27 febrero 2013

Desayunocracia y desayunofobia

Dulces galletitas que me alegráis la vida. Tiesos y estirados bizcochos que como un Rajoy cualquiera os mostráis falsos y endebles cuando tenéis que mojaros. Legendarios churros de hoy y de siempre. Literarias magdalenas cazadoras de tiempos perdidos. Castizas porras del Foro. Bronceadas tostadas  a las que hay que revestir de mermelada y mantequilla para aliviarles el pudor.   
Entrañables amigos  matutinos... 
¿por qué la vida no es un perpetuo desayuno?

Yo, que no creo ni en políticas ni en gobiernos, me sometería con gusto a vuestra deliciosa tiranía y hasta me dejaría aplastar por la rueda de un Donut gigante si la desayunocracia se hiciese realidad.
Pero no es así. El mundo está gobernado por seres mezquinos, ayunadores pertinaces o desayunadores del "simple café bebido" que quieren hacer de la vida una extensión geográfica de las estrecheces de su estómago. Sí, luego comen como cerdos en esos convites oficiales de alto postín pero ya no hay arreglo: quien no se bautiza en el desayuno anda descristianizado todo el día.
Podéis comprobarlo vosotros mismos en vuestras propias tripas. ¿Iniciaríais una guerra mundial después de haberos tomado una taza de café con una docena de galletas campurrianas? ¿Gasearíais a un millar de judios después de comeros cuatro rebanadas de pan untado con aceite? ¿Bombardearías un insignificante país islámico tras una buena panzada de chocolate con porras?   Corre la leyenda de que Franco firmaba las penas de muerte mientras se tomaba un chocolate con churros, pero lo que se prefiere olvidar es que lo hacía a la hora de la merienda. Era su gozo el llevar a los rojos al paredón. pero le faltaban testículos -quizás aquellos que perdió en la guerra de África- para violar la sacrosanta hora del desayuno.
Distinguida concurrencia, hay un asunto crucial que deberíamos resolver cuanto antes:
¿Por qué hay tantos apelativos despectivos dedicados a los que fornican poco o fornican mal y casi ninguno para los aviesos que no desayunan o les da repelús introducir una simple y escueta galleta María en el café de la mañana? 
¿Es que acaso uno de esos seres llamados y disculpad la expresión, "malfollados", tiene más carencias que un "maldesayunado"?
Pues si pensáis así, os equivocáis de forma harto escandalosa. A fin de cuentas, en ambos casos la cuestión es mojar o no mojar y el refrán no sé puede equivocar cuando dice aquello de: quien no se moja no coge peces.
 Sí, amables tertulianos, dejad que el Dr. Krapp os de un sencillo consejo de despedida: Desayunad mucho, desayunad bien, desayunad rico que lo de follar ...no es de fiar. 

19 febrero 2013

Desengrasando al pez gordo (Kaskarilleira Existencial 22)


