05 enero 2008

N_ _ _ _ _ _ : entre papeles


No soy dado a vanas fantasías, más bien tengo hechuras de persona vulgar e incluso algo gris. Mi vida se reduce a las rutinarias experiencias de un hombre normal, con un trabajo normal en una remilgada ciudad de provincias tan poco estimulante como cualquier otra. Estoy hablando en presente y debería hacerlo en pasado ya que todo aquello se desvaneció entre las nieblas de una fría mañana del mes de enero. Sí, definitivamente aquel día mi brújula dejó de señalar el norte y me dejó desnudo ante un inconcebible destino.
Una semana antes el profesor Pernas se acercó a mi con cara jovial mientras tomaba un café delante de la máquina del pasillo. Era un anciano alto y elegante, con aspecto de viejo bailarín de claqué o de lustroso senador de película de romanos. Sin motivo aparente, años atrás me había hecho cómplice de su alegre sentido de la camaradería convirtiéndome en su principal confidente dentro de las austeras paredes del Archivo.

  • Martín, pillastre ¿reconoce que no tienes ningún respeto por los eruditos topos como yo?
  • Pero profesor, ¿cómo puede decir eso? Valoro en mucho lo que ustedes hacen para el conocimiento de nuestra historia local.
  • Pamplinas, Martín, pamplinas. Nos conocemos desde hace años y sé de sobra que nos miras como unos tipos pesados y aburridos que no dejamos de darte toda clase de agobios. A ti te importa un carajo la historia local. Admítelo, al menos.
  • Es cierto, no siento una emoción especial en estar hurgando entre papeles marchitos para saber cuantos kilos de castañas se consumían en esta ciudad a principios del siglo XVIII. Sin embargo, mi trabajo es conservar y organizar esos papeles para gente como usted, profesor Pernas.
  • ¿Lo ves? Bien, pues a pesar de todos tus peros puede que dentro de poco tiempo te lleves una gran sorpresa y al fin puedas entender mejor las satisfacciones que le produce alcanzar el premio gordo a un roedor de papeles viejos como yo.
  • ¿El gordo? ¿A qué se refiere, profesor?
  • Mi buen amigo, Martín. Tendrás que esperar unos días. Pero créeme, valdrá la pena. Valdrá la pena de verdad.
Me dio un suave cachete en la mejilla y se marchó majestuoso hacia la sala de lectura. Tres días más tarde los periódicos daban la noticia de su desaparición en misteriosas y alarmantes circunstancias.

12 comments:

  1. Es evidente que en este inicio, porque parece un inicio, no hay demasiadas pistas visibles para adivinar por donde puede caminar el relato.

    El inicio es melancólico. Una queja. La eterna queja de la grisura.

    Una queja difícil de entender, pues el colorido estandarizado que tantas veces nos han vendido no es tal. No es irrefutable. No se debe aceptar que sea más interesante una cosa que otra. Cuando simplemente es el filtro personal lo que la hace interesante o no.

    Por poner un ejemplo simplón: nadie me convencerá que es más interesante pasear al perro, leer el periódico sentado en una terraza charlando de fruslerías, que cualquier otra actividad que no necesite del exterior sacralizado. El aire libre por sí mismo no logra llenar ni curar aflicciones, si las hay. Por más que se empeñen. A lo sumo, las distrae.

    A mí me recuerda este inicio, salvando las distancias, a aquel personaje de “Todos los nombres”, que también de la grisura recibe un día, por azar, una luz. Una luz que pone en riesgo su seguridad a la que está tan aferrado. Conoce por primera vez en su vida la osadía. Y se atreve a ser osado por un motivo absurdo. Poner en peligro todo su mundo, por un motivo tan nimio, y no por las grandes empresas que tanto nos han vendido para ser envidiadas, no hizo sino hacerme el personaje conmovedor y entrañable.

    Tal vez este administrativo de archivo, también reciba su luz, de manos de ese profesor amable y con aire de misterio, que parece anunciarle una recompensa a sus desvelos indeseados por un archivo que en un principio le parece inútil.

    No sé si llegaremos a saberlo. Y tampoco si se desvelará el enigma de esos guiones en blanco que componen el supuesto nombre del protagonista.

    El anzuelo parece lanzado. La duda consistirá en averiguar si al final el pez valía la pena. Si hay pez.

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  2. No se precipite Anónimo el tiempo dirá lo que tenga que decir.

