- ¿Cómo quiere el corte, señor Ministro?
- A navaja, como siempre. Quíteme sobre todo los pelos de la nuca, se hacen especialmente molestos con estos rigores del verano.
- ¿Quiere que le retoque la zona de la frente? Veo que tiene algún vello suelto a la altura de las cejas, justo por encima de las gafas.
- ¿No me diga? pues yo pensaba que no tenía ni un pelo en esa zona. Hay que reconocerlo, mi calvicie es irreversible.
- ¿Irreversible? ¿Cómo la economía española, quizás?
- No, amigo peluquero, no piense así. Comprendo que esté preocupado por las nuevas medidas del gobierno, pero a la larga ya verá como salimos del aprieto.
- ¿Saldremos del aprieto subiéndonos el IVA desde un 8 a 21 por ciento? ¿Somos nosotros los culpables de la crisis? ¿Lo son las floristas, los ópticos, las salas de cine, las funerarias?
- Sí, la verdad es que es terrible llegar a esta situación pero ustedes tienen una clientela fija. Nadie dejará de cortarse el pelo, mandar a sus muertos a pompas fúnebres o comprarles luego unas flores para amenizar sus tumbas por muy mal que esté la cosa. Es duro aplicar una cirugía tan severa pero no teníamos otra posibilidad si queríamos evitar que el resto del cuerpo social se gangrenase. Usted, por ejemplo, que es un modesto empresario no se quejará de que le hayamos metido mano a los funcionarios. Reconocerá conmigo que es un colectivo desmesurado, tanto por su tamaño como por sus privilegios. Un escarnio para el resto de la población activa.
- ¡No me venga con esas, Señor Ministro! Fueron ustedes, los políticos, los que hicieron crecer ese colectivo. Ustedes se han servido de él y ahora ustedes son los que quieren darles el tajazo.
- Hablando de tajazos, tenga más cuidado, buen hombre. Casi me hace un corte en la cabeza.
- Señor Ministro, mi negocio es rentable gracias a que muchos de mis clientes son funcionarios. Entre lo del IVA y lo que quieren hacer con sus pagas esta peluquería se va a ir a la puta mierda.
- Le ruego que tanga más cuidado o tendré que irme ipso facto. Ahora si que me ha cortado.
- No se preocupe que le pongo un algodón hasta que se le cierre esa herida. Ojalá se cerrasen de la misma manera las que ustedes con su irresponsabilidad están abriendo.
- Como siga así, me voy a levantar.
- De aquí no se mueve hasta que le suelte todo lo que le tenga que soltar y olvídese de los escoltas, me temo que tras el zarpazo que les ha metido a sus sueldos se han vuelto demasiado indolentes. Ahora prefieren llorar sus penas salariales tomándose un carajillo en el bar de la esquina.
- Ésto es intolerable, está usted amenazando a un ministro.
- Ustedes no están amenazando a nosotros todos los días. ¿De que se queja?
- ¡Suélteme el hombro, tengo inmunidad parlamentaria!
- No para hacer lo que le de la real gana.
- Déjeme.
- No se levante. ¡Le digo que no se levante!
Chissstttt
- Vaya, se me fue la navaja. La he hecho buena. ¿Qué hago ahora? En fin, el último recorte le ha tocado a él mismo. Mala suerte. Nunca pensé que los ministros fuera tan blandos. Ahora me explico lo de la prima de riesgo y lo de la fragilidad de nuestra economía.
Un barbero justiciero, como esto siga así no solo los barberos harán justicia.
ResponderEliminarOjalá el barbero del ministro sea seguidor de este blog, la has dado una idea.
Con seguridad el peluquero de marras tendría más lealtad con su cliente y no le haría semejante escabechina si no de una forma accidental. No diría yo lo mismo con la escabechina que están haciendo los actuales ministros con nosotros los ciudadanos.
EliminarPues a mí no me mola que cualquiera se tome la justicia por su mano y menos los que trabajan con herramientas susceptibles de convertirse en armas letales eh??? Aunque según están los nervios de crispados, a cualquiera de nosotros podría darnos un arrebato y cortar a la altura del cuello al que tenemos a mano.....
ResponderEliminarEspero que el "ojalá" de Dizzy no llegue a puerto :P
Un beso, Krapps.
p.s. me mola la etiqueta "krapptualidad" :D
Perdón releyendo veo que me ha quedado un poco bestia. No pensaba en el crimen, pero un buen susto si que necesitan.
