Cuartel General del Ejercito Modernillo en Lana del Rey
Medianoche antes de la Gran Batalla
El Archimasterchief Franz Ferdinand contempla las posiciones enemigas sobre el enorme plano desplegado en la mesa de su despacho de campaña mientras lanza cortantes preguntas a sus dos lugartenientes, los generales Belle y Sebastian.
- ¿Entonces se han terminado nuestras reservas de sushi, General Belle?
- Si, señor, éste mediodía hemos acabado con lo que quedaba: el nigiri, el maki, el kapamaki y el hosomaki. Tampoco queda nada de sashimi y algunos hombres, en su desesperación, la han emprendido con el wasabi. Evidentemente han acabado en la enfermería con ardor de estómago.
- Joder ¿pero qué se han creído? ¿Acaso pensaban que venir a la guerra para luchar contra esos gañanes era como ir a pasar la mañana del sábado mirando libros de diseño en el F.N.A.C?
- Señor Archimasterchief, si me permite, le recuerdo que para convencerlos les dijimos que ésto iba a ser como una performance multimedia de alcance global. Un happening que les haría alcanzar fama y prestigio entre sus amistades de las redes sociales.
- Lógico, la única forma de atraer a esos descerebrados gafapastas era darles algún aliciente extra. A fin de cuentas ésta va a ser una acción artística y encima con mucha sangre. Muy hardcore, vaya
- Si me permite, Archimasterchief.
- Diga, General Sebastian.
- Una de las cosas de las que según nuestros espías, se queja la tropa en privado, es que no ha llegado todavía la remesa semanal de suplementos dominicales y no saben cual es el uniforme más cool para llevar en la batalla de mañana.
- Sí, es un tema preocupante. Póngase en contacto con el oficial de telecomunicaciones y que manden un mensaje a Snobia, nuestra capital, para saber que es lo que se ha puesto de moda esta semana. Si sigue habiendo protestas entre la soldadesca, haga un escarmiento entre los Emos. Póngales a limpiar letrinas, por ejemplo. Les gusta sufrir. Los descubrirá escondidos detrás de sus inmensos flequillos.
- Así se hará, mi Archimasterchief.
- Generales, deben de saber que éste es un momento decisivo y necesitamos que todo los hombres estén motivados en esta batalla final contra la Armada Bucólica. Son enemigos temibles, no les voy a engañar. Se alimentan con todas esas cosas con gusanos que llaman comida orgánica y que extraen sin reparos de sus árboles y huertos. Son jodidos sí, ya que lo que a nosotros nos mataría al primer golpe de vista a ellos les hace más fuertes. Les huele el aliento y se visten con anchos pantalones de pana, camisas de felpa y pañuelo palestino. Es imposible derrotarlos cuerpo a cuerpo sin ser estrangulados por sus manos callosas y sus uñas llenas de mierda. Debemos mantenerlos alejados, usar nuestra artillería pesada y atronar sus líneas con lo más granado de nuestra música indie. General Sebastian, ¿ha traído la discografía completa de Los Planetas?
- Sí, señor.
- Bien, esa es una arma infalible y con resultados contundentes. Respecto al tema de la comida, esta noche, a falta del sushi , que se alimenten con espumas. Con ellas siempre se pueda dar el pego.
- El otro día algunos dijeron que la espuma caliente de remolacha tenía cierto sabor a rat...quise decir a cierto roedor omnivoro que frecuenta nuestras calles.
- No se permitirán más insubordinaciones. A partir de ahora, el responsable de cualquier comentario fuera de lugar será castigado con el visionado completo de la filmografía de Paco Martínez Soria, atado de pies, ojos y manos hasta que comiencen la batalla. El resto se irá al catre o si están desvelados, podrán solazarse viendo las maravillosas películas de Jean Luc Godard en su época maoísta o de Apichatpong Weerasethakul. Nada de portátiles, smartphones, ipods, ipads, Facebook o Twitter.
- ¿Algo más, señor?
- Sí, recordarles una vez más que mañana en la batalla nuestro modo de vida está en juego y que la alternativa horripilante sería quedar definitivamente sellout y convertirnos en chusma mainstream. Nada más.