- Es usted el último descendiente vivo de su tío, por eso he pensando que sería la persona más adecuada para ayudarme a introducir algunos datos biográficos para completar mi tesis doctoral.
- ¿Está escribiendo una tesis sobre ese fulano? No pierda el tiempo, hay gente más interesante en el bar de la esquina.
- Demasiado tarde, llevo cinco años dedicados al estudio exhaustivo de su obra. Creo que se ha cometido una enorme injusticia con su figura. Mi estudio pretende sacarlo de la penumbra para ponerlo en el lugar luminoso que le corresponde.
- El lugar que le corresponde es la nada y mejor atado con unas buenas cadenas para que no pueda salir de allí.
- Entiendo su postura. Convivir con un escritor de tanta enjundia debe ser difícilmente soportable. Las personas como su tío suelen ser seres huraños, quisquillosos, introvertidos. Se entregan a su arte de una forma monomaníaca, lo que les impide tener una relación fluida y normalizada con sus semejantes. Piense en lo harto difícil que debió ser convivir con Dostoievski, Rimbaud, Celine o Kafka.
- Por favor, le ruego que no me suelte el listado completo de escritores maravillosamente complicados y geniales. Mi tío no era maravilloso, ni complicado, ni mucho menos genial.
- ¡Eso es justamente lo fantástico de él! Se escondió tras una vida anodina y gris a sabiendas de su propia grandeza. Nadie podía pensar que bajo aquel envase de austera modestia había un genio deslumbrante y asombroso.
- ¿Algo así como el genio de Aladino?
- Le ruego que no sea tan sarcástico, caballero. El propio Pessoa subrayó está cuestión cuando decía aquello de: "¿De qué me sirve llamarme genio si soy ayudante de contabilidad? Cuando Cesário Verde hizo que le dijeran al médico qué era, no el señor Verde, empleado de comercio, sino el poeta Cesário Verde, se valió de uno de esos verbalismos del orgullo inútil que exudan el olor de la vanidad. Lo que siempre fue, pobrecillo, fue el señor Verde, empleado de comercio. El poeta nació después de su muerte, porque fue después de su muerte cuando nació la estimación por el poeta" Yo voy hacer que su tío nazca, es decir renazca, como el gran escritor que merece el reconocimiento y la admiración de todos.
- Demasiada olla para tan poco caldo, aunque teniendo en cuenta que era director de una sucursal bancaria lo tiene un poco más fácil que el ayudante de contabilidad.
- No logro entender sus reticencias a reconocer la brillantez de su tío. ¿Qué me tiene que decir de su obra magna "Paupérrimas pasiones pasivas"?
- Un regalo.
- ¿Un regalo?
- Un regalo que le hizo su amigo, el célebre y laureado escritor, a cambio de algún que otro crédito a bajo interés. Aquel hombre era un tremendo derrochador y mi tío le salvó del embargo o de una buena paliza en más de una ocasión. El literato se le agradeció regalándole un manuscrito. Le decía: "a falta de dinero, te regaló un poco de reputación. Soy tan pobre, que otra cosa puedo dar" El muy cabrón no tenía reparos en plagiar la letra de viejos boleros cuando estaba falto de liquidez y necesitaba la pasta.
- ¿Y los relatos cortos, los artículos de prensa y demás publicaciones?
- Muy fácil, el reputado novelista no pudo resistir la tentación de hablar con sus cofrades sobre la liberalidad monetaria de mi tío y como éste le había cogido gustillo a la cosa tras la primera transacción no hubo más que hablar. Siento chafarle la tesis.
- ¿Qué dice? Ahora es cuando se pone más interesante. Un autor sin obra. Un escritor sin textos. Una vida no vivida. Una fama póstuma sostenida por la impostura. No siendo nadie será grande y eso me hará grande a mí, su creador.
EL CORAZON DE LAS TINIEBLAS
Hace 1 hora
Pues sí señor, así resulta mucho más interesante; la impostura vende mucho en estos tiempos, o probablemente en todos. Además, ¿hasta qué punto importa a mucha gente quién haya escrito una obra? Claro que también hay otros que leen determinada obra solo por el nombre de quien la ha escrito... Menudo dilema.
ResponderEliminarY también es verdad que esas coletillas tan enaltecedoras, del tipo "Poeta", "músico", "catedrático", no sientan bien a las personas con un ego demasiado crecido. Tal vez lo ideal fuese que los creadores, los cientíificos, los grandes hombres en general,fuesen desconocidos para el gran público.
