- ¿Me esperaba?
- Sí, sabía que iba a venir.
- Vaya, había oído hablar de su capacidades pero nunca pensé que que además fuera clarividente.
- No olvide que hace muchos años de mi muerte y los muertos no tenemos sentido del futuro, eso nos permite visualizarlo todo mejor. Hablo de su futuro claro, el mío ya solo es recuerdo.
- ¿Entonces sabe a lo que vengo?
- Sí, está buscando a El Gran Manipulador y me ha pedido cita en sus sueños para ver si yo le podía ayudar en algo. Ya ve que no he tenido reparos en comparecer ante usted.
- Incluso con su famosa mesa -pegué dos golpes en la funda atercipelada.
- Sí, mi pobre mesa se ha convertido en un icono para muchos.
- No se minusvalore, se dice que desde aquí gestionó la suerte de nuestro país en los años ominosos de la vieja dictadura. Alrededor de esta mesa se mantuvieron las esencias de nuestro pueblo en los tiempos de sangre, fuego y muerte. Como en los viejos monasterios medievales éste era un refugio de civilización frente a la barbarie exterior. El viejo ideal galleguista pudo sobrevivir gracias a esta sala y a lo que se cocía alrededor de esta mesa.
- Suena bonito lo que dice pero este pequeño brasero apenas sirve para calentarme las zapatillas, dificilmente lo veo cociendo algo.
- Por favor, reserve su ironía para otras circunstancias.
- No puedo dejarla aparte, ella también forma parte de nuestra esencia como pueblo. Además usted sabe que me llamaron traidor por intentar reconducir nuestros anhelos políticos hacia un proyecto cultural de futuro.
- Supongo que era la único razonable que se podía hacer si uno no quería pudrirse en la cárcel, hacerle compañía a los peces o convertirse en inanimado adorno de las cunetas. En aquellos tiempos lo de convertir el partido en una editorial fue algo digno de mérito. Cuando no se podían defender otras cosas, al menos se pudo defender nuestra cultura del exterminio.
- Los exiliados no lo entendieron.
- Ellos no tenían a la muerte boqueando detrás de la oreja.
- Parece entender bien el sentido de nuestra causa pero en cambio me ha llamado para que le hable del Gran Manipulador. ¿Piensa que soy un agente suyo, quizás?
- No, más bien fue usted él que creó una red de agentes para expandir los viejos ideales en todo tipo de ideologías en vez de que se limitasen a un único partido. Desde entonces, discípulos suyos han protagonizaron la política, la cultura y hasta la economía de esta tierra. Hay que ser muy grande...
- ¿Manipulador?
- ...para hacer esas cosas.
- Pero yo no dejé nunca de ser un pequeño hombre de un pequeño país al que quería salvar de su terrible sensación de derrota. ¿Dónde estuvo mi grandeza?
- Quizás en intentarlo.
- Poco hemos avanzado, soy un manipulador fracasado. No puedo ayudarle en su búsqueda, amigo mío.
- Por lo menos nos hemos conocido.
- Sí, aunque a buenas horas.
- Podría aprovechar esta visita. Cuénteme algo sobre la muerte.
- ¿Para qué? Viva bien su vida y olvídese de la parca. Es mejor que esa señora se ocupe de sus asuntos y que los demás se preocupen de los suyos. Créame, es mejor así.
Ácidas fiestas
Hace 6 minutos
De toda la conversación con el ilustre galleguista y escritor, Ramón Piñeiro, me quedo con su consejo final: "Viva bien su vida y olvídese de la parca"...
ResponderEliminarSí, es aconsejable no tenerla siempre presente en la mesa de invitados.
EliminarMesa cósmica, Editorial Galaxia, supercomputador HAL... todo tiene un sentido en Piñeiro, no hay duda. La pena es que por estar en gallego algunos asistentes a esta otra conjunción planetaria se perderán parte del sentido de ese magnífico artículo de Rivas.