    Respecto a si esta historia tiene que ver con la de Saramago, no le voy a decir que no ya que como sabe bien, todas las historias ya están dichas y solo nos podemos permitir hacer algunas variantes
    sobre ellas. Sin embargo, conscientemente, no hay tan siquiera intención de emulación.

    No se si saldrá al final pez o bota; esperemos por lo menos que si se produce este último caso, usted se la pueda calzar sin mayores problemas.

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  3. Jajajajajajaja! Para estar usted triste, ¡menuda guasa se gasta!.

    Seguro que la bota me la podría calzar, si fuera el caso. De lo que no tengo tanta seguridad es de que no me entrara la humedad. Suelen estar abiertas. O esa es la imagen deformada que tenemos de miles de pescas infructuosas de dibujitos animados.

    Por supuesto que usted no pensó en el portugués a la hora de escribir estas líneas, pero como usted admite, todo está escrito, y el hecho de que cualquier cosa rememore a algo anterior ya conocido, lo único que me confirma es que a los seres humanos acaban preocupándonos siempre las mismas cosas.

    Pese a los disfraces de heroicidades y gestas. Que son inferiores a lo que nos han contado. Y de las que nos han ahorrado miserias y atrocidades, para no deslucir a los héroes.

    En fin, Serafín, siga usted su buena o mala pesca. Ya veremos como la juzga la Lonja. Si a usted le preocupara su juicio, que no debería.

    Por cierto, la foto ¿pertenece a algún archivo chamuscado?. Los papeles parecen quemados. Hace poco vi un reportaje de cómo salvaban documentos de un incendio, y la escrupulosidad, la unción, y el pisto que se daban sus salvadores, me llenó de estupefacción. Gastaban más delicadeza que en la limpieza de un cáliz.

    El pobre Martín tiene razón ¿guardar para qué?. Esperemos que N------ nos lo aclare.

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  4. Me pregunto, como tantas otras veces en este blog, si la historia está en la entrada o en los comentarios, si son complementarios o indispensables unos sin los otros, si condicionan o no al autor en sus siguientes textos o en sus posteriores comentarios, ya que nosotros, pobres mirones, no podemos hacer más que comentar y comentar, pero con ello modificar el próximo comentario, provocando, alentando, negando, criticando, bromeando... o puede que modifiquemos la próxima entrada.
    La simbiosis de internet: misterios de la cibernética...
    Creo que mientras haga pensar y/o reir, será buena cosa.
    Saludos, par de dos (autor y anónimo-> ¡es gracioso y todo!

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  5. FAUVE, este blog, por lo que he comprobado lleva desde Mayo del 2005, funcionando.

    Mi colaboración, como usted la llama, es muy posterior e intermitente. Y por supuesto, como usted ya sabe, tanto el autor, como en este caso el comentarista como usted me denomina, no somos influenciables. Yo le garantizo que no lo soy. Y quiero suponer que el autor tampoco.

    Para mí es una distracción inocua, como deberían serlo todas.

    Y usted no es una simple mirona, y lo sabe. Es una de las personas más participativas que me he encontrado en esta lúdica vida virtual.

    Tiene usted, o así lo transmite, energía suficiente para alumbrar todos los estadios de fútbol del planeta. Otra cosa es considerar si ese exceso de energía es bueno o malo. Eso debe juzgarlo usted. Yo, que rindo militancia a la abulia, no tengo capacidad alguna para opinar sobre ello.

    Quiero pensar que el texto o textos, estaban ya concebidos con anterioridad, inmunes a cualquier comentario. Opino que el respeto a la idea original se mantendrá. El resto, son simples aderezos divertidos, para no quedarnos en los laconismos insustanciales -al menos para mí- de siempre.

    Un saludo.