Pues yo creo que la firma sí que importa. Es más, la firma justifica el desconocimiento de la obra literaria, artística, lo que sea.
EliminarEs el imperio de la marca y en nombre de la marca es posible cualquier aberración, cualquier abstracción.
Las coletillas son los tacones que le dan prestigio a la marca.
El afán de distinción mueve a las hombres y les da una sensación de pervivencia que el anonimato destruye.
La mayoría de las vocaciones se asientan sobre la idea de dejar huella en el mundo y salvarla del flagelo democrático de la muerte.
Uno de los mejores relatos que te he leído. Otras veces indago qué quieres decir con tus narraciones o diálogos pero hoy me importa un pito lo que quieres decir. Es más, el diálogo es divertido y gozoso. No quiero extraer ninguna enseñanza ni moraleja. Los eruditos de obra literaria son seres muy especiales. Y a mi juicio bastante insoportables. Durante mis cursos de doctorado que no llegué a completar, me introduje en la obra de Galdós y me codeé con otros doctorandos con los que hablaba únicamente del autor canario y el realismo. Era obsesivo. Me leí toda su obra, incluidos los Episodios Nacionales, algo de lo que no me arrepiento en absoluto. Mi visión de España en buena parte proviene de Galdós. Pero en aquel tiempo que asistía a conferencias, seminarios, debates, fue algo demasiado intensivo. Recuerdo que el día de mi boda en 1993, por la noche, en la fiesta que hubo yo llevaba dos o tres copas de más y vino un doctorando que me tuvo una hora hablando de Galdós, yo ni me tenía en pie pero no quería ser desconsiderado. La obsesión que se apodera de los eruditos es delirante. Y no me extraña la de tu investigador que ha dedicado cinco años a estudiar al genio fallido. Pero, bueno, he hablado más de mí que de tu relato que es excelente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Joselu.
EliminarNo siempre mis textos tienen intenciones simbólicas. En ocasiones descubro al leerlos ya publicados, que había afinidades con una u otra circunstancia en las que no había pensado al escribirlos. Otras veces es la gente que ve cosas en las que yo no había pensado. Lo normal cuando intentas escribir algo que se parezca a una ficción.
Tengo una sensación ambivalente con respecto a los eruditos y especialistas. Por un lado envidio su capacidad para dedicarse por entero a una determinada materia que muchas veces les acompaña a su vida profesional. Por otro me parece que esa hiperatención, por llamarlo así a un tema les genera cierta incapacidad para abrirse a otras cuestiones. No voy a caer en el tópico de decir que son unos frikis o unos pirados, pero lo cierto que he notado tratando con ellos que el exceso de especialización les dificulta a la hora de tener una visión más global de las cosas.
He leído la mitad de los Episodios Nacionales de Galdos y el resto me espera en la biblioteca por si un día decido echarles mano.
Yo creo que al menos en la noche de bodas es muy lícito librarse de los plastas con dos copas de más.
Un abrazo
Lo que tiene que hacer el investigador es poner la lupa en el anónimo escritor que vendió su obra, más que nada porque será de los pocos que consiguió rentabilizar su obra, aunque de forma poco convencional.
ResponderEliminarPor otro lado, cuántas reputaciones literarías estarán basadas en la misma impostura. Pagas cuatro perras a un negro y tú haces de figurón atormentado y borde, que viste mucho.
Quizás el anónimo escritor haya tenido tanto éxito que se pueda permitir compartir su gloria a cambio de favores económicos perentorios. El mundo de la literatura es muy egocéntrico pero estar pelado de pasta puede requerir alguna renuncia.
EliminarSeguro que hay muchos casos de esos que citas. Uno de los más famosos es Alejandro Dumas, al que se han atribuido un montón de obras que jamás escribió.
¿Cuántos escritores han vivido y viven de plagiar o de utilizar "negros" para sostener ese ritmo endiablado de una novela al año y además de 500 páginas?
ResponderEliminarY cuantas famas levantadas por las poderosas editoriales y los críticos/as literarios de los grandes periódicos. Cada vez hay que estar más al loro para no caer en manos de esa literatura banal e intrascendente que se publica como mercancía de usar y tirar (enlazando con tu anterior entrada).
Buen relato Krapp.
Un abrazo!!
El caso que acabo de citarle a Chafardero es un claro ejemplo. De las 300 obras que se le atribuyen, buena parte de ellas fueron escritas por otros mientras él se dedicaba a las aventuras amorosas, a acumular mansiones y dinero etc... Como era más bien mulato a sus colaboradores literarios se les llamaba los negros del negro y quizás de ahí derive la palabra.