ResponderEliminarAhora, una vez que ha sacado usted a Piñeiro a colación, creo que por esta vez está mintiendo; Piñeiro digo, no usted: resulta muy extraño y a la par sospechoso que ese druida de la cultura gallega no sepa un dato tan importante como la filiación del Manipulador. No sé, no sé. Me quedo con la duda.
Yo a los manipuladores actuales no les veo detrás de un mesa camilla, más bien les veo con ordenadores, coches potentes, putas y barcos. Aunque es posible que se escuden en pensamientos de alguien que dijo algo que no sabia como se iba a interpretar y los ideales no tienen nación al igual que la ambición y la corrupción...
ResponderEliminarSi necesitan todas esas cosas para cumplir sus objetivos seguramente no son buenos manipuladores. Antaño la persuasión no requería tantos artificios por eso los ideales de aquellos han perdurado más que las estratagemas de los de hoy.
EliminarAun sin leer ese genial artículo que enlazas, sabía que tu enjuto hombre de la mesa camilla era Piñeiro. Además de que dabas muchas pistas por la pinta y su galleguismo, la pista de la editorial llevaba directa a él. Nunca he podido comprender el odio visceral que le tenía los exiliados galleguistas del régimen franquista tipo Castalo, cuando se suponían que todos estaban del mismo lado, aunque ellos fueran más a la izquierda que él.
ResponderEliminarBueno, no lo sé, la verdad es que no conozco detalles, pero me parece más difícil luchar desde dentro, como él lo hizo por la cultura gallega, que desde fuera. Supongo que pasar de la cárcel a confraternizar con el poder reinante levanta mucha sospechas Mmmm puede ser... no sé ¿Lo ves como un gallego aprendiz de manipulador? en todo caso este hombre jamás se lucró económicamente de nada, siempre vivió modestamente, si manipuló, al menos lo hizo por fines más nobles de lo que lo hacen los que practican esas artes ahora.
¡¡Quien nos diera intelectuales manipuladores y no manipuladores desvalijadores!! :-)
Muchos besos DR KRAPP y feliz noche.
Los exiliados tenía una óptica distinta porque lo veían desde fuera y desconocían hasta que punto las cosas se habían vuelto imposibles aquí. Como dices Piñeiro pasó un largo tiempo en la carcel y era el nexo de unión entre el galleguismo exterior y el interior. Ni siquiera estaba más a la derecha que los exiliados, él lo único que hizo fue buscar un territorio donde se pudiera hacer algo sin ser perseguidos y lo encontró en el mundo editorial. Nunca confraternizó con el franquismo pero negoció con él para evitar la censura.
EliminarLa palabra manipular tiene demasiadas connotaciones negativas, él manejó una situación para defender unos ideales para que sobreviviesen a "longa noite de pedra" y si quien no diera que todos los manipuladores fueran como él.
Besos, feliz lunes.
Mesa cósmica, Editorial Galaxia, supercomputador HAL... todo tiene un sentido en Piñeiro, no hay duda. La pena es que por estar en gallego algunos asistentes a esta otra conjunción planetaria se perderán parte del sentido de ese magnífico artículo de Rivas.
ResponderEliminarAhora, una vez que ha sacado usted a Piñeiro a colación, creo que por esta vez está mintiendo; Piñeiro digo, no usted: resulta muy extraño y a la par sospechoso que ese druida de la cultura gallega no sepa un dato tan importante como la filiación del Manipulador. No sé, no sé. Me quedo con la duda.
Bueno todo se puede arreglar con un buen traductor de los que hay en la red.
EliminarCabe la posibilidad de que no quisiera decirlo, aunque me inclino a pensar que pocos saben la filiación de este esquivo personaje. Cuestion de seguirle la pista.
Tanto da de sí este tema que no sé por donde empezar. Me voy a quedar con algo diferente con lo que creo que puedo atraer una reflexión (por si teníamos poco) el escenario de una mesa, y mas circular, ya nos enmarca, con total independencia de lo que se quiera sacar a la palestra, en un escenario de diálogo. La gran asignatura pendiente de nuestros penosos gobernantes.
