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- ¿Ves lo que veo yo, mi fiel Sancho?
- Perdone,vuesa mercé, pero debe recordarle que estoy aquí abajo, más cerca de la tierra que de las alturas, encima de este pobre rucio agonizante y no como usted, en ese Rocinante de grupa alta y someras pero altivas carnes. Además, para mayor afrenta, soy labriego ignorante y de pocas luces, con lo cual no todo lo visible me es reconocible y si lo fuera, quizás no tuviese conocimientos para entenderlo.
- ¿O sea que no ves como se nos acerca una cuadrilla de gacetilleros con aviesas intenciones?
- No veo nada, señor, excepto a una manada de lobos lejanos allá en la sierra, pero como no conozco si esa condición de gacetillero es la de esas alimañas, prefiero callarme, reconocer mi ignorancia y esperar que abone mi sesera estéril.
- Pues has de saber, Sancho amigo, que los gacetilleros en lontananza no son lobos sino humanos. Seres que, según las profecías del sabio Merlín en su celebrado libro Baladro, algún día enredarán el mundo con sus vilezas y trapisondas.
- ¿Tan fieros son? ¿Vomitarán fuego y raptarán doncellas? ¿Devorarán infantes y destruirán milicias?
- Algo peor, publicarán noticias en pasquines e impresos dando nuevas de lo que sucede en cada momento y en cada lugar como licenciosos pregoneros de los asuntos comunes de gobernantes y ciudadanos.
- Perdone que le diga, vuesa mercé, pero no veo nada mal en ello. Las grandes iniquidades se hacen a las escondidas, sin que los mortales sean conocedores de la desmesura de los atropellos. Es bueno que salgan a la luz del día y las veamos todos.
- Cierto es, amigo Sancho, cierto es ¿pero como garantizar que los poderosos no usen las informaciones para perjudicar a los pobres súbditos que no tienen maravedís y doblones para comprar a gacetilleros benévolos?
- Amo mío, quiera el cielo que la benevolencia de tratar con asuntos tan enjundiosos proceda menos de las sinecuras de los potentados que de las justas razones de la propia conciencia.
- Pobre e ingenuo Sancho, aún confías en la liberalidad de la condición humana. Mejor atacarlos antes para no someterse a sus tropelías luego. Quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con
ellos en fiera y desigual batalla.
Y diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que sin duda alguna eran gacetilleros, y no lobos aquellos que iba a acometer.
SNOBIA.- La plaga masiva de listillos que estamos padeciendo ha desatado una fuerte polémica. Mientras muchos afectados piden el uso masivo indiscriminado de venenos para su exterminio definitivo, destacados científicos y ecologistas desaconsejan el uso masivo de listicidas por los efectos adversos que podría tener sobre la salud humana y la fauna silvestre.
Ésta fue la causa por la que el Ministerio de Agricultura decidió dejar de aplicar veneno.
«Estamos ante un pico muy importante de explosión demográfica de listillos. Pero todas las poblaciones cíclicas terminan bajando. Con ésta pasará lo mismo», afirma el neuropsiquiatra y libertino Max Von Krapp.
Este laureado investigador, que desarrolla su actividad en el Departamento de Neuropsiquiatría Evolutiva de Homúnculos, Humanoides y otras Pestes Humanas en la Universidad de Labidah, asegura que no estamos ante una explosión excepcional del Rattus Doctus, un homúnculo común que por contagio o por causas ambientales no suficientemente esclarecidas, sufre un proceso de mutación, en que libera feromonas, activa su condición gregaria y se convierte en un eficaz transmisor de le epidemia.
«Desde finales de los 60 su avance es arrollador en nuestro territorio», afirma. «No sabemos con total precisión el porqué, pero casi podemos asegurar que el traslado masivo de población humana del campo a las ciudades ha facilitado tal expansión».
La democratización cultural y educativa, el desarrollo de los medios de comunicación y en la actualidad de Internet, el aumento del tiempo de ocio, han generado un movimiento reactivo y de defensa por parte de las antiguas masas ilustradas amenazadas por la culturización popular.