Campo de golf  "El Cobijo del Pijo" 9,43 am. Hoyo 4
El Pez Gordo se dirige cansinamente hasta el grupo de acacias donde ha caído la bola. Está ilusionado, desde allí con un buen lanzamiento podría traspasar el bunker y llegar hasta el green. Un doblebogey en el cuarto hoyo sería un acontecimiento prometedor para empezar con buen pie su agotadora jornada ejecutiva.
Hurgando en el suelo encuentra la pelota y se agacha para recogerla. No tiene tiempo, en ese preciso momento algo le cae encima hasta deslizarse sobre sus brazos. Se estremece de asco. Es como si le hubiera tocado algún bicho viscoso y le vienen malos presagios. Al tocarse descubre la verdad.
  • Tengo una cuerda alrededor del cuerpo. Como es posible.
Tras un tirón, siente como ahora la soga se ha apretado contra su cuerpo. Se tambalea como un fardo mientras es izado. A un metro sobre el suelo su cuerpo deja de moverse. Es entonces cuando una voz le llega desde las alturas. 
  • Muy fácil, nada es imposible para un lacero experto y pertinaz.
Al mirar arriba, ve al tipo que le habla con voz jovial.  Ha montado una rústica polea desde una rama situada cerca de la alargada copa de la acacia. Se le ve contento en su traje caquí. Lleva además un salakoff blanco con el que saluda al Pez Gordo antes de seguir hablando.
  • Siento no haberme presentado: soy detective, buscador de manipuladores y lacero ocasional, pero solo cuando se trata de peces gordos.
  • ¿Se puede saber que pretende? ¿Qué quiere de mí?
  • No se asuste, no debería temerme, no soy funcionario. En realidad solo quiero hacerle partícipe de mis cualidades como preparador físico ¿o prefiere que use esa mierda de anglicismo tan de moda: personal trainer?
  • No necesito preparador físico y quiero que me baje inmediatamente de este arbol.
  • Vaya, va a ser verdad eso que dicen de que la tele engorda. Ahora visto desde aquí, parece más delgado, más consumido, más poca cosa si me permite decirlo. Aunque a lo mejor es que es de esos que solo se hinchan cuando pueden hacer ostentación pública de su poderío y tienen carta blanca para decir y ofender a cualquiera.
  • ¿Es usted uno de esos ofendidos? Lo lamento, yo solo soy portavoz de la organización a la que represento.
  • Venga, más vale que no escurra el bulto. Es complicado hacerlo estando colgado de esta preciosa acacia como pieza de matadero.
    Se preguntará porque le he puesto en una situación tan embarazosa y debe saber que no actúo movido por el  capricho. Perdone la gracia pero hay razones de peso para colocarlo de esta guisa.
  • ¿Qué razones pueden justificar esta locura?
  • Sus propias palabras y la necesidad de ser coherente con lo expresado en ellas.  Haga memoria, ¿no recuerda cuando dijo aquello de que "a la Administración le sobra grasa y le falta músculo y que por lo tanto se hacía imprescindible adelgazarla"?
  • Como no lo voy a recordar, esas palabras me han causado muchos sinsabores.
  • Pues ya ve, estoy dispuesto ayudarle para que se hagan verdad. Colgado durante unas cuantas horas de este árbol y teniendo en cuenta que no va a aparecer nadie ya que se prevén temperaturas tórridas, seguro que conseguirá cierto grado de congruencia y de paso bajar esos kilitos de más que le siguen sobrando.
    Pillín, esas comidas y cenas de alto standing siempre acaban haciendo mella, eh. Yo le garantizo afinar su silueta, lo de fortalecer su musculatura correrá luego de su cuenta o la de los empresarios si es que les puede colocar esa partida de gastos.
     
  • ¡Yo no soy un puto funcionario! Dije lo que se espera que diga un  dirigente empresarial en la actual coyuntura.
  • ¿Y que mejor cosa que predicar con el ejemplo?  Más teniendo en cuenta tan horrorosos precedentes. Menuda herencia le han dejado sus antecesores: corrupción, chanchullos, el último en la cárcel. Va siendo hora de tener al mando de tan poderoso organismo a alguien responsable y cabal. Cuando la gente vea como ha quedado detrás de este tratamiento de choque ganará mucha credibilidad. Se lo aseguro.
El detective baja del arbol de un salto, saluda levantando brevemente el salakoff y se dirige hacia un  cochecito eléctrico situado a pocos metros de la parte posterior de la acacia.
  • No me deje aquí, se lo ruego.
  • Comprendo que quizás se aburra. Intente dormir, pero si se desvela,  pruebe a contar funcionarios. Los que mandaría a su casa si se hiciesen realidad sus deseos.  Seguro que después de cuatro horas, contando uno tras otro, todavía no serían suficientes para satisfacer sus caprichos.