ResponderEliminarUna mesa supone dialogo dependiendo la posición que ocupen los contertulios. Todos hemos estado en mesas circulares donde poco teníamos que hacer. Por ejemplo, una mesa para selección de personal o una mesa del INEM, o una mesa cicular en una oficina bancaria donde tienes que pedir un préstamo.
EliminarSí, también ahí hay dialogo pero lo manejan otros.
Tengo la suerte de, sin ser empleado público, no conocer esas mesas del INEM. Cada vez que acabe en un empleo a los pocos días tope otro; por lo tanto no sé lo que es estar en paro aunque tengo la sensación de que cualquier día esta suerte se me acaba.
EliminarEn cuanto a la oficina bancaria, no hace mucho que estuve sentado a una de esas mesas. No iba a pedir un credito; me lo estaban pidiendo a mí (estaban tratandome de vender uno de sus priductos) y por más que la señora directora lo intentó no pudo manejar el diálogo.
Tienes mucha suerte, Manuel, no es un bello espectáculo estar allí en esas oficinas siniestras por obligación y sin esperanza.
EliminarHe intentado leer el artículo para enterarme algo más sobre este hombre pero soy consciente de mis carencias lingüísticas.
ResponderEliminarPero te diré una cosa, si este hombre es de mesa camilla, aunque solo sea por eso, es de los míos. Yo no sé vivir sin mesa camilla, hecha a la medida, eso sí de 80 (dónde está el por?)120, no redonda obviamente, a la que pongo faldillas varias según la época del año. (¡Ah! y un radiador chiquitito dentro, para estar calentita: je,je). Esas mesas bajas que se ponen al lado del sofá que no valen para nada, me ponen de los nervios!!
Pero para qué te cuento todo esto si lo que estamos buscando es el Gran Manipulador...? ¿Lo vas a encontrar pronto?
Besos, Dr. Krapp.
Tú como profesora de inglés tendrás menos carencias que otros, seguro.
EliminarSí, a mi también me gustan las mesas camillas aunque los veo algo invernales muy apropiadas para un día como hoy.
No sé si lo voy encontrar, quizás tenga que utilizar a alguna pitonisa lectora de naipes, Tarot o de bolita de cristal agazapada también, detrás de una mesa camilla.
Besos
A los manipuladores actuales: me los imagino con un bolígrafo micrófono.Dónde va incorporado todito micrófono, grabadora,cámara etc y, no se ve más que una punta de un plumÍn pero...ojo al dato .Es un chivato de abute :cómo estos manipuladores que son tan encantadores en el trato y tan inofensivos pero a la hora de la verdad lo que estan haciendo es j...la vida de una forma fina.
ResponderEliminarLo he leido Dr:pero me he quedado un poquitin escasa dado mí ignorancia lingÜística del Gallego pero me he enterado dentro de mís posibles:)
Las mesa camillas cuantos secretos guardan!
Un abrazo Dr:
Como decía antes a Temujin, todos esos aparatos no revelan al buen manipulador que es capaz de conseguir lo que quiere solo con su voz y su mirada. Puede que sirvan de ayuda para crear un clima propicio pero los viejos modos son imprescindibles.
EliminarUn abrazo, Bertha.
Desconozco a Piñeiro, ni P...idea, no se si era manipulador o no. Pero de lo poco que he entendido del articulo de Rivas...es que hay que leerle.
ResponderEliminarMe lo apunto.
Es un personaje interesante que prefería estar fuera de las bambalinas. Hizo mucho y aprovechó los mínimos resquicios de libertad para intentar que la cultura gallega no desapareciera tras la opresióm franquista. Tampoco ha sido una persona muy reconocida en su propia tierra y fue muy cuestionado por los jóvenes nacionalistas antifranquistas de los 60 acusándolo de vendido.
