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Apareció ante el Alto Tribunal tras la explosión de la nube multicolor. Llevaba barba de medio pelo e iba vestido con gorra de visera, camisa de leñador canadiense y tejanos astrados. Un perfecto grunge rescatado de los 90 si no le traicionase el mandil manchado, los ojos opacos y las arrugas de viejo. Portaba en su mano un cuchillo tan enorme que podría partir el Himalaya en dos. En la mesa de cocina un extraño ser chillaba y pataleaba.
- No te asustes-le dijeron- somos los jueces encargados de valorarte ahora que ha llegado el momento de que te vayas. Al parecer, te hemos pillado cocinado.
Sorprendido, se irguió, soltó el cuchillo y saludó con la cabeza mientras con un viejo trapo limpiaba sus manos de inmundicias.
- No es nada, estoy ultimando una receta que he mejorado y me voy a permitir rebautizar de nuevo.
- ¿Cómo la vas a llamar?
- Capón de héroe relleno de cabellos de ángel y crema pastelera a la Mandela. Quiero que sea un plato definitivo y que por tanto guste a grandes y chicos, pobres y ricos, imperialistas y sometidos, racistas e integradores, dictadores y libertarios... En fin, digestivo y atractivo para todo el mundo.
- Nos recuerda a otros ya existentes.
- ¿Te refieres a los dedicados a Gandhi o Luther King? Los he mejorado, mi receta será mucho más asequible. Incluso estoy en conversaciones con una compañía de comida rápida para que lo incorporen al menú. No espero alcanzar el éxito del dedicado a Jesús pero al menos estará al alcance de cualquiera. Espero que sea tan versátil como para permitir que cada cocinero haga las combinaciones que más le interesen.
- Muy bien, ahora toca hacer balance de tus 365 días. No has sido precisamente un año muy positivo.
- He hecho lo que he podido teniendo en cuenta la herencia recibida.
- Eso nos suena familiar, creo que lo hemos oído mucho este año.
- Es que es así. Llaman demasiado la atención los asuntos tremebundos, casi siempre venidos de otros momentos, pero las cosas han seguido su rumbo. No se ha interrumpido el ciclo de la vida con sus nacimientos, muertes y resurrecciones y las olas del mar siguen besando las arenas y acariciando las rocas en vez de escapar asustadas más allá de la estratosfera. Mucha tristeza dicen, pero las mareas siguen su curso y no se han desbocado.
- ¿Pero quien va a pagar los platos rotos?
- No es mi problema, yo ya me voy.
- Debes asumir tus responsabilidades ante tanto malestar, tristeza y dolor.
- Mis responsabilidades acaban el 31 de diciembre a las 23 horas 59 minutos y 59 segundos.
- Quieres eximirte de tus obligaciones.
- Mi única obligación era darle continuidad a la vida. Lo he hecho y me largo. Ahora me han invitado a una fiesta de despedida y aún estoy con estas pintas. Me tengo que vestir de etiqueta y hacer la maleta.
- Esperamos que al menos te diviertas.
- Oh sí seguro, en las fiestas de despedida la gente es increíblemente amable y cariñosa. Debe ser porque saben que no te van a volver a ver.
No les entretengo más, recuerdos cariñosos y mucha suerte a mi sustituto. Créanme, la necesitará.
"La primera vez que supe que no era un ser humano corriente, lo recuerdo bien, fue cuando ETA voló mi coche conmigo dentro. Salí de allí, envuelto en llamas, y pensé: ¿cómo es posible que haya sobrevivido? Nadie se lo explicaba. Los médicos no encontraban una respuesta, tampoco mi personal de seguridad. A todo el mundo le pareció… milagroso. Esa noche soñé con Dios. Era una luz, no tenía rostro, pero sí voz. Me iluminó con su haz y me dijo: Jose Mari, si te he salvado es porque te necesito vivo para que lideres a la humanidad. Me dijo un par de cosas más, pero son personales. Aquella experiencia me cambió, por supuesto. Desde entonces soy mucho más humilde." (Memorias apócrifas de José Maria Aznar escritas por José Antonio Pérez en su blog Mi mesa cojea)
- ¿En serio se lo cree?
- Sí pero nosotros no lo hemos programado para que piense así. Lo debía llevar dentro, en sus propia naturaleza original.
- ¿Pero luego te hiciste pasar por Dios ante él?
- Esa era la idea. Viendo que estaba tan predispuesto a la grandeza fue fácil engañarle y entrar en su cerebro. Instalados ahí dentro tiene su lógica que nos considere una especie de... ¿cómo decirlo?
- De dioses adoptivos.
- Exacto, esa es la frase, ahora somos sus dioses adoptivos.
- Supongo que cuando comenta que Dios le dijo un par de cosas más se refiere a cuando le pediste autorización para realizar ciertas mutaciones en el cerebro de los dirigentes de su partido.
- Supones bien y la verdad es que no puso ningún reparo. La idea de ser un salvador de la humanidad era demasiado hermosa como para ser descartada por pequeños escrúpulos morales
- ¿Pero no lo comentarías que ibas a manipular la mente de sus correligionarios?
- Claro, solo le dije que le ayudaría a convertirse en el líder que siempre había ansiado ser y tendría a toda su gente a sus pies.
- Entonces a partir de ahí todos recibieron órdenes de pasarse por el taller para hacerse un buen tuneado.
- Se nos han escapado muy pocos, la verdad, y éstos siempre han acabado saliéndose del partido.
- Y sin que nos costase un céntimo. Hay que reconocer que Bárcenas es un gran administrador.
- Sí, ha sido decisivo colocar a uno de los nuestros en un lugar tan estratégico.
- Podríamos haber intentado lo mismo con los dirigentes de la oposición.
- ¿Quién te ha dicho que no se ha hecho? Pero eso corresponde al otro operativo.
- Lo que no logro entender es como los votantes no se han dado cuanta del cambiazo.
- Olvídalos, son unos cegatos y se lo merecen. Querían librarse de unos ineptos y se olvidaron de que la alternativa puede ser mucho peor. Con un poco de vista se hubieran dado cuenta que estos políticos no son normales. No tienen sentimientos. Son mutantes. Zombis. Tampoco antes de su reconversión eran mucho mejores, pero ahora, siendo nuestros esclavos, solo pueden ser juguetes de nuestro intereses.
- Demasiado trabajo para conquistar este mundo de mierda. ¿Crees que merece la pena el esfuerzo?. Ellos mismos se están poniendo la soga al cuello.
- Sólo somos funcionarios. Debemos obedecer las órdenes de los mandamases de nuestro añorado planeta en el Sistema del KintoKoño.
- No te quites mérito, serás un eficiente lagarto espacial pero también un artista.