26 octubre 2014

Un selfie con el diablo

Levantó el rabo que llevaba entre las piernas e irguió el pecho para intentar sentirse mejor. Estaba abochornado ante su primer fracaso y para animarse se repitió a sí mismo que era y seguiría siendo el mejor agente comercial de la historia. Nadie lo dudaba y el hecho de haber fracasado con Jesús de Nazareth estaba en lo previsto si efectivamente aquel sujeto era hijo de Dios. No podía saberlo con seguridad, en las castas celestiales le negaban hasta esa información. Querían que hiciera el ridículo con el galileo y bien que lo hizo ante aquel niñato de Dios que lo miraba con cara de asco cual si le ofreciese quincalla oxidada en vez del poder absoluto sobre todos los hombres. Y luego la frase final, con esa rima insolente, fue la puntilla para su orgullo principesco:
  • Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.
Ahora tocaba tirar para delante y ser muy cuidadoso en los tratos futuros. No se volvería a fiar de ninguno de esos profetas que claman en el desierto y atraen a los idiotas con sus patéticos lloriqueos apocalípticos.
Decidió largarse a otra época y alejarse de aquellos tiempos primitivos y antihigiénicos. Se envolvió en su capa, hizo dos giros sobre si mismo hasta convertirse en un tornado y volvió a aparecer  en el desierto. 
No, no era el desierto, el mar estaba cerca y venía un terrible olor a sardinas asadas desde un chiringuito de la playa. No le gustaban las sardinas asadas prefería verlas enterradas en miércoles de ceniza. Viejas costumbres paganas.
  • ¿Oiga, quiere hacerse un selfie conmigo?
Era un niño o quizás un adulto con cara de niño e iba vestido con esos absurdos e incómodos trajes con corbata que eran usados por las clases dirigentes en las postrimerías del siglo XX y principios del XXI.
  • ¿Me conoces?
  • Claro, usted es el diablo aunque no sé si se trata del propio Satanás o de Luzbel, Lucifer, Belcebú, Belial, Mefistófeles o ese que está cojo y que no conozco su nombre.
  • Digamos que soy el Príncipe de las Tinieblas y con eso basta.
  • Me encanta, yo amo la monarquía. ¿Sabe que participé en el besamanos del nuevo rey? Y tengo el número de teléfono de su padre o sea del rey que había antes. Y no crea que me costó mucho conseguirlo. Uno tiene sus contactos y sus mañas. Imagínese como mejoraría mi álbum con una foto suya. Se me abrirían las puertas que aún permanecen cerradas. Son tiempos diabólicos para este país pero también muy tentadores. Podría conseguir muchas cosas si tuviera una foto junto a su Satánica Majestad.
  • Te crees muy listo, muchacho, pero recuerda lo que dice el refrán: más sabe el diablo por viejo que por diablo. Tú eres un crío.
  • Soy un crío pero usted no conoce al detalle lo que se cuece por aquí. Yo le propongo que seamos socios en nuestros negocios.
  • Lo siento, no negocio con niños pijos.
Abrió su americana y sacó del bolsillo interior una tarjeta de plástico color negro que mostró al Príncipe de las Tinieblas.
  • Una tarjeta opaca de esas que repartían los de Bankia a sus consejeros.  ¿Te crees que no estoy informado? ¿Por quién me tomas Pequeño Nicolás? Porqué tú eres El Pequeño Nicolás. No lo niegues.
  • No lo niego, pero mejor llámeme Fran. Lo de Pequeño Nicolás es cosa de los medios.
  • Pues mira, Fran, a día de hoy ese tema lo conoce la opinión pública al dedillo. ¡Pero si llevan semanas hablando de él!
  • Lo que no conocen es que los antiguos poseedores de las tarjetas están como locos por recuperarlas. La mayoría vendería su alma para tenerlas otra vez en sus manos. Y ahí entraríamos nosotros. ¿No le importa si uso el "nosotros"? Reconocerá que unas decenas de capistostes más no le vendrían mal al infierno
  • Esa gente ya está condenada y además no creo que sean tan mezquinos. Hay sindicalistas, políticos de derechas e izquierdas. Gente que se movía por ideales.
  • Gente que ahora se mueve por intereses, jefe. Gente que solo entiende la vida como una transacción incesante de beneficios y privilegios. Son miserables y llevan en sus venas el veneno de la impunidad. No pueden parar, necesitan más dosis. Sabe bien de lo que le hablo, usted los ha conocido a millares.
  • Te equivocas, los he conocido a millones y tú eres uno de ellos. ¿Qué quieres a cambio de mi patronazgo?
  • Poca cosa ¿Se acuerda de las tres cosas con las que tentó a Jesús
  • ¿Quién te crees que eres para recordármelo? Es algo todavía cercano y deprimente.
  • Siento que lo haya pasado mal por culpa de esa experiencia aunque cabe la posibilidad de poder resarcirse conmigo. Piense por un momento que soy Jesús y tiénteme como a él. Con la primera tentación llega, eh Príncipe, solo con la primera. Soy humilde y me conformo con aquel asunto de poder convertir las piedras en panes. Con que me tiente con eso llega. Créame, no soy ambicioso. 
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 ¿Nos bastan las risas?


