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Madreterna (Kaskarilleira Existencial 8)
Cuando entró aquella Venus magnífica, mi lóbrego despacho se redujo a su mínima expresión. Precavido, me agarré a la estantería de la pared del fondo para no ser succionado por sus inconcebibles labios carnosos. Fue desde allí donde le hice una señal para que se sentase en la única silla disponible. Al hacerlo giró impunemente su trasero con grave riesgo para mi nariz, ya parapetada como el resto del cuerpo al otro lado del escritorio.
- Tiene usted un despacho muy detectivesco -bramó la Náyade con sensualidad letal.
- Puede tutearme y si lo desea llamarme Fiz - logré articular tras media docena de sofocos y tres minutos de indecisión.
- Dime, Fiz, ¿sabes quien soy? Demuéstrame que tu fama de sabueso es real.
Ahí no me pillaba. Ahí si que no.
- Eres Afrodita. Eres Helena y Jezabel. Eres Beatriz conduciendo a Dante. Eres la la Viuda Negra y la Diosa Blanca. Eres Astarté y Khali. Eres el deseo y el misterio. Eres la mujer fatal, la princesa de hielo, la vampiresa. Eres Eva. Eres Esa.
- Bravo-aplaudió con irónico entusiasmo- Bravo por el bravo detective de Kaskarilleira. Un acierto pleno. Y además lo has dicho con mucha soltura. Tienes mucho mérito, Fiz. Otros se acongojarían con solo mirarme.
- Estoy acongojado, pero debo ser fiel a mi mismo para mantener mi precario status profesional. Además los mitos, siendo previsibles, sois más inofensivos que los humanos corrientes.
- Yo quiero sentir lo que sienten esos humanos corrientes a los que te refieres. Y quiero que seas tú el que me proporcione ayuda para conseguirlo.
Lo dijo con un tono tan enfático y sexy que al momento me sentí como si me encontrase delante de la mismísima Lauren Bacall. Una Lauren Bacall fecunda y divina. Consiguientemente le ofrecí mi mechero de mesa como había visto hacer a Bogart.
- No entiendo.
- Es muy fácil, detective, quiero que me consigas una mortal que sepa instruirme en las emociones que puede experimentar cualquier mujer. Quiero aprender a disfrutar de la vida como disfrutan ellas.
- ¿A eso le llamas disfrutar? Permíteme que te diga una cosa: la vida de la mayoría de las mujeres no es ningún chollo. Explotadas. Marginadas. Teniendo que proteger, ayudar y consolar a necios botarates que las desprecian y las traicionan a la menor oportunidad. Incluso cuando pueden dar rienda a sus emociones hay siempre una norma, una costumbre o una religión que les hace sentirse culpables. Ni siquiera pueden vivir a fondo su maternidad: el embarazo es una carga y la lactancia materna un atraso; es así, aunque políticamente se diga otra cosa.
- Te veo muy feminista, detective.
- No soy feminista, solo consecuente con la mierda de mundo que me ha tocado vivir. No quiero hacerme responsable de tu posible desencanto ni de tu ira posterior. No creo que estés preparada para dejar de ser diosa. Ahí arriba las cosas siempre serán más fáciles para ti, una Madreterna.
- ¿O sea que no quieres llevar mi caso? Tú te lo pierdes, hay placeres divinos que desconoces y que puedo proporcionarte.
- Déjame en mi ignorancia y vuélvete a tu mundo maravilloso. Déjame conmigo mismo, con mis imperfecciones. Déjame con mis chicas que no aspiran a ser perfectas. Eso es todo lo que necesito.
Así me gusta a mí, hombre: un tío con los pies en la tierra, sí señor.
ResponderEliminarCuando te pones pareces Chandler, por lo menos.
Pobre diosa. No sabe de lo que se ha librado. Ahora, ese comportamiento tan caballeresco tuyo, cuando podrías habértela beneficiado con la excusa de enseñarle las cosicas de la vida, me parece un pelín extraño en un detective kaskarilleiro. ¿No nos estarás engañando, bribón?
Fiz se merece una ovación de todas las mujeres normales de este mundo. Ahí va el mío, por si ellas no se percatan.
ResponderEliminar¿Piensas igual que tu personaje, Krapp?
Si en el cielo hay diosas vampiresas devoradoras de esa guisa, sigo prefiriedo el infierno.
Un cordial saludo, Dr. Kapp
A lo mejor la diosa se enterneció y llegaron a algo. En todo caso, Paseante, Bogie en Casablanca también renunció a los hipotéticos placeres carnales para quedar como un señor con su diosa. A los kaskarilleiros nos encanta quedar como señores.
ResponderEliminarEste no es el infierno, Luis, solo el puñetero purgatorio. Mi personaje se está haciendo mayor y realista, no me acaba de convencer su pragmatismo quizás sea más producto de la necesidad que del deseo.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Me gusta mucho tu post.
ResponderEliminarSer mujer, a veces, es muy duro, pero también es cierto que somos muy fuertes.