EliminarCreo Novicia que la cosa fue accidental en el calor de la discusión. Un juez quizás decretase homicidio involuntario aunque siendo ministros la víctima a lo mejor lo considera un magnicidio.
EliminarBesos
Ps: Da juego esa etiqueta
Te salió del alma, Dizzy, como al propio peluquero su cabreo. Hay razones y hoy un poco más que en el día en que hiciste tu comentario.
De verdad que si los ingleses o americanos leen este guión ya tenemos película segura.Aparte de la que nos tenemos que montar sobre la marcha sin guión.Que somos unos buenos actores...pero que solo séa así.
ResponderEliminarCasi es cómo la ley del Talión xD; que no séa de esta manera por qué la violencia engendra violencia.Pero sí como dice el peluquero que escuche y que se vayan enterando leñe...!A ver si nos podemos contener y no se disparan las masas que ya estamos con el otoño caliente por delante...
Un abrazo Dr:
Que sea de los Hermanos Coen que tienen ya una película de un barbero de armas tomar.
EliminarSi a eso añadimos la película sobre el Códice Calixtino con el detective, Torrente, of couse, tenemos cine para rato. Es una pena que hayan subido el IVA de forma tan desproporcionada y poca gente pueda ir a verlas.
Las masas somos nosotros y las cosas inducen a pensar que va a ver una buena antes de lo que muchos imaginan.
Abrazos, Bertha.
En el caso de Argentina, no debería ser justamente un barbero (aquí les llamamos peluqueros o ellos mismos se autodenominan coiffeurs...) quien ajusticiara al que hace los recortes, sino el pobre tío que se va a cortar el pelo.
ResponderEliminarEl año pasado un corte de caballero costaba unos 35 pesos. En feberero de este año, aumentó sin decir sin agua va a 50. Hoy te sale 70. Nuestro sueldos ya no pueden con tanto, pero estos señores no se quieren quedar atrás de la inflación y es así como la generan, amén de que los gobernantes nos están recortando las ganas de vivir a todos en esta bendita tierra. Así que entiendo el sentir de este hombre.
Un beso, Doc.
Aquí a los de la vieja escuela se les llamaba barberos pero hace muchos años que triunfó el término de peluqueros aunque ahora los peluqueros caros tambien se les llama estilistas, igual que a los cocineros de lujo se les llama restauradores. Chorradas
EliminarAquí quieran o no quieran el IVA (impuesto sobre el valor añadido) es para todo el mundo, una forma recaudatoria que no distingue entre ricos y pobres pero que puede arruinar a muchos comerciantes.
Besos
Me gusta! Es mi nuevo héroe. El recorte más necesario.
ResponderEliminarGracias. Pese a todo me has hecho sonreir.
Un beso, justiciero.
Gracias en su nombre. Un héroe accidental, no lo olvidemos. No vaya a ser que lo procesen.
EliminarBesos de justicia.
A este tipo de animales hay que controlarles mucho, pues a causa de su profileracion, esta península esta sufriendo mucho.
ResponderEliminarSe caracterizan por ser parasitos y el huesped al principio no les hace mucho caso, como esta sobrado de reservas no le hacen excesivo daño, pero estos animales no sueltan presa y debilitan a la victima hasta alarmantes niveles de pobreza y precariedad.
Se sabe que gracias a la labor parasitaria de estos animales, pueblos enteros se acusaron unos a otros (que hay que estar tontos) y comenzaron guerras.
Una mengua en esta especie, es un paso adelante en la gente, aunque como en las ratas de alcantarillas, hay que dejar una población mínima...
Cada día estoy más convencido de que les jode vernos felices..
No te quepa la menor duda de que prosperan con la infelicidad ajena aunque también lo que hay es resentimiento. Para ellos es duro constatar que la sociedad del bienestar o como se le llame, ha permitido -con todas sus carencias- que la sociedad sea más igualitaria. Que el hijo de un humilde campesino o de un obrero de la construcción pueda estudiar una carrera al igual que sus propios hijos es toda una faena ya que no permite hacer obvia la "manifiesta superioridad social" de esta gente. Las cosas deben volver a lo que eran antes si no ¿para que sirve ser alguien importante en esta sociedad?
