15 marzo 2010

El elixir del recuerdo

A pesar de ser Dyehuty -en griego Tot o Toth- un tipo acostumbrado a desarrollar su deslumbrante y variopinto ingenio en cualquier tipo de actividad -sabía medir el tiempo y las crecidas del Nilo, era jurisconsulto, arquitecto, músico aficionado etc...- no dejaba de considerar su último invento como la culminación de su divina carrera.
Más contento que unas pascuas, se
dirigió al Salón Real y se prosternó ante el señor del Bajo y del Alto Egipto el cual, abandonando su hierática compostura, se mecía con los pies encima del respaldo del trono.
  • ¿Qué te trae por aquí, Dye? 
  • Majestad, con el debido respeto, creo que he inventado algo que cambiará la faz del mundo.
  • ¿Otro de tus inventos, Dyehuty? Ten compasión de nosotros. Aprecio tu talento como dios de la sabiduría, pero resulta harto pesado tanta novedad. Cuando nos acostumbramos y le cogemos cariño a cualquiera de tus ocurrencias, siempre apareces tú con otra cosa nueva para sustituir a la anterior. No sé si te das cuenta, pero a veces nos haces sufrir un frenesí casi delirante.
  • Majestad, soy víctima de mis circunstancias. Tal como vuestro padre Ra debe cruzar el cielo noche y día en sus dos barcas divinas sin darse tregua, yo estoy condenado a este perpetua renovación  de mis conocimientos. La sabiduría es así. Nunca hay límites.
  • Si es como dices, no envidio tu suerte. Comparado contigo, casi es preferible el destino de las embalsamadas momias de mis antepasados.
  • Majestad, con mi nuevo invento los recuerdos de esos antepasados perduraran para siempre y no sólo los restos de sus cuerpos mortales.
  • Dime, Dyehuty: ¿siendo como eres un dios, estás negando la vida ultraterrena para nuestros cuerpos físicos?
  • Divino Faraón, sólo afirmo que he encontrado el elixir de la memoria y que ese elixir se llama escritura.
  • ¿Escritura? ¿De que extraña pócima me estás hablando?
  • Hablo de un sistema por el que podemos reproducir gráficamente nuestro lenguaje oral. Para ello se deben usar siempre los mismos códigos. Cada sonido con su propio código. Conociendo los códigos se podrá volver a reproducir lo hablado.
  • Eso es una insensatez, Dyehuty. De esa manera todos seremos esclavos de nuestras palabras ya que quedará testimonio de ellas. Nadie hablará con franqueza por el miedo de que quede reflejado en la escritura.
  • Pero Majestad, estaremos más cerca de la verdad y sabremos la realidad de los hechos.
  • La realidad de los hechos, la realidad de los hechos. ¿Para que se necesita la realidad de los hechos? Piensas que has inventado el elixir de la memoria, pero en realidad es el elixir del recuerdo. Los sabios tienen el privilegio de la memoria sobre los necios, pero tu invento los igualará a ambos. Ahora su sabiduría se verá desprotegida frente a los ignorantes y los necios parecerán instruidos solo por haber leído.

21 comments:

  1. Ya, pero la memoria se pierde con el paso de los años. Hoy existe una enfermedad denominada Alzheimer, que hace que los sabios no se acuerden ni de como se llamaban. Antes se llamaba demencia senil. Personajes de talla intelectual como Solé Tura, Adolfo Suárez, o Pascual Maragall, por hablar de perfiles contemporáneos, la han padecido y la padecen.

    Si el texto habla sólo de sabiduría innata, serían cuatro gatos, y dicha sabiduría moriría con ellos, ya que no podrían legarla a sus discípulos. El conocimiento puede transmitirse bien o mal, la sabiduría nunca. Por lo tanto, es un mal menor que existan grupos de necios con conocimientos variopintos,antes que sólo una élite minoritaria de sabios extinguibles, y el resto viviendo en la ignorancia total.