EliminarEstoy de acuerdo con lo que dices sobre los peligros de la famas literaria y se ve muy a menudo en las listas de best sellers. Afortunadamente el tiempo es un buen tamizador y pondrá en su sitio a gente como Ildefonso Falcones, Carlos Ruiz Zafón, Dan Brown etc... Como se olvidó ya de Dominique Lapierre, Frederick Forsyth o en estas tierras de Alfonso Paso, Antonio Gala o Francisco Umbral, un gran periodista pero un escritor mediocre de ficción.
Gracias, Laura
Un abrazo
Excelente, Krapp. Hay muchos de esos acá en mi país, incluso alguno que otro de esos genios inventados, que piden el genio prestado sin avisar y que hasta tienen en su haber un ciclo televisivo propio con altos niveles de audiencia, terminó en España... Me refiero a Jorge Bucay. Yo adoraba a Bucay, leí casi todos sus libros y coleccionaba sus citas. Era algo así como un iluminado que todos citábamos y todos seguíamos, el único argentino entre argentinos que conocía los caminos que conducen a la felicidad y los vendía en libros... Pero aunque era escritor e iluminado, este era un gordo de lo más simpático que enamoraba a las señoras hasta por la tele, alguien que se auto-definía como "un ayudador profesional". Y un buen día nos enteramos de que el buen señor Bucay había copiado casi al pie de la letra 60 páginas de "La sabiduría recobrada" (fíjate qué título para plagiar...) de la española Mónica Cavallé, y las había incluido sin decir nada en su último libro. Desde entonces, no lo hemos visto más por aquí. Debe estar en el freezer esperando que alguno de estos descubre-genios lo restituya a la gloria.
ResponderEliminarBesos.
Fer
Los hay en todas partes, Fer, y tal como relatas tienen mucho éxito con esos libros de autoayuda o de ensayo más o menos líricos.
EliminarNo he leído nada de Bucay, aunque también aquí es muy conocido, y lo imagino que debe ser como una especie de alternativa argentina a Paulo Coelho. Pero ojo no son estos escritores tan burdos los que nos pueden sorprender con sus plagios, aquí en España ha habido casos muy ilustres. El mismo Cela fue acusado con razones de mucho peso cuando consiguió el Planeta. Pero también hay una larga lista de nombres ilustres: Bryce Echenique, Vázquez Montalbán, Carlos Fuentes o la infame, por necia, Lucia Etxebarria pillada en varias ocasiones por lo mismo.
Besos.
Admito no haber leido todos los comentarios/respuesta. El azar ?? No creo en él, me ha detenido en esta precisa respuesta.
EliminarCela fue la sombra de su primera esposa, tras Ella murió el escritor. Nunca una rubia "Castaño" podia ser un humilde negro oculto.
Cela fue incapaz incluso de escribir un discurso tras su separación.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPerdón! siento el borrón, a noche me dio por soltar todo lo que me vino a la cabeza sin releer, ni pensar ( algo demasiado frecuente en mi y eso no es bueno... ir con pentotal aquí debo curármelo ya mismo ;) ahora mismo me ha parecido que no fue una buena idea y por si con lo escrito sin querer molesta a alguien, incluso a ti, mejor borrarlo todo. No quiero eso para nada, por favor perdóname!
EliminarTu escrito habla de fabricantes de biografías y obras inexistentes, habla de vanidad y fama... creo que nos estamos obligados a mentir demasiadas veces, todos a todos, en lugar de vivir siendo nosotros para nosotros ... somos un nosotros solo de cara a la galería y otro de puertas para adentro... odio mentir y que me mientan, odio ser otra cosa que no sea lo que soy que no sepa quien soy ... así si, creo que para evitar todo esto deberíamos firmar siempre en anónimo e ir con una capucha por la calle jajaja... no existir fuera de nosotros, vivir solo para nosotros mismos ... en realidad es algo que se aprende yo estoy en ello ... cada día me da más igual la opinión que nadie tenga de mi si no me conoce de nada, solo me preocupa hacer sentir bien a los que quiero y fin ... por eso borré!
Un besito, tú haces muy bien lo que haces aquí, de veras siento estas cosas absurdas que hago .. soy así .. absurda!
No hay problema, María, yo también escribo impulsivamente y dudo mucho que lo escribiste no fuese interesante como lo son cada uno de tus comentarios.
