En 1967 dirige Elvira Madigan, un film basada en una historia real de 1889 que conmovió a la puritana sociedad del momento y que adquirió caracteres de leyenda hasta el punto de componerse una balada/romance narrando los trágicos hechos:
Cosas tristes suceden
Aún en nuestro tiempo, sin duda.
pero la mas triste de todas
es lo que le ocurrió a la Srta. Madigan.
Ella era hermosa como un ángel
Ojos azules y mejillas sonrosadas
cintura esbelta como un tallo.
pero tuvo una muerte cruel.
Cuando bailaba en la cuerda
tan contenta como una alondra
sonaban los aplausos
desde las repletas filas de asientos.
Fue entonces cuando apareció el Teniente Conde Sparre
que era hermoso y de noble descendencia
los ojos brillaron, el corazón se estremeció
y su oración de amor fue escuchada
aunque el Conde Sparre estaba casado,
tenía mujer e hijos.
Finalmente se escapó con Elvira Madigan
Así, ellos se fueron a Dinamarca
y tuvieron un trágico final
Podrían haber conseguido cosas
en el ancho mundo,
pero se quedaron sin dinero
Nada para vivir.
Para escapar de la cruel fatalidad
construyeron su casa en una tumba.
La pistola, lleno de dolor.
Sixten tomó y apuntó
al joven corazón de Elvira
que apenas pudo respirar, antes de morir.
Escuchad todos vosotros que sois felices en la vida
pensad en ellos y en vuestro propio destino
que no puede uno bañarse en sangre
por bello que parezca cuando vas a morir.
Aún en nuestro tiempo, sin duda.
pero la mas triste de todas
es lo que le ocurrió a la Srta. Madigan.
Ella era hermosa como un ángel
Ojos azules y mejillas sonrosadas
cintura esbelta como un tallo.
pero tuvo una muerte cruel.
Cuando bailaba en la cuerda
tan contenta como una alondra
sonaban los aplausos
desde las repletas filas de asientos.
Fue entonces cuando apareció el Teniente Conde Sparre
que era hermoso y de noble descendencia
los ojos brillaron, el corazón se estremeció
y su oración de amor fue escuchada
aunque el Conde Sparre estaba casado,
tenía mujer e hijos.
Finalmente se escapó con Elvira Madigan
Así, ellos se fueron a Dinamarca
y tuvieron un trágico final
Podrían haber conseguido cosas
en el ancho mundo,
pero se quedaron sin dinero
Nada para vivir.
Para escapar de la cruel fatalidad
construyeron su casa en una tumba.
La pistola, lleno de dolor.
Sixten tomó y apuntó
al joven corazón de Elvira
que apenas pudo respirar, antes de morir.
Escuchad todos vosotros que sois felices en la vida
pensad en ellos y en vuestro propio destino
que no puede uno bañarse en sangre
por bello que parezca cuando vas a morir.
La pelicula hizo famoso a Widerberg y a su joven intérprete, la luminosa y bellísima Pia Degermark, a la que había conocido en la prensa por ser la entonces novia del príncipe heredero y hoy actual rey de Suecia. La actriz consiguió un premio a la mejor interpretación en Cannes y casi inmediatamente desapareció de la escena propiamente cinematográfica para ser protagonista de las portadas del corazón por su vida tormentosa.
El éxito fue tal que el motivo musical recurrente durante toda la cinta, el Andante del Concierto para piano N. 21 de Mozart, se empezó a llamar popularmente desde entonces "Elvira Madigan".
En el film se retrata a los amantes en un paisaje paradisíaco, de una belleza inaudita, donde pueden dar cuenta de un amor sin cadenas antes de la previsible tragedia final. Participa de esas historias de parejas con final calamitoso, al estilo de la paradigmática Bonnie and Clyde, La huida o antes de los 60, el clásico del cine negro, El demonio de las armas. Sin embargo hay algo más, el director sabe envolver la tragedia de los amantes de cierto ambiente de ensoñación, cierta neblina vaporosa e iridiscente de matiz romántico que nos da una cierta sensación de alejamiento respecto a lo que está sucediendo y nos impide que nos identifiquemos plenamente con los personajes. De alguna manera, Widerberg se siente muy lejos de la tragedia de Elvira y el Conde Sixten Sparre o al menos no quiere apurar hasta el final el cáliz de su tragedia optando por el esteticismo reparador.
