La comunicación es algo que nos pasa desapercibido. A menudo tendemos a encerrarla en el marco de los diálogos -terrible error- abarcando esta mucho, muchísimo más.
Los diálogos representan solo el 20% de una comunicación; y a menudo no captamos más que el 20% de ése 20% o mejor dicho: sí lo captamos pero aún no hemos aprendido a procesarlo. No obstante a veces me sorprendo gratamente al encontrarme gente como tú: capaz de discernir el implícito mensaje que hay en cada comunicación.
Muchas gracias Corsario es una de ls cosas más bonitas que me han dicho en mucho tiempo.
Tambien Tati tenía esa visión, por eso en sus películas pasan cosas, se oyen ruidos pero casi no son necesarias las palabras. Sus films son territorios poéticos donde nos sentimos a gusto y donde los mensajes, siempre hay un mensaje detrás de cada gesto, con una enorme contundencia a pesar de su aparente simplicidad.
El cine perdió mucho con el sonoro, no por la tecnología, sino porque se sumó al teatro y lo fagocitó. El cine puede no contar historias. Es pura dinámica. Por esa razón el lenguaje del cuerpo vovió al segundo plano, al menos para el espectador. Tati recuperó con gran éxito la fórmula del mimo y del cine cómico sin sonido para sumarle la energía del cine moderno y los sonidos como ambiente.
Muy adecuada reflexión Valentín aunque también el teatro en su orígenes era mimo y expresaba más con el cuerpo que con las palabras. En el caso de Tati hay un elemento muy importante a tener en cuenta: la importancia de los ruidos. Cuando Monsieur Hulot en Playtime va a recoger un paquete a aquel edificio acristalado y pulcro tanto los sonidos de sus zapatos como cuando se sienta en la sala de espera son fundamentales para lo que él quiere expresar sobre la deshumanización de la civilización moderna.
La comunicación es algo que nos pasa desapercibido. A menudo tendemos a encerrarla en el marco de los diálogos -terrible error- abarcando esta mucho, muchísimo más.
ResponderEliminarLos diálogos representan solo el 20% de una comunicación; y a menudo no captamos más que el 20% de ése 20% o mejor dicho: sí lo captamos pero aún no hemos aprendido a procesarlo. No obstante a veces me sorprendo gratamente al encontrarme gente como tú: capaz de discernir el implícito mensaje que hay en cada comunicación.
Es un placer.
Muchas gracias Corsario es una de ls cosas más bonitas que me han dicho en mucho tiempo.
ResponderEliminarTambien Tati tenía esa visión, por eso en sus películas pasan cosas, se oyen ruidos pero casi no son necesarias las palabras. Sus films son territorios poéticos donde nos sentimos a gusto y donde los mensajes, siempre hay un mensaje detrás de cada gesto, con una enorme contundencia a pesar de su aparente simplicidad.
El cine perdió mucho con el sonoro, no por la tecnología, sino porque se sumó al teatro y lo fagocitó. El cine puede no contar historias. Es pura dinámica. Por esa razón el lenguaje del cuerpo vovió al segundo plano, al menos para el espectador.
ResponderEliminarTati recuperó con gran éxito la fórmula del mimo y del cine cómico sin sonido para sumarle la energía del cine moderno y los sonidos como ambiente.
Muy adecuada reflexión Valentín aunque también el teatro en su orígenes era mimo y expresaba más con el cuerpo que con las palabras. En el caso de Tati hay un elemento muy importante a tener en cuenta: la importancia de los ruidos. Cuando Monsieur Hulot en Playtime va a recoger un paquete a aquel edificio acristalado y pulcro tanto los sonidos de sus zapatos como cuando se sienta en la sala de espera son fundamentales para lo que él quiere expresar sobre la deshumanización de la civilización moderna.
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