EliminarCada uno lleva varios nosotros dentro y a medida que pasa el tiempo acabamos comprendiendo que ya que no podemos conciliara nuestros yoes en permanente lucha por la hegemonía, al menos debemos evitar que se hagan daño en esa lucha por el todo que es nuestra personalidad completa. ¿Cómo decirle al presumido, al que surge cuando estamos rodeado de otras personas en otros cuerpos, que su chulería es bastante vergonzosa y que debería callarse un rato para no hacer el ridículo?
¿Pero como le dices al censor, a ese que se esconde dentro, que deje de reprimir y llamarle la atención al primero por ser tan eshibicionista?
Nada, nada lo mejor es repartir espacios y no darse por aludido cuando interviene el otro.
No son necesarias las justificaciones
Besos y gracias.
¡Cinco años de tesis y el tío no se da cuenta que no ha escrito nada hasta ahora! Otro lumbreras.
ResponderEliminarQuizás se centró tanto en la obra que olvidó la importancia del que la hizo posible. Debe ser un problema de focalización de la atención.
EliminarVengo repitiendo esta frase desde que la escuché en la Universidad y estoy de acuerdo con su contenido: “EL ROBO ESTÁ PERMITIDO, SIEMPRE QUE VAYA ACOMPAÑADO DEL ASESINATO” La explicación es muy sencilla: el plagio (robo) es admisible siempre que la obra resultante sea superior y haga olvidar (asesinato) a la plagiada.
ResponderEliminarOjalá todos los plagios hicieran olvidar la obra plagiada...Lamentablemente no es así.
Aunque me haya ido por lar ramas, quiero hacer constar que me ha gustado tu relato, amigo Krapp
Un abrazo
Robo + asesinato= el crimen perfecto.
EliminarYo entiendo por plagiar recortar textos e introducirlos en la propia obra como si fueran legítimos. Para mí no es plagio copiar la idea, el sentido o las líneas maestras de una ficción para llevarlo a un lugar diferente al que le llevó el autor. A mí me encanta hacer esas cosas con las fábulas y los cuentos infantiles. Aquí he hecho entradas inspirándome en Los tres cerditos, Cenicienta, Blancanieves, Pinocho, El patito feo etc... Me atreví incluso con el comienzo de 100 años de Soledad y la Metamorfosis, pero no creo que García Márquez o Kafka me demandaran a pesar de la irrisoria calidad de mis textos comparados con esas obras maestras absolutas.
Muchas gracias, Luis Antonio
Un abrazo
Y aunque me salga un poco del margen:de esta guisa hay muchos autores y no solo en la profesión de juntarletras: como decía el profesor de Filosofía;sino en todas las profesiones que pueda haber plagio o listillos que sin dar un palo o mejor dicho,sin tener nada que aportar por mérito se lo adjudican por derecho.-(Cuantas tesis han sido usurpadas para beneficio de unos cuantos arribista...cuantas...).Y por cierto entre febrero y principio de marzo, los que recibieron beca para trabajar las tesis de doctorado y como se ha agotado el plazo de presentación. Se han aprobado una media de dos o tres doctorandos por Facultad(hasta aquí sin ser las de Medicina que ya son especialidad las demas han sido por hacer borrón y cuenta nueva).Que pena que se venda la Cultura por un puñado de advenedizos.
ResponderEliminarUn estupendo relato y sobre todo esa forma de sacarle punta a todo que sabes que eso me encanta y, mucho...
Besos feliz finde Krapp.
Lo de las tesis y los trabajos académicos es algo espectacular. El mundo universitario y lo digo con conocimiento es una verdadera selva donde cualquier atrocidad está permitida. Cualquier articulillo en una revista académica de un doctorando o un chico haciendo prácticas del Tercer Ciclo debe llevar obligatoriamente el acompañamiento del nombre de catedráticos y doctores aunque éstos no tengan nada que ver con el estudio. Una especie de derecho de pernada consentida por parte de todos. Así se hinchan historiales académicos y se cubren los puestos de mayor prestigio. Puro y simple mangoneo y mamoneo.
EliminarDices bien la cultura y todo lo demás se vende por un puñado de advenedizos.
Gracias. Un abrazo y feliz semana.
