(Hoy, 30 de abril, es el Día Internacional del Jazz)
El Ángel del Jazz es un tipo imprevisible, caprichoso y amante del riesgo.
Aquel día, mientras contemplaba desde su alta atalaya las vicisitudes de la gente que pululaba por el pentagrama de la vida, se fijó en un joven rudo, corpulento y con penetrante mirada de sapo. Sabía que aquel muchacho había estudiado violín de niño y hacía sus pinitos tocando el piano en tugurios donde proyectaban películas mudas. No, aquel humano no era precisamente un corderito y el ángel sabía que tenía cierta afición a las peleas cuando bebía alguna copa de más tras alguna noche de trabajo o de farra.
A aquel ser alado se le ocurrió una idea y con angélica celeridad decidió llevarla a la práctica. En un segundo, como celestial semifusa, le lanzó al chico un compás 4/4 envuelto en un sexo tenor. El muchacho, que volvía a casa en plena amanecida, notó el impacto sobre su cabeza y encolerizado intento liberarse de aquella rígida red que le había atacado. Era demasiado espesa y miró al suelo con desesperación. Allí estaba el saxo intacto, un instrumento que apenas conocía excepto cuando se lo había visto tocar de forma mágica a un convecino suyo nacido en San Luis al que llamaban Hawk o Bean. Lo cogió, lo sopesó en sus manos y en un impulso espontaneo se puso a tocar.
Tras terminar, miró con suficiencia a su opresor asomado tras un nube cercana y con su voz más feroz le espetó:
- ¿Qué carajo quieres de mí, ángel?
- Tranquilo, lo haces muy bien y por lo tanto he decidido otorgarte un don que contradiga esa pinta de tío duro de la que tanto presumes. Sé que eres lo suficientemente listo como para sacarle partido.
- ¿Qué es ello? Dímelo rápido que voy a pillar una tortícolis de mirar hacia arriba y además quiero irme al catre que estoy agotado.
- Pues bien, deseo otorgarte el don de poder tocar con ese saxo las más bellas baladas, los temas más estremecedores, la música más aterciopelada que pueda escucharse en parte alguna.
- No hay problema, soy de Kansas City. Nosotros podemos con todo y tocamos cualquier cosa.
(Ésta es una vieja entrada retocada de Sinfonía Azul, mi otro blog)
(En la caricatura que la encabeza, está uno de los naipes de la baraja de los grandes del jazz de mi gran amigo Kuto. Aquí tenéis un enlace)
(En la caricatura que la encabeza, está uno de los naipes de la baraja de los grandes del jazz de mi gran amigo Kuto. Aquí tenéis un enlace)
No soy precisamente un fanático del jazz, y me he ganado una cacofónica condenación eterna por comentarios de este jaez: El jazz sólo me gusta como música ambiental a muy bajo volumen.
ResponderEliminarEmpero, “verlo” en vivo –solo, en un oscuro antro, con una copa de alcohol en la mano- es uno de esos placeres de los que, no muy a menudo, he disfrutado con voluptuosidad.
Y con respecto a la correspondencia entre nuestra alma y la imagen que proyectamos, dicen que M. Rajoy es un tipo muy simpático en las distancias cortas. ¡Cosas veredes!
Saúde.
Amigo, Luis, el jazz tiene 100 años de historia año arriba o año abajo y sirve como música ambiental o como música para una fiesta desenfrenada, recuerda el Charleston y todas aquellas fanfarrias de Nueva Orleans.
EliminarLo que dices del espacio pequeño, con la copita y tal es uno de esos placeres infinitos con los que la vida nos obsequia. Estoy pensando en cierto lugar de Kaskarilleira que cumple todas las condiciones.
Cuesta un huevo, pero hay que desprender a la persona de su personalidad política como al resto de los que se dedican a las actividades públicas.
Saúde e arroutada
Querido Dr. Antes que nada quiero agradecer el honor del encabezamiento y de las palabras referidas a mi persona. Creo que el Arte, en cualquiera de sus manifestaciones, es una manifestación corpórea del espíritu del artista que lo crea, y en este sentido “El Ángel” del relato, también hizo arte al regalarle el sonido de terciopelo y el don de la elegancia sonora al tipo mas duro del lugar…
ResponderEliminar… ¿Será por eso que dicen, que cuando toca su saxo la bestia de Ben, lo hace también -omnipresente- el espíritu delicado de su Ángel (todos los artistas tenemos un ángel), en una mezcla tal, que hasta los clavos se derriten?
Ha sido todo placer recomendar algo que me gusta tanto como tu colección de naipes y en ellos tan estupendas caricaturas.
EliminarUn ángel artista que otorga el don artístico a otra persona, me gusta la idea.
No sé si lo de Ben Webster era de ángel o de musa, solo sé que tenía un sonido muy personal y era el rey de las baladas que para muchos saxofonistas es el estilo más difícil de conseguir porque es un instrumento con autonomía propia.
Gracias, Kuto. Un abrazo
Personalmente soy un ignorante, pero pienso que el ARTE en cualquiera de sus formas está en el aire, algunas veces se tropieza con mentes abiertas a recibirlo y otras pocas veces cuando se mete en esas mentes, crece y crece... También pienso que la mayoría del arte del mundo pasa desapercibido, por falta de tiempo o por falta de difusion, no lo se...