    La cultura libresca si no sirve para insuflar sabiduría -que no sirve- por lo menos es entretenida. Y eso ya es algo que justifica tanto legajo distribuido por el globo y los siglos.

    Últimamente te gustan los extremos a tenor de tus textos, ¿no?. O denuncias la petulancia y la soberbia. O, como ahora, ensalzas la pureza del sabio minoritario, y te cargas la impureza de las mayorías mediocres.

    ResponderEliminar
  2. Mi muy apreciada Atalaya, me he limitado a recrear con palabras y alguna idea moderna un texto clásico de la mitología egipcia. El tono es mío, el contenido y por decirlo así, la moraleja final sobre la invención de la escritura tiene al menos 5000 años.
    Un saludo cordial

    ResponderEliminar
  3. Ya, mi muy apreciado Dr., ¿crees que escribió un diálogo así? ¿sólo es tuyo el tono, o tienes alguna intención alegórica detrás? ¿Algunas ideas modernas

    Gracias a la cultura libresca e internetera, mira lo que he encontrado sobre el personaje en cuestión.

    http://www.sge.org/cuadernos/Djehuty.pdf

    ¡Un atuténtico culebrón, no sé si de la arqueología, de la mitología, o de las mentiras disfrazadas de verdades! Así es la cosa siempre.

    Otro saludo cordial.

    ResponderEliminar
  4. Tomo nota y lo leeré atentamente sin par, Atalaya.

    ResponderEliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  6. Gracias por la deferencia, Omnisciente, Dr.

    ResponderEliminar
  7. Pos a mi ma gustao aunque no entendio na. Esto es desa peli "La esclava del faraón" ¿No?
    A mi esque las que me molan son las de romanos, gladiadores, leones y to la tropa.

    ResponderEliminar
  8. Su buena parte de razón
    tenía el Faraón.

    La escritura acabo, en muchos casos, con la franqueza.

    ResponderEliminar
  9. Al menos con la escritura el conocimiento se convierte en algo que no es privativo unos pocos aunque en muchos casos refleje la visión particular del que escribe. El problema es que no se nos enseña a leer críticamente, ni a veces tenemos el conocimiento suficiente para ello.
    A mi lo que me gustaría de verdad es que existiera una pócima para olvidar aquello que nos ha causado mucho dolor, claro que de ello hemos aprendido buenas lecciones, y olvidarlo supondría la possibilidad de cometer los mismos errores más veces , lo que significa demasiado peso vital para una sola vida.

    ResponderEliminar
  10. Lo de prisionero de sus palabras es una velada alusión a la clase política??? ;)

    ResponderEliminar
  11. No hay de que, Atalaya y ya que me lo has preguntado en tu comentario anterior, te diré que una de las posibles lecturas que tiene esta leyenda -la que a mi en este momento me resulta más cercana- es como las poderes políticos y económicos ven una amenaza en todos aquellas innovaciones que pueden echar abajo el sistema de valores sobre los que se sustenta su poder. No defiendo los razonamientos del faraón pero entiendo su estrategia: convertir lo que es una evidente mejora en la comunicación humana como un elemento destructivo de la civilización . Algo que está pasando ahora con Internet o antes con la imprenta o la fotografía.

    Un esfuerzo, Enric y seguro que lo consigues:)

    Los poderosos argumentos del faraón en defensa de la cultura oral sin duda representan los enormes obstáculos que tuvo la cultura escrita hasta asentarse en aquellos ámbitos. ¿Se perdió franqueza en el cambio, Desastre? No lo sé, lo que estoy seguro es que la precisión de la escritura eliminó espontaneidad, propició la ciencia y a la larga acabó con la magia y los mitos.

