Escribí en mayo del 2009 en mi otro blog, Sinfonía Azuluna entrada que titulaba:No os cargueis a Amy (Aquí la tenéis). Al final lo consiguieron. Es tan triste todo. Creo, como decía entonces, que Amy Winehouse representaba una de las mejores cosas que le había pasado a la música desde comienzos del milenio. Había más autenticidad en cualquier estrofa de sus canciones -de la que ella era autora- que en toda la carrera musical de esas cantantes de moda que se pasean de festival en festival susurrando manidos standards de jazz o los viejo éxitos de la bossa nova. Pera ya se sabe, la máquina tenía hambre atrasada y necesita seguir alimentándose periódicamente de cadáveres jóvenes que se atreven a poner a prueba los límites. Cadáveres jóvenes asesinados por el éxito, luego descarnados para ser manufacturados como objetos de culto. Simples globitos para que manejen los niños necesitados de mitos. No es nada nuevo, el tráfico de reliquias siempre ha sido un buen negocio. Pero antes requiere un trabajo previo: hay que convertir a la persona en personaje y de personaje en caricatura. Resaltar sus carencias. Reírse de su fragilidad. Convertir su legítima rebeldía en pura excentricidad, en puro frikismo para risas de monologuistas de tv. o portadas de diarios de Rupert Murdoch. No importa quien hay detrás. No importa lo que nos estamos perdiendo. Esa voz. Esa calidad musical. Esa calidez adulterada por la mala vida, el vampirismo de los aprovechados y la infinita perversión de los medios. Una vida desequilibrada, un marido cretino, un padre ventajista, alcohol, drogas... ¿Qué más da? Si no hubieran sido esas circunstancias serían otras. Amy era un pastel muy apetecible. El cóctel ideal. Y encima tuvo la ocurrencia de morirse con 27 años. Un chollo, vaya. El negocio perfecto.
Diga, Doctor Krapp, ¿es verdad que el 10 de enero del año 2007, publicó una entrada en su blog, Círculo de los Suicidas Perezosos, donde relataba la extraña historia de amor entre una bibliotecaria homófila y un viejo incunable de gran valor.
No es necesario. Ya lo he hecho, gracias. Precisamente esa lectura es la que le ha traído a esta comisaría. doctor.
¿Me acusan de algo, inspector?
No debe preocuparse, es solo un interrogatorio rutinario. Cualquier información puede ser importante para la investigación que tenemos entre manos.
¿Se refiere usted al robo del códice, obviamente?
Obviamente. Cuénteme como llegó a su conocimiento la historia de la bibliotecaria y el incunable.
Lo siento, inspector, pero tengo una ética profesional que me impide revelar mis fuentes.
Podemos acusarlo de ser encubridor de un delito o quizás de algo más serio.
Dudo de que la bibliotecaria Hilaria esté envuelta en este asunto. El códice estaba en un territorio masculino, o al menos eclesiástico, en el que ella nunca tendría acceso. Además esa mujer ya tiene su amado incunable, no necesitaba más. Busquen entre los canónigos o entre los investigadores, hay gente muy obsesiva entre ellos.
¿O sea que cabe la posibilidad de un amor obsesivo? Hablemos de ello, Doctor Krapp.
¿Qué quiere que le cuente? No soy especialista en la materia.
No es especialista pero se ha permitido reproducir el diálogo ardiente entre una bibliotecaria entregada y un incunable atrevido. ¿Accedió a esa conversación gracias a una grabación oculta? ¿Se lo confeso Hilaria? ¿Ha hablado con el incunable? ¿Dónde viven esos dos?¿Existe la posibilidad de que se haya repetido el mismo caso con el códice? ¿Existen amores compartidos,apasionados y secretos entre los libros y sus cuidadores profesionales?
No puedo decirles nada, lo siento. No sé nada de la vida amorosa de códices, incunables o libros de bolsillo.
Entonces no me deja otra opción, doctor. Cabo, quítele a este tipo la bata y el espejito y luego enciérrelo en el calabozo hasta que recupere la memoria.
Gentes! Presentís la luz que me guía? Adivináis las fuerzas que han hecho un hombre de mí?
Gentes! Mirad atrás, al pasado escrito en mis huellas, a mi fe balbuceante presa de mi propia libertad.
Gentes! Y la noche gris amaneció azul y brilló una luz, quebró mis cadenas y desató la lucha.
Libera tu corazón, libera tu alma, libera tu mente.
Libera tu pie, libera tu mano, libera tu gente.
Libérate del que eclipsa la luz que te guía.
Libérate de tu cobardía.
Libérate de tí mismo, escupe tu miedo errante.
Libera tus ojos, ciegos de falsa fe y sigue camino adelante!
Cuanto más te miro menos puedo entender
Porque has dicho no a lo que supiste emprender
Hubieras podido realizar nuestros sueños
¿Cómo no viniste en otro tiempo y lugar?
Hoy con tantos medios de comunicación
Hubieras podido levantar una nación
(...)
Dime lo que piensas de los que como tú
Se sacrificaron para la multitud
Buda y Mahoma y todos los profetas
Quedaron o pasaron cual fugaces cometas
Todo lo sabías, te dejaste matar
Eras el Mesías y eres ya Superstar