ResponderEliminarUn saludo
https://www.youtube.com/watch?v=6uLpojeYm9Y
Pues es una reflexión que me parece oportuna y real, yo también lo veo así casi como una planta que crece y crece si uno la riega con el talento
EliminarCon ese tema que me regalas, empezó todo y sigue siendo todo un himno para la ciudad y para el género.
Un saludo
Con decirte que vi Treme unas tres veces, solo para deleitarme con su música.
ResponderEliminarUn abrazo
Si no las oído escucha la banda sonora por Spotify o por Youtube, tiene momentos asombrosos.
EliminarUn abrazo grande
Jo, el jazz es una música que cada vez más me acompaña cuando escribo. Una historia que nos demuestra que hay un artista dentro de cualquiera, solo basta darle la oportunidad de que salga. Preciosa caricatura por cierto. Un fuerte abrazo!!
ResponderEliminarBuena compañía, yo ahora mismo mientras escribo estoy escuchando el podcast de un programa de jazz magnífico de Radio Clásica llamado Solo Jazz que se emite todos los días a las 12 de la noche aunque se puede escuchar en cualquier momento por Internet.
EliminarOs lo recomiendo a todos.
Las caricaturas son de un artista y amigo llamado Kuto que ha hecho una colección de naipes con ella.
Un fuerte abrazo, David, acabo de llegar de pasar una semana en tu ciudad.
Yo soy fan de Bewster, nadie ha tocado el saxo con tanta delicadeza, una lástima que se impusiera el modo bronco de Charly Parker. Merecido y hermoso homenaje
ResponderEliminarCharlie Parker tocaba el saxo alto que tiene unas notas menos graves pero por otro lado permite hacer mas acrobacias con el sonido. Los del Bebop como Parker o Dizzy Gillespie se sentían muy esclavizados en las viejas bandas de swing donde todo era muy rígido y descubrieron la libertad creativa en aquellos clubs por lo tanto se lanzaron a la aventura de usar nuevos sonidos sin tapujos. Ben siempre fue un hombre muy ligado a las viejas orquestas y sobre todo a la de Duke Ellington.
EliminarMuchas gracias, Chafardero. Un abrazo
Los que no conseguimos sentir esa sensación que otros sienten ante el jazz solemos asociar ese género con las músicas y las películas de los años 40 y 50, especialmente. Es ahí donde más las disfrutamos, aparte del directo: el jazz, por su naturaleza, se asocia al garito y su ambiente humeante, denso. Es ahí donde más sentido le vo. Como banda sonora de un cierto modo de vida.
ResponderEliminarTú ya sabes Rick que se asocia demasiado el jazz a los clubs donde se escuchaba bebop y nos olvidemos de su importancia, tal como le decía a Mr. Congrio, como pasacalles, música para el baile o simplemente como música orquestal.
EliminarEl jazz es también la Rapsody in Blue de Gershwin, una banda tocando en el Mardi Gras, Louis Jordan tocando Caldonian o incluso Norah Jones cantando Turn Me On.
Lo que estoy muy de acuerdo es que en directo y casi pegado a los músicos en plan pubs como Filloa, Garufa o Clavicémbalo es irresistible.
Kuto ( ¡enhorabuena por tu buenísimo trabajo! que ya conocía ; ) debió colocar en cada uno de los ases de su estupenda baraja a este trío de bestias del saxo tenor tu Ben Webster, Coleman Hawkins y Lester Young... sin duda tu angelito se dedicó a espolvorear talento por Cansas city, Misuri y creo que New Orleans, jooooo que maravilla disfrutar este ratito aquí en tu blog. El jazz como cualquier otro género musical sólo hay que estar predispuesto a disfrutarlo y dejar que se haga la magia... ( a mi me acaricia directamente le cerebro ; ) este bestia tuyo y los que te comento, como luego lo sería Charlie Parquer ( cuya fama engullo a todos sus antecesores) son tan fáciles de disfrutar que aun sin entender nada de nada con solo cerrar los ojos su música te teletransporta , desde luego yo sin duda me quedaría a vivir en la década de los 40 y 50 en estas décadas se creó tantísima belleza que aun hoy nadie hace sombra a todos estos fabricantes de música deliciosamente suave, íntima y aterciopelada...fíjate, casi te diría que la banda de Duke Ellington no sería lo que fue sin esta maravillosa bestia a la que dedicas hoy esta estupenda entrada tuya...que como el buen vino mejora con los años... Muchísimas graaciaassS! .. for you! ; )
ResponderEliminarMontón de besos muerta de gusto ; )
Kuto ha tenido la inteligencia de colocar a los más grandes y a los más reconocidos en los mejores puestos de su baraja y así sucesivamente con el resto. Merce mucho la pena.
ResponderEliminarEl ángel otorgó consuelo y talento a los más desfavorecidos por la fortuna, aquellos descendientes de esclavos para los que la necesidad de sobresalir era una forma de supervivencia. Luego Hollywood envolvió todo con su glamour para darle a aquellos tiempos duros una imagen amigable y hermosa. Fueron tiempos horribles con una imagen hermosa.
Gracias por tu comentario y por tan estupendo vídeo y muchos besos desde las tierras de la vieja Artabria.