Aunque aquel día quebraron tres bancos, siete constructoras y nueve agencias inmobiliarias, la sorprendente noticia del momento fue la misteriosa desaparición de la famosa imagen del Che Guevara en los soportes gráficos del mundo entero.
En Mombasa, en Belo Horizonte, en Mussoorie, en Calatayud, en Malakal, en Bundas, en Medicine Bow, también claro está en Santa Clara y en todo el resto de lugares donde la foto de Korda estaba expuesta o escondida -incluyendo revistas, diarios e Internet- apareció una nota manuscrita en castellano, con letra semejante a la del Comandante, que decía lo siguiente:
“Sois unos pelotudos de mierda que no me guardáis el debido respeto. Me eliminasteis de vuestras vidas y los que no habéis largado mis afiches directamente a la basura, hacéis que tengan que convivir con ratas, ratoncitos, chinches, cucarachas, carcoma y toda clase de fauna microscópica en inmundos desvanes, bibliotecas decrépitas, sótanos anegados y trastiendas polvorientas. Vuestra actitud es manifiestamente irresponsable, sabiendo como sabéis que soy asmático.
Además estoy muy atufado de que sólo los imperialistas se acuerden de mí. Es bárbaro que los gringos y sus lacayos de España me hagan el homenaje que me merezco, mientras los cubanos miran hacía otro lado; aunque también me amola que el tipo que me interpreta sea un puertorriqueño gordo y con papada haciendo poses a lo Brando y soltando discursos del catecismo marxista-leninista como una cotorra.
Me merezco algo más, carajo.
¿De que ha servido mi glorificación durante más de cuarenta años?
Ahora casi me parezco a Nuestra Señora de Luján o a Nuestra Señora de la Caridad del Cobre y no a un auténtico revolucionario de pelo en pecho y traje verde oliva.
Tendría muchas cosas más que deciros, pero siento que son innecesarias. Las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera y no vale la pena seguir emborronando esta cuartilla. Sólo quiero que sepáis que he decidido abandonar estas mazmorras gráficas que me han esclavizado durante tantos años y volver a la guerrilla.
Tendría muchas cosas más que deciros, pero siento que son innecesarias. Las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera y no vale la pena seguir emborronando esta cuartilla. Sólo quiero que sepáis que he decidido abandonar estas mazmorras gráficas que me han esclavizado durante tantos años y volver a la guerrilla.
Quedáis avisados.
Hasta la victoria siempre.
Hasta la victoria siempre.
¡Patria o Muerte! "