«Es en ese sector, clasista y elitista, donde la cepa está alcanzando mayores niveles de virulencia». Von Krapp no obstante, se muestra sorprendido por la duración de la plaga desde su primera aparición.
«Aquellas primeras poblaciones ya están remitiendo, como anunciamos. Pero han surgido núcleos nuevos asincrónicos, que se reproducen en ondas viajantes como ocurre en el resto de Europa». declara. Ya no es necesario ir a festivales de cine independiente, a conciertos indies o de free jazz o a performances y exposiciones de arte conceptual.
«En cualquier momento, en cualquier lugar, nuevos listillos están al acecho». Von Krapp no tiene dudas, Internet es la gran cepa actual de contagio.
Sea como sea, la plaga de listillos está causando alarma entre la población ya que en algunos sitios se han producido densidades de hasta 1.800 individuos por hectárea. En condiciones óptimas - galerías de arte, filmotecas, salas de concierto, tiendas de FNAC etc.. - alcanzan la fertilidad a las tres semanas y así hasta miles de ejemplares cada temporada.
Ante la plaga, la Asociación de Intelectuales Institucionales en Peligro (AIIP) reclama el uso masivo de veneno, como se hizo en primavera en varios eventos culturales. Unas 20.000 hectáreas fueron tratadas con atonticona, un anticoagulante producido por la fermentación de materia gris bombardeada con rayos catatónicos, que lamentablemente tuvo efectos devastadores sobre otras especies: autodidactas silvestres, perdularios, Testigos de Jehová, bedeles de facultad, visitadores médicos, tasadores inmobiliarios y funcionarios del INEM.
Un informe de la Universidad de Labidah del 31 de abril (sic) alertó del peligro para la salud si se consumían esas especies infectadas. Esto, unido a la denuncia de siete asociaciones ecologistas, llevó a las autoridades a tomar la decisión de dejar de esparcir veneno.
«Los análisis demostraron que todos los sujetos de experimentación tenían el buche lleno de veneno, y sin embargo, los listillos siendo tan pillos, no presentaban hemorragias», señaló ayer el neuropsiquiatra libertino y desde ayer jefe del Instituto de Recursos Animalísticos de la Universidad de Labidah, Max Von Krapp. «Dudamos de la eficacia de la atonticona tal como se ha aplicado», añadió.
Mientras tanto el Ministerio está aplicando nuevas medidas como son: el control reiterado y cansino de las redes sociales; el cierre de hipotéticos lugares de contagio -las ya citadas galerías de arte, filmotecas, salas de concierto, librerías y bibliotecas- y un uso distinto del listicida, que será introducido a través de un sofisticado tubo metálico de línea vanguardista fabricado por Apple Inc -según un borrón encontrado en un cuaderno de notas de Steve Jobs- y por tanto, dado su precio, vedado al resto de seres vivos.
Ante la crisis suscitada, el portavoz del Gobierno, ha ofrecido la ayuda «rápida y contundente -aunque eso sí- prudente, del Presidente».
- Hermanas y hermanos. Yahvé nos ha traído de vuelta a los representantes de las tribus de
Israel que enviamos para que exploraran la tierra prometida de Canaan, destino final de nuestro viaje. Os dejo con ellos para que con sus palabras calmen el tormento de nuestra ansiedad.
- A ver, Moisés, lo que tenemos que decir es de mucha responsabilidad y bien sabemos como te las gastas cuando las cosas no salen como quieres que salgan.
- Empezad. Dejaros de circunloquios si no queréis encender mi ira y la del propio Yahvé , Nuestro Señor y Protector.
- ¿Ves? Ésto es lo que nos temíamos. Recurres a Yahvé como si fuera tu guardaespaldas y así da mucho apuro decirte la verdad.
- No os confundáis. Vuestra jerga marrullera no va a librados de castigo si está en juego el futuro de nuestro pueblo.
- Bien que lo sabemos. Aún recordamos lo de las diez plagas de Egipto. La renovación demográfica de primogénitos solo fue el final, seguro que aún se están quitando los piojos y dándose de palmetazos a diestro y siniestro para librarse de las moscas.
