrás. Por cada Papa honrado y legal, difícil viniendo de donde venían, había docenas, antes y después, dispuestos a usar cualquier arma para llevárselo crudo, elevar a los familiares y amigos y jugar con el victimismo cuando se veían amenazados por poderes mayores caso de Bizancio o del Imperio Alemán de Occidente.
ResponderEliminarSi era así en las alturas celestiales, imagínate a ras del suelo.
Diferencias: las atrocidades de los viejos Papás, incluso los que convertían el Vaticano en un burdel, eran motivo de leyenda o propiciaron la reforma protestante, hoy hay más transparencia gracias a la prensa aunque ésta está tan corrompida como aquello que saca a la luz.
Hola estoy de casualidad me gusta leerte es sábado afuera un sol enorme calienta la tierra.Un abrazo y espero volver a verte
ResponderEliminarDR Krapp
EliminarGracias por la visita.
Me encanta tu imagen que se mueve y me encantaría ver a escondidas, quién está debajo
o encima
o al costado ...la cara del escritor...
NO te enojes conmigo soy directa y te cuento lo que pienso...La cara de verdad ..No hay nada más maravilloso que eso.....
Pero bueno pasando a otro tema...
Pronto largo el próximo texto
El calor caliente de Miami ma hace producir más...jajaja
Te he traído flores
de una planta que riego a diario...
Son jazmines blancos .
Un saludo enorme y no te pierdas Dr
Me voy sonriendo ponés sonrisas en mi mirada!!!
ResponderEliminarGracias, poner sonrisas es un objetivo que le da fuerza y sentido a este blog.
EliminarUn abrazo
Surpreendente conto .
ResponderEliminarSuper musica
Obrigado, Marina Seischi
Eliminar¿Cómo, cuándo y dónde continuarán las aventuras del noble plumífero?
ResponderEliminarSaludos,
J.
Cualquiera sabe, tengo otras historias de plumíferos pendientes como las de mis amigas urracas Pega y Pica. Te dejo enlace
EliminarA mi este pato tuyo me parece el típico resentido cobarde que además de vivir del cuento, suelta por la boca y a la espalda lo que de ninguna manera diría cara a cara... o sea que de "hidaldo de la charca" naada de naada jajaja si acaso de panza sin la bondad natural de Sancho ; )
ResponderEliminarEl pato que me ha encantado es esa dulzura de Joao Gilberto que este sí que fue un cisne entre patos al descubrir/inventar/instaurar en Brasil la preciosa bossa nova .. Mmmm .. meeencanta escucharla en verano tirada al sol con brisa fresquita acariciándome los dedos de los pies .. espera, te dejo otra de estas súper relajantes para que pruebes en la postura de despatarramiento al sol que te digo FOR YOU ; )
Un beso graande y hasta otro ratito Dr! .. cua , cua !!
; )
Gracias, María por acercarte por estos pagos a mediados de agosto. Hay poca actividad bloguera en el ambiente y se agradece tu voz.
EliminarCreo que este pato de marras se acerca a tu descripción, típico personaje al que se le va todo por la boca y sobrevive de las dádivas de los que en teoría odia.
El tema de Joao Gilberto es un tema emblemático para mí desde hace muchas décadas y tiene un toque irresistible con ese silabeo que parece el sonido gutural del animal que retrrata. La letra también es buenísima. Muy veraniega y relajante.
Sigue disfrutando del verano que es una estación que sé que te gusta.
Un beso muy grande
Hoy en el Cielo, si es que existe, tendran ritmo...
ResponderEliminarAsí es, he escrito en mi muro del Facebook.
ResponderEliminar"No hay palabras, ni canciones para compartir en un muro del Facebook cuando muere la música."
Algo de patológico tienen los patos. Lo digo porque a mí me han llamado "pato...so" en más de alguna ocasión. Y no me han faltado merecimientos.
ResponderEliminarUn abrazo
La palabra pato da mucho juego y permite muchas combinaciones interesantes. Los mismos patos con su curioso aspecto dan mucho juego como caricatura de la condición humana. Yo personalmente tengo mas afinidad con el pato Lucas que con el pato Donald y la verdad el triunfo de Trump me lo ha puesto mas fácil.
EliminarUn abrazo