    ResponderEliminar
  12. Creo, Angie que la cultural oral es democrática ya que convocaba a todos los ciudadanos alrededor de las viejas leyendas sin saber leer, elemento que no deja de ser una forma de distinción. Todas escuchaban las viejas historias, las reproducían a su vez modificándolas, las iban cambiado, las representaban o cantaban...el teatro y la canción nacieron de la cultura oral. Sería absurdo estar en contra de la cultura escrita, pero todavía tenemos rescoldos de aquella cultura y hay que reivindicarla como todavía hacen los folkloristas.
    Mejor sería tener constancia de que existe el dolor, por si acaso y dejar en el olvido las causas que lo producen.

    Podría ser, Ralph, pero no descartes otras posibilidades.

    ResponderEliminar
  13. Tiendo a sobrevalorar las innovaciones y ese es mi pecado, pero me causaría más pesadumbre ser de esos que rechazan todas las novedades por principio. Sin más.

    La escritura nos ha hecho más libres a los que hemos tenido el privilegio de acceder a ella y en contra de lo que dice “desastre manifiesto”, no creo que haya acabado con la “franqueza”, si acaso, con la espontaneidad...

    Prefiero que los recuerdos se alberguen en los libros. Tenerlos en la memoria podría suponer una carga insoportable. Siempre he defendido la fragilidad natural de la memoria que por regla general acostumbra a ser sabia: olvida lo que no interesa recordar.

    Felicitaciones por esta profunda y seria reflexión, Dr. Krapp.

    ResponderEliminar
  14. La culpa no es de este dios pájaro tan simpático y campechano sino de aquellos que luego cogen las letras y hacen una sopa de ídem. Por no hablar de los que escriben su autobiografía. Ufff eso sí que es una perversión de la memoria.

    ResponderEliminar
  15. El lumbreras de Dyehuty ...es mi héroe.

    ResponderEliminar
  16. O sea, que de ahí viene lo de: "mándamelo por escrito"... Es la forma de hacer a alguien responsable de sus palabras, que se las lleva el viento y si escribiste "digo", ya no lo puedes cambiar por "diego", aunque lo borres con una goma de esas que lo borran todo... La huella de "digo" siempre quedará donde la pusiste...

    Un beso, Krapps :D

    ResponderEliminar
  17. ...Y desde entones, tirar de hemeroteca fue el arma más temida para todos aquellos que acostumbraban a decir diego dondone antes dijeron digo.

    ResponderEliminar
  18. Estoy de acuerdo contigo, Luis, como no podría ser de otra manera siendo como soy hijo de la cultura escrita pero a mi las palabras del faraón me hacen reflexionar sobre hasta que punto las innovaciones nos facilitan la vida o quizás en algún caso puede que nos conviertan en más dependientes de instancias ajenas a nosotros mismos. Gracias por tus palabras.

    Resumiendo, Efter, el problema no es del artilugio si no del uso que haga de él quien lo maneja. Con el canto de un tomo del Espasa-Calpe se podría mandar a alguien al otro barrio y no digamos con una balda de una estantería de libros.

    Sí, era un chico listo pero también el cargo de dios de la sabiduría le predisponía a ello, Tesa.

    ResponderEliminar
  19. Los primeros documentos escritos fueron oraciones religiosas y documentos administrativos donde se daba cuenta de las posesiones reales. Los primeros "escritores" fueron los escribas encargados de administrar ese patrimonio real. Para que veas que razón tienes, Novicia. Un beso.

    De hemeroteca y de archivo sobre todo,Vitamorte . Recuerda eso que siempre se dice: información es poder. Los guardianes de la información son los que más poder tienen.

    ResponderEliminar
  20. ¡¡¡jajajaja!!!, es lo mejor que te he leído en tiempo Krapp!! me encanta!
    Jodío el Dyehuty, que nos tiene a todos ecscribiendo y autocensurándonos!
    Ya ves!

    ResponderEliminar
  21. Gracias. Cristal004 y que conste por escrito por si las moscas.

    ResponderEliminar