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  6. Anónimo, en este blog, por lo que he comprobado, lleva desde su funcionamiento recibiendo visitas, aparte de la tuya y la mía.
    No voy a ustedearte, te he cogido ya cariño intervención tras intervención y te siento cercano, cosas que pasan en la vida virtual, como esa simbiosis cibernética de la que hablaba: no seas tan creído que, si bien me refería a ti en particular para estos últimos debates, no en general para todos ellos, ya que hay mucha otra gente que ha participado, mucho y bien, y que sigue haciéndolo, con más energía que la mía, que si no sabes si es buena o no, yo tampoco, pero te aseguro que ya me gustaría tenerla en la vida real la que crees que tengo en la vida virtual.
    El abuelo que quiere jugar al fútbol con el nieto y al darle una patada al balón le da el lumbago, o al agacharse se le cansan las piernas, echa la vista atrás y mira con envidia los años jóvenes en que jugaba con su hijo y ni era consciente de que eso era energía. Cada cosa es buena o mala según para qué se utilice, y como la energía, según se nos ha hecho saber, ni se crea ni se destruye sino que sólo se transforma, espero que la que yo tenga se transforme en algo bueno y no malo, aunque tanto bien y mal me resulta demasiado cargante, parece que somos de alguna religión o secta, más que filósofos del asfalto, como se solía decir en los ochenta, de modo peyorativo pero que yo siempre vi correspondiente a un modo de ser y de plantearse la vida bastante interesante, así que a lo mejor ese bien y ese mal está en los ojos del que mira, no en el que tiene o carece de la energía de la que se trate.
    Me apena que no seáis influenciables. Una cosa es que uno tenga ideas propias; otra que sea cerrado de mollera y no se abra a los cambios, pero ya sabemos eso de la resistencia al cambio y la complejidad que conlleva, yo quiero ser tremendamente influenciable, siempre influenciable, empaparme de ideas de los demás y hacer un batiburrillo con ellas para enriquecer las mías propias.
    También aquí lo de influenciable depende de cómo se mire, parece que si uno lo es pierde su personalidad, yo creo lo contrario, ya ves.
    Distracción inocua, qué feo, entonces tú eres un tecleador de letras; por favor, no insultes al blog que tantos momentos buenos nos ha dado, no insultes a internet como medio de comunicación, no insultes a internet como medio de participación activa o también de asimilación pasiva, anda que no hay páginas y contenidos interesantes en los que no participamos pero de los que nos aprovechamos. También puede ser pernicioso, sí, entonces volvemos otra vez a lo del bien y el mal, ¡qué manía! eso es como el complejo de culpa: siempre que pasa algo tenemos que encontrar quién tiene la culpa, ¿por qué? ¿Y si la culpa es un poco de todos? ¿Y si no existe culpa y las cosas pasan porque ténían que pasar o porque queríamos que pasasen o porque otros lo quisieron o por... multitud de factores, la vida es una ecuación llena de incógnitas, no sé de qué grado pero desde luego las variables son infinitas, y las matemáticas nos gobiernan pero no somos capaces de alcanzar el significado porque no podemos manejar tantas variables a la vez.
    Manejemos las más que podamos y tendremos más conocimiento, dejemos los lastres que nos quitan espacio; en la cabeza, como en un disco duro, no cabe todo, así que ocupémosla con lo que nos interesa y desechemos lo que no, pero no en un sentido frívolo sino inteligente, pero... ¿qué es la inteligencia? Pues la inteligencia, entre otras cosas, es dejarse llevar y pensar que quizás sí que formamos parte de estos textos, o quizás no, pero que eso da igual.
    Y yo también te quiero.
    :P

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  7. Lo ve, FAUVE, como yo tenía razón. ¡Es usted pura fuerza!. Y cuando hablaba de energía nunca me refería a la física, que ignoro si la tiene, y con todo respeto, no es de mi incumbencia.

    Acepte que si usted es capaz de coger cariño por unas simples palabras, así las considero yo a las mías, otros simplemente las disfrutemos sin ninguna connotación sentimental. Debería respetarlo. Y nada de maniqueísmo, ni bienes ni males, que a éstos solo los ha nombrado usted.

    Usted podría desconcertar a cualquiera por su pasión. Y que me haya respondido tan largo, con explicaciones innecesarias pero impagables, no hace sino constatarme su fuerza. Es usted afortunada por ello. Piense que a mucha gente le falta, y precisamente deambula.

    Por favor, no establezca equivalencia entre influencia y apertura. Usted sabe de sobras que no es lo mismo. Y nada de filosofía de saldo. Certezas diarias, sin ni siquiera demasiado recorrido. Dejarse influir es sinónimo de debilidad, se ponga usted como se ponga. Estar abierto a entender otras posiciones es otra cosa. Esa apertura es aliada del respeto y de la convivencia. Pero influirse no significa siempre aprender. Sino, demasiadas veces, perder. Perder personalidad, buena o mala, pero legítima, propia y una de las cosas más preciadas.

    Usted tiene una posición demasiado vitalista para mí. Pero yo soy capaz de entenderla aunque jamás la compartiría. De la misma forma que me parecería infame que usted se contagiara de mi abulia.