08 febrero 2013

Anatema contra los moñitos erguidos

Transidos de aflicción, mis cansados ojos saltones asisten al retorno de un viejo fantasma del pasado: los moñitos erguidos. 
Sí, señores, de nuevo se levantan ante nuestras atónitas miradas esos mínimos megalitos capilares que desde lo alto de las cabezas desafían al mundo y a los cánones estéticos de los que nos hemos dotado.
No, no me complace saber que ese adminiculo ostentoso tiene una larga y exitosa historia detrás. No me complace que algunos se remonten a tiempos prehistóricos para recordarnos que las mujeres del Paleolítico usaban tan peregrino tocado, quizás por comodidad, quizás por estética. Aducen como ejemplo preclaro a nuestra entrañable Vilma Picapiedra o si prefieren, para nombrarla con más propiedad, Wilma Pebbles Slaghoople Flintstone
No me vale.  
Vilma era una mujer de su tiempo, es decir del tiempo en que fue dibujada, y entonces cualquier excentricidad ornamental era motivo de exquisitez y orgullo. Además el moño de Vilma era voluble, quizás emocionalmente voluble y en muchas ocasiones tendía a caer hacia la zona occipital.  
Y es que claro, un moño occipital es un moño como Dios manda y no atenta contra el femenil decoro. En cambio esas masas peludas surgiendo del centro de la cabeza nos estremecen por su osada semejanza con los hongos radiactivos.
  • Parece que el Dr. Krapp no tiene otras cosas más importantes de que preocuparse. Con la que está cayendo.
No es así, el tema de los moñitos altos no es ninguna frivolidad. Muy al contrario, es reveladora del estado de postración en la que nos hemos sumido en estos tiempos de desdicha. Hay un axioma infalible: en tiempos duros todo se encoge. Se encogen nuestros derechos y libertades, se encogen nuestras posibilidades de tener un trabajo digno, se encoge nuestra economía, se encoge nuestro ánimo, también se encoge el pelo. Y sin embargo...
  • Pero, Dr. Krapp, en los 60 también se llevaban los moños altos y no era tiempo de crisis.
Niego esa tesis. Los moños sesenteros eran generosos y espléndidos, forjados con enormes matas de pelo o usando postizos. Eran moños risueños, saludables, barrocos y aunque a veces  se manifestaban bajo formas rígidas, siempre resultaban amigables y permitían soñar con el momento trascendental en que acabarían transformándose en torrente indomable de pelo suelto. La prueba de su belleza y elegancia  está en que  triunfaron entre las novias sustituyendo en todos los bodorrios a las esclavizantes, folklóricas y caducas peinetas. 
En cambio, los moñicos enhiestos de ahora son demasiado tristes y austeros. Están  hechos de prisa y corriendo. Como aquellos que obligaban a llevar a las obreras en las fábricas de armamento durante la Segunda Guerra Mundial o los cuarteleros usados por las gimnastas profesionales en las diferentes competiciones. Simples chichos fabricados con mínimas matas de pelo tirante que requieren una causa reconocible para adquirir sentido.
  • Dr. Krapp, no sé si sabe que a las mujeres se nos ensucia el pelo al igual que a los hombres; pero en nuestro caso, siendo habitualmente más largo, sufre las consecuencias de una vida activa: se mancha, se enreda etc... ¿quizás prefiriese que llevásemos el pelo más largo y fuéramos más pasivas? 
No, no me van  a arrastrar a uno de esos tediosos conflictos de género. Digo, proclamo y afirmo que los moñitos erguidos son muy feos y hasta diría que feos de... 
  • De cojones
Yo no he dicho eso, pero sí, pienso que ese tipo de tocados en nada ennoblecen la estética femenina. Y la masculina si fuera el caso, por lo tanto me permito lanzar desde aquí...
  • No diga más: su anatema.  Al menos reconozca que la entrada le ha quedado más bien machista.
Señora, lo siento, Nobody is Perfect.