EliminarDespués de leer el artículo de Manuel Rivas, en gallego- el traductor de Google no vale para nada-, puedo decir que me ha gustado mucho. Me gusta esa identificación con su mesa camilla, esa identificación cósmica, porque el ser humano es inseparable de su cosmos. Su mesa camilla es su pozo de sabiduría, su protección ante el mundo hostil.
ResponderEliminarEn una parte dice algo así como que sentarse a su mesa era dejarse llevar por la seguridad de ese piloto cuyos movimientos de manos y brazos no eran lenguaje gestual sino maniobras para accionar las palancas que hacían moverse la cabina espacial propulsada por la mesa helicoidad de brasero. ¡Es absolutamente fantástico! Y es que sentado a una mesa camilla, uno es capaz de viajar a cualquier lugar sin moverse del sitio y realizar cualquier misión. Es el hombre adecuado para encontrar al Gran Manipulador. Creo que vamos por buen camino.
Sea como fuere tomó la decisión de batallar a su manera aunque otros esperaran algo diferente de él. En contubernio con su mesa camilla decidió hacer las cosas como pensó que podría hacerlas.
Muy bueno el artículo. Y en gallego: ¡menudos deberes! Pero ha merecido la pena.
Besos.
Yo más que un cosmos lo veo como una isla, como un refugio frente a la tempestad exterior, aunque me gusta mucho esa alusión a la gestualidad como forma de mover la nave. Efectivamente parece ser que alrededor de la mesa camilla se intento construir una nueva realidad para el futuro. Muchos le deben lo que son a aquel hombre que intento difuminar la defensa de sus ideales por todo el espectro ideológico. Por ejemplo, el primer presidente de la Xunta siendo de AP -antiguo PP- fue "resituado" por él. También el segundo que era del PSOE estuvo en su orbita.
EliminarBesos
Si todos los manipuladores manipulasen así...
ResponderEliminarLos exiliados a veces no ven la realidad, porque esta muta y desde fuera tal vez no se vea. Pero quedarse y luchar (con las armas que se pueda) es casi más meritorio.
Me gusta tu búsqueda.
Besos.
Estoy de acuerdo. Si hubo manipulación era para permitir la supervivencia cultural y política de un territorio con las pocas armas que estaban a mano.
EliminarEl exilio debe ser una de las sensaciones más tremendas que puede experimentar un ser humano. Arrancarte de tus raices, de donde te has hecho como persona y ser vilpendiado por los triunfadores, sabiendo que si vuelvesa a casa te juegas la vida -sobre todo en los primeros años-. Es hasta cierto punto lógico que se pierda el sentido de la realidad y que desde lejos se vean las cosas de forma diferente a como se ven desde dentro.
Besos
Me parece bueno y saludable restablecer ese carácter de intimidad y confidencialidad que siempre han tenido las reuniones alrededor (me gusta más "alrededor" que "detrás") de una mesa camilla, acogedora, que invita al diálogo y al entendimiento, donde todos están al mismo nivel y donde el ambiente parece invitar al entendimiento y al sano debate más que al enfrentamiento.
ResponderEliminarNi siquiera con el traductor he entendido bien el escrito, Krapps. Debe ser que no es lo mío esto...
Un beso y feliz día
Quizás esta mesa camilla no tuviera siempre esos niveles de intimidad y confidencialidad a la que invitan las otras, las que a mí y a ti nos gustan, aunque seguramente fuera un remanso de paz cercada por las barbaridades de la dictadura. El escrito de Manuel Rivas es una sublimación de la mesa camilla convirtiéndola de forma alegórica en una especie de mesa redonda del Rey Arturo o como el Hal superpensante de 2001 de Kubrick. Un espacio de vida en tiempos en que todo alrededor aparentaba estar muerto. No deja de ser un complemento a la entrada que he puesto para ampliarla un poco más.
ResponderEliminarBesos y feliz viernes, sábado y domingo.