EliminarQue ingenioso Doc. Mucho me temo que el susodicho se haya formado la misma película y se haya comprado una maquinilla en los chinos.
ResponderEliminarYa pronto me toca ir a la peluquería, y no se si ir o dejarme melena, que para el invierno viene muy bien y de paso me ahorro en calefacción que no se si voy a poder permitírmela, claro que por otro lado al pepero de mi peluquero le voy a recortar sus ingresos…joder esto es un sin vivir
O tiene un chino que le corta con maquinilla. Es ministro a fin de cuentas.
EliminarComo no te cortes hasta el invierno ahorrarás en calefacción pero a lo mejor te ponen una multa como en tiempos de Franco por llevar el pelo demasiado largo. Su afán recaudatorio es voraz. Mira lo que pasa en Tui:
"La ordenanza prohíbe “cantar, usar instrumentos musicales, gritar o vociferar”, entre 10 de la noche y ocho de la mañana, de modo que, por ejemplo, la celebración de los goles del mundial del domingo podrían haberse sancionado. Tampoco será posible practicar algunos juegos, en especial “la conducción temeraria con bicicletas, patines, monopatines o similares por las aceras”, bajo la amenaza de multas y de la confiscación de los juguetes. Dormir “de día o de noche”, en espacios públicos (incluso dentro de un coche o autocaravana), o “timbrar indiscriminadamente en el portal de un edificio”, son comportamientos sancionables con multas de hasta 1.500 euros."
Por una vez en mi vida, me has hecho desear ser peluquero y tener entre mi clientela algunos/as ministros/as, en especial, a los/as que más cariño tengo. Y a ciertas lideresas, también.
ResponderEliminarSaludos, y un abrazo.
Nunca es tarde para descubrir vocaciones ocultas. Seguro que teniendo esa gente como clientes no necesitarías asistir a ningún curso de peluquería.
EliminarSaludos y un abrazo
Prudente fué el barbero con éste parásito social.
ResponderEliminarMe tre al pensamiento tantas cosas ésta lectura.
Ejemplo. El caso de las instalaciones bancarias y las corporaciones; y como en éstas se derrocha el gasto para hacerlas cada vez más lujosas.
¿Habrá todavía gente, como en tiempos pasados que les importe un comino entrar en sus salones cubiertos de mármol, y que además se sientan servidos por éstos lujos?
Lo dudo.
Mejor fuera que pongan salones modestos , que nos importa poco si tienen piso de cemento, y que mejor éstos dineros los gasten en generación de empleos o programas de ayuda social, que son en verdad necesarios. Y va lo mismo por todas las corporaciones. Pues entiendo que muchas las hay que tienen excedentes y que el único fin de éstas riquezas es aumentarlas sin propósito alguno. Todo ésto es lo que nos tiene en un mundo tan desequilibrado.
El lujo es una forma usada por los poderosos para atemorizar a los que tienen por debajo. Imagínate aquellos amedrantados campesinos medievales acostumbrados a sus viejas cabañas entrando en aquellas fabulosas catedrales góticos. ¿Cómo no pensar que Dios andaba por medio? Lo mismo ocurre en los Palacios de Justicia siempre tan imponentes como símbolo de la autoridad. Algo así sucede en los bancos que deben siempre estar un poco por encima del ciudadano corriente para imponer respeto. No esperes que hagan otras cosas porque fijo que no lo van a hacer.
Eliminar¡Enhorabuena por tu escrito, Dr Krapp!... Una gran metafora para estos tiempos difíciles.
ResponderEliminarMuchas gracias. Kuto
EliminarQue buen peluquero, debemos sacar cita para cada uno de nuestros polìticos. Me ha gustado mucho tu relato.
ResponderEliminarun fuerte saludo
fus
Gracias, Fus. En mi próxima visita a uno de esos establecimientos llevaré el texto para que me hagan un descuento para rebajar la subida del IVA.
Eliminar- ¿Le recorto las patillas?
ResponderEliminar- ¿Y entonces con qué quiere que ande? ¿con los cojoncillos?
Buen chiste, Tesa y si encima le quitas las gafas lo dejas hecho un trapo. Lo que no sé es si llegadas a esas condiciones le afectaría la rebaja del dinero destinado a las personas dependientes. Seguro que hay un estatuto especial para ministros.
EliminarMe encanta ese peluquero...Exclamaré como hacen los niños: "Me lo pido..."