La sociedad o algunos estratos de la sociedad necesitan idolos, una vez alumbrados por los focos la humanidad y los errores de los ídolos desaparecen, hasta que cansados de ellos, en algunas ocasiones pasan al olvido y en otras nos gusta escarbar en su lado humano para ver que en realidad eran como nosotros. Nunca entendí concienzudos estudios de la personalidad del autor para disfrutar su obra, yo he disfrutado y comprendido libros maravillosos sin saber nada de la vida particular del autos, Moby Dick, por ejemplo o una colección de Roma que estoy releyendo de Colleen McCullough y ahora a la tercera vez que me la leo, me enterado quien es.
ResponderEliminarPienso que conocer al autor y su vida particular aporta poco a lo que transmite la obra en si. Quizás es que no me entero, que también es posible.
Cuidate Doctor...
Un saludo.
Eso que sostienes llevo a infinitas polémicas entre filósofos y escritores a principios del siglo XX.
EliminarHabía un crítico literario francés llamado Charles Agustín Sainte-Beuve que sostenía que para conocer la personalidad de los autores había que conocer su vida. Eso le indignaba mucho a Nietzsche y a Marcel Proust que escribió un opúsculo para refutar semejante teoría. Decía Proust que no es la misma persona el que está en un salón compartiendo una velada con sus amigos que la persona que escribe una obra literaria en la soledad de su habitación aunque usen el mismo cuerpo.
A mí me gustan las vidas de escritores pero por si mismas, no porque crea que voy hallar en ellas algo que no me proporcionan las propias obras.
Un saludo
Querría pedirle un favor, señor Doktor: ¿Podría mandarme discretamente la dirección de ese exaltador de creadores inútiles?
ResponderEliminarNo es para mí, que es para un amigo; sí, el mismo al que le compro los condones y viagra.
Saúde.
Yo se la mando con mucho gusto, Luis ¿pero usted cree que su amigo merece pasar a la gloria por semejante mercadeo? La gloria es un bien muy preciado y a lo mejor él opta por no compartirla con usted como seguramente es su deseo.
EliminarSaúde.
Me reconforta el que todavía haya alguien que se trague que es para un amigo. Los farmacéuticos siempre creían que los preservativos talla infantil eran para mí.
EliminarSaúde.
Amigo, Congrio, soy doctor pero también caballero, y un caballero debe ser lo suficientemente respetuoso como para no convertir sus sospechas en acusaciones si no tiene pruebas y desconoce el deseo de la otra parte.
EliminarSaúde e boa Semana Santa
Aunque me vaya un poco por los cerros de úbeda, quiero citar la coletilla de una frase archiconocida en los medios televisivos: la serie Fama empezaba así: "...porque la fama cuesta y aquí es donde vaís a empezar a pagar, con sudor". Bien, retomamos. La fama es una cosa y el talento es otra y no siempre coinciden como muy bien relatas. Sobre todo, si esa filosofía la encabezan aquellos que defienden que "el fin justifica los medios" y que el reconocimiento no tiene por qué directamente proporcional al esfuerzo empleado. En el relato observo una unidad, no de contrarios, sino de afines, porque el ejecutor de la tesis doctoral pretendía extraer una rica enseñanza de la experiencia del plagiado, como quien hace una contribución cualitativamente valiosa al reconocimiento. Y de eso es de lo que nos tenemos que curar y cuidar. Porque el talento no siempre es reconocido y custodiado como se merece, sino que existe el pago de un tributo y las correspondientes negociaciones. Desgraciadamente. Mi moraleja: no busques la fama, busca la riqueza y la experiencia intelectual y social y lo demás vendrá por añadidura. Persigue lo justo y hallarás a los justos.
ResponderEliminarUn placer leerte, me ha encantado, los diálogos están bordadísimos. Tu tesis, creo que la comprendo, me parece que coincide con mi moraleja, al menos en algún aspecto ¿no?
Un beso enorme
No te has ido por los cerros de Úbeda, has perfilado muy bien mis intenciones,aunque mis intenciones no son las única posibles que se pueden extraer del relato.
EliminarHay una unidad de afines. Pretendía que la ambición del investigador fuera incluso mayor que la puede anidar en el autor falso y en el original. Pensemos que a ese banquero se le ofreció una fama regalada, no buscada por él, por parte del autor real y éste se la ofreció porque la ponía muy por debajo de sus perentorias necesidades económicas. Para el autor real la fama es un bien intercambiable. Para el autor falso es un regalo llovido del cielo, Para el investigador algo que lo justifica todo y en la que sigue creyendo aún después de ser consciente del fraude.
Soy partidario de las moralejas subjetivas que vea cada cual y la tuya es muy plausible. Sí.
Muchas gracias, Marisa, eres siempre muy amable conmigo.
Muchos besos