    No, no creo en una simbiosis en igualdad. Siempre hay alguien que chupa más, otro que da más, sea por capacidades distintas o intenciones distintas. Ninguna asociación es inocente y altruista, desde el momento en que se pretende un beneficio. Aunque ese beneficio fuese afectivo y no pecuniario.

    Sí, para mí , la virtualidad es una distracción inocua. Y sí, soy un mero tecleador. Y no he insultado para nada Internet. Es un medio. Sólo podrían ser culpables sus usuarios, nunca el medio, pues existe la libertad de visitar lo que interesa. El medio es pura técnica, nada más. Como tampoco son culpables los foros como medio, sino sus usuarios. Como no lo es la prensa, tan denostada estos días, pero que también tienen la culpa sus lectores por no saber pararle los pies, y después se quejan por haberse dejado moldear.

    No me interesa para nada saber lo que es la inteligencia. Nunca he sabido lo que es y quiero morirme sin saberlo. Prefiero vivir en el engaño de que no ha existido nunca, pues de tener la certeza de su existencia, me resultaría insoportable la historia de la humanidad.

    No quiero alargarme más. Bien está lo que bien acaba. Yo también le tengo aprecio, palabra en la que creo mucho más, que en la tan penosamente mal utilizada: amor. El aprecio es mucho menos pretencioso, más creíble, y casi nunca interesado.

    Un saludo.

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  8. 1.- No, no es fuerza, es la cabeza estallando en un día de lluvia que no cesa y sale la presión en forma de texto tecleado, como una bailaora lo haría con un zapateao...
    2.- ¿Por unas simples palabras? Simple es lo que quieres ser tú, pero no te sale :P
    No, no acepto tu falta de sentimientos. Mejor dicho la aceptaría en caso de que me lo creyera. Tú rezumas tantos sentimientos, sobre todo cuando los niegas, que mira cómo estás dejando todo el blog, perdidito...
    Además eres un tramposo. Tú, fuiste tú quien habló de bien y mal, que si el exceso de energía era bueno o malo... etc., no me hagas caer en la trampa que ya he picado, grrrrrrr.
    3.- ¿El desconcierto es una falta de concierto? El anónimo está desconcertado, ¿quién lo desendesconcertará? Venga, hombre, qué chorrada más grande (con perdón), para ya.
    4.- "Dejarse influir es sinónimo de debilidad", dijo el Señor X con su voz engolada, levantándose despacio del sillón que ocupaba y tirando ligeramente de su levita en un gesto casi imperceptible de su incomodidad, atusándose el bigote y colocándose el monóculo, y chupando de nuevo de su pipa...
    5.- Entender, compartir... Eso me recuerda a la pregunta de otro sitio virtual también entre la relación o diferencia entre querer, desear y necesitar, que ha dado muy poco juego a pesar de las expectativas que yo tenía puestas, pero las expectativas son eso, y los sueños, sueños son. ¿Personalidad buena o mala? Voy a hacer como si no hubiera leido eso. Niaranianaaaaaa....
    6.- Jamás, nunca, siempre, todo, nada, sí, no. Todo es mentira.
    7.- De los medios no hablo, que quiero economizar energía, que estamos en la cuesta de enero y esto iba a ser una respuesta telegrama. Pero sí te diré que cuando yo tengo una duda, pregunto a todo el mundo y a todos pido consejo; pero luego hago lo que me da la gana. El grado en que se deje uno influir o no está en su personalidad, y no al contrario. Y perdona que te haya corregido, que veo que te molesta bastante XD.
    8.- La inteligencia, como la salud, no se sabe lo que es hasta que se pierde. Dichoso tú si no sabes lo que es.
    9.- ¿Bien queeeeé? ¡¡¡Maniqueo!!!! (Bueeeno, como sí que me tienes aprecio, o que me estimas -huy, espero que no seas catalán- bastante, no te reñiré más, hala, ya puedes seguir tus tareas cotidianas, no sin llevarte mi besazo puesto, so anónimo.

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  9. Post data:

    El amor no es lo mismo que el cariño. Apreciar no es lo mismo que estimar. Querer no es igual que amar.
    Etc.
    Que el roce haga el cariño no significa que no se pueda conseguir éste (el cariño) por otros medios, incluso, qué cosa más rara, oigan, por la palabra.

