Un tema que se convierte en plaga bíblica en campos y ciudades. Pequeñas villas y pueblos grandes. Ciudades durmientes de heroico pasado y urbes medianas con pretensiones de grandeza futura.
También es propio de grandes ciudades, pero su efecto pernicioso se diluye ante la necesidad de mantener el pellejo a buen recaudo en un entorno hostil y malsano.
Me estoy refiriendo a la dañina plaga de los figurones. Seres fastidiosos formada por hordas de engolados ciudadanos en busca de reconocimiento ajeno sin reparar en medios y fines.
Los hay inofensivos, esos que se reúnen en manada a la media tarde en lugares concurridos para cazar incautos e inocularles el veneno de sus conocimientos mundanos. Saberes adquiridos con la única finalidad de atosigar a sus víctimas, atraparlas en su pegajosa red de nimiedades y reducirlas a condición subhumana.
- ¿Cómo es posible no conocer a fulanito de tal, no haber comido en el restaurante cual, no haber viajado allá o no haber visto nunca aquel otro?
- ¿Cómo es posible no pensar lo que hay que pensar, no decir lo que hay que decir, no sentir lo que hay que sentir?
Una cohorte indecente de pelotas, arribistas, mayordomos, groupies, seminaristas, bufones, activistas, artificieros, consejeros, profesores y gente de mal vivir apostada allí donde el poder se asoma o donde puede asomarse. Pertinaces y camaleónicos saben camuflarse entre la gente decente - entre los buenos profesionales o los verdaderos entusiastas de ésto y aquello - y luego cuesta un mundo descubrir su hueca condición mutante. Su vacía y artificiosa condición.
Sí, amigos, la de los figurones es una pandemia universal que la OMS - inventora de tantos males según dicten las farmacéuticas - no ha querido identificar a pesar de corroer todo el tejido social.
Puede que la entronización de cocinillas con firma, teóricos de la nada, novelistas rancios, tertulianos viscosos, cortesanas de luxe, periodistas mercenarios, costureros engreídos, presentadores matones, asesinos de toros y demás ralea obedezca a un equivocado plan de reclutamiento por parte de nuestros gobernantes para tenernos entretenidos. Si es así que lo dejen. Experimenten con otras cosas. Uno no sé divierte cuando le dan a elegir entre el asco y el tedio.
Lo importante es saber si podremos salvarnos.
De si tendremos el coraje suficiente para hacerles frente.
De si podremos sobrevivir a estos ladrones de cuerpos, a estos ladrones de almas, sabiendo que conviven con nosotros, que son como nosotros y que están al acecho de nuestra más leve debilidad.
¡Intentémoslo al menos!
Os invito pues a crear conmigo un Comite de Damnificados por las Insidias de los Figurones que establecerá estrategias de lucha para defendernos de su maquinaciones y nos llevará, sin ningún género de duda, a un amanecer de confianza y libertad.
Yo, por mi parte, no pondré reparos en capitanear la lucha.
Me consta que existen esos figurones, pero tengo la satisfacción de no conocer a ninguno en mi entorno más próximo. O a lo mejor los hay disfrazados y yo, ingenuo como el que más, no me entero...Por si acaso, estaré ojo avizor...
ResponderEliminarUn abrazo
Pensándolo bien, figurones que responden a tu pregunta:
ResponderEliminar"¿Cómo es posible no pensar lo que hay que pensar, no decir lo que hay que decir, no sentir lo que hay que sentir?"
sí que sospecho de alguno disfrazado de camaleón. En cuanto lo verifique solicitó tu ayuda, capitán.
Felicidades Luis Antonio, por no verlos o al menos no adivinarlos tras posible camuflaje. Siempre es bueno llevar el ojo preparado y la prueba es que ya pasa de ser una hipótesis imposible a ser una posibilidad factible en tu segunda y atinada intervención.
EliminarEstaré presto y dispuesto con lupa, inyección y algodón por si se hace necesarios mis servicios, camarada.