17 octubre 2014

Cuando las corporaciones nos robaron la Tierra

Los últimos descubrimientos arqueológicos nos permiten afirmar que hasta bien avanzado el siglo XXI no se alcanzó el objetivo anhelado de la paz mundial. Fue en la llamada Era de las Corporaciones, momento en el que las grandes firmas económicas transnacionales decidieron tomar el control directo de la política mundial sin someterse a la intermediación de los políticos de turno. Con anterioridad, la clase gubernamental había terminado por convertirse en simple ejecutora de los intereses de las grandes compañías de las que recibía alternativamente sobornos, chantajes o prebendas.


La toma del poder no fue traumática. Durante cien años la población había sido adiestrada en los valores del capitalismo convirtiéndolo en la única creencia fiable en un mundo convulso tras dos guerras mundiales, la división en bloques o el pillaje para la obtención de materias primas y la expansión de los mercados. Fue el propio capitalismo el que engendró su falsa antítesis anticapitalista. El ideal socialista se transformó en puro capitalismo de Estado en los países bautizados como comunistas o mero ajuste cosmético en las socialdemocracias occidentales. Capitalismo individualista frente a capitalismo de Estado, pero siempre el capitalismo como único dios verdadero al que sacrificar cualquier otra creencia. Si en un bloque, el consumismo se desarrolló gracias a la manipulación publicitaria en los medios de comunicación que crecieron y se desarrollaron gracias al impulso de las corporaciones; en el otro, una burocracia voraz y criminal se apropió de los modos de producción alegando representar la voluntad del pueblo y la nación. La nación empresa, la nación poder, la nación bandera, la nación como sueño fantasioso donde supuestamente se diluyen los valores individuales en pos de un bien ulterior que traerá la felicidad a los nuestros. Sin duda, las viejas fantasías patrióticas decimonónicas, empapadas de romanticismo, fueron un instrumento idóneo para las grandes corporaciones. Mientras la gente y sus inútiles dirigentes se desgastaba en absurdas contiendas territoriales, los verdaderos dueños del cotarro alcanzaban su ansiado poderío mundial. 

El avance del poder corporativo propició cambios sustanciales en los modelos educativos promoviéndose actitudes competitivas y narcisistas que fueron arrinconando los valores éticos que habían forjado el desarrollo del ser humano desde que decidió civilizarse. El pensamiento autista, ensimismado y paranoico - que ya se había desbocado en las políticas territorialistas - provocó en los individuos una quiebra de tal magnitud que las enfermedades mentales y los suicidios se convirtieron en pandemia irresoluble por todo el planeta. Los propios profesionales de la salud mental actuaron como cómplices y verdugos de esta situación con su insistencia en integrar a los sujetos díscolos en una normalidad igualadora. El escapismo, la frivolización y el consumismo abusivo eran fuente de ingresos para los bolsillos de los especuladores e ineficaz paliativo para la angustia y malestar de los ciudadanos. En un momento cualquiera, de un día cualquiera, de un año cualquiera, todo terminó reventando en mil pedazos...
Tras el inevitable sacrificio de millones de vidas humanas, las corporaciones privadas se ofrecieron como garantía de la vuelta a la normalidad. Asumieron el poder absoluto y se repartieron amistosamente el planeta en diferentes áreas de dominación. Como por ensalmo, se desvanecieron las guerras, las luchas y los conflictos, pero nadie le dio excesiva importancia al cambio. La población ya sólo conocía el autoengaño y siguió malviviendo en un mundo estremecedor.

09 octubre 2014

Un chivo para su alivio (versión 2014)

¡NO PAGUE SUS FRACASOS CON SUS SUBORDINADOS!
¡NO HAGA RECAER LA CULPA SOBRE SUS PACIENTES!
¡NO CARGUE LAS TINTAS CONTRA SUS VOTANTES!

¡NO SE LA JUEGUE MÁS!

ELIJA EL CHIVO EXPIATORIO QUE MAS SE AJUSTE A SUS NECESIDADES ENTRE NUESTRA AMPLIA Y SELECTA GAMA: 

CAPITÁN GRIEGO DEL PETROLERO "PRESTIGE"  
ETA: EL CHIVO QUE NUNCA FALLA
 
MAQUINISTA DEL ACCIDENTE EN EL METRO DE VALENCIA
MAQUINISTA DEL TREN ALVIA ACCIDENTADO EN SANTIAGO
LA AUXILIAR DE ENFERMERÍA VOLUNTARIA QUE CONTRAJO EL ÉBOLA
O SU PERRO ASESINADO ...POR SI ACASO
 

Y si está entre los 500 primeros compradores de nuestros fabulosos chivos expiatorios recibirá, completamente gratis, una cabeza de turco en plata de ley.



ES UNA OPORTUNIDAD ÚNICA.

¡¡¡NO ENCONTRARÁ NADA IGUAL!!!
 

PORQUE SIN DUDA USTED NECESITA UN CHIVO PARA SU ALIVIO.