    Quizás, como ocurre con los tacos, en unas zonas geográficas y por esas diferencias en el uso del lenguaje unos verbos impliquen más carga emocional o emotiva que otros y en otras zonas sea al contrario, no lo sé. Pero lo sospecho.

    Al menos hemos sacado en claro que Anónimo tiene sentimientos, y eso es un golazo como el de Maradona o el de Messi. O mejor aún.

    Me pregunto qué estará pensando ahora, al sentirse descubierto, al sentirse persona delante de tantos ojos anónimos, porque todos somos anónimos aunque llevemos "otro" nick, anónimo sin máscara entre anónimos mostrando su parte de ser humano, independientemente de sus tajantes ideas y convicciones éticas y/o morales...

    No sigo, que me da rabia y el contraataque puede ser duro, muy duro.

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  10. Jajajajajajaja!!! ¡No usted nadie, Fauve!

    ¿El contraataque será durísimo? ¿Cómo de duro?. ¿Cómo una semana atrapada en un ascensor?.

    No es usted teatrera ni nada. Pero de eso se trata, de teatralizar. Le doy la razón que usted es tan anónima como yo, porque supongo que usted no se llamará Fauve en su vida real.

    La diferencia estriba en que yo, consciente de esa teatralidad, no trato de averiguar, -no es mérito mío, sino puro desinterés- quién hay detrás del personaje.

    Vanessa Redgrave no es Ginebra. Por lo tanto, yo, cuando veo Camelot, veo a Ginebra no a Vanessa Redgrave. De Perogrullo, como diría usted.

    La máscara es imprescindible en el teatro. Y si me apura, en la vida. Máxime cuando la curiosidad no domina a todos los seres humanos por igual.

    Yo visito otros blogs literarios, y le confieso que son glaciales. Pero me gustan. Me gusta ese distanciamiento. Esa solemnidad. Ese artificio excelso que permite el lenguaje.

    Si quisiera coloquialidad visitaría chats, nunca blogs, que son impersonales y asépticos.

    Otra cosa, es que la asiduidad, como se ha dado en este caso, dé por supuesta una confianza, que existe, pero insisto, sólo personaje a personaje.

    De no existir el lógico disfraz lúdico, nadie se pondría nicks, y todo el mundo se registraría como Pepito Martínez, o María Fernández.

    Yo mantengo lo de anónimo, porque he cogido alergia a los registros. A la penalidad burocrática de fichar. Ya hemos fichado demasiado en la vida. Por lo tanto entre seguir con lo de Anónimo, o bautizarme Trébol o lechuga, no existe ninguna diferencia.

    Bueno, ¿supongo que será consciente que hemos desvirtuado el tema hasta el delirio?. No sé la importancia que puede tener. Para mí ninguna. Yo, al igual que usted, sería capaz de seguir escribiendo hasta emborronar todo el asfalto de la plaza del Vaticano. Pero… le lanzo la pregunta ¿valdría la pena?.

    Un saludo.