Je, je, je... Desde luego es un estupendo desahogo. Respecto a los figurones intento seguir el refrán "No hay mayor desprecio que no hacer aprecio", eso los desquicia. Saludos!
ResponderEliminarAntídoto mortifero, no hay nada que soporte peor un figurón como que no le den aprecio. Eso para ellos es que les desquicie, es que es mortal de necesidad.
EliminarSaludos, David
Al pan pan y al vino vino estirados, sobrados, postureos... paseu paseu... me encanta la entrada!
ResponderEliminarGracias, George, cuanto tiempo sin saber de ti.
EliminarEstirados, sobrados, postureos y lo que te rondaré... Así va el mundo manejado por los necios.
Está muy bien esa ironía con la que rematas tu proclama: "... y nos llevará ... a un amanecer de confianza y libertad" añadiendo a continuación que no pondrás reparos en capitanear la lucha. Porque de eso se trata: de tomárselo con ironía.
ResponderEliminar¿Salvarnos, hacerles frente? Para qué. Hay cosas peores, muchas cosas peores, y bastante tenemos con defendernos de ellas. Suscribo la fase clásica que cita mr. Rubio: "no hay peor desprecio que no hacer aprecio". Sencillamente, recurramos a esos pequeños actos de rebeldía doméstica como dejar de ver los tertulianos basura, para empezar. En cuanto sus contratadores vean que baja la audiencia, desaparecerán de nuestra vista.
No queda otra que la ironía y de esa forma también no descarto la posibilidad de que yo pueda pecar del mismo mal.
EliminarLos tertulianos y todos esos figurones de luxe son fácilmente prescindibles a poco que uno sepa donde aparecen y por lo tanto evitar aparacer ¿pero y los domésticos, los que nos aturden con sus mierdas, los que se colocan en lugar principal en todas fotos, los que están todo el día buscando nuestra admiración y se pegan como lapas?
Neniño, esos son otra cosa
Si, que estamos rodeados de muchos ídolos de barro y en el s.XVII ya se machacaba mucho sobre estos personajes, en representaciones teatrales; que de tanto estirarse o clamar sus excelencias acababan resultando patéticos.
ResponderEliminarEsta especie de circo de los medios, es una forma de distraer a las masas y me agarro a eso de la cocina de diseño que ya más parece una cacharrería pues solo se ven cacharros y poco contenido y futuro para el que quiere vivir de su trabajo honradamente y, la ley: que se esta politizando y no nos representa, solo nos asusta e irrita .Pues vamos a tener que nadar y salvar la ropa solitos porque cada vez sube más el nivel de figurones.
Estamos contigo :)
Un abrazo feliz jueves.
Efectivamente, las comedias de figurones eran un subgenero teatral en tiempso de Lope, Calderón, Tirso etc... ¿Cómo no recordar a El Lindo Don Diego, por ejemplo?
EliminarPues sí, es una forma de atraer a las masas pero ojo, como le decía a Rick, tenemos los figurones más cercanos, más del día a día, de esos que nos acompañan por la vida y no podemos librarnos con tanta facilidad.
Los aparentes o más bien los que viven de las apariencias.
Un brazo dominical cuando ya atardece.
No están entre las personas de mi círculo más cercano ninguno de esos personajes, pero los pocos que he conocido me resultan de lo más cansino. Me aburren soberanamente esas conversaciones que dejan de ser tal cuando una de las partes te cuenta sus cosas como si estuviera leyendo un currículum. Hay gente que sí tiene de qué presumir, que ha vivido una vida interesante de la que se puede aprender, pero esos precisamente son los más discretos.
ResponderEliminarBicos, Krapp.
Cansinos porque se les acaba rompiendo el disfraz o borrándose el tinte y descubres que abajo solo hay puro oportunismo y lo más fastidiado es que a veces eran los que más proclamaban tener esa identidad tras la que se disfrazaban.
