(Una vieja entrada del 2007 que he encontrado mohosa en el arcón del blog. Le he hecho la manicura y creo que está más presentable. Hasta parece del 2013. O a lo mejor no. Total, que más da)
Espero que papá no se enfade mucho. Aunque ya sabes como es él. Tú lo conoces mejor que nadie. ¿Verdad, pillín? Siempre has sido su confidente, su amigo, su socio y yo siempre he sido la típica hija solitaria y abandonada por sus padres artistas.
¿Qué crees que pensará cuando te vea con los ojos arrancados de las cuencas y tirados como canicas gemelas por el suelo de la habitación?
Esos ojos fijos, como dicen que tienen los muertos, que aterrorizaban mis noches sabiendo que estaban allí, mirando al techo en el cuarto de al lado.
Pobre Mister Jones.
¿Qué crees que pensará papi cuando vea que la boca con la que decías esas cosas tan graciosas para meterte conmigo es ahora un agujero oscuro y vacío como la entrada de un pozo?
¿Qué fue de aquella nariz pizpireta con la que no olías nada?
¿Dónde están ahora tus brazos y tus piernas inútiles?
Estás cambiado, Mister Jones. Pareces un gusanito con la cabecita pelada y sin poder moverse de la alfombra.
Pobre muñeco roto.
Pobre mi papá ventrílocuo, sin muñeco y con hija asesina.
- No te asustes, nena. Piensa que es un compañero de juegos. Un hermanito burlón de madera. Gracias a él tenemos esta casa tan bonita y puedes estudiar en ese colegio tan caro.
- Pero no es de verdad, papi.
- Como si lo fuera. Trátalo como si lo fuera. Debes considerarlo un miembro más de la familia
- Tú también eres de madera y trapo.
- Mientes, Mister Jones y además no puedes hablar, te he arrancado la lengua.
- Boba, soy un muñeco de ventrílocuo. No necesito la lengua para nada. Y tú eres como yo
- ¡Yo soy una niña de verdad!!!
- A las niñas de verdad les dan miedo hablar con muñecos de ventrilocuo sin boca ni ojos.
- Me estás engañando con una de tus trampas, embustero. Quieres vengarte por lo que te he hecho.
- Dime, niña de verdad ¿por qué no sangraste cuando al arrancarme los ojos con la navaja te cortaste un dedo? ¿Dónde está la sangre? El dedo tiene un corte profundo pero no ha salido ni gota.
- Es que estoy enferma.
- ¿Enferma? Estás enferma de envidia porque siempre estás en el cajón. El ventrílocuo me prefiere a mi, al gran Mister Jones.
- MALDITO, MALDITO, MALDITO...
Ahora si que no podrás hablar más, Mister Jones. Te he arrancado el alma y solo eres un gusano muerto con la cabecita pelada. Espero que papá no se enfade mucho. Aunque ya sabes como es él. Tú lo conoces mejor que nadie. ¿Verdad, pillín? Siempre has sido su confidente, su amigo, su socio y yo siempre he sido la típica hija solitaria y abandonada por sus padres artistas...