01 febrero 2013

Los malvados también protestamos

Reunido en Asamblea ordinaria el Consejo General del Sindicato de Malvados de Dibujos Animados (SIN.MAL.D.A.), hemos adoptado las siguientes resoluciones:   
  • Expresar ante la opinión publica nuestro profundo malestar por la proliferación de intrusismo humano en nuestro sector. Se trata de  advenedizos indocumentados que  ofrecen una imagen caricaturesca y mezquina de nuestra digna profesión. Debe saberse que nosotros somos profesionales de la maldad debidamente dibujados y que siendo nuestra villanía producto de la pura ficción cinematográfica y televisiva, cualquier parecido con la realidad sería pura coincidencia.
  • Nos reiteramos una vez más en la necesidad del cumplimiento de nuestras exigencias y por ello volvemos a exponer los puntos de nuestra tabla reivindicativa:
    • Exigimos la paridad de salarios con los “buenos” ya que compartimos igual protagonismo y ellos perderían todo su sentido si no existiéramos nosotros. A igual trabajo, igual salario. 
    •  De conformidad con lo dispuesto en la Ley 31/95 de Prevención de Riesgos Laborales, los trabajadores tienen derecho a una protección eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo; en consecuencia, reclamamos que nuestro sindicato esté presente en todos las escenas de acción para vigilar el cumplimiento de las normas previstas para profesiones de riesgo: uso de cascos protectores, chalecos de seguridad para las caídas de edificios y acantilados, servicio de contraincendios, sistemas airbag en vehículos terrestres y aéreos etc...
    •  Se integrarán en el salario base, incluyendo pagas extraordinarias, todas aquellas cantidades que vienen siendo percibidas por los trabajadores en concepto de plus, tales como el de peligrosidad, actividad, antigüedad, nocturnidad, toxicidad etc... y en cada caso según el baremo de actividades.
    •  Pedimos a la patronal el fin del monopolio de la corporación Acme como suministradora de componentes maléficos habida cuenta la cantidad de veces en que estos artilugios explotan, revientan o fallan con estrepitosas consecuencias para nuestra salud física. Requerimos que se realice un concurso público y se elija aquella empresa que ofrezca las mejores condiciones de seguridad y eficacia.
    • Queremos que mejore nuestra asistencia sanitaria. Necesitamos personal médico especializado con un buen equipo quirúrgico para  resolver cualquier incidencia: envenenamientos, caídas, mordiscos de animales, explosiones imprevistas, derrumbamientos, ahogamientos etc...   
  • Por todo lo expuesto, el Sindicato de Malvados de Dibujos Animados (SIN.MAL.D.A.) hace saber que abre un período de negociación con la patronal en el deseo de que entre todos obtengamos los mejores beneficios. Si ésto no fuera así, nos reservaríamos recurrir a medidas más radicales y contundentes. Por ejemplo -y el que avisa no es traidor- pasarnos en grupo al Animé japonés ya que, por lo menos, en caso de recibir trastazos siempre serían a cámara lenta.
Firmado:
Corporación de madrastras envidiosas. Liga de lobos hambrientos y feroces. Aquelarre de Brujas con escoba y sin cuervo. Aquelarre de brujas sin escoba y con cuervo. Aquelarre de brujas sin escoba y sin cuervo. Corporación de matones sin dedos de frente. La enloquecida Reina de Corazones. La sofisticada e inefable Cruella de Ville con sus chuchos. El Capitán Garfio y sus piratas desubicados. La pulposa y pegajosa Úrsula. El  venenoso león Skar y sus repulsivas hienas. Los cocodrilos oportunistas Nerón y Brutus. El  sangriento tigre Shere Khan de ganchete con la sinuosa serpiente Ka.  Los gatos obsesivo-compulsivos: Jinks, Tom, Silvestre y la gata ninfómana Krazy Kat. El marinero Brutus. El corrompido jefe (¿será del PP?) Burns. Monsieur Pierre Nodoyuna y su perro Patán. El sufrido coyote. El Demonio de Tasmania. El sucio monje Gargamel y su horripilante felino Azrael. Garra Siniestra. Drizella y Anastasia junto a la Confederación de hermanastras con complejo de Edipo…. y 500 firmas más.