EliminarLuego la tribu de los enterados son otra epidemia de la que cuesta un mundo librarse a no ser que por las bravas descubras su falsedad pero en la mayoría de los casos no merecen la pena el esfuerzo. Con su pan que se lo coman.
Cuando uno sabe aprende a callar aunque a algunos nos cuesta aprenderlo.
Bicos, Selo
Pues claro que estamos rodeados de figurones. Son una plaga. Lo que pasa que se adaptan al hábitat y a la época que les toca, y la variedad es enorme. ¡Ojo!, no confundir con el “enterao” ni con el “cuñao”.
ResponderEliminarDe hecho, yo siempre he querido ser un figurón. Pero no es fácil, no. Ello exige una dedicación, destreza y aptitud que no poseemos el común de los mortales.
Y no logro serlo porque: creo que Malthus creó la prueba de la tuberculosis; no consigo citar a Hannah Arendt en el contexto adecuado; no poseo una voz tonante, o aterciopelada, ni una dicción sugerente; no sé hacer la pelota a las personas pertinentes; no pertenezco a ninguna familia importante de sangre, influencia política ni con relaciones sociales y, sobre todo, ¡no tengo perfil bueno! Ni siquiera soy políticamente correcto, que es otra forma de ser figurón muy actual.
Pero eso sí, soy español, por lo que puede contar conmigo, mi capitán, para luchar contra los figurones. Ya que no puedo serlo yo, que no lo sea nadie.
Saúde.
Me encanta como se mimetiza con mis personajes a pesar de no ser un figurón.
ResponderEliminarQuizás sea un problema de naturaleza más que educativo. Puede que se lleve en la sangre o se requiera ser de una etnia especial. No lo sé es un terreno resbaladizo.
Visto que no puede ser figurón, le recomiendo a la señora Arendt, aquella mujer que nos enseñó a entender que la maldad puede ser anodina como ir a tarbara en una oficina. Y ya que viene al caso le recomienda que le vuelva echar un vistazo a esta famosa escena cinematográfica
que le enlazo aquí y que seguro le llenará de dicha.
Saúde
Me pasa como a Luis Antonio, no tengo en mi entorno. Solo una amiga pesada que siempre te recuerda que te has dejado algo que ver vital cuando viajas al mismo sitio que ha viajado ella. Pero no tiene importancia y se lo perdono porque es mi amiga.
ResponderEliminarSalud
Esta entrada tiene cierta perspectiva preventiva como esos avisos de virus que con un poco de suerte nunca afectarán a nuestros dispositivos informáticos aunque eso no nos libere de la necesidad de estar en guardia no vaya a ser que nos coja desprevenidos.
EliminarLa amistad nos vuelve tolerantes y eso siempre es bueno.
Saludos
Coincido con el Sr. Rick, a mi los figurones... ni me molestan. Me la trae al pairo. Que se jodan total con no hacerles ni puto caso.
ResponderEliminarLo de no hacerles ni puto caso es muy deseable, lo que no impide que en mi condición de eterno clasificador de especies animales viscerales les dedique este humilde rinconcito en mi blog.
EliminarDe todo este ganado que tan bien analizas unos que me producen una tirria insufrible son los cocineros estrellas, que ya podían cocerse en su propio ego y dejarnos a los demás en paz.
ResponderEliminarLo de los cocinero es de las cosas que peor llevo. Son unos seres atroces que consiguen la rara virtud de que le cojas asco a la comida con su vanidad, su estúpida condescendencia y su manía de meter las narices en todas partes. Y ahora el asunto ese de los becarios.
EliminarLos llamaría vomitivos si no fuera que tengo miedo de vomitar encima de sus ollas y no es cuestión.