- Yo he oído que se han hartado de comer ranas y langostas tras la peste que les liquidó el ganado.
- Por lo menos tienen un menú más variado que el nuestro.
- No digas eso, no vaya a ser que Yahvé se cabree y nos envíe de nuevo a las serpientes.
- Si, la verdad es que las serpientes no eran precisamente el complemento alimenticio que queríamos como alternativa al dichoso maná.
- Más bien éramos nosotros el complemento alimenticio de ellas o quizás su menú principal.
- ¿Acaso, el Señor no tiene otra gente de la que preocuparse? ¿Por qué siempre está encima nuestra y hasta pretende ser nuestro chef? Es muy agobiante.
- Porque somos el jodido pueblo elegido ¿cuando os lo meteréis en la cabeza?
- Perdona, Moisés, y te lo digo con la confianza que me da los muchos años que llevamos juntos vagabundeando por el desierto, pero tú tampoco nos lo pones fácil. ¿Recuerdas cuando llegaste con las Tablas de la Ley? Es cierto que a la gente se les fue la mano con lo del becerro de oro, pero aquella matanza... En fin, quizás fuiste un poco violento. Te lo digo de buen rollo, que conste.
- ¿Y no recuerdas lo de Aarón y su hermana?. Enfermaron de lepra tras quejarse de estar cansados del largo viaje.
- O lo que le pasó luego a sus hijos. Menudo marrón.
- Fue Yahvé quien mató a los infieles. Fue Yahvé quien trajo la lepra a Aarón y mató a sus hijos porque les gustaban más la fiesta que realizar ofrendas. Fue Yahvé el que mando la plaga de serpientes a los que se quejaban de comer siempre maná. Será Yahvé, en definitiva, quien os quite de en medio si no empezáis a hablarnos de la tierra de Canaan.
- No te pongas así, Moisés. La Tierra Prometida es chula. Así nos lo pareció desde la precaria embarcación en la que llegamos tras casi hundirnos en el mar por exceso de pasajeros. La Tierra Prometida parecía prometedora, pero los que viven allá no quieren ni que la catemos. Había auténticas riadas humanas queriendo entrar. Familias enteras con hombres, niños, mujeres y ancianos venidos de todas partes pero eso no pareció conmoverles. Nada más llegar fuimos encerrados como ganado. Las condiciones eran horribles. Un campamento de mierda. Casi añorábamos nuestra condición de esclavos en Egipto. Después de varios días nos vinieron a recoger diciendo que nos deportaban de vuelta a Asia. Entonces fue cuando le gritamos a nuestros guardianes que éramos los representantes del pueblo elegido pero no nos hicieron caso, como quien oye llover. Volvieron a meternos en un barco y nos mandaron de vuelta con el resto de la gente. Muchos de nuestros acompañantes imaginando su destino decidieron tirarse al agua. Fue espantoso. Debían saber que al llegar a Mileto serían vendidos como esclavos. Nosotros escapamos por los pelos en el puerto y después de muchos días de calamidades estamos aquí de nuevo.
- Estáis aquí de nuevo sin haber cumplido vuestra misión.
- ¿Por qué dices eso?
- ¿Me tomáis por tonto? Habéis ido al norte y no hacia el este. Habéis ido a la salvaje tierra europea más allá del Gran Mar. Allí solo hay gente primitiva, idólatra e ignorante. Me habéis desobedecido y pagareis las consecuencias.
- Tienes que entenderlo, Moisés, llevamos tanto tiempo perdidos. Vimos una muchedumbre de personas yendo en esa dirección y entendimos que iban hacia la Tierra Prometida. Les preguntamos si Canaan no quedaba en dirección contraria y nos dijeron que no se nos ocurriera hacia allá que las cosas están fatal y con el tiempo va haber mucho cristo.
- No te ha oído. Se ha largado a encender su ira. Seguro que Yahvé le da combustible. Son casi íntimos y me temo que esta vez nosotros seremos la zarza ardiente.