Esta es la hermosa escena final en la que el Conde confiesa su impotencia para llevar a cabo el sacrificio a pesar de la determinación de ella. Luego pasa lo que pasa...
Qué bonito es el amor ...aunque nos idiotice.
ResponderEliminarQue tragedia, Krapps... No sé si el amor compensa tanto sufrimiento. Pensando a posteriori digo (si vives para pensarlo). Por supuesto, en el momento, como dice Tessa, estamos tan idiotas que todo nos parece lógico y normal....
ResponderEliminar- Uys, una piedra en el camino... Nos suicidamos, cariño??
- Venga, va. Tu primero.
- No tú.
- No, tonto. Tú primero.
- No podría soportar verte morir. Primero tú.
- Venga, a la vez. A la de tres.
- Vale...
- 1, 2 y...... 3 ¡¡¡BANG¡¡¡
Claro que hay formas y formas de contar esta memez, y parece que la que nos has traído aquí es de las mejores.
Ahora comprendo, por fin, el título de esta bitácora...
ResponderEliminarQué gracia el comentario de Novicia, porque yo estaba pensando algo parecido. El conde que se hubiera arremangado y a cavar olivos, y ella a recoger la uva, por dios, que el amor no es solo mirarse obnubilados!!
ResponderEliminarPero bueno, tonta ella, tonto él, los amantes de Teruel.
No descartes, Tesa, que a lo mejor lo que nos idiotiza es tanta cordura y tanta racionalidad a ras de suelo.
ResponderEliminarEs una historia bonita, Novicia. Si las cosas fueron como fueron también ellos fueron apresados por la leyenda del amor.
Yo creo que hay amor, con todos sus condicionantes y sus carencias, y leyenda del amor donde todo es actuación y diría, espectáculo. Los grandes amantes de la historia estaban mas preocupados por PARECER enamorados que por serlo y lo llevaron hasta sus últimas consecuencias. Entre el ser y el parecer se mueven nuestras vidas o eso creo este doctorcito.
Pues sí, Luis, los suicidas con su muerte dan lecciones de vida.
ResponderEliminarTengo la impresión, Efter de que este escepticismo contemporáneo en que todos nos movemos, incluyéndome a mi mismo, nos envuelve en una suerte de miopía cuando mas pensamos que hemos alcanzado la lucidez.
En estas historias gana el elemento poético... aunque me faltan detalles.
ResponderEliminarMomento intenso que lo mezla todo: mariposa, brisa, sonrisa y estruendo de bala.
Ahora, mi reencuentro con Mozart, lo mejor... Discúlpame por llevarme unas notas, no pude resistirlo!!!
Dr. Krapp, veño de coñecer esta súa morada grazas ao noso compañeiro común Emilio. Virei más de vagar a pasar un bo rato. Saúdos.
ResponderEliminarBien dicen que cuando la pobreza entra por la puerta, el amor sale por la ventana. (a pasos agigantados, le añado)
ResponderEliminarPero suicidarse conjuntamente??? Hoy por hoy me parece una soberana tontería, aunque para esa época, seguramente era lo que se usaba.
Un beso multicolor
Momentazo, Borraeso. Te dejo que te lleves las notas si tú me dejas la música :)
ResponderEliminarBenvida, Ana. Xa vin a túa carta de axuste y a fermosa entrada sobre Fatema.
Saúdos.
Hummm siempre he dicho, que en un momento u otro, todos, somos susceptibles de ser suicidas de café.
ResponderEliminarAún así, la estadística dice que más del 90% de los mismos, lo ha anunciado antes. Da que pensar.
Pero con esta música maravillosa, está todo como mejor no?
En fin...
El arte tiende ennoblecer actos en si mismo poco poéticos cuando son protagonizados por personas de cierto prestigio. La pulsión al suicidio es fenómeno universal que casi todo el mundo logra canalizar hacia otro lado.
ResponderEliminar