Desde luego, si les llega el aroma de este estupendo desahogo tuyo a alguno de los figurones que dices te circundan ... van a caer como moscas por efecto del insecticida de tus palabras ... jaja .. ¡eres tremendo! ... al contrario que a ti, a mi los figurines ni siquiera me molestan - tb tengo la suerte de no convivir con ninguno cerca- si por casualidad me cruzo a alguno, sobre todo me suelen dar mucha lástima, a veces tb vergüenza ajena pero nada más.. se les ve de lejos, como si llevaran una cruz en la cara y ante eso ¡qué mayor castigo necesitan! ... cuanto menos tienen para ser tenidos en cuenta más de puntillas suponen para salir en la foto, más chillidos pegan para que se les oiga y más tonterías sueltan para hacerse notar ... ¿ cómo pueden irritarte tanto unos seres tan patéticos? venga va! se conmiserativo con ellos, pobrecitos, necesita su minuto de gloria ... a estos figurones de unos minutos les dejamos ... ¿no ves que son como niños? necesitan atención .. son frustrados vitales y no puede evitarlo, solo arremetemos contra los que permanentemente necesitan estar en el candelero pero ... no tanto por figurones como por ¡por cansinos! : )
ResponderEliminarMuy bueno artista... jaja te salen de maravilla estas embestidas jajaja
Un beso muuy grande pero discretito .. que no se entere nadie ; )
Los hay muy resistentes a mis insecticidas, son como esas putas avispas asiáticas que están acabando con nuestras abejas autóctonas y crean enormes colmenas al lado de las carreteras.
Eliminar"Yo en las esferas públicas en las que me desempeño", ésto que acabo de escribir es un alarde de figurón, los he visto a patadas pero claro porque he descubierto que dominan como nadie el arte del camuflaje y se disfrazan de forma maravillosa. Los aparentes son una mierda y se les pilla rápido ¿pero los disfrazados con maña? Ah carajo, a esos es dificil pillarlos. "Afortunadamente yo tengo el radar siempre puesto"- otro alarde mío de figurón- y no hay ninguno que no pueda reconocer".
Intentaré ser conmiserativa desde mi altura sideral hasta su extrema y ruin pequeñez. Privilegio que tenemos los dioses y que es necesario mantener.
Muchas gracias, María del Bierzo, y más de un beso para ti ;)
Qué suerte no tener ninguno cerca. Será que no soy lo suficientemente importante. Jijiji
ResponderEliminarUn abrazo.
Debe ser que te ven incorruptible, porque figurones los hay a montones en todas partes.
EliminarUn abrazo grande, María
Bueno quizás dentro de cada figurón y figurona, hay una persona insegura que más que plantearse la calidad de su pensamiento lo que busca es el aprobado exterior, son pocos los Catones del pensamiento y más los extremistas de oportunidad buscando el aplauso fácil en cosas donde los diferentes de pensamiento se ven en no pocas ocasiones casi obligados a callar su opinión por miedo a la nueva Inquisicion.
ResponderEliminarTambién hubiese que incluir a los asesinos de vacas y pollos porque también son seres del señor... y ademas yo incluiría a los de la "bachata y el rigiton" de las narices. E iría más allá y aplicaría condena a los del vinagre de modena, que, uno como yo, que como casi todos los días fuera de casa se ve asaltado continuamente con el vinagre de Modena en sus diversas aplicaciones y endurecería la condena a aquellos que lo emulsionan, que cualquier día lo ponen en el café...
Cocina moderna
Yo creo que es justamente lo que dices: personas inseguras en busca de una aprobación y por lo tanto necesitadas de un árbol al que arrimarse para conseguirlo.
EliminarEl pensamiento se puede expresar o no, hacerlo público o no pero la cuestión es no cambiar de forma de pensar por mucho que haya presión exterior.
Lo del Reguetón como estilo de vida, no como género musical, tiene mucho delito. Cierto, lo del vinagre de Módena es una opción que puede ser excesivamente cargante y en cambio bien se han preocupado los restauradores de eliminar los palillos de las mesas como si fuese una ordinariez y lo de los objetos que se quedan atrapados en los dientes fueran signos de cuñadismo.
Estoy dispuesto, incluso, a pagar cuota.
ResponderEliminarApuntado quedas. Cuota no, como mucho un crowdfunding que suena moderno :)
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