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  11. Cómo me gusta sentirte reir a mandíbula batiente, esas carcajadas tuyas son para mí como un aplauso para el actor, con la diferencia de que yo no siento el halago sino la satisfacción de sentirte feliz, y no es de modo altruista, sino que admiro tanto al sentido del humor, Sentido del Humor, debería decir, que me chifla que se ejerza y se disfrute. Adoro las carcajadas, espero que sean reales y no una mera pose. A tu salud.
    Teatrera, dice. Me hace gracia que veas en los demás tus propias características, no sé si eso te sirve para dotar a tu personaje de una personalidad mezclándola con la tuya propia o si te fijas más por tenerlas tú -las características-, pero desde luego me llama la atención. Hagas lo que hagas, me lo llamas a mí, jaja, eres la leche. Además de maniquea, teatrera, aajajjajaaj, ahora me río yo XD.
    Pues yo te vuelvo a llamar creído. Dices que la diferencia es que tú eres consciente (de la teatralidad); qué te crees, ¿que los demás no? Eso de lo del nombre y el apellido en vez del nick ya lo dije yo mil veces para defender la postura del clon ante el "nick verdadero" (ay, que me ahogo de la risa), así que encima de creído eres copión, porque cómo se te iba a ocurrir a ti una idea tan magistral...
    Y además de creído y copión, eres pretencioso y ladrón, ya que adoptas el nick "anónimo" usurpando tanta obra cuanta hay bajo ese pseudónimo, pareciendo que lo hicieras para esconderte y ser uno más (jejeje, "uno más") cuando la verdad es que quieres hacerte dueño de todo lo que haya sido escrito por Anónimo para ser el más prolífico de los escritores. Y me preguntas si merece la pena seguir, ¡tendrás morro!
    Yo vivo instalada felizmente en el NO, una Bartleby de los Bartlebys de toda la vida, encantada y feliz como una perdiz, pero no me preguntes la razón, es secreto de Estado. No uso internet para comunicarme, es sólo uno de los medios que le doy, pero no hablaba de mí o de ti sino de la gente en general, que es el uso que más le dan, cosa que por un lado me repugna, con la cantidad de cosas que se pueden encontrar o hacer aquí dentro, y por otra admiro, ya que, como en la vida, cada uno elige lo que quiere y lo que le gusta, además de lo que puede. Así que internet también es libertad, y cada uno puede hacer como le salga de las narices.
    Personalmente (ya sé que eso no te importa, pero como a mí me gusta jorobar,,,) lo prefiero para otras cosas, pero no diré que los foros no tienen su jugo; de los chats ya ni me acuerdo porque una es antigua en esto y conoció todas experiencias inimaginables producto, como siempre, del azar que me persigue, y que más que contar podría narrar, eso sí que iba a ser una novela de fantasía,,, con la fuente de la vida real -cibernética, pero real. Es que la vida es una película mala; si vieras tu vida en una pelílcula (al menos la mía) el público diría: buaaaah, qué malooo, eso no es creíble.
    Leo el periódico, por ejemplo, y no quiero comunicación ninguna, no soporto que si lo tengo en papel me lean por encima, como no soporto que me lean las noticias, como todos: sí que me gusta leerlas en alto yo XD. Pues en internet se puede leer en alto llevándolas a un foro, por ejemplo.
    Los blogs son lo que menos me gusta. Hay muchos muy buenos, otros muy entretenidos, pero salvando los de mis conocidos y cuatro que me han hecho gracia, sólo me gustan cuando los encuentro, porque eso sí que me gusta, buscar. Más que buscar, encontrar. Encontrar al azar tesoros cuando buscabas alguna otra cosa que nada tenía que ver.
    También está lo del público, sentir que escribes y "que te leen", ¿da placer? No lo sé, supongo que sí pero yo no lo encuentro, si escribo algo y nadie responde no sé si se han quedado a cuadros o a nadie ha interesado, si no me gustan las respuestas me decepciono, si me gustan me decepciono más, yo soy muy complicada y no creo que mi modo de internet (que es el mejor de los modos del mundo, por supuesto) sea válido para nadie más que para mí.
    Y encontrar personas detrás de los nicks, ¿para qué? A no ser que fueras Vila-Matas y me dijeras: Fauve, estoy enamorado de ti, sólo vivo por ti, lo dejaré todo por ti, soy tuyo, me salgo de la pantalla y paso a tu vida real, y yo me viera en un aprieto porque tengo mi amor pero también amo a Vila-Matas, ambos con el mismo apellido, casualidades de la vida una vez más, y pensar, ¿y si os fundís en uno? y automáticamente decidir que no, que etonces ya no seríais vosotros; corriendo, buscar otra alternativa: ¿y si vivimos los tres juntos? porque a mí me gustan las cosas que otros ven raras, y automáticamente deshechar la idea, vosotros os enamoraríais (Vila-Matas y mi pareja) seguro, segurísimo; y yo tendría que compartiros, y mi amor, el que yo siento, mi sentimiento, es muy egoista, no puedo compartirlo con nadie, ni siquiera con mi amor, la persona que se apellida igual que Vila_Matas; entonces no quedaría solución, ¿dos vidas paralelas? Uf, demasiado trabajo después de los cuarenta ya, no queda más que el harakiri.
    Pero... ¿a cuál de los dos le obligaría a hacerse el harakiri? XD
    Entonces tampoco me gustaría esa sorpresa. Pero como sueño real virtual no está mal.
    Qué iba yo a decir, que se me fue la olla... Qué más da. Seguro que esto es mejor que lo que te pudiera contestar "avant la lettre", que no es exactamente la expresión que busco, sino más bien algo como "ad hoc" pero como no la encuentro pues pongo todo esto para explicarme, como cuando no se domina un idioma extranjero y hay que hablar y hablar para decir una sola cosa. Llenemos esto de letras, sí, hasta emborronar todo el asfalto de la plaza del Vaticano: mientras no nos echen...

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