Discrepo en que la lactancia materna es un atraso. Es algo maravilloso pero no nos lo ponen fácil.
Krapps, está más que genial. De los posts tuyos que más me ha gustado.
ResponderEliminarEs evidente que ninguno de nosotros está contento con lo que tiene o lo que le ha tocado en suerte. Los mortales queremos ser dioses... imaginamos su vida idílica, perfecta, por encima de las miserias humanas, y por lo visto, los dioses desean ser simples mortales. Unos eternos insatisfechos. Eso es lo que somos.
Un beso fuerte, Doc.
Bueno, pero Bogie era Bogie. Los kaskarilleiros, en cambio, a veces podemos quedar como cocheros.
ResponderEliminarVamos a fondo y tirando con bala, darling Fiz!
ResponderEliminarMe gusta, hay vida en Kaskarilleira.
A sus pies, Sr. sabueso.
Excelente combinado detectivesco - teología ficción.
ResponderEliminarLo deja a uno con el suspenso de percibir los placeres de los que se privó el detective, aunque queda un grado de comprensión en cuanto a su sabiduría de no involucrarse con fuerzas que le rebasan, aunque muchos hubiésen preferido morir como el caguamo, en la suerte suprema.
Gracias, Tesa. Es la dureza la que fortalece a las personas, por desgracia. Por supuesto que la lactancia materna no es un atraso pero en el ambiente creo que no hay un ambiente muy favorable hacia ella más allá de las bonitas palabras.
ResponderEliminarMuchas gracias tambien a ti, Novicia. La eterna insatisfacción, esa necesidad de de descubrir lo que hay más lejos en vez de conformarnos y disfrutar con lo que tenemos es una acuciante necesidad en el ser humano y lo que justifica eso que llama desarrollo o progreso. Un beso.
Los kaskarilleros somos cocheros pero nos gusta quedar como dios, Paseante. Es más, diría que somos unos quedones. Muchos sacrificarían una irrepetible noche de sexo por unos minutos de vanidad y chulería ante los colegas. La frase podía ser: "pude pero no quise, ahí queda eso".
ResponderEliminarGracias, Cristal00k y por favor levántate, me gusta verle los ojos a gente.
Muchos, Carlos, ¿pero que sería de nuestros relatos si no hubiera ocasión para la renuncia, para que en un mundo corrupto haya una cierta dosis de cordura, una incierta luz al final del túnel? Esa es la idea que a mi modo de ver subyace en los relatos de Chandler, Hammett, MaCdonald y demás maestros.
Me ha gustado mucho, la escena y el dialogo... Pero dejar pasar a una señora así... no se si yo lo haría...
ResponderEliminarUn saludo.
Tu amigo Fiz me ha caido muy bien, amigo Krapp, parece tener las cosas mucho más claras que la mayoría de sus congéneres en relación a la situación real de las mujeres.
ResponderEliminarPor otro lado, también parece estar muy por encima de la mayor parte de los representantes del género masculino que, en raras ocasiones, dejan de resistirse a los encantos de una diosa como la que describes y demuestra sus preferencias por las mujeres normales.
Vamos, todo un héroe ese Fiz.
Besos y abrazos, Krapp.
Sus deseos son órdenes para mí, Doctor, pero en realidad estaba a los pies del Sabueso Fiz.
ResponderEliminarA vd. nunca le perdería de vista... jajaja!
MUA!
me encantó, me encantó y me encantó... y me alegró la noche de un día muy, pero muy exigido...
ResponderEliminarTemujin, si evitas la tentación evitas el pecado. Además no dejarse atrapar a la primera aumenta el valor de la presa.
ResponderEliminarYo creo que mis cóngeneres hacen lo que pueden y no todos son iguales. Cristal, me resisto a los estereotipos simplistas: hay hombres que aprecian, hombres que desprecian, hombres resistentes y hombres irresistibles :)
Besos
Haces bien en no perderme de vista, Cristal00k bien sabes que no soy tan de una pieza como aparenta ser mi amigo el detective. No te fíes los dos somos gallegos e incluso tú eres gallega.
ResponderEliminarBicos
Pues me alegro de alegrarte, Myriam. Me alegro mucho.
Di que sí. Siempre es mejor conservar el mito. Al fin y al cabo, de eso ha vivido el hombre desde que el mundo es mundo: de mitos.
ResponderEliminarMuy cierto , un mito contaminado de humanidad se rebaja a la altura humana y pierde peso.
ResponderEliminarCualquier mito está contaminado de humanidad, Krapp, y puede llegar a pesar en demasía... ;)
ResponderEliminarEsto... hoy que se me ocurre escribir palabras, y ya que te menciono en el post de CristalOOk, no se me ocurre otra cosa que pasar a saludar...
Por si acaso, también mis disculpas!!!
Es cierto, Borraeso.
ResponderEliminarYa te he procurado contestar en el blog de Cristal00k sobre la naturaleza de ese escrito.
Gracias, Doctor, por tu pronta respuesta.
ResponderEliminarDe nada, Borraeso.
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