- Adrián, Virtuditas, venid. Quiero enseñaros algo en la pantalla.
- ¿Qué es eso? Parece una luna meando.
- A pesar de tu terrible sentido de humor, Virtudes, esta vez tienes algo de razón. Es una luna, es decir un satélite y de su superficie emanan al exterior unos extraños chorros que se pueden ver incluso desde aquí. Su nombre es Encélado y está considerado como una de las cuerpos celestes más interesantes de esta parte del Sistema Solar.
- A mí, en este momento, la única parte del Sistema Solar que me interesa es esa maldita Grelicia a donde parece que no vamos a llegar nunca.
- Todavía nos queda un buen trecho. ¿No te creerás que viajar por el endemoniado cinturón de Saturno, entre tanto polvo estelar, es como ir en coche a la playa?
- ¿Tú nunca has sido muy playero, verdad, Moaña? Claro, siempre ligando de aquí por aquí y por allá. Si hubieras ido cuando te correspondía, sabrías que no hay nada más estresante que un viaje en coche a la playa, por lo menos en los viejos tiempos.
- No empieces con una de tus pesadas historias de juventud terrícola, Adrianciño. Deja a Moaña que nos hable de ese satélite que de tan celoso hasta echa espuma por la boca.
- Se llama Encélado, Virtuditas. El nombre se lo puso el astrónomo alemán Herschel hace un buen montón de siglos en homenaje a uno de aquellos gigantes de la mitología griega. Luego nuestros antepasados, a finales del siglo XX, descubrieron que este satélite emitía al espacio enormes cantidades de partículas. Más adelante descubrieron que esas partículas contenían agua y se proyectaban como geiseres desde un oceáno subterraneo que cubre todo el interior del planeta. O sea que en lo de la espuma también has acertado.
- Definitivamente Encélado es un semental de mucho cuidado. Manchándolo todo con sus interioridades.
- Virtuditas, corazón, estoy admirado de tu ingenio ¿pero no podrías parar un poco? ¿No estarás en uno de esos días tan especiales que tenéis las mujeres?
- ¿A que te estampo contra la escotilla, Comandante "Rompecorazones" Moaña?
- Vale, vale. Entonces deja que siga contando la historia. Como sabéis a finales del siglo XXI hubo que tomar medidas para reducir el sobrepeso de nuestro planeta que se había puesto muy fondón con tanto cosa ocupando y contaminando la tierra. Desapareció la polución, se hizo obligatorio el reciclaje de cualquier armatroste humano, se buscaron fuentes de energía limpias y se decidió enviar al espacio los residuos irrecuperables. Enormes naves de transporte estelar fueron usadas para llevarse residuos nucleares, químicos, etc. Pero no era suficiente, nuestro planeta requería un esfuerzo suplementario si queríamos alcanzar el necesario equilibrio perdido. Hubo reuniones secretas, conciliabúlos clandestinos, videoconferencias tumultuosas, intranets echando chispas... Hasta que alguien, un amargado lo más seguro, pensó en la posibilidad de acogerse a un criterio poético a la hora de seleccionar las cosas que había que hacer desaparecer.
- ¿Un criterio poético? Sé que hubo que tomar medidas muy drásticas pero ignoraba lo que estás diciendo.
- Eso no apareció en los textos, Adrián, era una conspiración secreta y bien planificada por parte de los más altos poderes ¿Crees que iban a comunicar a los ciudadanos algo tan espantoso?
- ¿Cual fue ese criterio? Suéltalo de una vez, Moaña y deja de hacerte el interesante.
- Lo diré entonces: los gerifaltes tomaron la decisión de que había que desprenderse de todos aquellos objetos grandes y pequeños, lujosos y cutres, viejos o nuevos que fueran motivados, creados y desarrollados por causa de amores extintos.
- ¿Te refieres a amores muertos?
- Sí, amores difuntos. La teoría de ellos era que si el amor que había creado aquellos objetos había muerto, éstos habían perdido su valor y por tanto eran prescindibles. Una chorrada sin sentido propia del utilitarismo de nuestros gobernantes. La cuestión es que nadie quería destruirlos en la Tierra por problemas de conciencia y se decidió usar los vehículos espaciales para arrojarlos al enorme océano interior de Encélado. Durante dos años de locura, millones de objetos nacidos de los mejores sentimientos humanos fueron cayendo irremediablemente allí dentro. Así perdimos desde un deslumbrante conjunto palaciego indio llamado Taj Mahal hasta el viejo montón de cartas de amor que una anciana solterona guardaba en el desván de su casa. Todo fue hecho de forma muy clandestina, muy oculta y apenas hubo sospechas. Lo que no se podían imaginar es como iba a reaccionar aquel casi desconocido satélite. Los humanos tendemos a despreciar lo que ignoramos. Pero mejor os lo sigo contando otro día, estoy exhausto.
- ¿Y no vas dejar en ascuas, Moaña?
- Además no nos has dicho como llegó hasta ti esa información.
- Si queréis que os cuente el resto no me agobiéis. Es hora de dejarse de historias, hay que ponerse a vivir un rato.
LABIOS GENITALES
Hace 1 hora
Juas
ResponderEliminar¡A que te estampo contra la escotilla, Moaña!!
Me encanta Moaña, no hay más que leer su última frase. Ahí ...a su bola.
Decididamente, hay mal rollo entre Virtuditas y el Comandante Moaña. Claro que a la larga... los amores reñidos son los más queridos.
ResponderEliminarPues oye, gracias a ti me he enterado de que probablemente la mitad de la Historia del Arte se va a hacer puñetas dentro de poco...
