skip to main |
skip to sidebar
Héroes. ¿Creéis que los necesitamos? Para Thomas Carlyle (1775-1881) la historia de la humanidad está definida por sus héroes. Héroes que la modifican, la transforman y la hacen avanzar. Desde su versión romántica del mundo el hombre singular y extraordinario es un mediador entre dioses y humanos comunes, el pivote sobre el que se asienta y se proyecta la civilización. Hombre de ideología liberal, Carlyle es para algunos un precursor del socialismo mientras que para otros su pensamiento alienta la creencia en una raza aparte de seres providenciales y por lo tanto es una premonición del fascismo. Sea lo que sea, algunas de sus frases lubricaron la beatificación laica contemporánea:
"La corona de la verdadera nobleza es una corona de espinas"
"A menudo los grandes son desconocidos o peor, mal conocidos"
"La verdadera libertad del hombre consiste en que halle el camino recto y en que ande por él sin vacilaciones"
"Aquél que tiene fe no está nunca solo"
"La educación y la cortesía abren todas las puertas"
El 17 de Mayo es el Día das Letras Galegas, jornada festiva por estos pagos con el que se pretende reivindicar la literatura y la lengua de este extravagante país en el que habito.
"Lengua proletaria de mi pueblo, la hablo porque sí, porque me gusta, porque se me antoja y quiero y me da la gana; porque me sale desde adentro, allá del fondo de una tristeza ácida que me rodea al ver tantos patufos descastados, pequeños mequetrefes sin raíces que al ponerse la corbata ya no saben afirmarse en el amor de sus antepasados..."
Este tema rapeado es parte de un maravilloso libro de poemas titulado Longa noite de pedra escrito por Celso Emilio Ferreiro en 1962. Para mí se trata del más extraordinario poemario escrito en gallego en los últimos 50 años. Para quien quiera leerlo, éste es el texto completo de Deitado frente ao mar.
El idioma gallego nunca lo ha tenido fácil. Aquí no hubo una burguesía autóctona con necesidades hegemónicas y deseosa de encontrar elementos distintivos con los que hacer bandera. En su lugar hemos tenido que soportar a una tropa de leguleyos, funcionarios, militares, maestros y clérigos venidos de fuera e insensibles a la mentalidad del país. Tan insensibles que no tuvieron reparos en esquilmar nuestros topónimos o castellanizar nuestros apellidos. Un destrozo, unha desfeita como decimos por aquí, que para algunos tuvo unos comienzos míticos con un supuesto decreto de los Reyes Católicos titulado "Doma y castración del Reino de Galicia".
Sea verdad o leyenda, aquella hermosa lengua sufrió lo indecible para sobrevivir y lo hizo a través de las canciones populares y del habla común de sus gentes. Llegó Rosalía de Castro y con su fouce -hoz- en la mano fue despejando el camino que otros allanaron después. El Día das Letras Galegas conmemora la fecha de publicación de Cantares Gallegos, aquella obra singular que su marido, el intelectual galleguista Manuel Murguía, ayudó a publicar sin que ella tuviera conocimiento.
Desde 1963 se celebra el Día das Letras Gallegas y la democracia la convirtió en fiesta oficial. Conciertos, recitales, lecturas públicas, biografías, trabajos escolares y toda la parafernalia con el que suelen despachar estos asuntos en los que se ha homenajeado tanto a grandes autores como a "pelucones" mediocres de obra insignificante. Autores ya fallecidos al menos diez años antes. En este 2011 ha habido una pequeña revolución cuando la Real Academia Galega decidió dedicar el día a Lois Pereiro, un poeta de vanguardia, punkie, cosmopolita, penetrante, marginal, con esa carga dolorosa que da saber que estás herido de muerte y tienes los días contados.
Saber que está un á morte
e o corpo é unha paisaxe de batalla:
unha carnicería no cerebro.
¿Permitirías ti, amor deserto,
que nesta fevre penitente abrise
a derradeira porta e a pechase
detrás miña, sonámbulo e impasible,
ou porías o pé.
Lois Pereiro falleció con 38 años en 1996 a causa del SIDA y de complicaciones derivadas de la intoxicación por el aceite de colza desnaturalizado. Su obra más conocida, publicada el año anterior a su muerte, se titula Poesía última de amor e enfermidade.
Este poema quiso que fuera epitafio sobre su tumba en la pequeña población de Santa Cristina del Viso (Lugo):
Cuspídeme enriba cando pasedes por diante do lugar onde eu repouse. enviándome unha húmida mensaxe de vida e de furia necesaria.
(Escupidme encima cuando paséis por delante del lugar donde yo repose, enviándome un húmedo mensaje de vida y de furia necesaria)
- Tenga cuidado, Santidad, el Santo dos Croques no está para trotes. Hemos tenido que poner una valla para que visitantes y peregrinos no le sigan dando mamporros con sus cabezas. Debemos proteger nuestro glorioso Pórtico.
- Cardenal, durante muchos siglos humanos de toda laya y condición han golpeado sus testas contra la de este santo con la esperanza de que les transmitiera su sabiduría. Yo soy el Papa, heredero de Pedro, aquella piedra sobre la que el Señor edificó su Santa Iglesia. Una piedra contra otra piedra ¿qué podría pasar?
- ¿Este es el mostrador de embarque? Tenga la amabilidad de atenderme, señorita.
- Temo que se equivoca, Monseñor, no soy mujer, soy un ángel. Las alas las llevo recogidas debajo del uniforme. No se nos permite tenerlas enhiestas en horario de trabajo.
- Siendo ángel nos entenderemos a las mil maravillas. Ya sabrá que soy el difunto Papa y que llevo un buen rato en esta Estación Término sin que todavía se haya anunciado mi destino.
- Tendrá que esperar como los demás. Entre las víctimas de las inundaciones en Indochina y los cientos de muertos en varios conflictos, de esos que ustedes consideran periféricos, estamos saturados de trabajo.
- Soy el vicario de Cristo ¿eso no significa nada?
- Significa que humildemente deberá aguantar turno con los demás, tal como hubiera hecho él. Incluso hemos procurado que comparta sala con otro hombre de religión.
- Si se refiere a ese individuo barbudo que ha llegado hace un rato todo mojado y con olor a pescado, casi prefería estar solo. Me mira de una manera a la que no estoy acostumbrado.
- Él también se ha quejado de usted. Parece ser que lo conoce. Dice que no quiere estar al lado del jefe de los cruzados.
- Pues resolvamos las cosas de una vez y estaremos todos a gusto. ¿Cuando llegará mi nave hacia la eternidad?
- ¿Nave a la eternidad? Creo que está confundido, Pontífice. El viaje será individual y de vuelta a casa. Ahora tendrá que esperar hasta encontremos otro cuerpo donde pueda reencarnarse. No debe preocuparse, somos muy escrupulosos en nuestro trabajo.
- ¿De que me está hablando? La reencarnación es una idolatría sacrílega, incompatible con nuestras creencias cristianas.
- Lo que pasa en la Estación Término ya no es cuestión de creencias. El asunto es así y no de otra manera desde el principio de los tiempos. Además, si lo piensa bien, volver a nacer es otra forma de eternidad y a algunos les puede servir para rectificar errores del pasado.
- ¡Esto es intolerable! Un Papá no comete errores, por eso llega a Papa. Usted ni se imagina lo que cuesta alcanzar la cúspide en una sola vida. ¿Qué alicientes puede tener la existencia si tanto sacrificio se diluye en la nada?
Borrón y vida nueva, valiente mierda.
¡Hasta ahí podíamos llegar! Exijo mi eternidad ¡y la quiero ahora!