ResponderEliminarAlgo que me solivianta del ministro de marras es la risita sardónica que emite una y otra vez al anunciar sus draconianas medidas...
ResponderEliminarTe lo dejo pero con vuelta. Quedan pocos y no es conveniente desgastarlos mucho.
EliminarLa risita del aparentemente retratado en esta historia, no me quiero pillar los dedos, es parta de su por si atractiva personalidad (Uagggghhhhhh)
Tu alegoría, mi querido Dr. la veo de ida y vuelta. La tuya, pronosticando un futuro horriblemente cruel para el ministro...( no digo yo que no merecido a la vista de lo que están haciendo:-)
ResponderEliminarLo curioso es que en presente, hoy, ahora mismo, justamente es el gobierno el que está haciendo el papel de barbero con nosotros.. somos sin duda los afeitados que confiados como él ( el ministro de tu historia) dejamos que nos vayan cortando ... y entre corte y corte bla, bla bla... y allí sentados como bobos seguimos esperando que finalmente la navaja nos rebane el cuello e ¡¡ increíblemente !! no nos asustamos, ni nos damos ninguna pena!! bueno sí... pena nos damos bastante... pero ni siquiera intentamos sujetar la mano del barbero ¡¡naaada, nunca hacemos naada!!
Aun más, vemos a diarios la cantidad de afeitados que yacen con el cuello rebanado y como benditos seguimos sentados en el sillón de la barbería esperando que la navaja llegue a donde previsiblemente llegará... ¿alguien entiende por qué?
Creo que los que aun no lo hemos perdido todo, como muchos, estamos muertos de miedo, agazapados, acurrucados, confiando que no nos toquen lo que tenemos y limpiándonos la sangre que nos salpica de los demás... no sé, quizá si que merezcamos esa navaja en nuestro cuello... siento mucho decirlo, porque quiero mucho a mi cuello, pero esto es como ver conducir a un borracho a 300 km/ h. sabiendo que se va a estampar sí o sí... ya sólo falta el dónde y cuándo.
Debe ser le calor, que no estoy muy inspirada me temo, lo siento:-)
Un beso grande, con eso o sin eso, te hubiera leído y comentado encantada. Siempre llego tarde, pero hasta la fecha, suelo llegar también siempre.. que los elementos me lo permiten:-)
Boas noites.
Yo no he hecho nada, me someto a la justicia humana como prueba de ello. Todo es obra de ese peluquero y además tengo dudas sobre si es un homicidio involuntario o un asesinato. Si en la sala hay algún jurista que lo aclare ;)
ResponderEliminarLo que pasa, María, es que a veces nos olvidamos de los refranes que tanta sabiduría albergan. Viene al caso aquel que dice: "Cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar" Sin embargo muchos piensan que a ellos no les va a pasar lo mismo, algo muy propio en tiempos donde la solidaridad se ha convertido en una cáscara vacía.
Y sí, también el miedo hace estragos sobre todo cuando no lo sabemos contrarrestar con la fuerza de la unión entre los diferentes colectivos pisoteados. Todo se andará porque ésto solo acaba de empezar y la historia nunca pone punto final a las cosas.
Te veo bien.
Besos y feliz día
Pues yo amigo Krapp no creo que sea muy fuerte tu cuento. Quiza convertiría al peluquero en dentista y aprovecharia para rodar un precioso remake, cruce entre Tesis y The Dentist. No daré más explicaciones que me estoy asustando a mi mismo.
ResponderEliminarSaludos
Jazzy
Pues cuando he leído Tesis a pesar de ser una película bastante sobrecogedora, he pensando inmediatamente en La Matanza de Texas. Si la cuestión es el desparrame, mejor el desparrame total algo a lo que me parece nos veremos avocados.
ResponderEliminarJazzy, no sé si estamos preparados para la gran bronca que se avecina. Demasiadas horas de laxitud delante del televisor.
Saludos
Pues sí, cada vez estamos cerca de que la inmensa mayoría se dé cuenta de que no tenemos ya nada que perder... y cuando eso llegue, que dios o quien sea les pille 'confesaos'
ResponderEliminar"más cerca" :)
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSin duda más cerca. Se avecina un septiembre glorioso y luego los siguientes prometen ser de escándalo. Por el desagüe se van a ir muchas cosas que pensábamos seguras pero también muchos individuos e instituciones que parecían inamovibles.
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