Menudo papelón, el de los que tengan que hacer la selección de "prescindibles". Imagino que será un cuerpo especial de operarios cuya sensibilidad artística sea nulo, porque si no...
Me encanta lo de Adrianciño y Virtuditas, es como Paco Martinez Soria en misión espacial por encargo de Cine de Barrio y Carmen Sevilla desde Houston con amor.
ResponderEliminarViajar por el espacio es lo que tiene, que da tiempo para hablar de todo, el problema es que nunca llegas a la playa, eso nunca va a pasar en Odisea Espacial, ¡¡¡ahí no hay playa!!!. A mí lo que realmente me gusta es lo de cuerpos celestes, pero no sé por qué no está en azulito, como Virtuditas.
ResponderEliminarNo está nada mal lo de llevarse al espacio los residuos que dejan los amores muertos; aunque no sé si habrá suficiente espacio en ese planeta.
ResponderEliminarYa nos seguirás contando...
Besos, Krapp.
Mi recomendación es que no te fíes de los vividores espaciales, tienen demasiado recorrido, Tesa.
ResponderEliminar¿Y si fuera todo un disimulo, Paseante? Líbreme Saturno de penetrar en las interioridades de la mente humana pero debes de pensar que Virtuditas está legítimamente casada con el comandante Adrián Touriñán ahí presente aunque pelín desdibujado.
La cuestión es poder certificar la muerte de esos amores. ¿Acaso no quedaron perpetuados en las obras? Puede que se eche a la basura lo único que no es basura.
ResponderEliminarMe honra el que hayas colocado mi historia en tan granado grupo del mejor cutreluxe hispano, Enric. Pero no te olvides de otra referencia básica:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=PYqTfQ039xs
Odisea Especial, Angie, ¿o quieres que me demanden los herederos de Kubrick?. Virtuditas es una señora y merece alguna consideración perdida como está en esos andurriales espaciales, por eso he considerado que está mejor vestida de azul.
ResponderEliminarIdeas peregrinas de corto vuelo, Cristal. Algo parecido a la Revolución cultural china, los Khemer rojos o a los talibanes. Dos años de enloquecimiento. Creo que las cosas del amor en su territorio natural es decir, donde nacieron y se desarrollaron. Besos
ResponderEliminarNo veas lo que pueden inventar los poderosos para justificar sus arbitrariedades, Desastre y más siendo ellos los encargados de separar lo vivo de lo muerto. Estoy de acuerdo con tu apreciación.
Uys... tu consejo llega tarde.
ResponderEliminar:)
Ay Doc, me temo que todo y todos los que habitamos la tierra somos producto de amores muertos. Todos los objetos, músicas, animales, personas, películas, joyas, estilográficas, corbatas, críticos musicales y literarios, incluso el bigote de Aznar... todo absolutamente todo nacio con un amor y si ese amor no ha muerto lo hará algún día.
ResponderEliminarDeliciosa historia amigo. Impaciente por escuchar el final. Y, repito, ingeniosos diálogos...
Saludos Krapp,
Jazzy
Yo soy fan de Virtuditas... ¡¡¡Es tan práctica¡¡¡
ResponderEliminarImagino la situación que plantea esa solución clandestina y me acojono. ¿Qué seríamos sin recuerdos, Krapps? Y más: Sin "esos" recuerdos?? Sería como si no hubiéramos vivido. Ni una huella de las grandes pasiones humanas que nos permitan hacernos inmortales.... El ser humano nunca soportaría eso. Menos mal que es ciencia ficción :D
Un beso, Doc
Sin duda lo somos, Jazzy ...aparentemente. Hay amores que pasan por serlo y son otra cosa. Muchas gracias una vez por tus siempre amables palabras.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
En un planeta con sobrepeso, igual que en un barco que se hunde, se puede justificar cualquier exceso si es en nombre de un interés común, esos intereses comunes que unos pocos deciden que sean las de todos los demás. Lamentablemente las huellas humanas, incluso las que parecen más inmortales, también serán borradas por el vendaval del tiempo cósmico.
Un beso, Novicia.
una fábrica de soda espacial de amores perdidos!!!! espero no se les ocurra embotellarla, entonces tendríamos "soda de residuos de amores difuntos"... habriá que ver qué pasaría cuando abriéramos la botellita en la Tierra... me imagino a los vendedores intergalácticos en la nave de "Acción Mutante".... uy, mejor dejo de pensar un rato... : ) me has hecho volar la cabeza, Doc...
ResponderEliminarTen cuidado Myriam que todavía no he hecho la segunda parte y a lo mejor copio vuestras ideas. Lo de la soda espacial me parece magnífica. Viva la space opera y el pensamiento libre.
ResponderEliminarSi al final dejaremos el Universo hecho un cristo... no nos cansamos de ensuciar la Tierra y vamos por ahí esparciendo mierda...
ResponderEliminarMe pone el nombre de "Virtuditas"...
Es el progreso, progresando tal como lo entienden los bípedos terrícolas.
ResponderEliminarTen cuidado con Virtuditas, Temujin, tras un nombre tan cursi puede esconderse una catarata de pasiones desatadas.
¡Cómo está el patio! si el autor y Virtuditas en desfase pasional "encélado" total... no le ponen solución a la historia nos vamos a pique sin remedio ¡coñe!
ResponderEliminarVoy en busca de más episodios, mientras descansa Moaña.
Habrá que decirle al autor que sea más comedido y que no ponga la situación sentimental del trío en estado terminal para ponerse en onda con lo que sucede fuera de la nave-útero protectora.
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