Ante el gran número de reclamaciones recibidas en nuestro jardín, el Equipo de Diseño de Especies Naturales (E.D.E.N.) quiere manifestar a la opinión pública lo siguiente:
- La historia del patito feo convertido en cisne es una mera falacia pergeñada por el escritor danés Hans Christian Andersen con la intención de dar falsas esperanzas de redención a los especímenes más apaleados de la raza humana. Además el texto se impregna de cursilería cuando escribe aquello de: Rizó entonces sus alas, alzó el esbelto cuello y se alegró desde lo hondo de su corazón, "Jamás soñé que podría haber tanta felicidad, allá en los tiempos en que era sólo un patito feo".
- También son un puro embuste las varias versiones de la historia de la rana, que metaforicamente salió rana, al convertirse en príncipe tras el consabido ósculo de la princesa del cuento.
- Taimadas leyendas ancestrales nos hablan de hombres convertidos en lobos, de hombres murciélagos, de hombres osos, etc.... En realidad cuentos para asustar a cachorros inocentes de variado pelaje.
- Cada una de esas historias de transformismo son falsas y de ello se desprende una única conclusión valedera para todas las especies: ustedes, que nacieron rebecos, morirán rebecos. Ustedes, que nacieron urracas, morirán urracas. Ustedes, que nacieron begonias, morirán begonias. Y sobre todo ustedes, que nacieron patos, moriran patos.
- Si a pesar de ello siguieran con sus absurdas intenciones de modificar su imagen original (sabemos de casos de alargamientos de cuellos de pato con consecuencias mortales, de hormigas con injertos de espinas para parecer abejas, de ranas quedándose afónicas tras intentar imitar la voz humana etc...) nuestro equipo de diseño no se hace responsable de las consecuencias a corto, medio y/o largo plazo. Recuerden el caso de la extinción de los dinosaurios y lo que dijo el señor Darwin al respecto de la evolución de las especies proceso que debe ser natural y no causado por traumatismos caprichosos.
- Algunos de ustedes nos hablan de los progresos de la cirugía humana. Bah, pura banalidad. Unos pechos más grandes o pequeños, unas nalgas que se reducen, una nariz que se acorta, un sexo que aparece o desaparece como conejo en sombrero de mago. Vulgares juegos malabares de torpes aprendices de demiurgo. Nosotros, profesionales del diseño natural, desdeñamos esta forma indigna de intrusismo profesional.
Por todo lo dicho, exigimos de todos los seres vivos, el inmediato cese de toda aspiración de cambio no justificado por fuerza mayor, bajo amenaza de largarnos con viento fresco a otro universo paralelo donde nuestra actividad sea debidamente reconocida. ¿No han oido hablar de la deslocalización? Ya lo saben ...el que avisa no es traidor.